Abante, entidad independiente de asesoramiento financiero y gestión de patrimonios, acaba de cumplir 10 años desde su llegada a Sevilla, la primera ciudad de Andalucía donde se instaló en el año 2014. Desde entonces, la compañía ha continuado con su plan de expansión en la región y en el año 2018 sumó otra ciudad andaluza con la apertura de Málaga.
La oficina de Abante en Sevilla cuenta con un patrimonio de 300 millones de euros gestionados y asesorados de sus clientes, que son tanto inversores particulares como familias empresarias, grupos familiares e instituciones que necesitan una propuesta de asesoramiento global, especializada y a medida.
Una de las áreas que más ha crecido estos últimos años en la capital andaluza ha sido la relacionada con las empresas familiares, con las que la entidad trabaja en paralelo el asesoramiento de la familia -desde el punto de vista personal y patrimonial-, el asesoramiento corporativo -en función de las necesidades de negocio- y el asesoramiento inmobiliario, con un enfoque global y sin conflicto de intereses.
Manuel Díaz, director de Abante en Sevilla, que lleva al frente de la oficina en la región desde su inauguración, explica: “Nuestro crecimiento en Sevilla ha sido posible porque en estos diez años hemos sabido escuchar realmente a nuestros clientes, hemos comprendido que sus preocupaciones iban más allá de la parte financiera y les hemos ayudado a tomar buenas decisiones para que pudieran cumplir sus objetivos vitales y desarrollar todos sus proyectos”.
El modelo de asesoramiento de Abante pone en el centro de la conversación las necesidades, preocupaciones y objetivos de cada cliente. “En Abante diferenciamos el asesoramiento, que es el servicio que le damos a la persona, de la gestión, que es el servicio que le damos al dinero, y con esta máxima queremos seguir ayudando a los ahorradores, inversores y empresarios sevillanos. Creemos que el potencial de la provincia es enorme y apostamos firmemente por la región. Estamos viendo que cada vez hay más familias que, además de invertir, quieren organizar su patrimonio y la herencia para sus hijos. También vemos que hay muchos empresarios que después de vender sus empresas necesitan realizar un ejercicio de planificación financiera y tener una estrategia de inversión global que incluya tanto los activos cotizados tradicionales, como fondos de private equity y activos inmobiliarios”, añade Díaz.
En el año 2019, Abante ya reforzó su apuesta por Sevilla y cambió su oficina a Avenida de la Palmera, donde actualmente se encuentra. Un espacio de más de 340 metros cuadrados que ha permitido a la entidad seguir creciendo, reforzar el equipo y ofrecer el mejor servicio de asesoramiento financiero y patrimonial posible.
“Nuestra apuesta por Sevilla sigue siendo fuerte. Cuando llegamos a Andalucía, en el año 2014, tuvimos claro que tenía que ser aquí. Vimos que nuestro modelo de asesoramiento era cada vez más demandado y el cambio de oficina que hicimos hace cinco años nos permitió estar más cerca de nuestros clientes y dedicarles más tiempo de calidad”, explica Santiago Satrústegui, presidente de Abante.
El equipo de Abante en Sevilla está formado por siete profesionales, la mayoría de los cuales trabajan en el área comercial. Los consejeros financieros son los encargados de la relación diaria con los clientes y potenciales, trabajando de la mano del resto de especialistas del grupo, como los equipos de asesoramiento patrimonial, corporativo, inmobiliario, además del área de gestión y selección de fondos y del equipo de inversiones alternativas.
El aniversario en Sevilla se produce en un momento de fuerte crecimiento de la compañía a nivel nacional. Abante ha más que duplicado el patrimonio gestionado y asesorado en tres años hasta más de 12.000 millones de euros, cuenta con más de 11.800 clientes y tiene un equipo de casi 300 profesionales en nueve ciudades españolas.
Wellington Management anuncia el nombramiento de un soporte de ventas, Relationship Analyst, para su equipo de Iberia, confirmando el compromiso de la gestora con el mercado ibérico.
Jaime Molina Sauco es un «prometedor» profesional junior dentro del sector de la gestión de activos. Se graduó el año pasado con una doble titulación en Administración y Dirección de Empresas y Relaciones Internacionales por la Universidad Pontificia de Comillas. Jaime ha realizado prácticas en importantes firmas como Openbank, HSBC y Realza Capital. Se incorpora a Wellington Management como Relationship Analyst, apoyando a la división comercial de la gestora para ampliar la oferta de fondos en la región, respaldando al equipo e iniciativas locales.
Jaime Molina se une al equipo local, compuesto por Andrés Pedreño, Account Manager, Paula Blanco, Marketing Specialist, y Álvaro Llavero, Country Head de la oficina española, Equity Portfolio Manager y Socio de Wellington Management.
Este nombramiento refuerza la posición de Wellington Management en el mercado ibérico, demostrando el compromiso con los clientes locales y una mayor expansión en la estrategia de negocio.
Bajo el lema “La inversión como fuerza innovadora para vivir un mundo más justo”, iCapital ha celebrado su jornada informativa específicamente diseñada para instituciones religiosas y organizaciones sin ánimo de lucro que buscan, a la hora de realizar sus inversiones financieras, que éstas obtengan un retorno social.
Con esta jornada, son ya nueve años consecutivos los que iCapital organiza este evento cuyo principal objetivo es incrementar la formación financiera de los responsables de la economía y gestión de congregaciones religiosas y organizaciones sin ánimo de lucro, que necesitan tomar decisiones sobre sus inversiones a largo plazo y que no tienen por qué poseer conocimientos financieros.
Pablo Martínez-Arrarás, socio fundador de iCapital, ha señalado que la inversión de impacto se encuentra en las hojas de ruta de grandes organizaciones e instituciones: “Si analizamos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), marcados por Naciones Unidas y el contenido del documento vaticano Mensuram Bonam, que busca aportar principios religiosos y éticos para los inversores católicos, llegamos a la conclusión de que ambos persiguen los mismos objetivos. Porque toda institución católica a la que se confían recursos para cumplir su misión se enfrenta a una doble responsabilidad: la de gestionar sus recursos con prudencia y financiar cuidadosamente sus programas y proyectos; y el deber moral de que, en la medida de lo posible, utilicen los principios de la fe y doctrina social de la Iglesia para alinear sus prácticas de inversión y gestión”.
“Puesto que en iCapital no somos depositarios, no tenemos productos propios y siempre trabajamos con nuestros clientes libres de interés. Constantemente realizamos análisis exhaustivos para conocer cuáles son los productos de inversión de impacto más adecuados para nuestra cartera de clientes”, ha explicado Martínez-Arrarás.
Actualmente, en el mercado español, existen productos financieros diseñados para obtener impacto social, tanto si se trata de líquidos como de ilíquidos. “Si bien son los productos ilíquidos los más apropiados puesto que la inversión de impacto precisa de más tiempo para la consecución de los objetivos para los que fue diseñada”, ha recalcado Martínez-Arrarás.
En la actualidad, “los inversores tienen acceso de forma fácil a estos productos bien mediante las entidades que los crean o bien mediante gestoras y bancos nacionales e internacionales”, ha afirmado Martínez-Arrarás. Durante la jornada, se ha hecho un repaso detallado tanto de los productos financieros específicos de inversión de impacto, como las entidades propietarias y las gestoras y bancos a través de los cuales se puede invertir en ellos.
Lo que no se mide no existe y lo que no existe no se puede mejorar ni comunicar
La jornada ha contado con la participación de Ana Hauyón, analista de inversiones de Global Social Impact (GSI), gestora especializada en fondos de inversión de impacto social y medioambiental global; y con Brezo Sintes, responsable de proyectos de 21 gramos, agencia de comunicación especializada en transformación social e impacto positivo de las empresas.
Ana Hauyón ha destacado la importancia de “ver qué hay detrás del propósito y pasar del dato al relato”. El procedimiento de GSI a la hora de manejar sus fondos de inversión es a través de la deuda privada a empresas consolidadas, con el objetivo de solucionar un problema social y mejorar la calidad de vida de las personas directa o indirectamente beneficiarias.
Desde 2019, GSI cuenta con dos productos financieros de impacto:
GSIF África: fondo de deuda privada que invierte en empresas de alto impacto social que contribuyen a mejorar los medios de vida de las personas más vulnerables en África subsahariana.
GSIF España: fondo focalizado en la inversión directa en compañías españolas no cotizadas que contribuyen a la inclusión económica y social de colectivos en situación de vulnerabilidad en España.
“En el caso concreto de GSIF África contamos con 15 empresas invertidas en las que se cumplen criterios de inclusión social, con un foco importante en la mujer (41% de la dirección de estas empresas está en manos de mujeres); y con más de 8 millones de beneficiarios, de los cuales el 63% son también mujeres”, ha explicado Ana Hauyón.
En el caso de GSIF España, GSI está invirtiendo en empresas cuyo foco se centra en personas vulnerables y en riesgo de exclusión social como emigrantes, mujeres mayores de 55 años desempleadas de larga duración y personas con algún tipo de discapacidad.
Y es que la inversión de impacto, a juicio de Ana Hauyón, “ha de partir de tres principios básicos: intencionalidad de buscar el bien social y/o medioambiental; adicionalidad o cómo el inversor contribuye a un bien mayor; y medición del impacto y evaluación de los cambios que se producen con cada una de las inversiones realizadas”.
A la hora de seleccionar las empresas en las que GSI invierte, realiza una due dilligence en la que se especifica el problema que se quiere solucionar; cómo se va a solucionar y el impacto que se va a obtener.
Por su parte, Brezo Sintes ha destacado “la necesidad de imponer una comunicación centrada en las personas y en las herramientas que se van a utilizar para transformar la sociedad, en un contexto de polarización como en el que ahora vivimos”.
KUALI, el mundo que queremos ver
La jornada también ha contado con la participación de Agustín Vitorica y Luca Torre, socios fundadores de GAWA, entidad gestora de inversiones de impacto que apuesta por la inversión transformadora. Desde su creación, en 2009, GAWA ha asesorado 57 inversiones de impacto en 17 países de todo el mundo, ayudando a impulsar la inclusión financiera en comunidades excluidas a través de cuatro fondos de inversión: GAWA Microfinance Fund (GMF), Global Financial Inclusion Fund (GFIF), Magallanes Impacto FIL y Huruma Fund.
Precisamente para dar continuidad a Huruma, nace Kuali, un fondo que cuenta, además de inversión privada, con la donación de fondos de la Unión Europea, y por primera vez de Naciones Unidas. Agustín Vitorica ha explicado que “Kuali nace con el objetivo de ayudar a resolver los problemas que la emergencia climática está ocasionando a más de 500 millones de pequeños productores y el 78% de pymes en todo el mundo. Estos problemas son principalmente la caída de la producción, por la degeneración del suelo cultivable y los fenómenos climáticos adversos. Kuali ofrece una solución al reto de la adaptación al cambio climático”.
Las inversiones de este fondo van dirigidas principalmente a la población rural (60%) y a la mujer (78%). “Hemos comprobado», ha explicado Vitorica, «que cuando una mujer se convierte en el motor económico de un hogar, el impacto permanece durante las siguientes generaciones”.
Tanto Vitorica como Torre han resaltado que la publicación de Mensuram Bonam, demuestra que “la Iglesia es consciente de que el reto principal es trabajar con comunidades vulnerables y resolver la resiliencia climática”.
La asistencia técnica permanente durante el periodo de inversión es fundamental para garantizar el éxito de las inversiones de impacto. “En GAWA mantenemos la asistencia técnica, y no sólo para garantizar la rentabilidad financiera, sino especialmente para asegurarnos de que el impacto que se buscaba se ha conseguido”, ha explicado Luca Torre.
Con un objetivo de alcanzar los 300 millones de euros, KUALI ya tiene comprometidos más de un 60% de esta cantidad y señala las dificultades burocráticas que han debido salvar para que Naciones Unidas se implicase, por primera vez, en un proyecto de inversión privada.
“Precisamente nuestra asistencia técnica nos permite medir el impacto a nivel del lugar donde actúan nuestras empresas financiadas hasta el punto de conocer si la comunidad ha obtenido mejorar en recursos sanitarios y educativos o ha mejorado su nutrición. Estos parámetros, por ejemplo, nos los piden desde la UE y nosotros consideramos que son fundamentales para garantizar el verdadero impacto social”, ha concluido Agustín Vitorica.
Los mercados siguen esperando que los costes de financiación disminuyan y que la inflación se suavice. Esto, unido a un crecimiento moderado, sigue alimentando las expectativas de que, a pesar de los cambios más agresivos en las previsiones de tipos de interés en EE.UU., el BCE podría empezar a recortar los tipos de interés durante los meses de verano. La entidad sigue insistiendo en que necesita «más pruebas» antes de contemplar una relajación monetaria, con especial atención al crecimiento salarial, que sigue siendo elevado. También persisten los riesgos al alza para la inflación, dada la volátil situación geopolítica.
Los mercados de ocupación siguen mostrando unas condiciones de oferta ajustadas, en particular para espacios de alta calidad que cumplan las normas ASG, lo que sigue respaldando el nivel de los alquileres. En el caso de las oficinas, la demanda fue moderada a principios de año y la ocupación en el primer trimestre de 2024 fue aproximadamente un 25% inferior a la del cuarto trimestre de 2023 y un 20% inferior a la media histórica de los últimos 10 años. La demanda está muy polarizada, y la competencia por un parque inmobiliario escaso, de alta calidad y con sólidas credenciales de sostenibilidad en ubicaciones accesibles sigue siendo elevada.
Como consecuencia, están subiendo los alquileres, aunque en el primer trimestre de 2024 se observó un incremento de los alquileres en menos ubicaciones que en trimestres anteriores. Las tasas de desocupación han aumentado en muchos mercados en los últimos 12-18 meses, pero siguen por debajo de las medias históricas. Las condiciones de la oferta justifican aún más los alquileres, ya que se prevé que los proyectos finalizados desciendan significativamente después de 2024, debido a la falta de proyectos iniciados durante la pandemia y a los elevados costes de financiación y construcción, que limitarán la puesta en marcha de nuevos proyectos.
El crecimiento de los alquileres industriales prime también fue menos generalizado en el primer trimestre de 2024, pero lugares como Amberes, Ámsterdam, Berlín, Fráncfort y Barcelona registraron un impulso positivo. Esperamos que el crecimiento de los alquileres en el sector sea del 3%-4% anual hasta 2024 y 2025, dado que la demanda sigue aumentando dado el crecimiento estructural del comercio electrónico, las tendencias de deslocalización y las empresas que buscan más inventario para mejorar la resistencia de la cadena de suministro. Por el lado de la oferta, los costes de construcción relativamente altos, los tipos de interés y los entornos de planificación más restrictivos deberían restringir el desarrollo especulativo y mantener bajos los niveles de vacantes.
La moderación de la inflación y el mayor crecimiento de los salarios apuntan a una recuperación de las ventas minoristas durante el segundo semestre de 2024, lo que debería empezar a aliviar las presiones sobre los márgenes de los minoristas. La confianza de los consumidores sigue siendo negativa, pero ha mejorado notablemente en los últimos 12 meses. El crecimiento del comercio minorista digital prosigue y significa que las ventas en tienda se reducirán entre un 1% y un 2% anual en términos de volumen hasta 2024-2027, lo que garantiza que la tasa de vacantes seguirá siendo elevada. Se espera que los alquileres de los locales comerciales prime se mantengan estables este año, tras haber experimentado caídas significativas hasta la fecha. Sin embargo, los alquileres y los niveles de ocupación en ubicaciones secundarias seguirán sometidos a una presión significativa.
Por lo que se refiere a los mercados de capitales, la actividad inversora sigue siendo muy moderada, con la persistente incertidumbre sobre los precios y los elevados costes de financiación de la deuda limitando los mercados. Las cifras preliminares de MSCI indican que en el primer trimestre de 2024 se negociaron unos 34.000 millones de euros, lo que representa una caída de aproximadamente el 20% con respecto al cuarto trimestre de 2003 y al primer trimestre de 2003, y el volumen del primer trimestre de 2004 es casi un 50% inferior a la media del primer trimestre de los últimos 10 años.
Sin embargo, los precios están mostrando signos de estabilización con la media no ponderada del Monitor de Rentabilidad Mensual de CBRE para los 13 mayores países europeos (incluido el Reino Unido sin CEE) que sólo se movió menos de 10 puntos básicos en todos los principales sectores prime en el primer trimestre de 2024. De hecho, los datos de Green Street Advisors sobre los precios de las transacciones muestran mejoras mínimas en los precios industriales y residenciales durante el trimestre, y las oficinas y el comercio minorista sólo registraron ligeros descensos. Se trata de un cambio significativo con respecto a las caídas observadas en trimestres anteriores.
Los movimientos de valoración siguen yendo a la zaga de los precios de transacción correspondientes y, aunque las oportunidades de revalorización son cada vez más visibles, en muchos casos siguen existiendo notables diferenciales entre las expectativas del comprador y del vendedor, lo que limita la actividad de transacción. Así pues, la búsqueda de precios seguirá siendo una característica de los mercados europeos en los próximos meses. A la vista de estos movimientos, nuestro modelo propio de valoración del mercado sugiere que muchos mercados ofrecen ahora un «valor justo o mejor» sobre una base ajustada al riesgo. Dada la magnitud de la revalorización observada, consideramos que la clase de activos presenta una oportunidad de compra cíclica secuencial más amplia. Recomendamos un enfoque paciente a medida que se revalorizan todas las geografías, sectores y estructuras de inversión.
Hasta la fecha no se han observado dificultades materiales a gran escala, en parte debido al impacto positivo de la normativa que ha inhibido los niveles excesivos de apalancamiento empleados por los bancos europeos en los últimos años. Sin embargo, las próximas refinanciaciones y el aumento significativo de los costes de financiación de la deuda probablemente impulsarán las ventas de activos con inversores muy apalancados que luchan por refinanciar los préstamos que vencen. Esto contribuirá a estimular la liquidez y la evidencia de las transacciones para los inversores de referencia.
A nivel sectorial, consideramos que los sectores industrial y logístico tienen precios atractivos y que los vientos favorables de la demanda siguen siendo una ventaja. Preferimos la distribución de último kilómetro y la logística regional en clústeres fuertes y/o que se benefician de la reorganización de la cadena de suministro, y vemos una oportunidad para captar el potencial de reversión de precios erróneos. El sector de oficinas en Europa se ha visto afectado por el cambio en los patrones de trabajo, y seguimos observando una polarización en la demanda y la rentabilidad del sector entre «los mejores de su clase» y «el resto». Los activos con un sólido perfil de sostenibilidad y una buena oferta de servicios en los principales distritos financieros (CBD) metropolitanos deberían seguir obteniendo buenos resultados. Dada la incipiente escasez de espacios altamente sostenibles, también vemos una oportunidad para las mejoras y reformas de espacios de trabajo bien ubicados en los principales CBD regionales y de capitales con escasez de oferta, aprovechando el déficit de oferta previsto.
La actual falta de oferta de espacio residencial en los principales mercados de Europa Occidental y las continuas tendencias de urbanización ofrecen una oportunidad para las inversiones en «vivienda», que proporcionan flujos de caja resistentes a largo plazo. Prestamos especial atención a los segmentos de viviendas de alquiler asequibles y del mercado medio, que carecen de oferta suficiente. Sin embargo, hay que tener muy en cuenta la regulación local para proteger a los inquilinos de viviendas, por ejemplo, de las subidas de precios. También vemos oportunidades en los mercados de viviendas para mayores y estudiantes en el Reino Unido y en todo el continente.
Mantenemos la cautela sobre el sector minorista, pero estamos convencidos de que los formatos de tiendas de conveniencia y supermercados que proporcionan flujos de caja ligados a la inflación serán los más resistentes. También seguimos centrándonos en otros segmentos más operativos, capaces de proporcionar flujos de caja resistentes a largo plazo con un enorme potencial de crecimiento de los ingresos, en consonancia con el éxito del inquilino. Además, vemos oportunidades en partes selectivas del mercado hotelero, con preferencia por hoteles arrendados en las principales ubicaciones de destino que ofrezcan rentas base vinculadas a la inflación y componentes variables que capturen el beneficio operativo, o bien hoteles operativos situados más arriba en la curva de riesgo en los que el reposicionamiento/reestructuración de las operaciones y/o la finalización de las actividades de estabilización impulsen la creación de valor.
El entorno actual refuerza aún más nuestra atención a la excelencia operativa, ya que tratamos de impulsar una rentabilidad superior sostenible y a largo plazo para nuestras inversiones. Creemos que todos los bienes inmuebles han pasado a ser operativos por naturaleza, en el sentido de que los resultados financieros de las inversiones en activos están alineados con el éxito de los negocios de los inquilinos en los activos. Por ello, gestionamos cada edificio como si fuera un negocio en sí mismo, mejorando los servicios, garantizando la eficiencia de las operaciones y minimizando los residuos de CO₂ y el uso de recursos escasos (incluida la energía) para optimizar los ingresos netos y el valor a lo largo del horizonte de inversión.
Tribuna elaborada por Oliver Kummerfeldt, director de análisis del sector inmobiliario europeo en Schroders Capital
Quedan apenas siete meses para que los titulares de participaciones en fondos de pensiones con más de 10 años de antigüedad puedan disponer libremente de sus ahorros. El Real Decreto de Modificación del Reglamento de Planes y Fondos de Pensiones en Materia de Liquidez y Reducción de Comisiones, aprobado en 2018, estableció un nuevo supuesto de liquidez: recuperar, a partir del 1 de enero de 2025, aquellas aportaciones y rendimientos generados por planes de pensiones que tengan, al menos, 10 años de antigüedad.
Este nuevo supuesto incrementa la liquidez de los planes de pensiones, y se suma a otros motivos para el rescate: el desempleo de larga duración, la incapacidad laboral, una gran dependencia o dependencia severa, el fallecimiento del titular, una enfermedad grave y la propia jubilación.
Por lo tanto, desde 2025 es posible que una antigüedad mínima de diez años sea motivo suficiente para rescatar las aportaciones, que deberán contar con un mínimo de 10 años. Tampoco existe un límite a la cantidad que se desee rescatar.
Según datos de Inverco, el patrimonio que puede quedar liberado y disponible para ser rescatado a disposición del cliente a partir de 2025, en lugar de hacerlo con arreglo a unos supuestos como hasta ahora, es de 64.000 millones de euros, una cantidad “que implica más de la mitad del patrimonio gestionado por los planes de pensiones”, apuntan desde OCOPEN (Organización de Consultores de Pensiones), donde añaden que esta situación “puede dar lugar a importantes retos”.
Implicaciones de la medida
Las gestoras, en líneas generales, no esperan que los partícipes se lancen en masa a liquidar sus fondos de pensiones suscritos el 1 de enero de 2015 dentro de seis meses. En Horos apuntan una de las razones: la fiscalidad. Hay que tener en cuenta que en caso de acogerse a esta medida de liquidez, se aplicarán los mismos impuestos que en el caso de un rescate por jubilación. En BBVA recuerdan que es muy importante “analizar cuál es el mejor momento para disponer del dinero, para que el impacto fiscal sea el menor posible, teniendo en cuenta que el importe rescatado tributa como rendimiento del trabajo”.
“Pensamos que el mecanismo de liquidez para los planes de pensiones tras 10 años es positivo para el producto, ya que anima al inversor que no caiga en los supuestos especiales (enfermedad grave, desempleo de larga duración, etc) a poder disponer del dinero si es necesario”, afirman desde Horos, donde añaden que no esperan reembolsos y que, incluso, algunos de sus clientes “continúan aportando al producto una vez están jubilados”.
En este punto, desde la firma también explican que, en general, el cliente de pensiones suele tener también fondos de inversión, y admiten que a efectos fiscales (herencia, coste fiscal del reembolso e impuesto de patrimonio) “tiene más sentido disponer primero del dinero en fondos de inversión” en caso de necesidad.
Tampoco ven posibilidad de rescates masivos en OCOPEN, “ya que muchas personas entienden la importancia de mantener sus ahorros para la jubilación”, por lo que ven lógico que la decisión de retirar el dinero dependerá de la situación financiera individual de cada persona y de sus necesidades a corto y largo plazo.
Eso sí, en la organización, observan que si hay campañas de recordatorio, “es posible que si haya gente que, movida por ese impulso, pueda rescatar”.
En la organización también apuntan que desde el rol de consultores o actuarios, la medida no tiene especial trascendencia, pero a los gestores “les va a obligar, seguramente a modificar sus carteras y tener más posiciones de liquidez o de muy corto plazo”. Una situación, que, a su vez, “van a ser perjudiciales en especial para los inversores que no rescatan”.
Eso sí, hay un cierto consenso en que el escenario se asemeje a lo ocurrido en el País Vasco, donde no se le ha dado mayor trascendencia, con escasos rescates, y a pesar de que la normativa vasca ya permitía supuestos de liquidez similares al que entrará en vigor en 2025. Y que difiera de lo sucedido en países como Chile o Perú, donde los rescates han sido masivos.
Observaciones a tener en cuenta por el cliente
En OCOPEN ven necesario tener en cuenta varios aspectos antes de liquidar participaciones desde el 1 de enero de 2025, además del aspecto fiscal.
1-. Evaluación de las necesidades: Analizar si realmente necesitan el dinero antes de la jubilación o si pueden mantenerlo invertido para el futuro.
2-. Rentabilidad: Revisar el rendimiento de su plan de pensiones y compararlo con otras opciones de inversión disponibles.
4-. Diversificación: Evaluar si el dinero se encuentra diversificado adecuadamente dentro del plan de pensiones para minimizar riesgos.
5-. Horizonte temporal: Recordar que retirar el dinero ahora puede afectar negativamente el crecimiento a largo plazo de sus ahorros para la jubilación.
6.- Se aconseja que recuerden por qué constituyeron el plan de pensiones. Seguramente tuvo el objetivo de complementar la pensión, por lo que lo conveniente es que mantengan su plan original, salvo que sus circunstancias vitales hayan cambiado notablemente.
En suma, en la firma aconsejan no retirar las participaciones y, de hacerlo, que analicen el impacto fiscal que puede tener y la pérdida de pensión futura que les va a generar.
Qué pueden hacer las gestoras
En OCOPEN también detallan las medidas que están implementando las firmas para afrontar una posible retirada superior a lo normal de aportaciones:
1-. Comunicación: Informar a los clientes sobre las implicaciones fiscales y financieras de retirar el dinero antes de tiempo.
2-. Límites temporales: Asesorar con períodos específicos para procesar las solicitudes de reembolso, de manera que se puedan gestionar de forma más ordenada.
3-. Educación financiera: Ofrecer seminarios, webinars o material educativo sobre la importancia del ahorro a largo plazo y las posibles consecuencias negativas de retirar el dinero prematuramente.
OVB España, compañía especializada en planificación financiera para particulares, y Ferrero Tennis Academy han renovado su acuerdo de colaboración por el cual OVB continuará brindando servicios de consultoría a los alumnos de la escuela y a sus familias, proporcionando asesoramiento en la planificación financiera de sus carreras deportivas.
La reconocida internacionalmente Ferrero Tennis Academy, cuna de destacados talentos como Carlos Alcaraz y Pablo Carreño Busta, se consolida como un referente en la formación deportiva. Además de su enfoque en el tenis de élite, la academia también se distingue por su compromiso con la formación académica de los jóvenes, fomentando su desarrollo tanto dentro como fuera de la cancha.
El acuerdo establece que OVB España ofrecerá servicios de consultoría financiera especializada a las familias de los alumnos, brindando orientación para planificar de manera responsable, sostenible y rentable las carreras deportivas emergentes. Considerando la complejidad que implica la gestión de una carrera deportiva profesional, desde gastos hasta participación en torneos y relaciones con patrocinadores, esta colaboración busca dotar a los jóvenes talentos de los conocimientos financieros necesarios para afrontar estos desafíos con confianza y preparación.
Juan Carlos Ferrero, director de la Academia, ha valorado el acuerdo afirmando que “para nosotros es importante completar la formación de los jóvenes que escogen nuestra academia para desarrollar su carrera deportiva. Ayudarles a entender la importancia de contar con una “tranquilidad financiera” tanto para los jugadores como para sus familias responde a los valores que representamos. Gracias al asesoramiento y el apoyo de expertos como OVB podemos lograrlo».
Por su parte, Harald Ortner, director general de OVB España, enfatizó que el camino hacia la profesionalización deportiva «demanda esfuerzo físico, mental y, por supuesto, económico» y añadió que en cada trayectoria exitosa, se encuentran dificultades y sacrificios.
«A través de esta colaboración, OVB España busca proporcionar tranquilidad financiera a los jugadores y sus familias mediante planes financieros personalizados, destinados a abordar los gastos y gestionar eficazmente la actividad deportiva de sus hijos. Nuestra meta es que los alumnos se beneficien de nuestro enfoque asesor y de planificación financiera, donde la protección, el crecimiento y la gestión patrimonial son elementos esenciales», concluyó Ortner.
Este acuerdo consolida el compromiso de OVB España con la educación financiera y el ámbito deportivo, alineando la compañía con los principios fundamentales del tenis, como el esfuerzo, la superación, la constancia y la ambición.
Como inversores, el Día Mundial del Medio Ambiente sirve para recordar la crucial intersección entre la sostenibilidad medioambiental y la viabilidad económica. A medida que la atención mundial se centra en la necesidad cada vez más urgente de abordar el cambio climático, los mecanismos de fijación de precios del carbono (MPC) surgen como una palanca fundamental en la transición hacia una economía baja en carbono: así lo demuestra la decisión de la Unión Europea a principios de este año de ampliar su Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE) para incluir el transporte marítimo, y la decisión del año pasado de crear un RCDE adicional («RCDE») para abordar las emisiones de CO2 procedentes de la combustión de combustibles en edificios, el transporte por carretera y otros sectores.
Estas importantes medidas ponen de relieve la creciente importancia que la normativa atribuye a las emisiones de carbono en diversos sectores. Esta evolución, junto con las actuales tendencias alcistas en los mercados de carbono norteamericanos impulsadas por revisiones normativas más estrictas y ajustes de la oferta, señala un cambio fundamental hacia mecanismos de fijación de precios del carbono más estrictos a escala mundial, y la necesidad de que los inversores comprendan las implicaciones financieras.
Sin embargo, lo primero es lo primero: ¿Qué es la tarificación del carbono? ¿Cuál es su finalidad y cómo funciona? La tarificación reguladora del carbono engloba marcos políticos como los impuestos sobre el carbono y los sistemas de comercio de derechos de emisión con fijación previa de límites máximos, concebidos para asignar un valor monetario a las emisiones de gases de efecto invernadero. Según el Banco Mundial, actualmente existen 75 impuestos sobre el carbono y sistemas de comercio de derechos de emisión en todo el mundo que cubren alrededor del 24% de las emisiones mundiales.
Estos mecanismos funcionan fijando un precio directo a las emisiones de carbono o estableciendo un tope de emisiones basado en el mercado, con derechos negociables. Al internalizar las externalidades asociadas a las emisiones de carbono, la tarificación del carbono crea esencialmente incentivos económicos para la reducción de emisiones y la innovación tecnológica. El ejemplo ya citado de la ampliación del régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea muestra las implicaciones financieras concretas para las compañías navieras que sigan actuando como hasta ahora: las empresas del sector deben comprar o ceder derechos de emisión de la Unión Europea (EUA) por cada tonelada de CO2 (o equivalente de CO2) notificada, lo que puede suponer un aumento de los costes operativos. En general, se espera que el coste del cumplimiento se repercuta en los clientes finales a través de unas tarifas de flete más elevadas, lo que, a su vez, puede afectar potencialmente a la competitividad de costes de dichas empresas.
La exposición de las empresas a la tarificación del carbono varía mucho según los sectores y las zonas geográficas: de hecho, la reciente caída de los precios del carbono en la UE debido al exceso de oferta y a las menores emisiones del sector eléctrico contrasta con el impulso al alza del programa conjunto de límites máximos y comercio de California-Quebec, lo que refleja la compleja interacción de las fuerzas del mercado en las distintas regiones. La volatilidad de los precios del carbono, influida por factores como los cambios normativos y la dinámica del mercado, puede tener repercusiones diversas: las empresas que operan en sectores intensivos en carbono, como la energía, la industria manufacturera y el transporte, se enfrentan a importantes implicaciones en materia de costes y a la posible paralización de activos. Estas empresas deben hacer frente a mayores gastos de explotación y a posibles costes de cumplimiento de la normativa, lo que puede afectar a los márgenes de EBITDA y alterar la dinámica competitiva. Sin embargo, es probable que los primeros en adoptar tecnologías menos emisoras -por ejemplo, la adopción de combustibles más limpios como el gas natural licuado (GNL) o la instalación de tecnologías de ahorro energético como los sistemas de lubricación por aire y las velas de rotor en el caso del sector naval- se beneficien de los incentivos normativos y del ahorro de costes. Estas empresas pueden lograr ventajas competitivas incluso más allá de los menores costes de cumplimiento, como un mejor posicionamiento en el mercado y una mayor reputación de marca.
La exposición de las empresas a la tarificación del carbono varía mucho según los sectores y las zonas geográficas: de hecho, la reciente caída de los precios del carbono en la UE debido al exceso de oferta y a las menores emisiones del sector eléctrico contrasta con el impulso al alza del programa conjunto de límites máximos y comercio de California-Quebec, lo que refleja la compleja interacción de las fuerzas del mercado en las distintas regiones.
La volatilidad de los precios del carbono, influida por factores como los cambios normativos y la dinámica del mercado, puede tener repercusiones diversas: las empresas que operan en sectores intensivos en carbono, como la energía, la industria manufacturera y el transporte, se enfrentan a importantes implicaciones en materia de costes y a la posible paralización de activos. Estas empresas deben hacer frente a mayores gastos de explotación y a posibles costes de cumplimiento de la normativa, lo que puede afectar a los márgenes de EBITDA y alterar la dinámica competitiva. Sin embargo, es probable que los primeros en adoptar tecnologías menos emisoras -por ejemplo, la adopción de combustibles más limpios como el gas natural licuado (GNL) o la instalación de tecnologías de ahorro energético como los sistemas de lubricación por aire y las velas de rotor en el caso del sector naval- se beneficien de los incentivos normativos y del ahorro de costes. Estas empresas pueden lograr ventajas competitivas incluso más allá de los menores costes de cumplimiento, como un mejor posicionamiento en el mercado y una mayor reputación de marca.
Por lo que respecta a los inversores, la evaluación de la exposición de una empresa a la tarificación del carbono forma parte integrante de la gestión global del riesgo y la optimización de la cartera. La capacidad de una empresa participada para gestionar eficazmente la tarificación del carbono -mediante la asignación estratégica de activos, mejoras de la eficiencia operativa y prácticas sólidas en materia medioambiental, social y de gobernanza (ESG)- se convierte en un factor determinante de sus resultados financieros a largo plazo y de su valoración en el mercado.
Un número significativo de empresas de gran capitalización bursátil ya tienen en cuenta un precio interno del carbono, a menudo para tomar decisiones de inversión más informadas (aunque cuando los precios internos del carbono son particularmente bajos, a menudo pueden percibirse como una herramienta de marketing). Sin embargo, son muy pocas las empresas que proponen un plan de negocio que integre de forma exhaustiva las repercusiones de la evolución del precio del carbono. Es entonces cuando la integración de la fijación de los precios del carbono en el análisis de las inversiones requiere una comprensión sofisticada de los entornos normativos, los impactos sectoriales y las estrategias empresariales por parte del inversor, lo que puede reflejarse en los siguientes planteamientos:
Además de mantenerse al corriente de la evolución de la normativa, cada vez es más importante integrar los escenarios de fijación de precios del carbono en las pruebas de resistencia de los beneficios empresariales, los flujos de caja y las métricas de valoración. Además, es crucial tener en cuenta que la mencionada volatilidad de los precios del carbono presenta tanto un riesgo como una oportunidad: los inversores pueden considerar diversificar la exposición entre regiones y sectores para mitigar el impacto de las fluctuaciones de los precios. Sin embargo, la fijación de los precios del carbono también puede introducir ineficiencias en el mercado de las que pueden beneficiarse los inversores astutos: los inversores que aprovechan los futuros y las opciones sobre el carbono pueden capitalizar estas fluctuaciones de los precios para generar alfa. Además, las ineficiencias en la valoración de las empresas en función de su exposición al carbono pueden ofrecer oportunidades de inversión en valor.
Las empresas infravaloradas debido a que el mercado subestima sus capacidades de gestión del carbono pueden ofrecer puntos de entrada atractivos para los inversores. Por último, pero no por ello menos importante, el tema de la fijación de precios del carbono es uno en el que la integración ESG y la propiedad activa adquieren una importancia crítica: de hecho, comprender las estrategias de cumplimiento de las empresas participadas, fomentar la transparencia en los informes sobre emisiones de carbono y la adopción de las mejores prácticas para la reducción de éstas, ayudan a crear un marco más completo para identificar los impulsores de valor.
Desde la perspectiva de un inversor, el Día Mundial del Medio Ambiente y la cuestión de la tarificación del carbono tienen en común que nos recuerdan hasta qué punto el cambio estructural hacia una economía con bajas emisiones de carbono subraya la necesidad de una asignación estratégica a largo plazo a sectores y empresas alineados con esta transición. Esto también se ve acentuado por otros avances normativos recientes, como el inicio de las obligaciones de información para el Mecanismo de Ajuste de las Emisiones de Carbono en la Frontera (CBAM) de la UE en 2023, que pretende igualar las condiciones de fijación de los precios del carbono para los bienes expuestos al comercio con emisiones intensivas. Al integrar las consideraciones relativas a la tarificación del carbono en los marcos de inversión, los inversores no sólo pueden mitigar los riesgos, sino también aprovechar las oportunidades que presenta la transición. Por tanto, la alineación con los objetivos climáticos mundiales no debe percibirse simplemente como una respuesta a las presiones normativas, sino más bien como un imperativo estratégico que potencia la creación de valor a largo plazo.
La rentabilidad media de las acciones estadounidenses ha sido un 11% superior a la inflación en los 12 meses posteriores al inicio de los recortes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal. Las acciones también han superado, de media, en un 6% a los bonos del Estado y en un 5% a los bonos corporativos.
El efectivo ha quedado aún más rezagado. Las acciones han superado al efectivo en un 9% de media en los 12 meses posteriores al inicio de la bajada de tipos. Los bonos también han sido una mejor opción que el efectivo.
Estas son las conclusiones de un nuevo análisis que hemos realizado a largo plazo de la rentabilidad de las inversiones durante 22 ciclos de recortes de los tipos de interés en Estados Unidos desde 1928 (Gráfico 1).
Las acciones prefieren evitar una recesión, pero normalmente, incluso cuando se ha producido una caída significativa de la actividad económica, lo han hecho bien. Estas rentabilidades son aún más impresionantes si se tiene en cuenta que, en 16 de los 22 ciclos, la economía estadounidense ya estaba en recesión cuando comenzaron los recortes, o entró en una en los 12 meses siguientes.
Las rentabilidades de las acciones fueron mejores cuando se evitó la recesión, pero incluso si no se evitó, siguieron siendo de media positivos.
Las fechas de las recesiones están marcadas en el gráfico 1 y sombreadas en el gráfico 2.
Hay grandes excepciones y, obviamente, una recesión no es algo a lo que dar la bienvenida, pero -para los inversores en bolsa- tampoco ha sido siempre algo a lo que temer indebidamente.
A los inversores en renta fija, por el contrario, les suele ir mejor si se produce una recesión. Suelen beneficiarse de la compra de activos refugio (especialmente bonos soberanos), que hace bajar los rendimientos y subir los precios de los bonos. Pero también les ha ido bien si se ha evitado una recesión.
Los bonos corporativos han superado a los bonos del Estado, por término medio, en el escenario de mayor recesión económica.
La gama de rentabilidades históricas es amplia para las acciones y los bonos, pero ambos han tendido a hacerlo bien cuando la Reserva Federal ha empezado a recortar los tipos.
¿Y hoy? A diferencia de la mayoría de los episodios históricos, la Reserva Federal no se plantea recortar los tipos porque le preocupe que la economía sea demasiado débil. Lo hace porque la inflación va en la dirección correcta, lo que significa que la política no tiene por qué ser tan restrictiva.
Si acierta y logra un «aterrizaje suave», este 2024 podría ser un buen año para los inversores en bolsa y en renta fija.
Ipsos, una de las principales empresas de investigación de mercados del mundo, acaba de publicar la sexta oleada de su estudio “Monitor del Coste de Vida”. El informe analiza cómo se siente la ciudadanía en términos económicos en un contexto de policrisis como el actual.
La primera conclusión que se desprende de este estudio es que, a pesar de la crisis del coste de vida en la que la mayoría del planeta está inmersa desde hace más de dos años, la economía de la población española no ha cambiado mucho desde entonces. Mientras 1 de cada 3 (36%) afirma que vive con lo justo y un 22% encuentra muchas o bastantes dificultades, casi otro tercio (31%) dice que le va bien y un 10% declara vivir cómodamente, datos casi idénticos a los de hace un año.
Lo que sí ha cambiado son las expectativas de la población sobre cuál será la fecha para que los niveles de inflación vuelvan a la normalidad. Aunque la mayoría (65%) piensa que el final sucederá a lo largo o después de 2025, la firma observa que el porcentaje que declara que eso nunca sucederá (18%) ha ido aumentado a lo largo de los meses, al incrementarse en cinco puntos en un año.
El aumento de esta percepción se explica en que la mayoría de la población (57%) tiene claro que el próximo año seguirá aumentando la tasa de inflación. Aunque es el porcentaje más bajo desde que comenzó a realizarse este monitor, en abril de 2022, sigue siendo una idea que comparte la mayor parte de la población. Ocurre lo mismo con los impuestos, donde la mitad (51%) afirma que se incrementarán, aunque también es la cifra más baja de las registradas.
Las expectativas, sobre todo lo relacionado con el gasto del hogar, también explican este incremento del porcentaje de personas que piensan que la inflación nunca volverá a los niveles anteriores a 2022. Un 64% declara que el precio de la cesta de la compra aumentará en los próximos doce meses, así como el de la energía (61%) y el de los combustibles (58%), las mismas cifras que hace un año. En cuanto al ocio (restaurantes, cine, bares, discotecas…), aunque ha disminuido en 3 puntos, sigue siendo la mayoría (57%) los que piensan que los precios también subirán durante los próximos doce meses, según recoge el informe.
Eso sí, existe más optimismo con respecto a los tipos de interés, donde el porcentaje de encuestados que piensa que subirán el año que viene ha descendido 19 puntos, situándose en un 45%. en cuanto al nivel de ingresos, solo 1 de cada 4 piensa que disminuirán el año que viene y 1 de cada 5, que su nivel de vida empeorará. Ambas cifras son las más bajas registradas desde que se empezó a realizar este estudio, puesto que caen 5 puntos desde la última oleada.
Los culpables de esta crisis de coste de vida han cambiado
El estado de la economía global siempre ha sido el principal factor al que la población española ha apuntado como culpable de este contexto inflacionista, aunque es cierto que ha bajado 10 puntos desde abril de 2022, situándose en la actualidad en un 72%.
El estallido de la guerra de Ucrania también provocó que el conflicto bélico se convirtiera en otro de los factores más señalados por la mayoría, especialmente en Europa, pero se aprecia como esta percepción va perdiendo fuerza con el paso de los meses. Así, mientras que en junio de 2022 el 80% de la ciudadanía situaba a esta guerra como uno de los principales factores del incremento del coste de vida, casi dos años después esa cifra ha descendido hasta el 64%, destacando la fuerte caída de 8 puntos en los últimos seis meses.
Este hecho ha provocado que otros factores que al comienzo de esta situación pasaban más desapercibidos, ahora estén siendo más señalados por la población. Es el caso de los tipos de interés, que con un 71% se sitúa como el segundo factor, y los beneficios excesivos de algunas compañías (66%) que ocupa el tercer puesto.
Por su parte, las políticas del gobierno (64%) es un factor que se ha mantenido prácticamente estable a lo largo de estos dos últimos años, bajando en los últimos meses varios puntos incluso, y nunca superando a la economía global, lo que indica que la gente percibe este incremento del coste de vida como un problema de carácter global más que local, según recoge el estudio de Ipsos.
La inflación, ¿afecta más a España que a otros países europeos?
Para 4 de cada 10 personas (38%) en España la crisis del coste de vida está siendo peor para su país que para el resto de los europeos, situándose así entre los cuatro países de Europa que más comparten esta percepción, por detrás e Hungría (74%), Italia y Reino Unido con un 39% respectivamente. No obstante, para casi un tercio (31%) el impacto está siendo el mismo para toda la región y para un 21% está siendo mejor que para otros países vecinos.
Por fin llegó junio y con ello la reunión del Banco Central Europeo (BCE), que se celebrará mañana. Toda la atención está puesta en lo que diga y haga la institución monetaria, ya que la previsión es que anuncie un primer recorte de tipos del 0,25%. Según el análisis que hacen las gestoras internacionales, la inflación sigue mostrando cierta resistencia a la baja -la inflación subyacente volvió a sorprender al alza-, pero esto no debería justificar que el BCE no baje los tipos el día 6 de junio. Es más, las firmas de inversión advierten que cualquier escenario diferente supondría una sorpresa mayúscula y una fuerte reacción en los mercados.
El último informe de Bank of America, la bajada de tipos de mañana debería ser la el primer recorte de 25 puntos básicos de los 200 de relajación monetaria entre junio de 2024 y 2025. “Esperamos pocos cambios en la orientación del BCE en el comunicado de prensa, básicamente reconociendo el primer movimiento, la dependencia de los datos y la necesidad de proceder con cautela. Es probable que las pequeñas revisiones al alza de la inflación a corto plazo (sin cambios a medio plazo) también alimenten esa cautela y también que la conferencia de prensa indique que no existe una senda preestablecida y que la forma de proceder será reunión a reunión”, señala Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa.
Segura-Cayuela, que mantiene su convicción de que los tipos de interés en la zona euro se situarán en el 2% el año que viene, afirma que tiene previstos 75 puntos básicos de recortes para 2024 y 125 puntos básicos para 2025. “También esperamos que Lagarde, una vez más, señale que habrá un poco más de información en julio para decidir el próximo movimiento y mucha más en septiembre, una clara señal de que es más probable que el próximo movimiento sea en septiembre que en julio. Por último, de forma similar a los recientes comentarios de Lane esta semana o de Lagarde en la última conferencia de prensa, esperaríamos una clara distinción entre una fase de reducción del nivel de restricción de la política monetaria y una fase de normalización de los tipos, una clara señal de que, por ahora, no tienen prisa por bajar los tipos”, añade.
La cuestión es el ritmo
Según Franck Dixmier, CIO global de Renta Fija de Allianz Global Investors, tras una larga fase de tipos sin cambios, el inicio de un ciclo de recortes plantea varios interrogantes sobre los próximos pasos: ¿Cuál es el objetivo para el tipo terminal del BCE? ¿Con qué rapidez lo alcanzará el banco central? Los inversores estarán muy atentos a cualquier indicio de respuesta a estas preguntas, así como a los anuncios de nuevas previsiones macroeconómicas. «Aunque existe consenso sobre esta primera bajada de tipos, el ritmo de los futuros recortes es objeto de un animado debate entre los miembros del organismo. Las expectativas de inflación están ancladas en niveles cercanos al objetivo del BCE (la inflación en los swaps a 5 años fue del 2,3%[1] ), lo que constituye un buen indicador de la confianza de los inversores en la capacidad del BCE para respetar su mandato. El Consejo se centrará más en la trayectoria de la inflación hacia el objetivo de estabilidad de precios del BCE y en su grado de confianza en que la inflación se mantendrá en ese nivel», apunta.
Ulrike Kastens, economista para Europa de DWS, recuerda que casi todos los miembros del Consejo del BCE se han pronunciado a favor de una posible reducción de los tipos de interés en junio. “El 6 de junio debería confirmarse oficialmente que el BCE bajará su tipo de interés oficial 25 puntos básicos, hasta el 3,75%. Sin embargo, lo que importa aún más es el camino a seguir. El BCE está dispuesto a eliminar el nivel máximo de restricción, como dijo Philip Lane”, explica Kastens.
Una visión que también comparte Cristina Gavín, jefa de Renta Fija y gestora de fondos de Ibercaja Gestión: “La clave no está en la bajada de tipos de esta semana, sino en cuál será la senda de actuación del BCE de cara a las siguientes reuniones, por lo que deberemos estar atentos a la rueda de prensa de Lagarde tras el Consejo. El hecho de que la Fed también esté retrasando su proceso de bajadas de tipos derivados de las presiones en los precios, aunque no es un factor determinante, sí que puede también condicionar el ánimo de los miembros del BCE a la hora de bajadas adicionales”.
En opinión de Germán García Mellado, gestor de renta fija de A&G, como el foco estará puesto intentar vislumbrar el ritmo de bajadas a partir de junio y en la evolución de los datos, es probable que el BCE s muestre muy precavido respecto a dar pistas sobre sus próximos pasos. «En cualquier caso, parece improbable que, con los últimos datos publicados, anticipen una subida para la próxima reunión en julio, por lo que seguramente dejen todo abierto para la de septiembre donde volverán a actualizar las proyecciones macroeconómicas. Será relevante también ver las nuevas proyecciones macroeconómicas para los próximos años, donde probablemente sean revisadas ligeramente al alza tanto las expectativas de crecimiento como de inflación, lo que no dará certidumbre sobre las futuras bajadas de tipos a futuro», señala García Mellado.
Sobre cómo será el discurso del BCE, Daniel Loughney, director de Renta Fija de Mediolanum International Funds (MIFL), añade: «Esperamos que el discurso del BCE sea moderado en relación con las expectativas del mercado, ya que creemos que las presiones inflacionistas están disminuyendo más de lo previsto. Es probable que el BCE destaque el carácter irregular de las próximas publicaciones del IPC. Hay una serie de influencias estadísticas idiosincrásicas en la inflación en este momento que son difíciles de cuantificar con demasiada precisión: como el lanzamiento de un billete de transporte barato a escala nacional en Alemania hace un año. Los comentarios sobre la inflación de los precios de los servicios serán objeto de la mayor atención, ya que se ha mantenido bastante elevada últimamente».
Una de las conclusiones que lanza Kevin Thozet, miembro del Comité de Inversiones de Carmignac, es que las expectativas del mercado de menos de un recorte de los tipos de interés por trimestre en lo que queda de año parecen prudentes. «No nos sorprendería ver al BCE proceder a tres o cuatro recortes, y potencialmente más, en el caso de una desaceleración imprevista», indica. En opinión de Thozet, «los mercados parecen coincidir en la perspectiva de tres recortes por parte del BCE en 2024, con el tipo de interés oficial en el umbral del 3%, o por encima de él, en un plazo de 12 meses. Este escenario parece optimista, ya que no tiene en cuenta lo que el BCE podría hacer si la economía se ralentiza. Aunque somos constructivos con respecto a la parte corta de la curva de rendimientos, no podemos descartar un rendimiento inferior de los tipos largos como consecuencia de unas mejores perspectivas económicas y de un menor balance del BCE».
Mirando a los datos
En este sentido, los datos vuelven a ser el argumento y el motivo que hace que sea más importante las indicaciones que dé el BCE sobre cuál será el ritmo de recortes, que el primer recorte de tipos en sí. “No cabe duda de que algunos banqueros centrales tienen en mente nuevos recortes rápidos de los tipos de interés y es posible que ya estén a favor de otra reducción en julio, mientras que otros prefieren un enfoque más prudente. Frente a la incertidumbre sobre la evolución de la inflación, es probable que prevalezcan el tono hawkish, haciendo hincapié en la dependencia de los datos y en un enfoque de reunión por reunión. Se espera que el mensaje central de la presidenta del BCE, Lagarde, evite comprometerse explícitamente con otro recorte de tipos en julio. En general, mantenemos nuestra previsión de tres recortes de tipos más hasta finales de marzo de 2025”, añade Kastens.
Orla Garvey, gestora senior de cartera de renta fija de Federated Hermes Limited, recuerda que el mercado tiene ya previsto que el BCE recortará los tipos mañana, aunque “lo que venga después del próximo recorte de tipos será más difícil de comunicar para el banco central y de valorar para los mercados”. En su opinión, se han logrado “avances significativos” hacia el objetivo de inflación, pero “es probable que la trayectoria en el futuro sea más turbulenta”. Combinado “con una mejora de las perspectivas de crecimiento en la zona euro, los mercados podrían tener menos confianza en la trayectoria futura de los tipos de interés básicos del BCE”, señala.
Para Felix Feather, economista de abrdn, dado que consideran que la inflación de los servicios y el crecimiento de los salarios siguen siendo demasiado elevados para que se produzcan recortes consecutivos en junio y julio, por lo que podría tratarse de un “recorte de línea dura”. Además, advierte de que la inflación interanual de este viernes será clave. “Se espera un repunte de la inflación general, pero tendría que ser muy grande para que el BCE se desviara de su objetivo de recortarla en junio. Sin embargo, lo que suceda con la inflación subyacente de los servicios será clave para fijar las expectativas sobre la senda del BCE más allá de junio. La reciente fortaleza del crecimiento de los costes laborales podría significar que la inflación de los servicios se fortalezca, dejando al BCE a la espera durante un tiempo tras el recorte inicial”, añade Feather.
Según la visión de Martin Wolburg, economista senior en Generali AM (parte del ecosistema de Generali Investments), los últimos datos sobre los datos sobre los salarios oficiales alemanes del primer trimestre (+6,2% interanual) y, a nivel de la eurozona, el crecimiento salarial negociado del primer trimestre se fortaleció hasta el 4,7% interanual apuntaban a un riesgo al alza para la inflación. “Los indicadores propios del BCE sugieren que el crecimiento salarial negociado se situará en torno al 4% en 2024 frente al 4,5% en 2023”, matiza.
Wolburg, considera que mientras el mercado laboral siga gozando de buena salud, es exagerado preocuparse por el crecimiento salarial. “Pero teniendo en cuenta las preocupaciones de los miembros del Consejo de Gobierno, ahora consideramos más probable que el BCE recorte sólo una vez al trimestre a partir de junio. Aun así, creemos que el mercado ha ido demasiado lejos al reducir los recortes acumulados de los tipos del BCE para 2024 a sólo unos 60 puntos básicos”, afirma.
El BCE antes que la Fed: impacto en el mercado de bonos
En opinión de las firmas de inversión, estamos a punto de presenciar una situación poco común en la política monetaria: el BCE podría reducir su tipo de interés de referencia antes que la Reserva Federal, la primera vez desde principios de 2000. El motivo es, según Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM, que la economía europea se encuentra en una situación muy diferente a la de Estados Unidos. «La brecha de producción es probablemente negativa en la zona euro, y la economía no ha crecido durante la mayor parte de los dos últimos años (lo contrario que en EE.UU.). El crecimiento del crédito es extremadamente débil, lo que sugiere que la política del BCE está restringiendo la actividad. La inflación de la zona euro tiende claramente a la baja (gran parte de la inflación se debe a la crisis energética), a pesar de una inflación de los servicios relativamente estable. En consecuencia, creemos que el BCE tiene margen para recortar los tipos cuatro veces este año, a partir de junio», afirma Olszyna-Marzys.
Para Catherine Reichlin, responsable de análisis de Mirabaud Group, una de las claves de esta diferencia entre el BCE y la Fed radica en la inflación y la percepción de su evolución. Mientras que el BCE dice estar realmente confiado en que la inflación está bajo control, la situación es diferente para la Fed. Desde que las cifras de inflación de abril, publicadas a mediados de mayo, resultaron ligeramente por debajo de las expectativas, la Fed ha estado moderando las expectativas del mercado sobre el momento y la magnitud de futuros recortes de tipos. Una multitud de banqueros centrales están hablando sobre el tema, con un hilo conductor común: se necesitará más que un solo dato para asegurar que la inflación está bajo control y que el ciclo de flexibilización monetaria puede comenzar a finales de este año o principios del próximo”, explica Reichlin.
En otras palabras, la volatilidad es la orden del día, y los rendimientos de los bonos están fluctuando regularmente, como el bono a 10 años de EE.UU., que comenzó el año en 3.89%, subió a 4.70% a finales de abril y actualmente está en 4.43%. “Aunque las expectativas son diferentes, el rendimiento de los mercados de bonos gubernamentales es similar: -1.56% en Estados Unidos y -1.39% en Europa. En Europa, las disparidades son considerables: -2.57% en Alemania frente a +0.58% en Italia, que se ha beneficiado de un estrechamiento de su prima de riesgo”, añade.
La experta de Mirabaud considera que en Suiza, el mercado de bonos está «menos mal» pero sigue en territorio negativo este año con -0.91%. “Entre los bancos centrales que ya han recortado sus tipos (Suiza), los que se están preparando para hacerlo (Europa) y los que están demorando (Estados Unidos), es interesante observar que sus mercados de bonos están siguiendo su curso sin incorporar completamente las expectativas de recortes de tipos. Además, los rendimientos de los bonos, que están cerca de sus máximos de los últimos años, todavía ofrecen buenas oportunidades de entrada para los inversores que aún no se han decidido a comprar bonos”, concluye Reichlin.