Las propuestas de Bernie Sanders que atemorizan a los mercados

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Las propuestas de Bernie Sanders que atemorizan a los mercados
Foto: https://berniesanders.com/. Las propuestas de Bernie Sanders que atemorizan a los mercados

En la industria de fondos de inversión nadie lo dirá en alto, pero la idea es común: si Bernie Sanders ganara las elecciones presidenciales de Estados Unidos el próximo mes de noviembre sería un auténtico desastre. No es raro que los mercados piensen de esta forma. Con frases como «el modelo de negocio de Wall Street es un fraude» o «la codicia y la irresponsabilidad de Wall Street arruinan nuestra economía», no es que el aspirante a hacerse con la candidatura demócrata haya hecho muchos amigos en el mundo de las finanzas.

Las propuestas de Sanders se basan en seis pilares fundamentales: limitar el poder de las instituciones financieras, implantar un seguro médico universal para todos los estadounidenses, rebajar las matrículas universitarias, reformar del sistema de financiación electoral y las leyes migratorias y luchar contra el cambio climático. Además, ha repetido incansable en todos los debates su clara intención de endurecer los controles al sistema bancario.

Varios economistas consultados por The New York Times estiman que llevar a la práctica este programa electoral supondría elevar un 40% el gasto federal. Pero Sanders pretende financiarlo subiendo los impuestos a las transacciones financieras y desalentar el trading de alta frecuencia y el comercio especulativo.

Según desglosó esta misma semana The Wall Street Journal, en virtud de un proyecto de ley presentado por Bernie Sanders el pasado mayo, los inversores estarían obligados a pagar un impuesto especial por las transferencias de acciones, bonos o derivados. Las operaciones de bolsa podrían tener un impuesto de hasta el 0,5%, o de 5 dólares cada 1.000 dólares de transacciones bursátiles. En el caso de los bonos el impuesto sería más alto, del 0,10% y los derivados recibirían un gravamen del 0,005%. Un esquema similar al de la Tasa Tobin.

Así que cada vez que las encuestas lo sitúan por delante de Hilary Clinton y los medios se hacen eco de su lema cool que le acerca al electorado más joven –‘Feel the Bern’- un espasmo recorre las mesas de trading y los despachos de bancos de todo el mundo.

“Las elecciones no están siendo nada previsibles, pero después de anoche, los inversores no pueden descartar la posibilidad de que el resultado tienda a los extremos, lo que plantea importantes riesgos para el mercado de valores, escribió a sus clientes Andy Laperriere, responsable de análisis de políticas fiscales en la firma independiente Cornerstone Macro, justo el día después de que Donald Trump y Bernie Sanders ganaran las primarias de New Hampshire con sus respectivos partidos.

La carta refleja el creciente miedo en el mundo de las finanzas como consecuencia no sólo de lo que han sido resultados imprevisible hasta ahora sino del auge de las posiciones más radicales en esta campaña presidencial.

Lo que tienen en común Sanders y Trump no es poco. Ambos están capitalizando el hartazgo de la clase media trabajadora estadounidense con la clase política y el rencor que ha supuesto que la brecha entre ricos y pobres no haya hecho más que aumentar tras la crisis financiera. La clase media no olvida que fueron sus impuestos quienes salvaron a la banca.

Sin embargo, hay que reconocer que Sanders tiene carisma. Entusiasma. Su discurso beligerante contra el establishment político y las élites financieras del país han desatado la pasión entre el electorado más joven. Otra cosa será que consiga capitalizar el descontento. “Voy a exigir que el mundo de las finanzas pague de manera justa”, dijo en un debate.

 

Ojo con la espiral de miedo: la pérdida de confianza puede acentuar los movimientos del mercado

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Ojo con la espiral de miedo: la pérdida de confianza puede acentuar los movimientos del mercado
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Cristina Eslava. Ojo con la espiral de miedo: la pérdida de confianza puede acentuar los movimientos del mercado

Si no se impone el sentido común, los mercados se arriesgan a crear una “autocomplacencia” que haga bajar todavía más los valores de los activos, estima Lukas Daalder, director de Inversión de Robeco Investment Solutions (RIS).

La renta variable ha vivido su peor enero en muchos años, debido a suposiciones erróneas sobre China, el petróleo y el mercado de deuda high yield. Esto podría generar temores sobre el “estallido de una burbuja” que harían que la situación empeorase aún más, afirma Daalder.

Aclara que en la cartera multiactivos de Robeco Investment Solutions se está manteniendo la sangre fría, conservando su sobreponderación general en activos de riesgo, si bien su equipo ha reducido riesgos recortando la sobreponderación en acciones de mercados desarrollados, las más perjudicadas por la reciente venta masiva.

“Lo que está sucediendo en los mercados financieros podría filtrarse a la economía real, dando lugar así a un sentimiento de autocomplacencia”, afirma Daalder. “No estamos hablando del efecto patrimonial de la corrección que ha sufrido el mercado de valores; eso es secundario. El riesgo mayor es que se produzca un evento de crédito que pueda dar lugar a una congelación (temporal) de los mercados crediticios. Este evento podría ser una caída de los precios del petróleo o un fuerte cambio de rumbo (inesperado) de los mercados financieros”.

“La caída del petróleo podría generar impagos por parte de las empresas petroleras –que, en nuestra opinión, no sería una gran sorpresa dada la actual situación – o de los países productores, cosa menos previsible. Los movimientos violentos en los mercados financieros siempre pueden hacer que un hedge fund o una gestora de fondos –como vimos el pasado diciembre con Third Avenue– tenga que cerrar. Este tipo de acontecimientos pueden generar falta de liquidez, por ejemplo, en el mercado de deuda corporativa privada estadounidense, que a su vez haría peligrar incluso a empresas saludables. En esta situación, la economía estadounidense podría llegar incluso a caer en recesión”.

Las correcciones son habituales

Daalder considera razonable esperar que el sentimiento humano ejerza cierta influencia sobre los acontecimientos, ya que muchos de los inversores actualmente activos tienen fresco el recuerdo de las graves consecuencias que puede generar la inestabilidad del mercado. “Pero las correcciones suceden más a menudo de lo que uno pueda pensar”, aclara. “Aunque con esto no quiero restar importancia a lo que ha sucedido al inicio de este año. Somos los primeros en reconocer que ha sido un periodo muy complicado.”

“Lo que decimos es que reveses del 10% o el 15% suceden en el mercado con relativa frecuencia, y el hecho de que esta caída se haya producido al inicio del año no reviste mayor significación. Pero cuando leemos los informes de análisis, la prensa y los blogs, tenemos la impresión de que esta idea no está calando como debiera”.

“Pero claro, con todo lo que se está hablando sobre el aterrizaje brusco de China o la posible recesión en EE.UU., tampoco sorprende que ciertos inversores huyan en desbandada de los mercados por el temor al ‘próximo desplome’. El temor al estallido de una posible burbuja es mayor que antes del año 2000, lo que significa que los movimientos del mercado pueden verse fácilmente exacerbados; mucho más que en periodos anteriores”.
 

¡No existe un “efecto enero”!

Daalder tampoco cree en el supuesto “efecto enero” –la idea de que un mal inicio de año implica que el resto del mismo también va a ser malo–. “Ha habido muchos años en que el rendimiento ha sido excelente, a pesar de que el mes de enero ha sido malo”, afirma. “En términos generales, consideramos que es el futuro, y no el mes de enero, lo que determinará el destino de los mercados financieros.”

No obstante, para Daalder es innegable que la oleada de ventas en enero claramente se percibe de manera diferente que si sucede, por ejemplo, en septiembre. El cierre del año anterior es el punto de partida respecto del cual se valora un año concreto en su conjunto; el rendimiento desde principio de año es lo que la mayoría de inversores y traders consultan cada mañana.

Por desgracia, los malos eneros tienden a quedar grabados en la memoria de todos. Titulares como ‘el peor inicio de año desde 1930’ –como ha sido el caso de la primera semana de trading en el S&P 500, por ejemplo– solo sirven para crear la sensación de que estamos ante un fenómeno extraño, algo que rara vez se ha producido en el pasado. Pero siempre hay antecedentes”, explica el gestor de Robeco.

“Leyendo informes tan pesimistas, la mayoría de los inversores puede llegar a la conclusión de que nos encontramos ante la peor caída desde la debacle de 2007-2009. Pero no es así. En el caso de EE.UU., la actual venta masiva es de idéntica magnitud a la registrada en septiembre del año pasado y, para el MSCI World, se han observado caídas comparables (incluso mayores) en 2010, 2011 y 2012”, cuenta.

¿Por qué es malo que el precio del petróleo esté bajo?

Daalder considera que los fundamentales económicos subyacentes –aunque no son ideales– no auguran recesiones inminentes, y que la premisa de que los bajos precios del petróleo resultan perjudiciales para todos no es del todo cierta. “Desde el punto de vista de los fundamentales, resulta evidente que esta venta masiva ha generado oportunidades”, aclara.

El gestor cree que los mercados han adoptado la idea de que un bajo precio del petróleo es malo lo que, en su opinión, es una perspectiva sesgada de la situación. «No creemos que la economía estadounidense esté al borde de la recesión, ni que la de China esté derrumbándose, como apuntan algunos que erróneamente consideran que los mercados chinos de renta variable constituyen un indicador adecuado de la economía subyacente. Seguimos pensando que la reacción de los mercados financieros es exagerada», dice

“Dicho esto, es cierto que el sentimiento del mercado es muy negativo, y actualmente tenemos menos confianza en que esta reacción excesiva vaya a disiparse pronto. En general, consideramos que los focos de incertidumbre han aumentado, motivo por el cual hemos decidido recortar en cierta medida nuestro perfil de riesgo. Puesto que consideramos que la relación riesgo/rentabilidad de la deuda high yield resulta interesante dado el nivel actual de sus diferenciales, hemos reducido nuestro riesgo aumentando la infraponderación que manteníamos en renta variable de mercados emergentes y trasladando nuestra exposición en renta variable de mercados desarrollados hacia valores más defensivos”, concluye en su análisis.

¿Realmente es una buena noticia que los bancos estén emitiendo más deuda?

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¿Realmente es una buena noticia que los bancos estén emitiendo más deuda?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: id. ¿Realmente es una buena noticia que los bancos estén emitiendo más deuda?

Los esfuerzos de reguladores y agencias de calificación para que los bancos incrementen sus niveles de deuda no supondrán un cambio real en cuanto a quién asumirá el coste de una nueva crisis: los inversores y los que ahorran para su jubilación, asegura Gregory Turnbull-Schwartz, gestor de renta fija en Kames Capital.

Turnbull-Schwartz añade que los bancos se están viendo forzados a captar grandes cantidades de capital, lo que incrementa tanto los costes como los riesgos a los que se enfrentan las entidades.

“El Financial Times cifraba hace poco en 1,1 billones de euros la cantidad que tendrán que captar los bancos para cumplir con los requisitos que les obligan a ampliar aún más sus colchones de capital con capacidad para absorber pérdidas (TLAC)”. Las agencias de calificación, por su parte, han empezado a incluir este concepto en sus metodologías y ahora premian a las entidades por emitir más deuda subordinada.

«Todos estamos de acuerdo en que reforzar el capital es un objetivo deseable. El problema es que la deuda, independientemente del apellido que le pongas, sigue siendo deuda, no capital». Una de las consecuencias de esta carrera por captar más capital es que los instrumentos de deuda resultan cada vez más complejos, tanto entre jurisdicciones (por ejemplo, la deuda francesa frente a la alemana) como entre instituciones. Como la regulación europea se traspone a las respectivas legislaciones nacionales, las diferencias entre jurisdicciones se traducen en una gran variedad de bonos bancarios. En un momento en que a muchos les preocupa la liquidez del mercado de deuda, cualquier aspecto que lo fragmente aún más representa un factor de riesgo potencial. Así que, mientras los bancos refuerzan sus balances con capital que realmente no es capital, la liquidez del mercado sí está sufriendo un deterioro real.

En opinión de Turnbull-Schwartz, el hecho de que los bancos se vean obligados a invertir un porcentaje de sus beneficios en esta deuda de mayor coste implica que los recursos propios de las entidades crecen menos, lo que frena la generación de capital que respalde el crédito y dificulta que puedan protegerse ante una nueva crisis.

«La pregunta lógica es si toda esta nueva deuda realmente conseguirá que el sistema bancario sea más robusto», plantea el gestor. «¿Los bancos con más deuda subordinada serán capaces de resistir una crisis mejor que los bancos con menos deuda de este tipo? No está nada claro pero, incluso si aceptásemos que funcionará, es inevitable preguntarse quiénes son los tenedores de esa deuda, es decir, quiénes asumirán las pérdidas».

«Lo más probable es que los compradores sean los fondos de inversión en los que tenemos invertidos nuestros ahorros y nuestras pensiones, que serán precisamente los que más sufran en caso de pérdidas».

«Parece demasiada complicación y, ciertamente, demasiados costes –además de un nuevo obstáculo para que los bancos puedan inyectar más crédito en la economía– para algo cuyas ventajas para los contribuyentes, es decir, para los inversores, son más bien inciertas«.

 

 

Mercados frontera: viaje a Myanmar, el país más pobre del mundo

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Mercados frontera: viaje a Myanmar, el país más pobre del mundo
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Staffan Scherz. Mercados frontera: viaje a Myanmar, el país más pobre del mundo

“Para mí, Myanmar es la última frontera de los países asiáticos y esconde enormes oportunidades de inversión”. El que habla es Taizo Ishida, portfolio manager de Matthews Asia. Cuenta esta semana en el blog de la firma que en su primera visita a Rangún, una de las principales ciudades del país fue en junio de 2013, cuando las compañías internacionales de consumo corrían a establecerse allí antes de que lo hicieran sus competidores. “Recuerdo haber visto al CEO de Coca Cola en el aeropuerto celebrando con sus empleados la firma de un acuerdo que reanudaba las operaciones de embotellado en el país por primera vez en seis décadas. Reservar un hotel aquellos días en Myanmar era difícil. A pesar de que el país estaba empezando a abrirse a la inversión extranjera, faltaban por completo algunas infraestructuras esenciales, como la banca y las telecomunicaciones modernas”, cuenta el gestor.

El desarrollo en el país desapareció durante unos 50 años bajo el yugo de la dictadura socialista y militar que estuvo en el poder hasta 2011. Hoy en día, la economía de Myanmar todavía se basa en la agricultura, tal y como sucedía hace décadas, y el país es uno de los más pobres del mundo. De hecho, el peso de la agricultura en el PIB aumentó al 44% en 2010 desde el 35% de 1965, un fenómeno único en todo Asia, donde el peso medio de este sector en el PIB fue del 12% en 2010, cuenta Ishidacitando un estudio de McKinsey. El PIB de Myanmar el año pasado ascendió a tan solo era sólo 64.000 millones de dólares, siendo incluso menor que el de Sri Lanka, pese a tener el doble del tamaño de la población.

“Antes de volver a Rangún a mediados del año pasado para comprobar el progreso de la euforia en la inversión extranjera, ya intuíamos que se había calmado. Sin embargo, nada más aterrizar nos dimos cuenta de que no era así. Las carreteras estaban llenas de coches japoneses importados de segunda mano y la población usaba smartphones”, relata.

De hecho, el número de abonados móviles ha crecido a lo largo de cinco años de 500.000 a alrededor de 22 millones, es decir, más del 40% de la población. Una tendencia desarrollada con la puesta en marcha de tarjetas SIM y teléfonos inteligentes chinos de bajo coste fabricados por empresas extranjeras. “Es interesante observar como Myanmar se ha saltado la tecnología del teléfono fijo y de los móviles de características básicas para ir directamente a los smartphones. Este es sólo uno de los muchos ejemplos de oportunidades que vemos hoy en el país”, dice el experto de Matthews Asia.

Las perspectivas son claras: con una población de 52 millones de habitantes, Myanmar cuenta con un grupo demográfico considerable joven, abundantes recursos naturales, incluyendo el gas natural y el jade, que está situado geográficamente en el corazón de la región con el crecimiento más rápido del mundo y que tiene frontera con China e India. Por supuesto, no hay que subestimar los riesgos, que incluyen la baja productividad, un sistema educativo deficiente, la falta de infraestructuras básicas, una historia de violencia religiosa y un régimen político que sigue siendo cuestionable. Aunque todas estas son características típicas de los mercados frontera en cualquier parte del mundo.

Una dato importante es que los extranjeros que viven allí parecen alabar constantemente a la gente y hablar con amor del país y dice algo sobre el proceso de un país pobre como Myanmar que necesita de la ayuda exterior para conseguir que su economía crezca. La bolsa de Rangún abrió a principios de diciembre, y aunque no está previsto que las primeras empresas empiecen a cotizar hasta finales de febrero o marzo, su apertura es un hito entre los mercados de frontera de Asia.

Mónaco prepara un ley para regular la actividad de los multi family offices en el Principado

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Mónaco prepara un ley para regular la actividad de los multi family offices en el Principado
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Paul Wilkinson . Monaco to Examine Draft Law on Multi Family Offices

El consejo nacional de Mónaco, el parlamento del país, examina estos meses un proyecto de ley sobre la actividad de los multi family offices en el Principado.

Aunque los family office llevan mucho tiempo operando en el país, ha empezado a despuntar en los últimos años la actividad de los multi family offices, que amplían su espectro de servicios, pero que de momento no están sujetos a ningún tipo de regulación especial.

Es por ello, que Mónaco estudia ahora elaborar un marco regulatorio propio para este tipo de negocio que impulse también el Principado como un centro de referencia para los family offices de todo el mundo. Con la nueva ley, el parlamento busca hacer el país más atractivo para los individuos y empresarios ultra-high-net-worth (UHNW).

Entre las obligaciones de compliance contenidas en el proyecto de ley, los multi family offices que realicen transacciones financieras tendrán que obtener una licencia especial y estarán sujetos a la aprobación regulatoria de la autoridad financiera de Mónaco, la Commission de contrôle des activités financières (CCAF).

Otra  de las cosas que contempla la ley es que los multi family offices de Mónaco tendrán que estar estructurados bajo la forma de PLC (public limited companies).

Michael Roberge, co-CEO de MFS: “No creemos que Estados Unidos vaya a entrar en recesión en 2016”

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Recientemente Michael Roberge, CIO y co-CEO de MFS, realizó una visita a Miami en la que se reunió con más de 120 inversores en dos eventos organizados por Jose Corena, Managing Director de la gestora, y al que acompañaron Paul Britto, Regional Director, y Natalia Rodríguez, Internal Wholesaler.

Roberge, que trabaja en la firma desde hace 20 años, inició su repaso sobre el panorama macroeconómico y empresarial global destacando la enorme desconexión que existe entre lo que están descontando los mercados y lo que realmente está pasando en la economía. Esta circunstancia ha provocado que el entorno actual sea mucho más favorable que el de hace un año para aprovechar oportunidades, porque, cree el co-CEO de MFS, las caídas del mercado han propiciado precios más atractivos de entrada. “Existen riesgos, es innegable, pero el mercado está sobre descontándolos. Hace un año los mercados estaban tranquilos y todo el mundo estaba contento comprando, aunque todas las clases de activos estuvieran sobrevaloradas”, apuntó.

Pero el temor que se extiende en el mercado ahora no se refiere tanto a las valoraciones como a la posibilidad de tener en el horizonte un escenario de recesión. Para Roberge, aunque el mercado descuente un escenario de gran pesimismo, Estados Unidos no entrará en recesión en 2016.

“El consumo supone el 70% del PIB de Estados Unidos y su estado de salud es envidiable. La tasa de paro es cada vez menor, dirigiéndose hacia el 4%; los salarios reales están subiendo entre un 2% y un 2,5%; y el precio de la energía ha caído considerablemente en los últimos 18 meses, algo que para la renta disponible del consumidor es comparable a una bajada de impuestos”, argumentó.

“En Estados Unidos, el sector manufacturero, que supone el 10% de la economía, está evolucionando peor que los sectores orientados al consumo”. Esto se debe a la fortaleza del dólar, que perjudica las exportaciones, pero también a la limpieza de los inventarios acumulados durante el pasado año. Una vez hayan terminado de salir estos inventarios es probable que el sector manufacturero deje de lastrar el crecimiento del PIB”.

Por último, Roberge recordó que el sector público, que ha contribuido de forma neutral o negativa durante los últimos años, aportará entre el 0,6% y el 0,7% al crecimiento del PIB en 2016 mediante una combinación de recorte de impuestos e incremento del gasto. “En resumen, la economía de Estados Unidos está en buena forma. Haciendo las cuentas parece muy improbable que Estados Unidos entre en recesión a no ser que se produzca un factor exógeno que afecte de forma importante a la confianza del consumidor”, explicó a los asistentes. Estos factores que podían afectar al consumo son los precios de las gasolinas y los tipos de interés, dos elementos que no sufrirán cambios bruscos este año.

Crecimiento mundial

En lo que respecta al crecimiento mundial, Europa cuenta a su favor con la fortaleza del dólar, que está favoreciendo a los exportadores y en definitiva a su sector manufacturero. El ejecutivo de MFS cree que el efecto va a durar a lo largo de todo 2016, pero es que además el Viejo Continente también se está beneficiando, y mucho, de los bajos precios de la energía. Por su parte, no es probable que Japón contribuya demasiado al crecimiento global este año y finalmente se espera que la parte del mundo que seguirá deteriorándose en 2016 son los mercados emergentes. “La continua presión de China hará que crezcan, pero menos que el año pasado. Si los miramos en su conjunto, creo que hay una probabilidad muy baja de que entren en recesión. Es el mercado el que se está equivocando, no los fundamentales de la economía que es lo que anticipan lo que tenemos por delante”, recordó.

Con todo esto sobre la mesa, la recomendación de MFS a los inversores es que tengan en cuenta la renta variable en lugar de la renta fija de alta calidad. La razón, dice, es muy simple. La rentabilidad por dividendo media actualmente se sitúa en el 2,4% mientras que la rentabilidad del bono a 10 años del Tesoro estadounidense es del 2%. Así que a no ser que la economía entre en recesión, “que es algo que no creemos que vaya a suceder, es mejor poner el acento en la renta variable dada la falta de rentabilidad en los mercados de renta fija hoy día”.

Escasas oportunidades en renta fija

Entre las pocas oportunidades que ofrece la renta fija ahora mismo, Roberge cita el mercado de renta fija high yield, donde la rentabilidad media ronda el 9%. “Probablemente batirá a la renta variable este año”, por lo que cree que es buena idea incorporar algo de este activo en el portafolio. “Creemos que el mercado está siendo mucho más pesimista sobre las condiciones del mercado high yield de lo que nosotros creemos que va a pasar en realidad. La clave aquí está en la volatilidad y la liquidez, dos factores que preocupan mucho, pero el mercado ya ha descontado de sobra ambos riesgos. La deuda high yield debería hacerlo este año mucho mejor que los bonos del Tesoro estadounidense y mucho mejor también, en nuestra opinión, que las bolsas”.

El co-CEO de MFS se decanta también por el mercado de deuda emergente denominada en dólares y explica que “en los últimos cinco o seis años hemos asistido a un aplanamiento en la curva de la deuda de los países desarrollados, debido a la ralentización del crecimiento y a las políticas monetarias de los bancos centrales y creemos que el próximo ciclo de deuda va a favorecer a los emergentes. Preferimos deuda emitida en dólares porque las monedas locales todavía están expuestas al riesgo de China, al riesgo de los precios de las materias primas y a lo que haga la Fed a lo largo del año”, dijo.

El mercado está esperando que la Reserva Federal suba los tipos de interés de nuevo en marzo, pero MFS no cree que vaya a ser así. Roberge apuesta porque el organismo que preside Janet Yellen va a tomárselo con calma. “Es probable que esta vez sea la Fed la que mueva el mercado y no al revés. Va a ser difícil para el organismo subir los tipos de interés dado que los principales bancos centrales del mundo desarrollado siguen relajando la política monetaria como consecuencia de las presiones deflacionistas globales. Por eso, no vemos a la Fed subiendo los tipos cuatro veces este año y hemos posicionado nuestros portfolios de acuerdo a esta visión”, dijo.

En su repaso por los países latinoamericanos, el co-CEO de MFS explicó que en sus portafolios hay deuda de México denominada en dólares y han añadido recientemente deuda argentina, debido al cambio político visto tras las recientes elecciones. Con respecto a Venezuela, dadas las condiciones políticas y el precio del petróleo, la firma con sede en Boston cree que en algún momento va a tener que reestructurar su deuda porque ahora mismo sus niveles no son sostenibles.

Brasil tiene un montón de desafíos”, sentenció. “Su economía está estancada, registra una alta inflación, su banco central tiene poco margen de maniobra y a todo esto se suman las turbulencias políticas como consecuencia de los casos de corrupción surgidos en el último año. Estos factores hace que sea casi imposible poner en marcha las reformas que necesita el país”.

Los bancos centrales siguen preparados para acudir al rescate

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Los bancos centrales siguen preparados para acudir al rescate
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: ECB. Los bancos centrales siguen preparados para acudir al rescate

El clima inversor sigue siendo complicado. Los indicadores sobre datos económicos inesperados se han deteriorado hasta tocar su nivel más bajo desde 2013 y la dinámica de crecimiento de los beneficios continúa empeorando. Con todo, los bancos centrales de todo el mundo han vuelto una vez más a mostrar, en medio de este contexto, su voluntad de acudir al rescate.

El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, manifestó que todas las opciones están sobre la mesa y que el BCE está decidido a tomar más medidas en la reunión de marzo. La Reserva Federal estadounidense siguió sus pasos con una reunión de tintes bastante moderados y el banco central de Japón se aventuró por un territorio inexplorado pasando por sorpresa a un tipo negativo para los depósitos de reservas excedentarias.

En definitiva, creen los analistas de NN Investment Partners, los bancos centrales parecen listos para seguir acudiendo al rescate de los mercados financieros cuando sea necesario. Y es que, estiman desde la firma, las expectativas de inflación siguen muy ancladas con la evolución del petróleo. Sin ir más lejos, es un objetivo compartido de la Fed y del BCE.

“Los diferenciales de solvencia presentan una alta correlación negativa con las expectativas de inflación (véase el gráfico). Las expectativas de inflación, por su parte, han mostrado recientemente una elevada correlación con los precios del petróleo. Draghi también volvió a resaltar la importancia a este respecto de los precios de las materias primas, y en especial los del crudo. Los precios de las materias primas son importantes, sobre todo si las variaciones de los precios son persistentes y considerables, como ha sucedido con el petróleo. Los efectos secundarios de estos cambios, p. ej., vía salarios, requieren de una estrecha vigilancia a este respecto”, explica la firma en su análisis semanal del mercado.

Las consecuencias de esta relación entre petróleo e inflación es que probablemente favorecerá a los mercados de renta fija privada. Bien podría volver a desarrollarse una forma suave de “búsqueda de rendimiento”, que favorezca a los productos de renta fija privada en general. “A muy corto plazo, esto podría bastar para que se produzca un giro de la rentabilidad de la mayoría de categorías de renta fija privada víctimas de una corrección bajista bajo presiones vendedoras. En este escenario, cambiamos el 25 de enero nuestras posiciones en deuda pública de mercados emergentes denominada en monedas fuertes y en deuda high yield estadounidense hasta una pequeña sobreponderación”, explica NN IP.

Además, la gestora holandesa revela que dentro de su asignación regional ha incrementado su exposición a la renta variable japonesa de una sobreponderación pequeña a otra mediana. Y justifica este cambio porque cree que los beneficios presentan una fuerte dinámica de crecimiento en comparación con la de los mercados de EE.UU. o la zona euro. “Las empresas niponas podrían este año volver a mostrar el mayor crecimiento de los beneficios, favorecidas por la depreciación del yen. De manera similar, los indicadores de sorpresas económicas son menos negativos que en el resto de mercados desarrollados, pese a deteriorarse considerablemente en las últimas semanas”, dice.

Los ETPs captan un volumen de inversión de 13.900 millones de dólares en el último mes

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La dinámica de los tipos de interés
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Victor Barao. La dinámica de los tipos de interés

Según el último informe de iShares BlackRock, los ETPs a escala global captaron un volumen de inversión de 13.900 millones de dólares, dado que los inversores se enfrentaron a una mayor volatilidad de mercado y al descenso de las previsiones de crecimiento global. Las turbulencias en las plazas bursátiles mundiales llevaron a muchos a buscar activos refugio, por ejemplo en los ETPs de deuda gubernamental de países desarrollados, destacando aquellos sobre renta fija gubernamental estadounidense que se anotaron unas entradas netas por valor de 9.100 millones de dólares. Se trata de la tercera cifra más importante de inversión mensual en ETPs de esta clase de activos en los últimos cinco años y se acerca a la cota máxima histórica de inversión anual de 14.400 millones de dólares, registrada en 2009.

Las previsiones de estímulos por parte del Banco de Japón y del BCE impulsaron las inversiones en fondos cotizados de renta variable japonesa y europea, que ascendieron a 5.200 y a 2.400 millones de dólares, respectivamente.

Los inversores en ETPs de renta variable estadounidense retiraron 11.200 millones de dólares de este tipo de productos, reduciendo así su exposición a segmentos con beta elevada y sensibles al ciclo económico, concretamente los productos cotizados centrados en valores de pequeña y mediana capitalización (-3.400 millones de dólares) y en sectores cíclicos (-3.500 millones de dólares). A pesar de ello, las salidas de capital en lo que va de año han sido inferiores a las registradas en enero de 2015, mes en el que los fondos cotizados de renta variable estadounidense registraron unas salidas por valor de 18.400 millones de dólares. Los productos de mínima volatilidad generaron una inversión de 1.300 millones de dólares, impulsada principalmente por la demanda de los inversores de renta variable estadounidense.

En Europa, los comentarios procedentes del Banco Central Europeo derivaron en un volumen de inversión de 1.800 millones de dólares en el conjunto de productos cotizados de renta variable europea. Los fondos cotizados de renta variable británica captaron 821 millones de dólares. Los inversores priorizaron los productos de renta fija gubernamental en un ajuste táctico de aversión al riesgo. Esta categoría registró una inversión de 1.400 millones de dólares. No obstante, esta cifra se vio parcialmente empañada por las salidas de capital en el segmento de la deuda corporativa (-663 millones de dólares).

Los fondos cotizados de materias primas se anotaron un volumen de inversión de 4.300 millones de dólares, su mejor mes desde febrero de 2015. Las entradas de capitales se vieron impulsadas por la demanda de productos petrolíferos y auríferos, y ambas categorías lograron volúmenes de inversión por valor de 2.800 y 1.900 millones de dólares, respectivamente.

“La inversión registrada en enero de 2016 superó incluso las cifras de 2015, puesto que los inversores recurrieron a los ETPs para materializar sus opiniones de inversión en un contexto de mercado turbulento. Las múltiples incertidumbres a las que hemos asistido a lo largo del mes -desde el desplome de los precios del crudo hasta un panorama de menor crecimiento económico internacional- llevaron a los inversores de todo el mundo a reducir parte del riesgo de sus carteras y a priorizar los activos refugio. Se produjeron notables salidas de los productos cotizados de renta variable estadounidense, por valor de 11.000 millones de dólares, frente a unas entradas de capital por valor de 26.000 millones registradas sólo en diciembre de 2015″, enumera Ursula Marchioni, directora de estrategia de iShares para la región EMEA en BlackRock.

Curiosamente, añade, «la inversión a escala global en productos cotizados de materias primas sugiere que algunos inversores piensan que los precios de la energía podrían haber llegado demasiado lejos, y este tipo de productos ha registrado su mejor mes en términos de inversión desde febrero de 2015. Los ETPs de oro y de títulos energéticos lideraron la inversión en este segmento”.

“A pesar de la notable volatilidad presente en los mercados de renta variable, no todos los activos de riesgo sufrieron salidas. Esta tendencia fue especialmente relevante en Europa, donde la renta variable fue la clase de activo más popular del mes en la región. Los productos cotizados europeos registraron un volumen de inversión de 3.000 millones de dólares. Esta demanda se vio impulsada por las pistas facilitadas por el Banco Central Europeo acerca de nuevos estímulos monetarios, lo que fomentó el optimismo acerca del panorama económico de la región entre los inversores”, explicó Aitor Jauregui, responsable de desarrollo de negocio de BlackRock para España.

La trampa de liquidez global podría acompañarnos más tiempo

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La trampa de liquidez global podría acompañarnos más tiempo
Foto: steinchen / PIxabay. La trampa de liquidez global podría acompañarnos más tiempo

Unos mercados bursátiles que se tambalean y unos precios de las materias primas a los niveles más bajos desde 1999 suscitan dudas sobre la fortaleza de la economía mundial. Al mismo tiempo, los indicadores de confianza muestran signos de incertidumbre. Todo el mundo parece centrarse en China como el principal culpable. Lo que está claro es que China está teniendo ciertas dificultades a la hora de gestionar esta delicada transición hacia una economía más orientada al consumo doméstico. En cualquier caso, sería demasiado fácil creer que este es el único motivo. Al fin y al cabo, los últimos datos económicos procedentes de China no han resultado nada sorprendentes. Además, hay numerosos indicios que demuestran que las medidas de estímulo emprendidas por las autoridades chinas desde finales de 2014 han comenzado a tener un efecto estabilizador en la actividad económica, aun cuando se mantiene la tendencia bajista a largo plazo.

Está claro que, después de más de siete años desde el inicio de la Gran Recesión, el mundo aún sigue haciendo frente a sus consecuencias y esto a pesar de que los tipos de interés han llegado a mínimos históricos y los bancos centrales han emitido importantes cantidades de billetes. ¿Qué es lo que va a pasar ahora? Tal y como ya señaló el físico danés Niels Bohr: «Hacer predicciones siempre es muy difícil, en especial sobre el futuro». O podríamos tomar las palabras del economista estadounidense Solomon: «La única función de las previsiones económicas es hacer que la astrología parezca respetable». También nos gusta la cita de JK Galbraith al respecto: «Los economistas no hacen previsiones porque las sepan, sino porque se las piden».

No estamos más preocupados por el tema de la economía china que lo que solíamos estar. Asimismo, la nueva bajada de los precios del petróleo se puede explicar en gran medida desde el punto de vista de la oferta. Se trata de una consecuencia del actual excedente de petróleo más que de un síntoma de una catástrofe económica inminente. Tampoco nos inquieta en exceso un cambio significativo en la política monetaria. A pesar de que a finales de diciembre de 2015 la Reserva Federal subió por primera vez los tipos de interés, es probable que la política monetaria siga siendo muy condescendiente, aun cuando las medidas no convencionales, como por ejemplo la expansión cuantitativa, no son la panacea cuando los tipos de interés están cerca o ligeramente por debajo de cero (la conocida como trampa de liquidez o liquidity trap).

Con el modesto crecimiento económico actual y el endeudamiento global, contemplar explícitamente un endurecimiento de las condiciones de liquidez constituiría un error político real. Dicho esto, el debate que ahora parece estar surgiendo en el seno del BCE entre los “halcones” y las “palomas” de la inflación sugiere que las expectativas de nuevas medidas de estímulo deben suavizarse. Por tanto, reiteramos nuestra opinión de que el BCE no tendrá una tarea fácil para lograr su objetivo de inflación cercano al 2%, sin contar, además, que existen varios riesgos políticos importantes. Una perspectiva más alentadora, por el momento al menos, es la que ofrecen los últimos indicadores de confianza para la economía de la zona euro que auguran una recuperación continuada, aunque a un ritmo moderado a pesar de los actuales vientos a favor.

Por el contrario, los principales indicadores en Estados Unidos apuntan a una desaceleración significativa a la que hay que prestar cierta atención. Las previsiones de un crecimiento cercano al 2,5%, tal y como actualmente estiman el FMI, la OCDE y la Comisión Europea, por ejemplo, parecen ser demasiado optimistas. Con un 1,8%, nuestras previsiones son inferiores al 2%, un nivel que corresponde a la mayor parte de las estimaciones de crecimiento a largo plazo para la economía estadounidense. Además, siguen existiendo riesgos a la baja. Un grupo minoritario de observadores cree que Estados Unidos volverá a caer rápidamente en recesión. Nosotros no iremos tan lejos (aún), puesto que el gasto de los consumidores se apoya en unos precios de la energía muy bajos y una recuperación de los mercados inmobiliarios y laborales.

Por otro lado, con unos tipos de interés reales a corto plazo aún por debajo de cero, este ritmo muy modesto de recuperación económica también indica que el riesgo de estancamiento no debería descartarse tan fácilmente. Al fin y al cabo, ya se observó una larga tendencia a la baja en los tipos de interés reales incluso antes de 2008, después de décadas de constante incremento del coeficiente de endeudamiento y los datos demográficos positivos. Estos vientos favorables ya no permanecerán con nosotros en los próximos años, una señal de que las condiciones de una trampa de liquidez global podría acompañarnos incluso más tiempo. A largo plazo, los últimos avances tecnológicos en numerosas áreas son un motivo para ser relativamente optimistas. Por otra parte, nadie sabe con exactitud a qué velocidad se desarrollarán los avances tecnológicos y el proceso de automatización, y mucho menos qué impacto tendrán en los precios, el empleo y la desigualdad. Por eso, como se ha explicado anteriormente, el futuro es incierto.
 

Columna de Hans Bevers, Chief Economist de Degroof Petercam.

¿Están los valores energéticos abocados a un quinto año de rentabilidad inferior a su índice?

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¿Están los valores energéticos abocados a un quinto año de rentabilidad inferior a su índice?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Matthew Rutledge. ¿Están los valores energéticos abocados a un quinto año de rentabilidad inferior a su índice?

Según un análisis de Columbia Threadneedle Investments, los valores energéticos han quedado rezagados respecto al mercado por cuarto año consecutivo. También han sido los que han registrado la rentabilidad más baja de los 10 sectores del S&P 500 tanto a tres años como a cinco años, y se sitúan como los segundos peores (solo por encima de los valores financieros) durante los 10 últimos años.

La rentabilidad relativa a largo plazo de los valores energéticos en comparación con el mercado más amplio suele estar correlacionada con el precio del petróleo, explica Jonathan Mogil, gestor de carteras y analista senior de la firma, que recuerda además, que los valores energéticos rindieron bien tanto en la década de los setenta como en los diez primeros años del siglo XXI, cuando los precios del petróleo subieron, y quedaron rezagados durante la mayor parte de los años ochenta, cuando el petróleo se abarató.

Para Mogil, la abrupta contracción de los precios del petróleo es una de las grandes culpables de la débil rentabilidad vista recientemente en el sector de la energía, aunque a ello también han contribuido muchos otros factores, algunos de los cuales llevan activos varios años.

“La rentabilidad corporativa se ha deteriorado de forma constante desde mediados de la década pasada a causa de unos niveles de inversión de capital sin precedentes y el fácil acceso al capital. Al caer recientemente los precios del petróleo hasta situarse por debajo de los 40 dólares por barril, el sector de la energía se ha visto obligado a centrarse en reducir su estructura de costes, en mejorar sus eficiencias operativas y de capital y en no gastar más de lo que tiene”, dice.

La pregunta que surge es: ¿Puede prolongarse esta baja rentabilidad? El experto de Threadneedle cree que desde un punto de vista estadístico, cinco (o más) años consecutivos de pérdidas es algo normal en cualquier sector y se han dado numerosos casos durante los 50 últimos años.

Factores para la recuperación

Con el gráfico histórico en la mano, Mogil afirma que para que las acciones energéticas rindan mejor que el mercado en general, deben darse una subida del precio del petróleo y un modelo de negocio más disciplinado. “Sigue reinando el pesimismo por lo que respecta a los precios del petróleo. La mayor parte de la comunidad inversora ha asumido que los precios serán más bajos durante más tiempo, y parece poco probable que se produzca una recuperación del precio del petróleo antes de finales de 2016 o principios de 2017. Sin embargo, los inversores en renta variable parecen un grupo más optimista. Hoy en día las valoraciones miran más allá del ciclo bajista actual y se centran en un momento en el que los precios del petróleo, los ingresos y los flujos de caja serán más elevados”.

El momento en el que se produzca la recuperación del petróleo probablemente determinará la evolución de los valores energéticos con respecto al resto del mercado en 2016:

  1. Sorpresa antes de lo previsto:es posible que una recuperación del precio del petróleo entre principios y mediados de 2016 pille desprevenido al mercado, lo que proporcionará un catalizador positivo, en especial si esa subida de los precios se considera sostenible.
  2. Una recuperación en 2017:las expectativas de una recuperación gradual en 2017 probablemente no supongan un catalizador suficiente para impulsar al alza los valores en 2016.
  3. Más bajos incluso durante más tiempo:en caso de que los desajustes del mercado persistan durante 2016 y retrasen la recuperación hasta después de 2017, lo más probable es que los valores energéticos vivan otro año complicado.

“Es probable que asistamos a un exceso de oferta en los mercados de petróleo durante la mayor parte de 2016, aunque ya están comenzando a aparecer indicios de la llegada del próximo ciclo del petróleo. El descenso de la actividad en el sector del esquisto estadounidense (un factor positivo) y la continua guerra por las cuotas de mercado en la OPEP (un factor negativo) son solo dos componentes de la ecuación de la oferta. Ya llevamos casi dos años de fuerte reducción de la inversión de capital fuera de estas dos regiones, tenencia que seguramente continuará en 2016 y retrasará aún más la oferta futura para atender el leve crecimiento de la demanda y las tasas de reducción naturales. Si bien resulta complicado predecir el momento exacto en el que desaparecerá el desequilibrio entre la oferta y la demanda, una recuperación gradual en 2017 sigue siendo el desenlace más probable, pero difícilmente supondrá un catalizador suficiente para que los valores energéticos rindan mejor que el mercado más amplio en el conjunto de 2016”, concluye en su análisis.