Foto cedida. Gupo Elix ficha a Rafael Vázquez como nuevo director de Gestión de Patrimonio
Tras su alianza con KKR, Altamar Capital Partners y Deutsche Finance para lanzar una socimi e invertir en el mercado español en la rehabilitación y alquiler de vivienda, Elix potencia su área de Gestión de Patrimonio, poniendo al frente a Rafael Vázquez, un arquitecto con más de 15 años de experiencia en la gestión de activos.
Rafael asume el mandato de sofisticar la gestión y maximizar la rentabilidad de los inmuebles. Actualmente Elix tiene más de 1000 inmuebles en gestión, a los que se sumarán los comprendidos en los alrededor de 40 edificios que la socimi tiene previsto comprar, transformar y poner en rentabilidad gracias a los más de 200 millones de euros disponibles para la compra de inmuebles en Barcelona y Madrid.
Con amplia experiencia internacional en Europa y Australia, recientemente desarrollando servicios de recuperación de activos para Encore Capital Group en España, Rafael tiene un Executive MBA por el IE Business School, es arquitecto por la ETSAM además de la formación CFA Investment Foundation Program y UDI programa en desarrollos inmobiliarios.
Foto: Cuellar, Flickr, Creative Commons. BNP Paribas Wealth Management lanza A2, su nuevo servicio de asesoramiento adaptado a MiFID II
BNP Paribas Wealth Management ha lanzado A2, un servicio diseñado para que sus mejores clientes puedan acceder a un asesoramiento en materia de inversión personalizado, que combina todas las capacidades globales de la entidad en estrategia de inversión, planificación financiera y selección y seguimiento de inversiones.
Este nuevo servicio se enmarca dentro de la estrategia del banco para adaptarse a la entrada en vigor de MiFID II, que prevé centrarse en dos pilares fundamentales: la gestión discrecional de carteras y el asesoramiento recurrente en materia de inversión A2.
Gracias al nuevo servicio de asesoramiento A2, los inversores recibirán un asesoramiento totalmente personalizado, según sus necesidades, objetivos, conocimientos o restricciones personales de inversión. Este completo servicio incluye planificación financiera, recomendaciones sobre la asignación de activos, la mejor selección de ideas y oportunidades de inversión y un seguimiento y monitorización continuo, con propuestas periódicas de reajuste y optimización.
Cada cliente tendrá a su disposición un equipo formado por su banquero privado y por un Investment Advisor, un especialista en inversiones que forma parte del equipo de asesoramiento “Advisory Desk” del banco. Además, los clientes también podrán acceder a los expertos fiscales de la entidad, para revisar su planificación patrimonial.
En la prestación del servicio A2 se utilizará una nueva herramienta y metodología propia de planificación y optimización financiera y de control del riesgo, que permite ofrecer soluciones exclusivas a los clientes.
El servicio de asesoramiento A2 se basa en un esquema de arquitectura abierta, de forma que el universo de inversión analizado por el banco a la hora de prestar el servicio incluirá todo tipo de activos e instrumentos financieros, tanto del Grupo BNP Paribas como de otras entidades financieras, seleccionadas cuidadosamente.
Comisiones explícitas
Para adelantarse a la entrada en vigor de MiFID II, este servicio presenta un nuevo modelo de facturación, completamente transparente, con una comisión explícita por la prestación del servicio de asesoramiento y con acceso a clases de acciones con “comisión limpia” para las inversiones en fondos. Así, BNP Paribas se posiciona como una de las entidades pioneras en el mercado en proponer este esquema a los clientes.
A2 está disponible para clientes con un patrimonio a partir de 1 millón de euros.
«Queremos ofrecer a nuestros clientes un servicio exclusivo, completamente diferencial, que se base en una personalización total. A través de A2 proponemos a nuestros clientes una nueva forma de lograr sus objetivos y metas financieras, basada en el trabajo en equipo y en la puesta a su disposición de toda la experiencia y capacidades de nuestra entidad», explica Luis Hernández, CEO de BNP Paribas Wealth Management España.
El cliente contará con un equipo dentro de la entidad, formado por su banquero privado y por un Investment Advisor. Hernández recuerda que “BNP Paribas Wealth Management se ha adelantado a la entrada en vigor de MiFID II certificando a todos sus banqueros privados con el título European Financial Planner (EFP) de EFPA. Este título está considerado como el mayor estándar de cualificación profesional a nivel europeo en la gestión patrimonial. Hemos optado por el nivel más alto de certificación ya que, como banca privada especializada, dirigida a grandes clientes, queremos garantizarles el mayor nivel de excelencia en el asesoramiento financiero para sus inversiones”.
Por su parte, Gonzalo Murcia, director del Advisory Desk de BNP Paribas Wealth Management, comenta: “Cada inversor es diferente. Tiene sus propios objetivos, restricciones o preferencias. Con A2, podemos atenderle de forma completamente personalizada, para diseñar la mejor planificación financiera y fiscal que se adapte a sus necesidades específicas. Gracias a este servicio buscamos un compromiso duradero con nuestros clientes y una relación a largo plazo, que permita una gestión efectiva de su patrimonio con mayor cercanía y profesionalidad”.
BNP Paribas Wealth Management es un banco privado mundial. Presente en Europa, Asia y Estados Unidos, cuenta con más de 6.600 profesionales que ofrecen a sus clientes privados soluciones para optimizar y gestionar sus activos. El banco cuenta con más de 358.000 millones de euros en activos bajo gestión (septiembre de 2017).
Foto cedidaLuca Paolini, estratega jefe de Pictet AM.. Pictet ve una rotación hacia sectores cíclicos de valor y tardíos para el próximo año
El fin de año se acerca y las gestoras comienzan a hacer balance para identificar hacia dónde irá el mercado el próximo 2018 y cuáles serán los mejores activos en los que invertir. Como es lógico, no hay una bola de cristal con todas las respuestas, pero sí un consenso de mercado que apunta a dos factores clave para el próximo año: la política monetaria de los bancos centrales y la progresiva aparición de la inflación.
“La sorpresa de este año es todo ha ido bien. El año pasado y el actual acababa y comenzaba con una gran incertidumbre política a raíz del Brexit, de la elección del Trump y de todas las citas electorales pendiente en Europa. Sin embargo, ahora estamos un entorno con un crecimiento económico global totalmente positivo y sincronizado, con menores riesgos político y con la volatilidad en sus tasas más bajas”, explica Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM.
Sin duda, 2017 ha sido un año especialmente bueno, en particular para las acciones y la renta variable. Por eso Paolini es prudente al asegurar “que 2018 seguirá la misma tendencia”, pero avisa de que “también habrá más aspectos que tener en cuenta como la evolución de la inflación, el endeudamiento global –en particular se refiere a China– o la reacción del mercado con la reducción del balance de la Fed”, apunta.
En su opinión, otro de los temas que seguirán siendo constante el próximo año es el Brexit, no como un gran riesgo político pero sí como algo importante, sobre todo de cara al futuro. “Es muy relevante cómo vayan avanzando las negociaciones, por la repercusión que tendrá esto en el futuro. Esto puede hacer que uno de los activos que menos nos llame la atención sea la libra inglesa”, señala.
Previsiones
Desde Pictet consideran la situación actual de “robusto crecimiento económico global” continuará. “Para 2018 prevemos que el PIB mundial aumente marginalmente hasta 3,4%, en parte por aumento de la inversión en capital fijo, ya que los gestores de fondos empiezan a exigirlo tras tres años fijándose en los dividendos”, explica Paolini.
Otro de las aspectos que contempla para el próximo año es un crecimiento positivo de los beneficios empresariales, “aunque no veremos la misma sorpresa que hemos visto este 2017: 11,6% en EEUU, 9,1% en Europa, 6% en Japón y 12% en emergentes”. De todas formas, considera que la previsión de crecimiento para Estados Unidos puede aumentar con el prometido estímulo fiscal de Trump; que por otro lado “no creo que sea necesario, pero previsiblemente sí se realizará”.
Como consecuencia apunta a que, la diferencia entre su producción y capacidad puede estrecharse más e incluso cerrarse por primera vez desde 2007, generando junto con la recuperación de los salarios y debilitamiento del dólar, una mayor inflación. Y este aumento de la inflación hará también que en 2018 la volatilidad aumente.
Por último, también prevé queen los próximos doce meses el mercado tendrá menos liquidez dado a la retirada de las políticas monetarias cuantitativas. Estima que en 2018 el volumen de expansión monetaria agregada de los cinco mayores bancos centrales puede ser de 0,5 billones. Según su análisis, “la normalización de políticas monetarias, en consonancia con las expectativas, puede seguir muy lenta y gradual, tanto por parte la Reserva Federal como BCE. En concreto en Estados Unidos en 2018, con inflación en 1,8%, esperamos tres subidas de tipos de interés, estable en términos reales”.
Asignación de activos
Paolini es optimista, pero reconoce que estamos llegando al final de un ciclo por lo que prevé, y aconseja, una rotación hacia sectores con mejor comportamiento a final de ciclo y ser más selectivos con las acciones en las que invertir. “Seguimos manteniéndonos infraponderados en bonos y dando más peso a las acciones”, matiza.
En este sentido, 2017 ha sido especialmente bueno para las acciones de crecimiento, las cuales han llegado a subir 26%, mientras que las de valor un 14%. Las tecnológicas ha llegado a proporcionar 17% –tienen elevado peso en EEUU-. También se han comportado bien industriales y consumo discrecional, así como acciones de Japón y Europa. Por su parte los mercados de deuda emergente han sido la mayor sorpresa.
En su opinión, la renta variable seguirá siendo clave para los inversores aunque reconoce que nada esta barato y que hay un gran dispersión en cada clase de activo. “Esto supone que habrá que ser más selectivos respecto al tipo de sector y de acción”, advierte.
En este sentido considera que las acciones de Estados Unidos pueden comportarse peor, por primera desde 2006 vez en sentido contrario, que las de Japón –bajo precio/previsión de beneficios– y Europa –crecimiento económico más sólido y aumento del crédito, así como política monetaria facilitadora–.
“Además, para 2018, estimamos rotación hacia sectores cíclicos de valor y tardíos (financiero, energía, materias primas), atractivos por valoración y por previsiones de aumento de beneficios. No nos preocupa demasiado que los bancos puedan verse afectados por un aplanamiento ligero de la curva de rentabilidades a vencimiento de la deuda de Estados Unidos, pues lo más importante para ellos es la rentabilidad del bono a diez años, que esperamos aumente. También tenemos preferencia por acciones relacionadas con inversión en capital fijo y rezagados emergentes, como Rusia, que está saliendo de recesión y puede aprovechar la subida de las materias primas. Sin embargo las acciones en Brasil no están baratas”, explica.
Fin de ciclo
Esto es típico de la fase tardía del ciclo. De hecho los inversores todavía tienen que comprar acciones europeas, “que pueden ser una sorpresa positiva en 2018, incluso resultan interesantes las empresas de pequeña capitalización europeas”, apunta. Sin embargo las acciones de EEUU, con la Reserva Federal en subida de tipos de interés, muestran valoraciones ajustadas.
Y si hay un clase de activos que tiene un peor comportamiento en los finales del ciclo ese es el bono. “Los bonos tienden a comportarse peor al final del ciclo, así que para 2018 convienen más las estrategias de rentabilidad absoluta. De hecho somos prudentes con el crédito por su excesiva valoración y su baja calidad crediticia. En Estados Unidos los diferenciales de rentabilidad a vencimiento en deuda empresarial respecto a la del Estado están cerca de mínimos y las rentabilidades a vencimiento pueden aumentar. Sin embargo la deuda ligada a inflación de Estados Unidos tiene potencial”, concluye.
Foto: PXhere CC0. Después de los Paradise Papers, los gestores en Asia-Pacífico deben prepararse para una mayor regulación
De acuerdo con GlobalData, los Paradise Papers tendrán pocas implicaciones directas para los administradores de riqueza offshore en Asia-Pacífico. Andrew Haslip, director en la firma, considera que «esta nueva filtración de información avivará el apetito político por aumentar el escrutinio regulatorio de cualquier persona involucrada con la industria de gestión patrimonial. Así como, probablemente, impulsará una mayor consolidación en el espacio privado de riqueza offshore, a medida que más bancos privados vendan operaciones marginales».
Haslip comenta: «A diferencia de las filtraciones anteriores, no parecen mostrar una evasión fiscal penal intencional por parte de los involucrados. En su mayoría, los documentos destacan la forma en que los activos e ingresos offshore estructurados y empaquetados correctamente se pueden mantener completamente legales, siempre que permanezcan offshore».
De hecho, la Encuesta de Global Wealth Managers 2017 de GlobalData muestra que la eficiencia tributaria es mucho más importante para deslocalizar la riqueza a nivel mundial entre los altos patrimonios que el anonimato del cliente.
La más reciente filtración del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación se compone, principalmente, por casi 50 años de actividad comercial de Appleby, un bufete de abogados con sede en Bermuda que se especializa en clientes offshore Documentan una gama de estructuras legales y estrategias utilizadas por inversores corporativos e individuales en todo el mundo para minimizar los pasivos fiscales. La mayoría se refieren a clientes en los Estados Unidos y el Reino Unido, pero Hong Kong y China continental forman la quinta y la sexta fuente de clientes, respectivamente.
Haslip cree que los gestores en Asia-Pacífico tienen poco de qué preocuparse en términos de multas y acciones legales directas como resultado de estas revelaciones. «Pero a largo plazo es probable que los documentos contribuyan a un mayor escrutinio regulatorio de la industria y, sin duda, conducen a pedidos de más acción legislativa por parte de los políticos de todo el mundo. Es probable que el resultado neto sea una regulación aún más onerosa para quienes operan en el mercado offshore y, sin embargo, se deben abordar más problemas de cumplimiento», concluye.
Pixabay CC0 Public Domain. Por qué la tecnología sigue siendo el futuro
La atención casi exclusiva de los inversores a un puñado de valores tecnológicos estrella está ensombreciendo lo que considero que es una oportunidad escasamente aprovechada para invertir en algunos negocios que ofrecen tecnologías empresariales innovadoras.
El mercado alcista actual es el segundo más largo en los anales y presenta similitudes claras con el mercado alcista más largo de la historia: el de la década de 1990. Entonces, como ahora, la tecnología aparece como el factor único más importante detrás de las rentabilidades superiores y los grandes nombres de esta industria dominan los primeros puestos de la tabla de mayores valores del S&P 500, copando las cinco primeras posiciones.
Este grado de representación de un único sector a la cabeza del índice general de la bolsa estadounidense no tiene precedentes y ha llevado a muchos a pensar que nos encontramos ante otra “burbuja” tecnológica que podría terminar en un hundimiento inminente. Sin embargo, está pasando algo mucho más grande en el plano fundamental; la verdad es que la tecnología está calando en todos los aspectos de nuestras vidas y el ritmo acelerado de la innovación tecnológica disruptiva que estamos observando actualmente no se parece a nada que hayamos vivido antes.
Nunca antes me habían ilusionado tanto las perspectivas del sector tecnológico a medio y largo plazo. Aunque un puñado de valores, los FAAMG (Facebook, Apple, Amazon, Microsoft, Google) han suscitado mucha atención, mi visión positiva se basa sobre todo en lo que estoy viendo bajo la estrecha y más visible cúspide de esta industria. Me resulta muy interesante que los ingresos de los FAAMG procedan principalmente de los consumidores, mientras que algunas de las nuevas ideas más innovadoras que estoy encontrando están dirigidas a las empresas.
Perfil riesgo-recompensa de los FAAMG
En la prensa se ha hablado largo y tendido sobre la impresionante evolución bursátil de los gigantes tecnológicos (FAAMG) en EE.UU. durante los últimos cinco años. Aunque representan el 12,4% del S&P 500, este porcentaje es reducido comparado con su peso de casi el 23% en el Russell Growth Index y del 42% en el Nasdaq 100. Por lo tanto, no sorprende que el Nasdaq 100 haya batido a más del 95% de los gestores de fondos y los fondos cotizados a 1, 3, 5 y 10 años.
Para aquellos que se han perdido la importante racha alcista de estos megavalores tecnológicos desde comienzos de año, por valoración no existen suficientes evidencias atractivas para justificar la inversión en ellos en estos momentos. Para conseguir una rentabilidad compuesta del 10% durante los próximos 6-7 años en Apple o Google, es preciso creer que su capitalización rondará los 6 billones de dólares en 2024 y que cotizarán ¡a unas 15-20 veces un flujo de caja libre de entre 300.000 y 400.000 millones de dólares!
Aunque podría suceder, las probabilidades son escasas. Dejando de lado los fundamentales, mi compañero Paras Anand, director de inversiones del área de renta variable de Fidelity en Europa, apunta en su artículo “¿Alguna vez ha habido tanto riesgo en la seguridad?” otras razones por las que estos megavalores lo han hecho tan bien y por qué podrían no ser tan seguros como el mercado los percibe.
Un camino duro
Si miramos más allá de estos megavalores, resulta evidente que las infraestructuras tecnológicas están evolucionando rápidamente y que nos encontramos en una etapa muy temprana de este proceso. En la década de 1990, el mundo pasó de los ordenadores centrales o mainframes a la era de la arquitectura cliente-servidor. Esta transición trajo consigo una debacle para algunos de los pesos pesados de la tecnología en la década de 1980, como DEC, ICL, BMC, Sun y la vieja IBM, y el nacimiento de una nueva generación de empresas como Microsoft, Intel, Cisco y Oracle.
El paso hacia la nube o las infraestructuras como servicio (IaaS) supone un cambio similar en ámbito y magnitud, y está empezando a tener profundas implicaciones en toda la cadena de valor de la tecnología. Una gran empresa cuenta actualmente con toda la pila de arquitectura tecnológica, desde los servidores hasta la capa de aplicaciones. En el entorno IaaS, los equipos y los ordenadores se convierten en un producto sin valor añadido gestionado por los proveedores de servicios en la nube (pensemos en las empresas que suministran electricidad), mientras que el foco de las empresas se desplaza hacia la capa de software y la conectividad.
Aunque la informática en la nube ha despertado cierta expectación, a día de hoy la transición real a la nube se encuentra todavía en pañales, ya que su penetración asciende a apenas el 5% de los 1,3 billones de dólares que suman los presupuestos tecnológicos de las empresas. Se prevé que este porcentaje crezca a razón de más del 25% anual hasta alcanzar una penetración de más del 15% en 2021. La bolsa ha supuesto que todo este crecimiento irá a parar a la nube pública y, por tanto, ha recompensado a los proveedores de la misma, como Amazon (AWS) y Microsoft (Azure).
Sin embargo, nuestros análisis sugieren que la mayor parte de clientes empresariales únicamente trasladarán las nuevas cargas de trabajo a la nube, en lugar de desmantelar y sustituir toda su infraestructura actual. Este hecho creará algo que se ha descrito de forma acertada con el término “nube híbrida”. En realidad, el proceso de pasar de una infraestructura in situ a un modelo puro en la nube tardará años (puede que décadas) y lo más probable es que la mayoría de las empresas utilicen ambas arquitecturas simultáneamente, del mismo modo que los mainframes siguen funcionando a pesar de haber quedado tecnológicamente obsoletos hace décadas.
Creo que existe una oportunidad de inversión escasamente aprovechada en empresas que pueden ayudar a otras empresas a gestionar la “nube híbrida”. Gigantes del software como VMWare y Red Hat, que pasan por ser negocios “convencionales”, cotizan actualmente a unas razonables 15 veces su flujo de caja libre en 2019, pero están presentando nuevos productos que permiten a las empresas gestionar sus necesidades de infraestructura en el nuevo mundo híbrido. VMWare se mantendrá en primera línea gracias a su alianza con AWS (Amazon Web Services) y su paquete SDN (Software-Defined Networking), mientras que Red Hat está beneficiándose de su plataforma de aplicaciones Openshift y de la transición a una “arquitectura sin servidores”. Ambas empresas pueden crecer durante años y el perfil de riesgo y recompensa continúa siendo atractivo en estos momentos.
Por el contrario, los grandes perdedores de todo ello son las empresas de hardware. De hecho, las perspectivas de los fabricantes de hardware han pasado a ser marcadamente deflacionistas. Esta circunstancia ya se ha manifestado en los diferentes retos a los que se enfrentan las empresas que prestan servicios empresariales de almacenamiento como EMC y Teradata, pesos pesados de los servidores como IBM, Dell y HP, y gigantes de la redes como Cisco y Juniper.
El software
El gran beneficiario del paso a esta nueva arquitectura es el software, que ahora pesa mucho más que el hardware dentro del gasto tecnológico total. Ahora que los directores de TI ya no tienen que lidiar con la gestión de infraestructuras, podrán invertir más tiempo y capital en pensar cómo modificar en profundidad los procesos de negocio mediante el uso del software. Sólo pagarán por lo que usan y grandes porcentajes de los presupuestos tecnológicos dejarán de destinarse a la inversión en inmovilizado para engrosar la partida de gastos de explotación corrientes.
El auge del software como servicio (SaaS) está cambiando cómo se implanta la tecnología y el enfoque “de dentro afuera” está dejando paso a un “de fuera a dentro”. Hasta ahora, el uso de la tecnología en las empresas ha sido un proceso gestionado por los departamentos de TI, que firman supercontratos para comprar grandes cantidades de software. Esto requiere un ejército de consultores para la instalación y el usuario empresarial sólo ve el resultado final cuando todo está terminado (de dentro afuera).
Con el modelo SaaS, el coste de ensayar nuevas tecnologías prácticamente ha desaparecido; el proceso comienza con los usuarios empresariales que evalúan las ventajas antes de que el software esté totalmente implantado en toda la empresa (de fuera a dentro). Hemos visto cómo este modelo triunfaba en empresas como Salesforce, Tableau y Atlassian, donde sus servicios empezaron a proliferar en las empresas, a veces sin que el personal informático lo supiese expresamente, antes de convertirse en irremplazables.
El modelo SaaS también permite a las empresas terminar con la pesadilla de las actualizaciones periódicas. Se acabó eso de esperar cinco años antes de pasar por un costoso ciclo de actualización para ponerse al nivel de la última tecnología. La mayoría de empresas SaaS publican actualizaciones continuas durante todo el año, del mismo modo que hacen las aplicaciones en nuestros teléfonos.
Me gustan varias empresas en este espacio, pero soy especialmente optimista sobre Salesforce como uno de los valores de gran capitalización que ganarán con el modelo SaaS. Salesforce está incrementando los ingresos a razón de más de un 20% y será una empresa de 20.000 millones de dólares dentro de los próximos cinco años. Cotiza con unos múltiplos en apariencia elevados porque está invirtiendo con decisión en su estrategia de crecimiento, pero no hay razón para pensar que no pueda presentar márgenes de explotación de más del 40%, como Oracle. Salesforce cotiza actualmente a 10 veces el flujo de caja libre sobre unos ingresos de 20.000 millones de dólares.
Suponiendo una banda de cotización entre 15 y 20 veces el flujo de caja libre, obtengo un recorrido alcista del 50-100% a cinco años, lo cual es muy atractivo. Entretanto, sigue siendo un excelente candidato a ser adquirido por las empresas de gran capitalización que tratan de conseguir crecimiento.
Conclusión
Asistimos a uno de los periodos empresarialmente más disruptivos de la historia económica. Al mismo tiempo, el contexto de bajas tasas de crecimiento anima a los inversores a premiar la certidumbre y el crecimiento allí donde lo encuentran. El liderazgo de los gigantes tecnológicos orientados al consumo ha acaparado titulares, pero en mi opinión es demasiado estrecho. Se avecina una segunda oleada de crecimiento, liderada esta vez por los negocios que ofrecen tecnologías a las empresas.
Ciertamente, la tecnología se mantiene como una de las áreas más atractivas a medio y largo plazo y, más allá de lo obvio, existen importantes oportunidades de inversión en diferentes segmentos que transformarán la forma en que las empresas gestionan sus actividades.
Tribuna de Aditya Khowala, gestor de fondos de renta variable estadounidense de Fidelity.
Los bancos centrales y los mercados esperan a que se defina la senda que llevará de la expansión cuantitativa de los últimos años a una normalización monetaria que suponga menor liquidez y una mayor subida de tipos de interés. Los grandes interrogantes ante este senda es cómo se andará, a qué ritmo y quién empezará.
Para esta última pregunta parece que ya hay respuesta: la Fed. En septiembre asistimos a un hecho importante en el largo camino hacia la recuperación tras la crisis financiera; la Fed anunció que comenzará a reducir su balance de 4,5 billones de dólares a partir de octubre. “La institución empezará por fin a retirar su programa de compra de activos, también conocido como expansión cuantitativa, y dejará que los bonos de su balance lleguen a vencimiento en vez de reinvertirlos” explica Schroders en su último informe económico elabora por Keith Wade, economista jefe, Azad Zangana, economista europeo, y Craig Botham, economista de mercados emergentes.
El proceso se hará de forma gradual. En la fase inicial, se permitirá el vencimiento de bonos del Tesoro y bonos con titulización hipotecaria (MBS) por valor de 10.000 millones de dólares cada mes. No obstante, esta cifra aumentará en 10.000 millones cada tres meses hasta alcanzar un máximo de 50.000 millones de dólares al mes. Aunque, según señalan estos expertos, llegado este punto, “el ritmo de la reducción del balance dependerá del volumen de los bonos que llegan a su vencimiento, aunque, de cualquier modo, esta medida provocará un cambio significativo en la liquidez”.
En su opinión, la transición de la expansión cuantitativa a la normalización monetaria ha sido bien recibida, ya que constituye un paso más hacia la normalidad tras la crisis financiera global. “La Fed ha sido clara a la hora de expresar sus intenciones y, si bien los rendimientos de los bonos en Estados Unidos podrían sufrir ciertas presiones alcistas, deberían seguir viéndose apuntalados por el comportamiento positivo de la inflación y el descenso de las previsiones sobre los tipos de interés de equilibrio a largo plazo. Si observamos el panorama completo, incluso en un contexto de normalización monetaria, la liquidez global debería seguir aumentando en los próximos 12 a 18 meses, sustentada en gran medida por el Banco de Japón”, apuntan.
La liquidez global acabará reduciéndose
Sin embargo, si bien todo esto resulta alentador para los mercados y los activos de riesgo, los expertos de Schroders hacen un llamamiento a la prudencia. “En primer lugar, el ritmo de la expansión de la liquidez se ralentizará a medida que la Fed normalice su política y el Banco Central Europeo (BCE) comience a retirar su programa acomodativo. Además, la retirada de estímulos por parte del BCE puede conllevar fluctuaciones más pronunciadas en los flujos de capital y en los rendimientos, debido al efecto de la expansión cuantitativa en las carteras”, añaden.
En este sentido consideran que a medida que los rendimientos de los países núcleo de la zona euro aumenten, podrían generarse problemas para las economías periféricas, que ya no contarían con el respaldo del banco central en sus mercados de deuda pública.
Asimismo, estos expertos se plantean si es posible analizar la liquidez global, ya que, a la hora de valorar la rentabilidad, los inversores internacionales deben tener en cuenta los costes derivados de los tipos de cambio y las coberturas. “Es posible que la configuración actual de los tipos de interés retenga los capitales en sus países de origen, en vez de que estos fluyan desde regiones con expansión cuantitativa a aquellas en las que se esté normalizando la política monetaria. La conclusión es que no todos los programas de expansión cuantitativa son iguales y aunque la liquidez global no se extinguirá, empezará a debilitarse a medida que nos adentremos en 2018”, concluyen.
Pixabay CC0 Public DomainMarkusspiske. Quaero Capital lanza un fondo para invertir en pequeñas y medianas empresas de Europa del Este
Quaero Capital lanza al mercado el fondo de renta variable New Europe Smid, un vehículo UCITS destinado a invertir en empresas de pequeña y mediana capitalización que presentan grandes oportunidades en las regiones de Europa del Este y otros estados periféricos como Grecia, Turquía y Rusia incluidos.
El fondo New Europe Smid está dirigido a los inversores del Reino Unido y se centrará en empresas de calidad que a menudo no son reconocidas por el mercado y raramente cubiertas por los analistas, tal y como explicaba la publicación Investment Europe.
Según la compañía, Arrash Zafari será el gestor de este fondo, profesional que se unió a la unidad SMID de Quaero Capital en 2014, un equipo dirigido por Philip Best y Marc St John Webb.
“Hay un número significativo de pequeñas empresas de alta calidad en toda Europa del Este. Entre ellas se encuentran aquellas que ofrecen todas las ventajas que vemos de las empresas en mercados más maduros, pero que simplemente son ignoradas por los profesionales, más inclinados a ir por los grandes nombres. En mi opinión, estas grandes compañías de Europa del Este son las más propensas a los riesgos externos, incluido el riesgo político, y eso ha coloreado el sentimiento de los inversores en un mercado más amplio”, explica Zafari.
En su opinión, las pequeñas empresas de Europa del Este buscan desarrollarse en la misma línea que sus contrapartes de Europa Occidental. “Creo que las oportunidades que ofrece este fondo proporcionarán una nueva dimensión a nuestras estrategias europeas de pequeña y mediana capitalización, y una nueva dimensión para los inversores en el Reino Unido”, concluye el gestor.
Foto cedida. Fernando Cifuentes, nuevo director general de Metagestión
Fernando Cifuentes de Frutos ha sido nombrado nuevo director general de Metagestión SGIIC. El nuevo director general ha ocupado distintos cargos de responsabilidad en Metagestión SGIIC y su grupo durante los últimos 14 años. Previamente trabajó para el Grupo Daimler Chrysler y en consultoría.
Es licenciado en Economía por la Universidad Autónoma de Madrid y ha cursado distintos másteres y cursos sobre Mercados Financieros y Gestión de Renta Variable.
Por su parte, Jaime Rodríguez Pato seguirá colaborando en el plan de internacionalización de la compañía.
La gestora, con un patrimonio bajo gestión de 530 millones de euros, ha sido recientemente galardonada como Mejor Gestora de Renta Variable España en los Premios Citywire 2017 gracias a los buenos resultados del fondo Metavalor. Este mismo fondo ha conseguido ser elegido como el Mejor Fondo de Renta Variable España tanto por Morningstar como por AllFunds de manera consecutiva en las ediciones de 2015 y 2016.
Foto: Ana Guzzo, Flickr, Creative Commons. Bankinter: "En bolsa, cada vez es más necesario ser selectivo, muy selectivo”
“Seguimos pensando que, desde una perspectiva general, los bonos están sobrevalorados, aunque puedan continuar en esta situación durante un periodo prolongado de tiempo, como seguramente sucederá”: así lo cree Bankinter, que explica en un reciente informe su estrategia de inversión, en la que prioriza la inversión en bolsa pero de forma muy selectiva.
Así, las bolsas continúan ofreciendo valor. “Y seguirá siendo así mientras los resultados empresariales sigan mejorando trimestre a trimestre, aunque por primera vez en varios trimestres los beneficios esperados se revisan ligeramente a la baja y eso hace que nuestras valoraciones sean modestamente inferiores: Ibex 11.758 vs. 11.875 en junio; EuroStoxx-50 4.223 vs. 4.300; S&P500 2.694 vs. 2.800; Nikkei-225 22.445 vs. 23.686”, dice el equipo de estrategia del banco.
No es grave, pero es una tendencia que debe ser tenida en cuenta porque, si se consolidara en los siguientes trimestres, las valoraciones de las bolsas tenderían a estancarse, aunque todavía ofrecieran recorrido, advierten. “Ese es un argumento muy poderoso para ser selectivos con los nombres de las compañías y otros activos”, indican.
En su opinión, la mejora de los beneficios empresariales europeos empieza a ganar visibilidad frente a los americanos. “Por eso nuestra prioridad de inversión es la Eurozona, seguida de Estados Unidos y España. En este orden. Subimos los emergentes a compra táctica, excepto China y Rusia”, explican. Su única recomendación de comprar en base a argumentos estructurales sigue siendo India. Pero lo más importante es saber que se debe comprar bolsa por nombres, no por índices ni sectores, explican. “Cada vez es más necesario ser selectivo, muy selectivo”.
“Preferimos compañías sensibles a ciclo, con alto apalancamiento financiero siempre que su negocio sea estable, de rentabilidad por dividendo alta siempre que su balance sea sólido y evitando aquellas amenazadas por cambios estructurales en su negocio que tal vez aún no se hayan descontado en su cotización. Seguimos positivos con tecnología pues creemos que representan la nueva industria en esta cuarta revolución industrial basada en rápidos cambios tecnológicos”, añaden.
Con respecto al real estate, indican que los precios inmobiliarios siguen avanzando, pero no identifican anomalías preocupantes en ellos.
En el primer tercio del ciclo
Sobre la situación macro, explican que el actual ciclo expansivo se consolida, con la virtud de evolucionar de forma cuasi-simétrica desde una perspectiva geográfica. Las únicas excepciones negativas a esta afirmación son Brasil y Reino Unido, aunque por razones diferentes, dicen.
“Creemos que se equivocan quienes afirman que podemos estar al final de un ciclo expansivo. Nosotros pensamos que apenas hemos consumido su primer tercio o algo más, en el peor de los casos. Eso significa que aún tenemos por delante al menos cinco años más de expansión, siempre que las variables exógenas (Corea del Norte, política americana…) no cambien la situación”, indican.
La inflación: la gran incógnita
El actual ciclo expansivo es muy distinto de los anteriores en lo que a inflación se refiere. Ésta se mantendrá en niveles bajos por los siguientes cuatro factores estructurales: mucha deuda (aún), una demografía adversa, la globalización, y los rápidos cambios tecnológicos, defiende Bankinter.
“Sin tensiones inflacionistas los bancos centrales no tienen ninguna presión para aplicar sus estrategias de salida, para realizar una rápida retirada de estímulos. Y eso es justo lo que estamos viendo: una gran lentitud por su parte”, explican. “Como la inflación no representa ningún riesgo, sino que incluso se ha convertido en un objetivo a alcanzar, los bancos centrales aplican sus estrategias de salida realmente despacio, dando oportunidad para que el mercado se ajuste progresivamente a los cambios, sin incurrir en shocks”.
. Rentamarkets se convierte en gestora y se abre al inversor particular con dos nuevos fondos
El grupo financiero Rentamarkets, con 700 millones de euros bajo gestión, comienza una nueva andadura como gestora y comercializará dos nuevos fondos de inversión en España con el objetivo de dar servicio a los clientes particulares.
La gestora, denominada Rentamarkets Investment Managers, tiene un «enfoque multiactivo» con inversiones tanto en renta fija como en renta variable y derivados, además de contar con una gestión propia, según han explicado su director general, José Carlos Rodríguez Pérez, y el gestor del fondo de renta variable Rentamarkets Narval, José María Díaz, durante su presentación.
Según Rodríguez el salto al inversor particular tiene sentido porque, «sentíamos que nos faltaba algo y que había un nicho que cubrir. Siempre nos hemos movido con un cliente especializado que sabe lo que quiere y, aunque somos conscientes de que el cliente minorista tiene menos conocimientos, eso no significa que no merezca la misma calidad de producto».
Narval, un fondo que aspira a ser referente de la inversión sostenible
El fondo de renta variable europea nace con grandes aspiraciones ya que, como explica su gestor José María Díaz, pretende convertirse en referente de la inversión sostenible en España. «A los fondos de este tipo les falta un análisis profundo de los criterios sostenibles que se suele dejar en manos de terceros. Nosotros hacemos el análisis internamente para dar respuesta a un cliente muy especial que no sólo busca valor sino que también busca valores», explica Díaz. «La sostenibilidad no se trata de creer o no creer, es algo que está sucediendo y que va a ir a más», añade.
Así, el filtrado de compañías parte de un criterio excluyente en el que se quedan fueran los fabricantes de armas, la cadena de valor del tabaco y el entretenimiento para adultos. «Seremos activistas de la inversión sostenible en las compañías en las que invirtamos empujándolas a seguir invirtiendo y mejorando en esa sostenibilidad. En algunas iremos a las juntas y en otras no, pero no delegaremos en el equipo directivo nuestro voto si no estamos de acuerdo», añade.
En un segundo filtrado, prima la máxima rentabilidad. Por un lado, buscan compañías que reparten dividendo porque «ese ingreso recurrente genera un colchón que se convierte en pólvira seca para seguir invirtiendo». Por otro, identifican compañías baratas al más puro estilo value, identificando las cíclicas en el momento bajo del ciclo, prestando atención al ciclo sectorial y en aquellas cuyo proceso inversor todavía no haya dado frutos. Además, el gestor ha asegurado que no expondrán más del 6% de la cartera de inversión en una misma compañía ni más del 15% en un mismo sector.
Con ello, persiguen rentabilidades altas, en el entorno del 12% a largo plazo. «De esa rentabilidad, el 4% corresponde al dividendo y el 8% a la revalorización de la acción», explica Díaz. En el corto plazo, su objetivo es de preservación del capital y para ello, fundamentalmente, evitar invertir en empresas con elevado riesgo financiero. En cuanto a la comisión de gestión del fondo de renta variable europea, será la misma para todos los clientes, el 0,9% en los primeros doce meses «para atraer el capital inicial» y el 1,1% en los siguientes. «En la industria existe desde hace años un proceso deflacionario que no podemos obviar», concluye.
Sequoia invertirá en renta fija de la OCDE
Respecto al nuevo fondo de renta fija, RentamarketsSequoia, contará también con una gestión activa y pondrá el foco principal de inversión en los países de la OCDE aunque «vamos a mirar a todo el universo de inversión en renta fija». El producto, además, tendrá una duración media de la cartera de diez años «para poder jugar con toda la curva de tipos de interés», y contempla la posibilidad de tener duracioes negativas a través de instrumentos derivados.
En el proceso de selección, es clave una herramienta diseñada por la firma a lo largo de los años que les permite reducir el universo de inversión en base a determinados criterios como el rating, sectores, partes de la curva… «Esto nos deja el universo en 50 activos y a partir de ahí empezamos a ver el valor relativo de cada uno de ellos», explica Rodríguez.
Además de estos dos fondos de inversión, Rentamarkets Investment Managers está estudiando poner en marcha otro monetario, mientras que en cuanto a los planes de pensiones de momento solo tiene pensado contar con los heredados de Ahorro Corporación Financiera, que adquirió hace un mes.