José Ramón Iturriaga, de Abante. Foto cedida. José Ramón Iturriaga (Abante), Ricardo Seixas y Alvaro Llanza (Fidentiis) obtienen la triple A de Citywire
José Ramón Iturriaga, gestor de los fondos Okavango Delta FI, Kalahari FI y Spanish Opportunities Fund, ha recibido el rating AAA por Citywire en reconocimiento a su gestión, tras haber obtenido la doble A el pasado octubre en la categoría de Long Only. Y es el único español con esa nota en la categoría.
Además, dos gestores de Fidentiis Gestión, Ricardo Seixas y Alvaro Llanza, han obtenido esa triple A en la categoría de renta variable ibérica. Ambos están a cargo de la gestión del fondo Fidentiis Tordesillas Iberia y son los únicos gestores en la categoría “Equity Iberia” con dicho galardón. Ambos se encuentran posicionados en el primer puesto en su categoría a tres años y en el segundo puesto a cinco años, demostrando así su consistencia a largo plazo, ha anunciado la compañía.
El éxito de Iturriaga
José Ramón Iturriaga es un gestor especializado en renta variable española que invierte en una cartera concentrada de compañías domiciliadas en España, buscando acciones que estén infravaloradas por el mercado, sin preferencia sectorial. Actualmente, el patrimonio que gestiona a través de sus fondos y de los mandatos, supera los 200 millones de euros. En 2014 fue elegido mejor gestor nacional por Allfunds-Expansión (Okavango Delta FI fue el fondo más rentable de Europa en 2013).
“Estoy muy contento por el reconocimiento de Citywire, porque, básicamente, es el mejor refrendo de mi forma de entender la gestión: selección de valores, cartera concentrada, visión contrarian y paciencia, mucha paciencia”, destaca Iturriaga. Y añade: “El mérito, como siempre digo, es de los partícipes, que son los que con su apoyo -y en estos últimos años ha sido necesario- han permitido que yo me mantenga firme en mis convicciones de inversión y lleguen los resultados. Así que la triple A es para ellos, para los partícipes del fondo”, dice.
Iturriaga comenta, además: “Echando la mirada atrás, este tipo de noticias son la ratificación de que cuando hace diez años decidí saltar el muro y perseguir mi sueño, que no es otro que el de maximizar el retorno para el cliente desde la gestión activa -dicho desde la mayor humildad- se ha cumplido”. “Estoy muy orgulloso con este reconocimiento, porque nadie regala nada”, afirma.
Citywire asigna ratings de acuerdo con criterios puramente cuantitativos, basándose en la diferencia entre la rentabilidad de los fondos y sus índices de referencia en el período de los últimos 36 meses. Actualmente, de los gestores españoles que sigue Citywire, 17 tienen calificación.
Foto: Ennor, Flickr, Creative Commons.. EAFIs, una alternativa para banqueros y agentes financieros
En el último año y medio, desde el Área de EAFIs de Andbank se ha incrementado notablemente el número de consultas de agentes y banqueros interesados en conocer con mayor detalle las obligaciones y particularidades de la operativa de una EAFI.
Profesionales que mantienen como denominador común una visión de servicio al cliente basada en ofrecer asesoramiento personalizado y que se sienten poco identificados con la tradicional banca de producto. Los rápidos cambios regulatorios que está provocando MiFID II en sus actuales entidades hacen que se estén replanteando su modelo de futuro.
En momentos convulsos de mercado, los motivos que encontramos son muy variados: la entidad para la que trabajan ha sufrido diversas integraciones/fusiones, la línea de negocio de Banca Privada y agentes parece que cada vez tiene menos peso en su entidad o porque la arquitectura abierta es excesivamente limitada.
La nueva regulación MiFID II ha promovido el auge de los departamentos jurídicos y ha hecho que el cumplimiento normativo goce de mayor protagonismo en la entidad y se aplique con mayor rigor una regulación que nos acompaña desde hace ya siete años. Se incrementan los controles y limitaciones para agentes/banqueros, teniendo estos que ajustarse fielmente a las políticas de inversiones trazadas por la entidad de la cual dependen y perdiendo por tanto cierto grado de libertad; siendo ahora el Contrato de Asesoramiento el producto estrella, y base de nuestro futuro éxito.
El pago por asesoramiento va a resultar nuestro caballo de batalla en los próximos dos años y la gestión del cambio no será fácil entre profesionales y clientes, pero ya existe un precedente: las 154 EAFIs existentes llevan haciéndolo desde su creación y el modelo de pago ya es una realidad.
Estos banqueros y agentes buscan en la figura de la EAFI una solución a la nueva forma de relación con los clientes. Pero dar el salto a EAFI debe medirse bien y debe estar bajo el amparo y apoyo de una entidad y someterse a las imposiciones de nuestro regulador: la CNMV. El cambio no se debe tomar a la ligera.
Desde Andbank siempre tratamos de apoyar a los emprendedores que optan por esta vía, realizando la labor de consultoría para que valoren los pros y contras de tan importante decisión y que puedan dar el paso con la absoluta convicción de estar en el lugar adecuado para su modelo de negocio.
Las EAFIs no solo suponen un elemento diferenciador en el mercado. Ofrecen también una potente alternativa para aquellos modelos de gestión de clientes “libres de conflicto de interés”, intensivos en asesoramiento, que pueden ofrecer servicios tan atractivos como la multicustodia, asesoramiento de vehículos de inversión, posibilidad de asesoramiento transfronterizo etc.. y todo ello bajo el sello de calidad que proporciona la supervisión directa del regulador español.
En el otro lado de la balanza, este nivel de autonomía tiene un precio. A la conocida limitación de no poder ejecutar las órdenes, sumamos la regulación específica a la que se ve sometida, que provoca una mayor carga de trabajo por supervisión y reporting, que puede oscilar entre los 12.000-15.000 euros anuales y unos mayores costes de funcionamiento recurrentes que aquellos que presumiblemente asume un agente o banquero, donde su entidad matriz incluso les puede dar cobijo en sus instalaciones.
Si existe esa vocación de servicio, y una vez realizado el análisis, el tipo de cliente y el volumen de su cartera (modelo de negocio, tipo de productos, margen de los mismos) determinará la viabilidad del proyecto de EAFI.
La libertad para poder asesorar a sus clientes, seleccionar activos y productos, el acceso a diferentes entidades, “defender” una marca y proyecto propio, las garantías que supone estar regulado y supervisado por CNMV… son aspectos que pesan positivamente en la balanza a la hora de dar el paso de convertirse en EAFIs.
Columna de Horacio Encabo, responsable de EAFIs de Andbank España, que participó recientemente en un evento de iiR sobre agentes financieros.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Clint Mason. ¿Hay burbuja en algún mercado de renta variable?
El petróleo está perdiendo su capacidad de lastrar los mercados financieros, ya que éstos han sabido reflejar mejor los riesgos asociados a él y, con el paso del tiempo, los efectos positivos de sus bajos precios irán cobrando protagonismo, explica Lukas Daalder, director de Inversión de Robeco Investment Solutions.
El asombroso desplome del precio del petróleo, desde más de 100 dólares por barril en verano de 2014 hasta su mínimo de 25 dólares alcanzado en febrero de este año ha arrastrado a los mercados de valores, sobre todo debido a la creencia de que el bajo precio del crudo resulta perjudicial para las empresas relacionadas con la energía y es síntoma de desaceleración económica. Desde entonces, los mercados han subido, conforme los precios del petróleo se han ido recuperando.
Sin embargo, la correlación entre los precios del crudo y de las acciones va a reducirse ahora que los mercados son mucho más conscientes de los riesgos que existen, afirma Daalder. Considera además que la mejoría de las dinámicas del mercado hace suponer que el mercado ya ha tocado fondo, aunque resulta muy complicado hacer predicciones precisas.
Correlaciones estrechas
“El petróleo ha sido el tema que ha centrado la atención de los mercados financieros desde el primer día del año, pues ha servido de catalizador tanto para el violento desplome de las acciones y los créditos como para la subsiguiente recuperación que ha tenido lugar desde mediados de febrero”, afirma Lukas Daalder. “Ha existido una clara correlación entre los niveles intradía del S&P 500 y el precio del crudo West Texas Intermediate, así como entre los del Stoxx 50 y el precio del Brent, respectivamente”.
“Grosso modo, toda subida o bajada de 1 dólar en el precio del petróleo ha generado una ganancia o pérdida de aproximadamente el 1% en los mercados de valores. El petróleo ha fluctuado en una banda de unos 15 dólares desde que comenzó el año y, por tanto, las subidas y bajadas de los mercados de valores se han mantenido dentro del 15%. Pero si tenemos en cuenta los datos históricos, resulta evidente que esta correlación de ‘un dólar-1%’ está abocada a disiparse de cara al futuro”, dice.
El director de Inversión de Robeco Investment Solutions apunta que los mercados ya se han acostumbrado a que el precio del petróleo sea bajo y volátil por lo que, básicamente, están perdiendo interés. “No decimos que el precio del petróleo ya no sea importante; sencillamente planteamos la cuestión de si su relevancia va a ser tan decisiva como antes, con independencia de la evolución futura de sus precios”, aclara Lukas Daalder.
Patrones familiares
“Claramente, cuando surge una nueva situación que el mercado no espera, su efecto es significativo: los riesgos no se reflejan en los precios, y a menudo no se dispone de información suficiente. Por ejemplo, cuando el petróleo se situaba en 70 dólares, casi nadie preveía la posibilidad de que bajara hasta los 50 dólares; cuando había llegado a la cota de los 30 dólares, los principales bancos de inversión publicaban informes de análisis diciendo que no podía descartarse que llegaran a los 20 dólares”, afirma Daalder.
Así que pasado este intervalo inicial, evidentemente, el perfil de riesgo del mercado se encuentra distribuido de forma más regular, lo que supone que las repercusiones posteriores ya no dependen de un solo factor. “Se ha buscado protección y se han establecido coberturas, si no en toda la comunidad inversora, al menos en la parte más activa de la misma. Los mercados ya no se ven perjudicados directamente por posteriores bajadas; de hecho, algunos partícipes del mercado incluso puede beneficiarse de ellas”, cuenta.
Predecir la evolución de los precios del petróleo, dados las incertidumbre del mercado, resulta casi imposible, según Lukas Daalder, que sin embargo considera que su tendencia general es de subida. “Existe una excesiva incertidumbre tanto en el lado de la demanda —sobre el crecimiento económico, China y la transición estructural hacia las energías alternativas— como en el de la oferta —con el auge del petróleo de esquisto o la defensa por parte de Arabia Saudí de su cuota de mercado— como para que podamos estimar un nivel concreto en el que puedan situarse los precios del petróleo durante un intervalo de tiempo determinado”, afirma.
“Pero en general parece evidente que el nivel excesivamente bajo que alcanzó el precio del petróleo en febrero ha dado lugar a una bajada paulatina pero constante de la oferta de crudo en el mercado, como queda patente en el notable recorte de la inversión en nuevos recursos de producción. Con el tiempo, esto generará un mayor equilibrio entre oferta y demanda, pero no hay que olvidar que este proceso llevará tiempo: la Agencia Internacional de la Energía estima que, como mínimo, hasta 2017”, concluye.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Steve Morton. Es imprescindible una nueva política presupuestaria
El BCE, que vuelve a reunirse hoy, anunció hace semanas en su anterior meeting una ampliación de su programa de flexibilización monetaria, por segunda vez. Las medidas del programa consisten en ampliar la monetización de la deuda tanto pública como privada, en hacer descender todavía más los tipos de interés en territorio negativo y en refinanciar la banca a tipos nulos, incluso negativos, para estimular la oferta de crédito.
Tales medidas, aunque necesarias, son insuficientes. Incluso el presidente del BCE, Mario Draghi, tiene dudas, hasta el punto de no descartar una solución monetaria radical consistente en dar dinero a los ciudadanos europeos. Vemos, pues, que ha variado profundamente el tono de su discurso. Él, que antes abogaba por el rigor presupuestario, ahora ya piensa en políticas de estímulo y en la reducción de impuestos. Así, por ejemplo, en junio de 2013 manifestaba que “para inspirar confianza, los responsables políticos deben respetar fielmente sus programas de ajuste presupuestario”. En cambio, en la última conferencia de prensa de hace semanas aludía a “reformas estructurales dirigidas esencialmente a fomentar la inversión pública y reducir los impuestos”. De un modo más preocupante, Mario Draghi llegó a exponer que faltaba “claridad sobre el futuro de nuestra unión monetaria”. El presidente se muestra ahora más circunspecto que en julio de 2012, cuando dijo que haría cuanto fuese necesario para salvar el euro.
Para ello hacen falta reformas estructurales, dirigidas principalmente a incrementar el nivel de la demanda. El cambio de orientación presente, pues, va más allá de una simple nota discursiva. En efecto, la política monetaria constituye una negación de las teorías monetaristas, concebidas por Irving Fisher (1867-1947) y Milton Friedman (1912-2006). Existe, según ambos economistas, una relación casi directa entre la cantidad de moneda y la inflación. Si la cantidad de moneda aumenta, los precios deben ajustarse en la proporción del aumento, aunque la velocidad de la moneda (entendida como el número de veces que una unidad monetaria cambia de manos en un periodo determinado) permanezca estable.
Teniendo en cuenta que la moneda es al mismo tiempo un bien mantenido en reserva y un bien en circulación, constatamos que el beneficio de su creación se ve contrarrestado por otros fenómenos. El BCE crea reservas monetarias, mientras que la banca comercial crea flujo monetario mediante depósitos y créditos. Al ralentizarse el flujo monetario, el BCE debe compensar incrementando la reserva monetaria.
Un acreedor benévolo
El incremento de la reserva monetaria sirve, básicamente, para refinanciar a los Estados, ya que su deuda pública se utiliza como garantía para la creación monetaria. Sin la refinanciación del BCE, este mismo endeudamiento, que crece con fuerza, habría asfixiado la economía en detrimento del ahorro de particulares y empresas (a través de los balances de la banca y de las compañías de seguros). Así, pues, los Estados han encontrado un acreedor benévolo que les permite refinanciarse a un tipo nulo, incluso negativo. El BCE, pues, libera los balances de las instituciones financieras. De forma incidente, esta deuda pública está en el centro de toda la cosmografía financiera. Es deuda pública que es descontada por los bancos centrales. Es la misma deuda pública cuyo tipo de interés pasa a ser negativo. Es todavía esta deuda pública la que los Estados, amparándose en las prerrogativas de acuñación de moneda y de creación de impuestos, exigen que bancos y compañías de seguros les financien sin exigir la menor garantía en fondos propios. Es la misma deuda pública que los Estados emiten como garantía de la liquidez de la banca.
Coagulación
Las medidas adoptadas por el BCE han permitido aportar liquidez a los circuitos monetarios, pero la creación de moneda se muestra ineficaz por razones que los académicos empiezan a identificar. Así, este modelo de refinanciación de la deuda quizás no conduzca al resultado deseado de inyectar dinero a la economía productiva, ya que la moneda sigue un trayecto público (a través del redescuento de la deuda pública). Por otra parte, la creación monetaria queda estancada en los balances bancarios sin transmitirse con rapidez suficiente a la economía productiva en forma de créditos. Efectivamente, la economía es víctima de una crisis de la demanda: el consumo y la inversión no bastan para generar demanda de crédito. ¿Por qué es insuficiente esta demanda? No es una algo fácil de explicar. Intervienen factores diversos en proporciones difícilmente discernibles: el envejecimiento de la población, la revolución digital (que modifica profundamente el papel humano en la productividad e impide ejercer una presión al alza sobre los salarios), el adelgazamiento de la clase media y el empobrecimiento de una parte creciente de nuestras comunidades europeas, la desigualdad de las rentas, etcétera. Además, la flexibilización cuantitativa europea es, por naturaleza, menos eficaz que la puesta en marcha por la Reserva Federal de los Estados Unidos, donde organismos públicos y empresas acuden directamente a los mercados para financiarse, sin someterse a los balances de la banca. Allí, pues, el efecto de la transmisión de la flexibilización monetaria a la economía productiva es más inmediato y eficaz.
A pesar de los vientos en contra, el BCE debe continuar inyectando dinero. Podemos intuir que la institución reducirá más, si cabe, los tipos de interés y prolongará la creación de moneda de un modo decreciente hasta más allá del mes de marzo de 2017. Siendo así, no será posible para ninguna moneda sobrevivir a rendimientos negativos prolongados, sin descartar la posibilidad de entrar en una dimensión desconocida del patrón monetario; principalmente porque la deuda pública, convertida en garante del dinero y cuya sostenibilidad no es posible conseguir salvo mediante el recurso a tipos de interés negativos, constituye la base de esta inversión monetaria.
El BCE, expuesto al riesgo
Cuando el BCE llegue al final de la flexibilización cuantitativa, es poco probable que exija el reembolso de los bonos soberanos acumulados. Estos se sustituirán por otros títulos que se emitirán en aquel momento. Peor sería, sin duda, que la economía europea no se recupere y que la deuda pública continúe creciendo, inexorablemente, en proporción al PIB. Entonces, de modo ineludible, se requeriría del BCE la refinanciación de los Estados, por su incapacidad de asegurar la financiación de estos a través de las entidades financieras locales o extranjeras. El riesgo de insolvencia de los Estados se trasladaría entonces al BCE, cuyo balance serviría para consolidar una parte creciente de la deuda pública. En tanto que guardián de la moneda, el Banco Central Europeo debería responsabilizarse de la estabilidad de la deuda pública. Le correspondería absorber en su balance, de modo residual, los efectos de la crisis económica, a través de la refinanciación de los Estados. Devendría incluso la herramienta esencial para salir de la crisis de los bonos soberanos.
En tal contexto, ¿cuáles son las perspectivas económicas? Para mí, las principales son dos.
En primer lugar, es necesario retirar temporalmente las ataduras presupuestarias. Inevitablemente, los Estados deberán suspender la obligación de retorno al equilibrio presupuestario y del desendeudamiento estructural impuesto por el Pacto por la Estabilidad y el Crecimiento. Dicho pacto exige disminuir el 5% de excedente de deuda pública cada año, a fin de conseguir que la deuda pública no represente una proporción superior al 60% del PIB. La proporción del 60% no es casual: era uno de los requisitos de acceso a la zona euro en 1999. Dicho requisito se combina ahora con la denominada “regla de oro”, que exige no sobrepasar un déficit “estructural”; es decir, sin tener en cuenta riesgos coyunturales, igual al 0,5% del producto interior bruto (PIB). No siendo posible la devaluación monetaria “externa”, Europa ha impuesto la devaluación “interna”: la contracción presupuestaria y la moderación salarial, lo que se traduce en la exigencia de planes de austeridad. Pero el desendeudamiento exigido, además de imposible dada la carga creciente que representa la financiación de las pensiones, no es deseable. De hecho, el endurecimiento presupuestario de los Estados desembocaría en el abandono de una de las pocas vías de estímulo del crecimiento. Y con austeridad no saldremos de la recesión. Resulta inútil flexibilizar la política monetaria si los Estados no relajan las obligaciones presupuestarias, ya que crear dinero sin afectación resulta inútil. Así, pues, según mi parecer, los economistas que defienden la restricción del crédito a ciegas alegando que los tipos de interés son bajos están equivocados, y quizás no supieron leer correctamente la teoría económica. De hecho, los tipos negativos son un indicio inequívoco aportado por los mercados financieros y el BCE de que debe financiarse a los Estados sin transmitir la sangría del pago de intereses a las generaciones futuras. En un periodo de tipos bajos, el déficit presupuestario destinado a financiar las infraestructuras productivas es un imperativo.
Entonces, es posible que los años que vendrán se caractericen por una “represión financiera”: medidas coercitivas destinadas a obligar a la banca y a las compañías de seguros a financiar a los Estados a tipos extremadamente bajos. Por lo demás, esto ya sucede a través de reglamentaciones que eximen a las entidades financieras de cubrir la posesión de bonos soberanos imponiendo cargas al capital accionarial.
En resumen, el BCE acierta al sostener que la política presupuestaria debe tomar el relevo de la política monetaria. Sería recomendable suspender (o adecuar según el país) el Pacto por la Estabilidad y el Crecimiento, y autorizar un estímulo presupuestario más significativo, sobre todo porque los Estados se financian a tipos negativos. Sin embargo, a pesar de los dictados del BCE, los gobiernos europeos parecen mostrarse reticentes ante esta vía, porque en el momento presente las divergencias en la visión del dinero y de la deuda afloran con virulencia. Para algunos países, la monetización de la deuda es inadmisible, ya que esta debería financiarse con capital previamente constituido, y no con dinero creado de la nada. Sin salir de la crisis, habría un riesgo auténtico de cisma monetario en la zona euro. Y es aquí donde reside el peligro real de la política monetaria y presupuestaria.
Opinión de Bruno Colmant, responsable de Análisis Macro en Bank Degroof Petercam
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Pedro de Matos. ‘Atlante’: el nuevo fondo de rescate para el saneamiento de la banca italiana
El gobierno italiano ha orquestado un fondo de inversión alternativo para contribuir a la reestructuración y saneamiento de la banca italiana. El fondo, que recibe el nombre de ‘Atlante’, contará con las aportaciones de los principales bancos italianos y espera recibir entre 5.000 millones y 6.000 millones de euros.
En la creación del fondo participarán bancos, aseguradoras e inversores institucionales. Utilizará recursos propios de las entidades financieras, con el propósito de evitar inyectar dinero de los contribuyentes, ayudar a reactivar el flujo de crédito y facilitar la adquisición de préstamos, así como de otros activos en mora.
Entre los bancos que han realizado aportaciones se encuentran la Banca Monte dei Paschi di Siena, entidad que fue rescatada dos veces y está en busca de un comprador desde hace año y medio, que contribuirá con unos 50 millones de euros (57 millones de dólares); y la Banca Carige, banca prestamista con base en Génova que sufre fugas de depósitos y lucha por satisfacer las demandas del Banco Central Europeo, que participará con unos 20 millones de euros.
El primer ministro Matteo Renzi y las autoridades bancarias italianas (Consob) pusieron en marcha esta iniciativa para apuntalar un sistema financiero lastrado por una carga de 360.000 millones de euros en préstamos de dudoso cobro. Un importe equivalente a casi el 25% del producto interior bruto del país.
Los analistas de mercado han cuestionado la efectividad de este fondo de rescate, dado su pequeño tamaño en relación a la magnitud del problema. Además, dicen que falta la implementación de reformas para erradicar las malas prácticas de gobierno corporativo y los préstamos con pocas garantías de cobro de los bancos italianos. Los problemas del sistema bancario italiano no se derivan del estallido de una burbuja inmobiliaria, como fue el caso de Irlanda, España o Reino Unido, sino que han sido arrastrados durante décadas, en parte por la costumbre de los bancos prestamistas regionales y locales de utilizar el crédito como una forma de influenciar y ganar poder. Durante años se otorgaron préstamos con muy poca contabilización, a pesar de que los bancos tuvieran establecidos métodos formales para la suscripción de crédito, explican los expertos.
Desde que se convirtiera en primer ministro de Italia en febrero de 2014, Renzi ha trabajado por implementar un paquete de reformas para modernizar el país y fomentar el crecimiento. En el sector bancario, ha forzado a los bancos con estructuras de cooperativas a convertirse en sociedades por acciones, promoviendo las fusiones para ayudar a reducir duplicidades e impulsar la rentabilidad de estos bancos.
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Jason Kotik, senior investment manager, North American Equities at Aberdeen Asset Management . Jason Kotik will talk US Small Caps at the Fund Selector Summit in Miami
Jason Kotik, senior investment manager de renta variable norteamericana en Aberdeen Asset Management, participará el próximo 28 y 29 de abril en la segunda edición del Fund Selector Summit de Miami con una charla sobre la inversión en empresas de pequeña capitalización.
Elencuentro, dirigido a los principales selectores e inversores en fondos del negocio US-Offshore, se celebrará en el Ritz-Carlton de Key Biscayne. El evento –una joint venture entre Open Door Media, propietario de InvestmentEurope, y Funds Society– ofrecerá la oportunidad de escuchar la visión de varias gestoras sobre la actualidad de la industria.
Durante años, Aberdeen ha sabido aprovechar las grandes oportunidades surgidas en el universo de las pequeñas compañías de América del Norte. Este tipo de empresas pueden tener un tamaño reducido, pero la firma cree que tienen potencial sobre todo para las carteras que invierten a largo plazo, especialmente para aquellos con capacidad para realizar un análisis en profundidad de las opciones.
Kotik explicará la estrategia que utiliza para encontrar esas empresas y hará un breve repaso por las razones por las que el período actual ofrece oportunidades de invertir en acciones de compañías de pequeña capitalización.
Las responsabilidades de Kotic incluyen la co-gestión de carteras de clientes en Aberdeen, a donde se incorporó en 2007 tras la adquisición de Nationwide Financial Services. Anteriormente, trabajó en Allied Investment Advisorsy T. Rowe Price. Es licenciado por la Universidad de Delaware y tiene un MBA por la Universidad Johns Hopkins.
Encontrará toda la información sobre el Fund Selector Summit Miami 2015, que está dirigido a los principales selectores e inversores en fondos del negocio US-Offshore en este link.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: André-Pierre du Plessis
. ¿Cómo amenazan el terrorismo y las tensiones geopolíticas a los mercados?
A lo largo de una serie de artículos en el blog de Pioneer, Robert Wescott, presidente de Keybridge Research y asesor de la gestora desde hace años -tras haber asesorado al ex presidente estadounidense Bill Clinton-, analiza los riesgos geopolíticos y su influencia en los mercados. Además, Wescott asistió recientemente al Foro Consultivo Macro de Pioneer, presidido por Giordano Lombardo, CEO y CIO de grupo, para hablar sobre cómo los riesgos geopolíticos están dando forma al panorama de la inversión.
La primera de sus ideas se dirigió al mercado de petróleo. Recordó que tras importar casi 3 millones de barriles al día desde Oriente Medio en un año tan reciente como 2000, EE.UU. pasó a importar cerca de dos millones de barriles al día en 2014, y sólo 1,3 millones de barriles de petróleo al día en 2015. Estas cifras son para Wescott muy relevantes en el plano de la inversión y en el panorama geopolítico.
Para entender los riesgos geopolíticos de Oriente Medio hoy en día, hay que tener una visión histórica que tenga en cuenta los cambios globales experimentados en los últimos 60 años, explicó el asesor de Pioneer. La Guerra Fría y el mundo bipolar dominado por EE.UU. y la Unión Soviética fueron factores decisivos en la geopolítica de la región hace unos 40 años. Esta era trajo «reglas» claras sobre el poder y proporcionó una estructura que todo el mundo entiende y respeta.
“Irán y Siria, por ejemplo, eran estados clientes de la Unión Soviética, mientras que Jordania, Arabia Saudí y Kuwait estaban en la esfera estadounidense. Las facciones religiosas potencialmente rebeldes o los grupos minoritarios nunca consideraron desafiar a los países porque poseían armas, aviones y tanques suministrados por una de las dos potencias y las fuerzas militares estaban entrenadas por ellos. Esto ayudó a mantener la paz en muchos países”, explica Wescott .
Los tres principales factores que han cambiado la situación son:
En primer lugar, la desintegración de la Unión Soviética en 1990 provocó un movimiento de placas tectónicas, que dio lugar a un mundo unipolar en el las fuerzas armadas de Estados Unidos dominaban totalmente.
En segundo lugar, la decisión de EE.UU. de invadir Irak en 2003. Esto fue catastrófico y trajo como consecuencia la reapertura de la histórica escisión entre musulmanes chiítas y sunitas, dando lugar a nuevos conflictos armados.
Un tercer cambio fundamental ha sido el rápido desarrollo de la tecnológica de fractura hidráulica en EE.UU., que ha reducido en gran medida la dependencia estadounidense del petróleo del Oriente Medio.
En combinación con sus reservas estratégicas de petróleo –con una capacidad aproximada de 750 millones de barriles de petróleo-, Westcott cree que esta menor dependencia del petróleo de Oriente Medio ha comenzado a reducir el interés estratégico de Estados Unidos en la región y ha rebajado el interés de los ciudadanos por llevar a cabo otra acción militar allí. Como consecuencia, las tensiones entre Irán y Arabia Saudí se han enconado y han surgido las «guerras de poder» en Siria y Yemen.
Según el Dr. Westcott, este nuevo entorno en el Medio Oriente es el que ha provocado el nacimiento de ISIS y ha provocado el aumento de la amenaza terrorista que está causando una creciente preocupación internacional. De hecho, la decisión de casi cinco millones de sirios a huir de su país y buscar refugio en Turquía, Europa Occidental y otros países sólo sirve para poner de relieve estos cambios y el mayor nerviosismo global.
Foto: Ramiro Martínez-Pardo, presidente de Solventis SGIIC. Foto cedida. Un nuevo fondo de bolsa ibérica y un FIL destacan entre los proyectos con los que la gestora de Solventis busca triplicar sus activos
El pasado mes de febrero, el grupo Solventis –fundado en 2002 y con una actividad centrada en las finanzas corporativas, la consultoría financiera, la gestión de patrimonios y la intermediación de activos financieros- decidía lanzar una nueva gestora, presidida por Ramiro Martínez-Pardo.
El lanzamiento, explica el experto en una entrevista con Funds Society, ha venido motivado por la nueva normativa incluida hace un año en la Ley de Inversión Colectiva en España, que obliga a las sicavs a operar con una sociedad gestora, y al hecho de que en Solventis no querían delegar la gestión de sus sociedades de inversión en ninguna gestora externa. Pero, además de eso, la firma se ha puesto en marcha con muchos proyectos, entre los que destacan –además del obligado traspaso de sus sicavs a la gestora-, el lanzamiento de dos fondos que replican sus sicavs más emblemáticas, la creación de un nuevo fondo de renta variable ibérica y el lanzamiento de un producto de inversión libre que dará financiación directa a las empresas mediante leasing, a corto plazo; sin olvidar un proyecto para amparar a gestores especializados y crear fondos de autor. Más a medio plazo, también destaca un nuevo proyecto en el ámbito del capital riesgo, en una gestora que quiere gestionar tanto vehículos de inversión tradicional como alternativos.
Martínez-Pardo, que se ocupa de coordinar el equipo y también velar por que haya unas buenas prácticas de gobierno corporativo en la gestión, espera aumentar sus activos (desde los aproximadamente 100 millones actuales) hasta los 350-400 millones de euros en un año (contando con los 200 millones que espera captar en su fondo de leasing). Con un foco centrado en el negocio institucional y una comercialización de sus productos a través de la agencia de valores.
“Lo más urgente es traspasar las sicavs a la nueva gestora, por imperativo legal. La agencia de valores de Solventis cuenta con dos sicavs emblemáticas (EOS Sicav y Anatea Sicav, de renta variable europea y renta fija a corto plazo) y otros tres vehículos de banca privada tradicional que estarán ahora en la gestora. También crearemos dos fondos que repliquen esas dos sicavs antes mencionadas, ampliando nuestra oferta, y lanzaremos un nuevo fondo de renta variable ibérica”, explica Martínez-Pardo, como planes inmediatos en su negocio de gestión tradicional. Christian Torres, responsable de Inversiones de la gestora, y Xavier Brun, especialista en renta variable europea y española, procedentes de la agencia de valores, gestionarán el fondo. Con esas IICs (fondos y sicavs), ya cuenta con más de 100 millones de euros de patrimonio de salida.
Pero quiere ampliar ese volumen con sus proyectos de gestión alternativa. La gestora lanzará un fondo de inversión libre, con un objetivo de colocación de 200 millones, para ofrecer financiación directa a empresas mediante leasing. “Ahora los FIL pueden dar préstamos y en este caso será mediante arrendamiento financiero, no operativo, de forma que el riesgo será inferior, porque la maquinaria a arrendar funciona como colateral. La idea es que el fondo dé liquidez a partir del cuarto año, con una rentabilidad neta anual del 5% y un riesgo medio-bajo”, explica Martínez-Pardo. “No es capital riesgo, no financiará equity y el riesgo será inferior”, añade. Para su gestión ha contratado recientemente a Juan Carlos Canudo, especialista en capital riesgo con experiencia en entidades como Sabadell y Ahorro Corporación.
También, sobre todo en el ámbito de la gestión alternativa, su idea es dar amparo a gestores originales y especializados, para que gestionen, bajo el paraguas de Solventis, sus productos. “Buscamos especializarrnos, oportunidades en temas novedosos”, dice Martínez-Pardo, que tiene idea de poder lanzar, con este proyecto, varios fondos de autor próximamente, en cuanto encuentre a los gestores adecuados.
Capital riesgo
Más allá de estos proyectos de corto plazo, para los que da un marco de dos meses, el presidente de la gestora de Solventis tiene un proyecto de capital riesgo, fuera de España, para canalizar la inversión española en equity hacia proyectos locales de otros países. El equipo que se ocupará está aún por definir.
Foto: AlfonsoBenayas, Flickr, Creative Commons. Agentes financieros: visión a largo plazo
Las entidades financieras estamos inmersas en un profundo cambio en nuestro modelo de negocio. Una transformación sustentada en dos grandes revoluciones que se están produciendo en paralelo: tecnológica y regulatoria. Dos grandes desafíos que van a acompañar al sector financiero en los próximos años y que van a cambiar la relación entre banca y cliente.
Sin embargo, todo gran cambio lleva habitualmente aparejado cierta resistencia. En países donde la transformación digital o las medidas regulatorias se han puesto en marcha antes que en España (sobre todo el aspecto regulatorio) también se ha percibido este fenómeno. Y sin duda en el ámbito de la banca privada y sus redes internas no son una excepción.
Si nos centramos en el negocio de agentes financieros muchos de estos cambios pueden interpretarse como una opción favorable sólo para los intereses de la entidad financiera. Sin embargo, la realidad es que en el medio y largo plazo también va a favorecer la labor de los agentes a la hora de trabajar con su red de clientes.
Y es que es importante entender que se trata de un proceso complejo y que puede llevar tiempo interiorizar. Se ha producido un profundo incremento en las medidas regulatorias que todas las entidades deben adaptar en sus mecanismos internos, pero que ayudará a sentar las bases delasesoramiento y pondrá a disposición de los agentes una hoja de ruta a la hora de relacionarse con los clientes. La digitalización, por su parte, mejorará la eficiencia de los procesos internos y liberará tiempo de la actividad diaria de los asesores, además de muchas otras ventajas directas para aquellos clientes con un perfil más digital.
La clave radica, por tanto, en cambiar nuestra visión. Pasar del pensamiento a corto plazo al medio/largo. Las entidades financieras estamos en medio del proceso de implementación de todas las medidas requeridas por el regulador y ahora es el momento de reflexionar sobre cómo vamos a trasladar al cliente los resultados de esta transformación. Nuestra labor reside en ser capaces de explicar bien a cada uno de nuestros clientes que esta revolución actual repercutirá en un mejor servicio a futuro.
Conseguir este reto necesita de algo que ya era fundamental en la relación entidad – agente financiero: la confianza entre ambas partes, en la que habrá que apoyarse mucho durante los próximos meses/años. Se trata de un ambicioso cambio que precisa la combinación de esfuerzos. En el caso de la entidad a la hora de trazar correctamente el planteamiento estratégico y en el caso de los agentes financieros mediante la aportación de su experiencia y conocimiento en el cumplimiento de la estrategia.
Nos enfrentamos claramente a un momento clave en el negocio bancario. Los próximos años van a traer un buen número de desafíos que debemos afrontar con unidad e ilusión, porque nos van a permitir establecer mecanismos que mejoren la relación con el cliente y cimienten el sector financiero del futuro.
Columna de Pilar Cordón, responsable de agentes financieros de Deutsche Bank Wealth Management, que participará en el evento de Agentes Financieros organizado por iiR próximamente en Madrid.
Foto: Doug8888, Flickr, Creative Commons. “Los problemas a los que se enfrenta la economía global no se solucionarán sólo a través de la política monetaria, por muy heterodoxa que sea”
El Fondo Monetario Internacional redujo recientemente sus previsiones de crecimiento mundial y desde Carmignac ven razonables los nuevos pronósticos. «No resulta nada sorprendente que el FMI haya reducido drásticamente sus previsiones de crecimiento mundial, lo que refuerza la hipótesis que venimos defendiendo desde el pasado agosto. Los problemas a los que se enfrenta la economía global —sobreendeudamiento y escasez de demanda— no se solucionarán sólo a través de la política monetaria, por muy heterodoxa que sea”, comenta Didier Saint-Georges, miembro del comité de inversiones de Carmignac.
En su carta mensual defiende que la rebaja de los tipos de interés por parte de los bancos centrales agrava aún más la situación que se debía solucionar, puesto que “fomenta la continuidad del endeudamiento de los estados, comprime aún más el margen de beneficios de los bancos y refuerza la necesidad de ahorro de los consumidores en vez de incitarlos a gastar”.
La gestora defiende que, “desafortunadamente, los mercados se equivocarían al interpretar que el ajuste monetario de la Fed apunta a una recuperación de la demanda de los consumidores”. Y creen que la presidenta de la Fed, Janet Yellen, podría verse obligada a admitir pronto que el precio de los alquileres y los productos básicos en EE.UU. ha empezado a subir, “algo todavía más incómodo si se tiene en cuenta que no sólo favorecerá el repunte de la inflación, sino que también lastrará el poder adquisitivo y, por tanto, las perspectivas sobre el consumo”.
Según el experto, el debate sobre la resistencia de la economía estadounidense continúa. “Los márgenes de beneficio de las empresas estadounidenses cayeron del 10,6 % a finales de 2011 hasta situarse en el 7,6 % actual, lo que indica un claro cambio en el ciclo de inversión, principalmente impulsado por los márgenes de beneficio. Además, el consumo estadounidense está empezando a ralentizarse y la tasa de ahorro está aumentando. Consideramos que el riesgo de que el crecimiento estadounidense se ralentice drásticamente por debajo del umbral del 2% en 2016 es elevado, y todavía más sin que la Reserva Federal, ahora en fase de normalización monetaria, pueda intervenir flexibilizando su política; una evolución para la que los mercados no están preparados”.
La deuda se agrava en China
En China, sus perspectivas no son más positivas: “La política del Gobierno de reducir paulatinamente la inversión para apuntalar el crecimiento podría terminar por agravar el abultado nivel de endeudamiento del sector privado del país, que se ha disparado del 140% del PIB en 2008 al 240% actual. El ritmo de expansión del crédito, entre el 16% y el 20% anual, sobrepasa con creces el del crecimiento del PIB, que, en el mejor de los casos, se sitúa en el 4%-5%. A esto hay que sumarle el agravante de que los préstamos de dudoso cobro del sector bancario ya alcanzan, según nuestras estimaciones, cerca de un tercio del PIB chino. Por tanto, esta tendencia no es sostenible y los inversores deberían estar atentos”
En la gestora son pesimistas: “Llevamos mucho tiempo aconsejando a los inversores que abran los ojos ante las desagradables realidades que presenta 2016.»