La respuesta política a la crisis en Turquía decepciona a los mercados

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La respuesta política a la crisis en Turquía decepciona a los mercados
Pixabay CC0 Public DomainPhoto: xxoktayxx. Turkey’s Crisis: Policy Response Disappointing So Far

Turquía se adentra en una crisis económica. El pasado 10 agosto, los activos turcos sufrieron una fuerte caída. La lira turca ha tocado mínimos históricos frente al dólar, y en lo que va de mes ha perdido un 23% de su valor contra la divisa estadounidense (en total una pérdida del 41% en lo que va de año). La reciente caída del mercado es atríbuible en parte a las tensiones políticas con Estados Unidos después de que el presidente Trump publicó en Twitter que duplicaría las tarifas sobre el acero y el aluminio importados de Turquía.

Pero, en realidad los problemas de Turquía, según apunta Lale Akoner, estratega de mercados de BNY Mellon Investment Management, se han estado gestando durante varios años: “Desde 2013, Turquía ha sido uno de los mercados emergentes más vulnerables debido a los problemas en los fundamentales de su economía, sus desajustes macroeconómicos, su incertidumbre política, la falta de decisión del banco central para subir sus tipos como respuesta a una elevada inflación que es atribuida a la pérdida de su independencia y sentido más laxo de una política heterodoxa”, comenta.

“A futuro, es posible que la inflación en Turquía siga creciendo y que empuje a la economía a una recesión acompañada de una posible crisis bancaria. Gran parte de la preocupación se centra en los bancos turcos, que han recurrido cada vez más al mercado mayorista extranjero para financiar su préstamos domésticos -cerca de un tercio de los préstamos bancarios se realizó en divisa extranjera, en su mayoría a empresas”, añade.   

Por su parte, Craig Botham, economista de mercados emergentes en Schroders, cree que el principal problema de Turquía es su excesiva confianza en la financiación externa, que empeoró con respecto a 2013. “La financiación extranjera a corto plazo representa el 18% del PIB, y cerca de un 450% de las reservas en divisa extranjera del banco central. Los analistas han alertado desde el episodio del “taper tantrum” que esta exposición dejaba a Turquía muy vulnerable ante una parada en seco en el mercado de capitales extranjero, el pasado viernes 10 de agosto se materializaron esos miedos”.  

En la opinión de Viktor Szabo, gestor de inversiones senior de Aberdeen Standard Investments gran parte del daño económico que está sufriendo Turquía es autoinfligido. “Turquía ha demostrado una y otra vez que no puede sostener niveles elevados de crecimiento sin emitir más deuda. Dado que los ahorros domésticos son tan bajos, esta deuda está en dólares estadounidenses y tiene el riesgo inherente de divisa que viene con esto. Así que no es ninguna sorpresa que los estímulos monetarios y de crédito que siguieron al golpe fallido de 2016 han llevado a un crecimiento rápido del déficit por cuenta corriente, la inflación está fuera de control y el país está al borde de una crisis monetaria. Las autoridades tendrán que subir los tipos tarde o temprano – realmente no tienen otra opción – pero la situación se ha ido tanto de las manos que van a tener que ir mucho más lejos de lo que habrían tenido que ir hace sólo tres semanas. Pero, Turquía todavía tiene un gran potencial. La economía en conjunto está razonablemente diversificada con una buena base de exportaciones. Sin embargo, la cuestión ahora mismo es la credibilidad y la única manera de subsanar la situación en el corto plazo es actuar”.

El efecto de Turquía en Europa

Por contagio, en la semana anterior, el euro también cayó un 2%, pues algunos de los mayores bancos europeos tienen una fuerte exposición a Turquía, un hecho que ha sido señalado por el Mecanismo Único de Supervisión del Banco Central Europeo. De hecho, también el pasado 10 de agosto, el euro tocó mínimos contra el dólar que no había alcanzado desde julio de 2017. El mercado de renta variable europea ha sufrido pérdidas y los bancos han cargado con gran parte de la caída.    

“Europa es quien tiene una dominante exposición a Turquía a través del canal de préstamos bancarios. Por países, la exposición española a Turquía es aproximadamente el 6% del PIB, gran parte de ello eso es debido a que BBVA mantiene una posición importante sobre el segundo mayor banco privado turco. La exposición de Italia y Francia es menor, así como la de Reino Unido y Estados Unidos es trivial. La exposición de Turquía a través del canal comercial es bastante pequeña, y se reduce a los países vecinos de Europa del Este”, explica Akoner.

 

El riesgo en el sector bancario europeo parece estar concentrado en unos pocos bancos (BBVA, UniCredit y BNP Paribas). Entre estos tres prestamistas, el español BBVA, con un 14% de préstamos expuestos a Turquía, y el italiano UniCredit SPA, con un 4% de préstamos expuestos a Turquía, son los que mayor riesgo soportan por su exposición a Turquía. Otra cuestión importante que debe tenerse en cuenta es que ambos bancos se encuentran en la Europa periférica, lo que puede tener el potencial para recrear una crisis bancaria y soberana.   

“Dada la alta exposición de BBVA, UniCredit y BNP Paribas a los bancos turcos, el precio de sus acciones ha experimentado bajadas en el rango de un 3%-4% en un solo día. Los mercados temen el abultado volumen de créditos vivos del sector corporativo turco con Europa y que la incapacidad de las empresas turcas para hacer frente a sus pagos desate una crisis en su balanza de pagos. Si bien estamos lejos de alcanzar un cuello de botella, la reacción del mercado muestra una mayor preocupación por un escenario de riesgo de cola que creemos es exagerado”, comenta Aneeka Gupta, analista de WisdomTree.  

El efecto contagio en el resto de los mercados emergentes

A pesar de que la debilidad de Turquía será un nuevo golpe para los mercados emergentes, en general, el efecto de contagio sobre otras economías emergentes debería ser limitado.

Los países que han compartido similares vulnerabilidades con Turquía, los llamados “cinco frágiles”, como Brasil, India, Indonesia y Sudáfrica, han mantenido unos amplios déficits por cuenta corriente, y de hecho sufrieron las mayores caídas de divisa durante el “taper tantrum” de 2013. A excepción de Turquía, estos países han mejorado significativamente sus fundamentales desde el episodio del “taper tantrum”, por lo que Turquía no es necesariamente un país que represente al conjunto de la clase de activo.

“Por ahora, el resto de las economías emergentes parecen estar soportando parte del castigo por asociación, distintas divisas como el peso mexicano, la rupia india, el rublo ruso y el rand sudafricano se han depreciado. Turquía, en sí misma, representa un riesgo limitado para otras economías emergentes, las relaciones financieras y comerciales son menores que con los bancos europeos”, comenta Botham de Schroders.

En ese sentido, Aaron Anderson, vicepresidente senior de análisis de Fisher Investments,añade que las comparaciones con la crisis económica asiática ignoran varios puntos clave. “Las divisas de los mercados emergentes, incluyendo la Lira, no se encuentran tan vinculadas a las divisas de los países desarrollados como a finales de los 90, los balances soberanos de los países emergentes se encuentran, por lo general, en condiciones mucho mejores y las reservas de divisas extranjeras son notablemente sustanciales”.

Sin embargo, Turquía representa una preocupación que la mayoría de los inversores tienen en contra de los mercados emergentes: si la liquidez global disminuye cuando los bancos centrales del G-4 decidan endurecer su política monetaria, esto podría provocar unas condiciones económicas más difíciles. “Además, cabría tener en cuenta la posible escalada de la guerra comercial entre China y Estados Unidos: ¿qué cabe esperar del conjunto de la política comercial de Trump cuando Estados Unidos impone aranceles a un aliado de la OTAN?”, comenta Akoner.  

La respuesta de las autoridades turcas

Las reuniones entre el regulador del sistema bancario y del banco central durante el fin de semana no han arrojado los resultados que el mercado estaba esperando. Aunque las recientes medidas anunciadas por el Banco Central de la República de Turquía tienen por objetivo facilitar la liquidez doméstica, no alcanzarán a restablecer la confianza del inversor internacional.  

“Llegado este punto, la falta de una respuesta política creíble está forzando a los activos turcos a una caída en picado. Las tasas locales atraviesan ahora una subida cercana a los 900 puntos básicos para frenar la depreciación de la moneda. Sin embargo, dada la reticencia del Banco Central de la República de Turquía por seguir subiendo tasas en sus reuniones anteriores y los recientes comentarios del presidente Erdogan culpando a una conspiración internacional, en lugar de reconocer la gravedad de la crisis económica resultante de una economía sobrecalentada que se enfrenta a unas condiciones financieras globales más restrictivas, existe pocas esperanzas de un retorno a las políticas ortodoxas en esta etapa”, comenta Delphine Arrighi, gestora de las estrategias Old Mutual Emerging Market Debt, de Old Mutual Global Investors.

La credibilidad del marco institucional de Turquía ha sufrido un fuerte golpe. Según explica Ann-Katrin Petersen, estratega de inversión de Allianz Global Investors, para estabilizar la lira turca el Banco Central de la República de Turquía aumentó su principal tasa de referencia en unos 500 puntos básicos, hasta alcanzar un nivel del 17,75%, en los últimos meses. Sin embargo, esta actuación no ha sido suficiente para contener la inflación y prevenir que las expectativas de inflación se desestabilicen. “La decisión del Banco Central de la República de Turquía del mes de julio de no aumentar los tipos de interés, en combinación con la oposición de Erdogan a no subir los tipos, ha minado la credibilidad del banco central. Además, la fortaleza del marco institucional turco se ha puesto en cuestión dada la emisión de varios decretos por parte presidente Erdogan, así como el nombramiento de su cuñado, Berat Albayarak, como nuevo ministro de Hacienda y Finanzas”.  

“El esperado discurso del presidente Erdogan exponiendo un nuevo modelo económico para Turquía acabó realizando más daño a los mercados financieros que ofreciendo apoyo. El discurso del presidente Erdogan carecía de cualquier forma de compromiso con los mercados internacionales y se hizo eco de un sentimiento de desafío y nacionalismo, al afirmar que estaba decidido a no caer preso de los lobbies de los tipos de interés. Erdogan cree que la crisis se puede enfrentar con medidas locales y con sacrificios por parte de los ciudadanos, que intercambien sus posiciones en oro y divisas extranjeras por liras turcas. No se han anunciado nuevas iniciativas políticas. Los mercados estaban esperando una subida mínima de 300 puntos básicos, sin embargo, el ministro de Hacienda y Finanzas, Berat Albayrak, no cumplió con las expectativas del mercado, explica Gupta.    

Sin embargo, a pesar de lo complicado de la situación, siguen existiendo puntos a favor de Turquía. Según señala la gestora DWS, el gobierno mantiene un bajo nivel de deuda, del 31% del PIB, aunque la historia muestra que incluso ese tipo de margen no protege contra una posible crisis, y una lira más débil puede tener un impacto positivo sobre las exportaciones y el turismo. “La experiencia de Turquía gestionando crisis no debe ser subestimada. Las décadas anteriores han ofrecido al país numerosas oportunidades para aprender técnicas de gestión de crisis. Turquía puede ofrecer su importante posición geoestratégica y su pertenencia a la OTAN como cartas de negociación. Pero existen más remedios para hacer frente a la crisis, sin embargo, tememos que el país no desea tomar la medicina en estos momentos. Dos pasos en política monetaria serían recomendables: una fuerte subida en los tipos de interés para contener la inflación y la huida de capitales y la negociación de una línea de crédito con el Fondo Monetario Internacional suficientemente grande como para aliviar las preocupaciones a corto plazo de los prestamistas extranjeros”, comentan.  

En esa misma línea, Anderson, explica que Turquía es estratégicamente importante para la OTAN: “Turquía tiene mayor importancia militar y política para sus vecinos que en términos económicos. Ubicada en la intersección entre Europa, Oriente Medio y Asia. Por otra parte, al absorber a millones de refugiados procedentes de Siria y otras regiones, Turquía es importante para la Unión Europea, donde la inmigración sigue siendo un tema político candente. Si Turquía continuase su deterioro hasta el punto que el presidente Erdogan se viese obligado a buscar ayuda, estas cualidades estratégicas representarían piezas claves en la negociación”.

Las sanciones de Estados Unidos a Turquía

El empeoramiento de las tensiones políticas entre Estados Unidos y Turquía ha sido el golpe final para una situación económica ya difícil de por sí, con el colapso de la lira, que ahora alimenta una mayor preocupación por una crisis en la divisa y la deuda en toda regla, debido la cantidad de bonos denominados en dólares que han sido emitidos por el sector privado.

“Al duplicar los aranceles sobre el acero y el aluminio, el presidente estadounidense Donald Trump propició una caída de la lira en un 12,40%. Si bien Turquía no es un gran exportador de aluminio y acero, el anuncio del incremento de los aranceles por parte de Estados Unidos subraya que las negociaciones entre los dos aliados de la OTAN no tuvieron éxito”, explica Gupta.  

Según Arrighi, la solución al problema turco podría pasar por incluir controles de capital, que parecen más factibles que una petición de ayuda al Fondo Monetario Internacional, aunque ciertamente no sería el remedio menos doloroso y podría precipitar una recesión, al tiempo que retrasaría el regreso de flujos de entrada al país.

“Un aumento considerable de las tasas, seguido de medidas drásticas de consolidación fiscal siguen pareciendo la opción más viable para volver a anclar la lira y rescatar a la economía turca del borde del abismo.  Este caso es muy similar al de Argentina, con las concesiones que el país tuvo que realizar. Dudamos que la voluntad política en Turquía, por lo que podría ser necesarias mayores caídas para forzar la actuación política. Algo de resolución en la disputa política con Estados Unidos podría conducir a un alivio en el corto plazo en la moneda, pero es poco probable que sea sostenible si no va acompañado de acciones económicas creíbles”, concluye Arrighi. 

Turquía: el riesgo de contagio a bancos europeos y otros emergentes es limitado

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Turquía: el riesgo de contagio a bancos europeos y otros emergentes es limitado
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Mikel Iturbe Urretxa. Turquía: el riesgo de contagio a bancos europeos y otros emergentes es limitado

El presidente Erdogan no ha hecho sino tomar malas decisiones. Su banco central, “independiente” solo de nombre, no va a elevar las tasas para contener la depreciación de la lira y tampoco solicitará un rescate del FMI.

Es seguro que sus declaraciones “Estados Unidos podrá tener dólares, pero nosotros tenemos a Dios” no van a inspirar ninguna confianza en las divisas globales, a menos que ese dios al que se refiere sea Christine Lagarde.

Sin un muro de contención, estimo que la lira continuará su caída (probablemente no al mismo ritmo), lo que parece ser también el consenso ya que los futuros ilustran que la divisa podría tener otra baja del 20%.

El riesgo de contagio hacia los mercados emergentes es de sentir, no en cuanto a los fundamentales. Turquía tiene un intercambio comercial y lazos económicos limitados con otros emergentes. Sin embargo, la reacción de los mercados puede revertirse como lo hemos visto con otras economías emergentes frágiles como Argentina y Hungría, cuyas divisas sufrieron drásticas perdidas imitando a la lira.

Bancos europeos

No vemos riesgo sistémico en los bancos europeos (España y Francia tienen la mayor exposición), pero esta es una amenaza que el sistema bancario de Europa no necesita en un momento en que el crecimiento ha marcado una pausa.

Algunos analistas sugieren que la crisis turca puede posponer la restricción en la política monetaria de la Fed y/o el BCE. Yo tengo mis dudas.

A menos que la crisis se extienda a hacia el sistema bancario global, Jay Powell no se moverá y Mario Draghi tiene múltiples problemas aparte (¿un crecimiento estancado?) por los cuales preocuparse antes de implementar restricciones en su política a mediados de 2019.

China: ¿cuál es el riesgo del nuevo peso pesado en el índice MSCI?

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China: ¿cuál es el riesgo del nuevo peso pesado en el índice MSCI?
Pixabay CC0 Public DomainGeralt. China: ¿cuál es el riesgo del nuevo peso pesado en el índice MSCI?

El pasado 1 de junio el MSCI integró las acciones chinas de clase A (A-Shares) en su índice de mercados emergentes, lo que convierte a China en un gran peso pesado en el índice, un peso que podría aumenntar por encima del 40%. ¿Cómo pueden cuadrar los inversores el aumento de la concentración en la renta variable china con el universo de mercados emergentes?

Según el equipo de Lazard Multi-Asset y Lazard Equity Advantage, en base a estimaciones del MSCI, han empezado a compararse con este índice unos 1,6 billones de activos en inversiones activas y pasivas. La inclusión de dichos activos en el índice implica la compra de acciones de clase A por parte de inversores pasivos. Además, desde la firma considera que incitará a los inversores activos sin exposición a acciones de clase A a incluirlas en sus carteras.

El impacto directo de la inclusión de las acciones de clase A chinas no debería revestir mayores implicaciones. La inclusión ha supuesto un aumento del peso de China en el índice ascendiendo a 0,8%. Las incorporaciones podrían aumentar de forma considerable a futuro, si el MSCI decidiera incorporar el 100% de la capitalización ajustada por el capital flotante de ciertos títulos (frente al 5% actual), u optara por ampliar la cobertura por debajo de la escala de la capitalización bursátil, o bien ambas medidas.

“Si bien es cierto que no podemos vaticinar el ritmo al que se producirán las inclusiones, ya que esto depende en gran medida de las consultas que está realizando actualmente el MSCI con la comunidad inversora, los cambios podrían conducir a un aumento del peso de China en el índice por encima incluso del 40%”, afirman los analistas de  Lazard Multi-Asset y Lazard Equity Advantage .

Desde la gestora se plantean en qué medida todo esto puede convertirse en un riesgo. En este sentido, existe un riesgo de capitalización bursátil que va implícito en la composición del índice. Los pesos de la renta variable en índices de renta variable ponderados por capitalización, como el MSCI de países emergentes, vienen determinados por el valor de mercado del título en concreto. Cuánto más cara es la acción, más porcentaje ostentará un índice de capitalización ponderada, lo que podría conducir a una exposición excesiva y no deseada a burbujas bursátiles o acciones sobre infladas.

“En nuestra opinión, el cambio reviste principalmente dos riesgos: concentración excesiva en un país y los efectos de la capitalización bursátil. La concentración en un país no es un fenómeno nuevo en el índice MSCI de mercados emergentes. Corea del Sur, por ejemplo, llegó a rozar el 22% del índice en 2002. A pesar de la magnitud potencial de la concentración de China y la ausencia de rivales aparentes que puedan contrarrestar su dominación hay que estar cautelosos. China ha tenido un efecto desproporcionado sobre la volatilidad del índice a medida que ha ido aumentando su peso en el mismo”, señalan.

Si en 2001, China representaba un 6% del índice, siendo responsable únicamente del 7% de la volatilidad del mismo, en 2017, el peso medio de China ha aumentado hasta rozar 28% y, sin embargo, es responsable del 35% de la volatilidad del mismo. Los porcentajes de 2017 recuerdan dos picos de volatilidad previos: el primero, registrado durante la crisis financiera internacional de 2007-2008 y el rally de ventas masivas en los mercados chinos; y, el segundo durante la devaluación de yuan acaecida en 2015.

La automatización inteligente podría generar ingresos adicionales de 512.000 millones de dólares al sector de los servicios financieros para 2020

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La automatización inteligente podría generar ingresos adicionales de 512.000 millones de dólares al sector de los servicios financieros para 2020
Pixabay CC0 Public DomainGeralt. La automatización inteligente podría generar ingresos adicionales de 512.000 millones de dólares al sector de los servicios financieros para 2020

Según el último informe del Instituto de Transformación Digital de Capgemini, el sector de los servicios financieros podría generar ingresos adicionales de hasta 512.000 millones de dólares de aquí a 2020 gracias a la automatización inteligente. Esta tendencia tecnológica combina la robotización de procesos (RPA), la inteligencia artificial (IA) y la optimización de procesos de manera apropiada y cohesiva en la organización para alcanzar objetivos de negocio.

Según el informe, estos ingresos podrían provenir del sector asegurador (con una estimación de 243.000 millones de dólares) y del sector de banca y del mercado de capitales (unos 269.000 millones de dólares).

Hasta la fecha, el sector de los servicios financieros ha utilizado tecnologías de automatización, como la RPA, para reducir costes y ganar eficiencia. Gracias a la RPA, una empresa puede incrementar el ahorro de costes entre un 10% y un 25%, o incluso un 30% o 50% si se trata de RPA reforzada con inteligencia artificial. “En los próximos dos años, la automatización experimentará grandes avances. La RPA es solo un ejemplo de una herramienta entre tantas. Pronto también utilizaremos herramientas basadas en la IA y técnicas de optimización de procesos para la automatización del mercado financiero», sostiene Jenny Dahlström, subdirectora de Asistencia y Desarrollo de Negocios y responsable de Implantación Robótica de la firma Handelsbanken Capital Markets.

La automatización como catalizador

Las principales empresas de servicios financieros han comenzado aplicar la automatización en el frente del cliente, utilizándola como herramienta para generar ingresos y no solo para reducir costes. El informe de Capgemini pone de manifiesto que, de media, más de un tercio (35%) de las empresas de servicios financieros ha experimentado un incremento de entre el 2% y el 5% en su facturación gracias a la automatización, siendo factores clave para este incremento la optimización de los plazos de lanzamiento de nuevos productos y la mejora de las estrategias de venta cruzada. Igualmente, el informe también señala que un 64% de las empresas de diferentes segmentos ha experimentado una mejora en la satisfacción de los clientes de más del 60% gracias a la automatización inteligente.

En vista de este importante incremento, no resulta sorprendente que un número cada vez mayor de firmas de servicios financieros esté considerando la implantación de la tecnología en esta primera línea: el cliente. De hecho, el informe concluye que más de la mitad de las empresas (55%) están dirigiendo sus esfuerzos a mejorar la satisfacción el cliente mediante la automatización, al tiempo que cerca de la mitad (45%) considera que el aumento de los ingresos es su objetivo principal.

La adopción de la automatización inteligente es aún escasa

Además de los beneficios tangibles que ofrece la automatización inteligente, el informe apunta otra razón por la que las empresas de servicios financieros están planteándose la adopción de esta tecnología: la creciente amenaza de los actores no tradicionales; y es que, según el estudio, casi la mitad (45%) de las empresas cree que las BigTech, como Amazon y Alphabet, serán sus competidores en los próximos cinco años.

A pesar de las claras oportunidades y de los desafíos crecientes que suscitan los nuevos participantes, la adopción de la automatización inteligente está siendo lenta. Solo el 10% de las empresas del sector ha implementado esta tecnología a gran escala y la mayoría de las firmas hace frente a retos de carácter empresarial, tecnológico y de recursos humanos. Según el informe, solo alrededor de una de cada cuatro empresas ha adoptado (en piloto o de forma ya generalizada) tecnologías de automatización cognitiva (como el aprendizaje automático, la visión artificial y la biometría). La mayor parte de las firmas sigue centrando en la RPA (40%) o, en el mejor de los casos, el procesamiento del lenguaje natural (PLN) (37%), el eje de sus iniciativas de automatización.

Anirban Bose, miembro del Comité Ejecutivo y responsable de la Unidad de Servicios Financieros de Capgemini a nivel mundial, explica que “las firmas de servicios financieros más innovadoras cuentan con expertos con una visión sofisticada del efecto potencial que la automatización puede tener en todos los niveles del negocio, y ya están recogiendo sus frutos. En los próximos años, aquellos que aprovechen esta oportunidad podrán generar cientos de miles de millones de dólares en ingresos adicionales gracias a la automatización inteligente. Solo las empresas que abracen esta tendencia tecnológica con un objetivo que vaya más allá de la reducción de costes y centren sus esfuerzos en la generación de valor para clientes y accionistas podrán alzarse victoriosas en el mercado”.

Factores para impulsar la automatización

El estudio pone sobre la mesa los factores que impiden a las empresas avanzar más allá de las pruebas de concepto para luego implantar de manera generalizada la automatización inteligente. Estos factores tienen que ver con aspectos de la propia organización y gobernanza en la empresa, la infraestructura tecnológica y las competencias de los profesionales. Cerca de cuatro de cada diez empresas (43%) tiene dificultades a la hora de establecer un hilo argumental empresarial claro a favor de la automatización; y buena parte (41%) tiene dificultades para convencer a la alta dirección de la necesidad de tener una estrategia de automatización inteligente (43%). Además, la implantación de la automatización inteligente y su escalado en la empresa requiere personas con un profundo conocimiento de las tecnologías de RPA e inteligencia artificial. Casi la mitad de las empresas (48%) afirma que les cuesta encontrar los recursos humanos adecuados para la implantación efectiva de la automatización inteligente. Asimismo, el 46% considera que también impide avanzar en este frente la ausencia de una estrategia adecuada de gestión de datos, pues los algoritmos para la automatización basada en la inteligencia artificial requieren el uso de datos adecuados y en su justa medida.

“En mi opinión, la evolución de la automatización en el segmento de los servicios financieros será muy similar a la revolución de la industria automovilística en las décadas de 1970 y 1980. El papel de los seres humanos en los procesos cambiará drásticamente y se centrará en aquello en lo que los humanos son mejores: el diseño y la resolución de problemas, dejando las tareas repetitivas para las máquinas. Aunque esto no sucederá ni en un año ni en dos, también puedo decir que no tardará 20 años», afirma Jose Ordinas Lewis, responsable del Centro de Automatización Robótica de Swiss Re.

Amado Franco Lahoz, designado presidente de la Fundación Ibercaja

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Amado Franco Lahoz, designado presidente de la Fundación Ibercaja
Foto cedida. Amado Franco Lahoz, designado presidente de la Fundación Ibercaja

El Patronato de la Fundación Ibercaja acordó hace unas semanas designar presidente de la misma a Amado Franco Lahoz, presidente de honor de Ibercaja. Quien fue presidente del Consejo de Administración de la caja y del banco recoge el testigo de Honorio Romero, director de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, y que pasa a ser desde hoy vicepresidente de la misma Fundación Ibercaja.

En la misma sesión, se han incorporado como patronos Manuel Pizarro, presidente de Ibercaja entre 1995 y 2004, vicedirector de la Económica y académico de Número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, y José Luis Rodrigo Molla, director general de la Fundación Ibercaja hasta el pasado mes de octubre.

La Fundación Ibercaja es una de las más importantes de España. Nacida de la transformación de la antigua caja de ahorros, durante sus tres años de vida ha tenido como misión administrar su participación en Ibercaja Banco (87,8% del accionariado) y el Monte de Piedad, y revertir en la sociedad los beneficios obtenidos en ambas entidades financieras, a través de la Obra Social.

Con el relevo acordado, la Fundación Ibercaja da continuidad a los planteamientos con los que se creó, inspirados en los valores de la entidad fundadora, la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, de trabajar por el desarrollo territorial y preservar su compromiso con la sociedad.

El Patronato ha agradecido a Honorio Romero su generosa y desinteresaba labor  durante su presidencia, en la que ha mantenido vivos con su ejemplo diario los valores de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, entidad fundadora de la caja. En su mandato, Honorio Romero ha traído al presente el espíritu de los ilustrados de trabajar por el interés general, el fomento del desarrollo territorial, el crecimiento económico y el bienestar social. 

Un referente en el sector financiero español

El nuevo presidente de la Fundación Ibercaja, Amado Franco Lahoz, dejó la Presidencia de Ibercaja Banco el pasado 24 de febrero por decisión propia tras una brillante trayectoria en esa institución, a la que accedió por oposición en 1970. Licenciado en Económicas y Derecho por la Comercial de Deusto, desarrolló toda su vida profesional en la Entidad. Se incorporó en el Servicio de Estudios y fue, sucesivamente, subdirector-interventor general (1978), director general adjunto (1985) y director general (1987), puesto que ocupó durante 17 años hasta que, en 2004, accedió a la Presidencia.

En 2011, con la creación de lbercaja Banco y el traspaso de la actividad financiera al mismo, fue nombrado presidente. Y en 2014, con la conversión de la caja en fundación bancaria, fue elegido presidente de la misma, responsabilidad en la que cesó en marzo de 2016 para centrarse exclusivamente en el banco. El pasado 24 de febrero renunció a esta última responsabilidad y el Consejo de Administración lo nombró presidente de honor de la entidad.

Como director general, Franco Lahoz impulsó el cambio de imagen a partir del cual se lanzó la expansión y creó el grupo financiero. Ya como presidente, en 2004, y tras suceder a Manuel Pizarro, la entidad completó su implantación nacional y más que duplicó el volumen de actividad. Se anticipó al cambio de ciclo económico con medidas como el freno al crédito promotor, que permitió, pese al tsunami financiero, asegurar el futuro.

Amado Franco es presidente de CASER y vocal de las fundaciones Princesa de Girona y Santa María de Albarracín. En 2011 recibió la medalla Pro Mérito del Consejo de Europa y, en 2013, el Premio Aragonés a la Trayectoria Profesional. En 2005 fue nombrado Hijo Predilecto de Zaragoza y en 2008, Hijo Adoptivo de Azuara (Zaragoza). El pasado mes de junio recibió tres máximos reconocimientos: la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo que concede el Gobierno de España; la Medalla de Oro de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Zaragoza, y la distinción Paul Harris del Rotary Club.

Nuevos patronos

En la misma sesión se ha designado como patrono a quien fuera presidente de Ibercaja entre 1995 y 2004, etapa en la que, junto a Amado Franco, sentaron las bases del ciclo de gestión que dotó a la caja de las fortalezas que le han permitido  superar la crisis. La incorporación de Manuel Pizarro, que es presidente de honor de Ibercaja, vicedirector de la Económica y Académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, entre otros, es un nuevo aval para el Patronato, integrado desde su creación por distintas personalidades de acreditada trayectoria personal y profesional.

También se ha incorporado José Luis Rodrigo Molla, director general de la Fundación Ibercaja hasta octubre, cuando se jubiló después de una intensa y fructífera labor en la caja y el banco, y en la institución en la que ha culminado su vida laboral.

 

La baja natalidad y la longevidad empujan a los españoles al ahorro para la jubilación

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La baja natalidad y la longevidad empujan a los españoles al ahorro para la jubilación
Pixabay CC0 Public Domain. La baja natalidad y la longevidad empujan a los españoles al ahorro para la jubilación

Los jubilados españoles gozan de una situación privilegiada dentro del contexto de los países desarrollados. Quien lo dice, en esta ocasión, no es el «político de turno» sino la Organización para la Cooperación y el Desarrollo en cuyas filas están todos los países desarrollados del planeta. Sin embargo, a medida que empiecen a aplicarse las reformas de los años 2011 y 2013 la cuantía de las pensiones públicas se verá sensiblemente reducida.

Según Inverco, en 2030 la tasa de sustitución española (porcentaje del sueldo que se cobra de pensión de jubilación) pasará del 80% actual al 60%. Es decir, «para un sueldo de 1.000 euros, hoy la pensión es de 800 euros mensuales, pero dentro de trece años será de 425 euros», ha recordado Ángel Aldama, presidente de Inverco, durante la presentación del informe «Pensions at glance» de la OCDE.

De hecho, la tasa de sustitución española actual es la envidia del resto de países desarrollados donde, de media, se sitúa en el 42% y donde se alcanza el 60% mediante sistemas de capitalización en los que empresas y/o trabajadores realizan aportaciones durante toda la vida laboral. El 20% restante corresponde al ahorro privado que, en el caso de España, es todavía escaso.

Los jubilados actuales, con mejores ingresos que los jóvenes

Según este informe bianual, gracias a un sistema de pensiones exclusivamente de reparto, España se sitúa en segundo lugar (sólo por detrás de Francia) en el ranking de mayores de 65 años que reciben un porcentaje de ingresos más alto con respecto a los ingresos de toda la población. Esto no significa que todos los jubilados españoles sean ricos, pero sí que tienen un nivel de ingresos mejor que otras franjas de edad.

Durante la presentación en Madrid de este informe, Hervé Bouhol, economista jefe de la OCDE, ha destacado que desde 1980 los españoles de entre 60 y 64 años han aumentado sus ingresos un 25% más que el incremento de ingresos de los que tienen entre 30 y 34 años. Si lo comparamos con la media de la OCDE, donde ese aumento ha sido del 13%, los mayores españoles también salen ganando. 

Tampoco significa que todo sea un campo florido y la desigualdad no afecte a los mayores de 65 años, pero desde la OCDE señalan que nuestro país se encuentra en este aspecto en una posición intermedia, y lejos de países como EE.UU. donde esa desigualdad es más acentuada. En cuanto a la tasa de pobreza relativa, Bouhol afirma que España está en la parte baja de la tabla. «Lo que sorprende de España es que la diferencia entre la tasa de pobreza relativa de los jóvenes y los mayores de 65 años es bastante alta», explica.

Los dos aspectos que más preocupan a la OCDE sobre España son la baja natalidad y una longevidad por encima de la media. La esperanza de vida es de tres años más en el caso de España con una media de 83,3 años mientras que la media de natalidad se sitúa en 1,7 hijos por mujer.  «Estas dos variables van a producir un cambio gigantesco en la estructura de la población española en los próximos años».

A este respecto, Bouhol ha detallado que la tasa de dependencia española (número de mayores de 65 años po cada 100 trabajadores) se multiplicará por 2,5 en los próximos 50 años y esto situará a España solo por detrás de Japón. En concreto, la OCDE establece esa tasa de dependencia en 77 mayores de 65 años por cada cien trabajadores.

En cuanto a la edad media de salida del mercado laboral, en España está en los 62 años, dos años por debajo de la media de la OCDE. «Los españoles se retiran de media dos años antes del mercado laboral y también viven más», destaca el informe. 

La crisis solo aceleró una situación ya existente

El informe de la OCDE advierte que de media los países desarrollados han incrementado en 1,5 años la edad de jubilación, una tendencia de la que también forma parte España con sus reformas de los años 2011 y 2013. «Las reformas de España eran necesarias para restablecer la estabilidad financiera», dice Bouhol, al tiempo que admite que la insostenibilidad del sistema público no ha sido consecuencia de la crisis. «La crisis solo aceleró unas dificultades que ya existían de por sí y que se fundamentan en el envejecimiento de la población y en el propio sistema de pensiones español».

En este sentido, este experto ha destacado el efecto que puede tener sobre los pensionistas del futuro el desempleo de los años de la crisis. En concreto, la OCDE calcula que en una persona que haya empezado a trabajar con 25 años y que haya estado en el desempleo durante 10 años tendrá que trabajar dos años más para poder alcanzar el 100% de la pensión pública y el impacto sobre la cuantía de la misma alcanzará el 15%. 

Por último, Bouhol ha destacado la importancia clave de los salarios en la tasa de sustitución de las pensiones españolas. «La tasa de sustitución depende directamente de los salarios reales». En el caso de España, los salarios han aumentado en los últimos 25 años entre un 0,5% y un 1% anual y, según las proyecciones de la OCDE, esto se traduce en una tasa de sustitución cercana al 80% que es, precisamente, la que existe en España. Por el contrario, aumentos salariales en el entorno del 2% tendrían como consecuencia una rebaja de la tasa de sustitución del 66%.

España es, además, un país donde la tasa de empleo de los mayores de 60 se reduce de forma drástica y solo un 5% de las personas de más de 65 años sigue trabajando. «El empeoramiento de la salud solo explica una parte. La explicación hay que buscarla en la falta de incentivos. En la media de la OCDE por cada año de más que se trabaja la pensión se incrementa un 8% mientras que en España solo en un 4%», concluye. 

Andbank ficha a Anna Olsina y Bankinter incorpora a parte del equipo de Banca March de Valencia

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Andbank ficha a Anna Olsina y Bankinter incorpora a parte del equipo de Banca March de Valencia
Pixabay CC0 Public DomainFoto: werner22brigitte. Andbank ficha a Anna Olsina y Bankinter incorpora a parte del equipo de Banca March de Valencia

Cambios en el panorama de banca privada en España. Según publica el diario digital El Independiente, Anna Olsina, hasta ahora directora territorial de la Península en Banca March y número dos de la división de banca privada, se incorporará en septiembre a Andbank.

Según el diario, también parte del equipo de banqueros privados de March en Valencia se unirán a Bankinter.

La entidad que lidera María Dolores Dancausa está apostando por impulsar su negocio de banca privada en la región a través de agentes fundamentalmente, según fuentes del mercado. Según el diario, entre los profesionales de March que se unen a su proyecto figuran Pepe Saborit, David Jerez, Rafael Alapont, Ignacio López Roselló y Alejandro García Serrano.

«En Valencia hay un proceso de cambio de equipo a iniciativa del banco que se inició hace más de 12 meses y a través del que se están incorporando nuevos profesionales internos y externos. El objetivo es buscar perfiles más especializados y eliminar la red agencial interna”, comentan desde March a El Independiente. La entidad asegura que “cuenta con los perfiles necesarios para llevar a cabo su estrategia, que no es compatible con una red agencial interna”.

Las mismas fuentes recuerdan que en 2017 y en plena transformación de la entidad para la ejecución del plan estratégico, obtuvo un beneficio récord, que ha vuelto a superar en el primer semestre de 2018.

State Street Global Advisors lanza un ETF con exposición al sector de servicios de comunicación en EE.UU.

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State Street Global Advisors lanza un ETF con exposición al sector de servicios de comunicación en EE.UU.
Foto: ManuH, Flickr, Creative Commons. State Street Global Advisors lanza un ETF con exposición al sector de servicios de comunicación en EE.UU.

State Street Global Advisors, el brazo de gestión de activos de State Street Corporation y firma innovadora en el mundo de los ETFs, ha anunciado el lanzamiento del SPDR S&P U.S. Communication Services Select Sector UCITS ETF.

El nuevo ETF proporcionará exposición al nuevo sector de Servicios de Comunicación, anunciado por S&P Dow Jones Indices y MSCI tras la revisión anual de la estructura de la Clasificación Industrial Global Estándar (GICS® por sus siglas en inglés) en noviembre de 2017.

El nuevo sector de Servicios de Comunicación incluirá tres de las cinco acciones de FAANG, Facebook, Netflix y Alphabet, la empresa matriz de Google, contando con el mayor peso en el conjunto de sectores GICS. También clasificadas dentro de este nuevo sector estarán empresas de telecomunicación como Verizon, AT&T y empresas de medios de comunicación y entretenimiento como Comcast y Netflix, reflejando el ecosistema actual de la manera de comunicarnos y acceder a entretenimiento.

“En septiembre, GICS® introducirá un nuevo sector Servicios de Comunicación para reflejar los importantes cambios en la manera actual de comunicamos, interactuar y consumir contenidos”, comentó Mandy Chiu, jefa de producto para SPDR ETFs en EMEA y APAC.

“El nuevo sector de Servicios de Comunicación representará aproximadamente el 10% del Índice S&P 500 en términos de capitalización de mercado. El lanzamiento del SPDR S&P U.S. Communication Services Select Sector UCITS ETF ofrecerá acceso de bajo coste, en una sola operación, a esta nueva oportunidad de inversión”, explica.

State Street Global Advisors administra un patrimonio superior a 165.000 millones de dólares en ETFs sectoriales a nivel mundial. El lanzamiento de SPDR S&P U.S. Communication Services Select Sector UCITS ETF amplía la familia UCITS de ETFs sectoriales de State Street Global Advisors a 30 fondos, abarcando exposiciones globales, estadounidenses y europeas.

La inversión colectiva en España crece un 1% en el segundo trimestre

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La inversión colectiva en España crece un 1% en el segundo trimestre
Foto: Affisch, Flickr, Creative Commons. La inversión colectiva en España crece un 1% en el segundo trimestre

Durante el segundo trimestre de 2018, los activos comercializados en España de los distintos instrumentos de inversión colectiva (IICs y fondos de pensiones) se incrementaron en 5.368 millones de euros (un 0,9% más que a finales del primer trimestre) y se situaron en 590.797 millones de euros a finales de junio 2018. Un nuevo récord para el negocio.

Son los datos de Inverco, que ha publicado estas cifras a 30 de junio de 2018 -que integra las diferentes estadísticas que viene difundiendo Inverco de forma separada y con diferentes periodicidades: fondos de inversión (mobiliarios e inmobiliarios); sociedades de inversión, IICs extranjeras comercializadas en España y fondos de pensiones- por grupos financieros.

Un ranking liderado, en este orden, por CaixaBank, BBVA y Santander, y en cuyo top 10 se cuelan firmas internacionales como BlackRock (en cuarto lugar), Credit Agricole (en octavo lugar tras Bankia, Sabadell e Ibercaja, y teniendo en cuenta que, gracias a la integración de Pioneer Investments, Amundi elevó con fuerza sus activos en España) y JP Morgan Chase (justo por detrás de Kutxabank).

Allianz Popular, Deutsche Bank, Bankinter, M&G Investments y Renta 4 figuran en los siguientes puestos (ver tabla del top 10).

 

¿Tomará Turquía su propia medicina?

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Tres señales de que los mercados emergentes se están acercando a su punto de inflexión
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Enrique Freire . ¿Tomará Turquía su propia medicina?

El mercado turco continúa su espiral bajista mientras la lira sufre una crisis completa. La reacción de la divisa ha sido comparable a la experiencia de Argentina del segundo trimestre de este año, cuya consecuencia fue un rescate del FMI por valor de 50.000 millones de dólares y un enorme alza de los tipos de interés. La pregunta que se hacen muchos inversores es por qué está ocurriendo ahora este último colapso.

Los desafíos macro de Turquía son numerosos y bien conocidos: una economía recalentada, una considerable necesidad de financiación externa, un déficit estructural por cuenta corriente desproporcionado, una inflación persistente de dos dígitos, bajas reservas netas de divisas y una gran deuda del sector privado.

Como resultado de esto, la confianza de los inversores en el régimen del presidente Erdogan disminuyó durante el año pasado, pero los cambios clave en el gabinete realizados después de las elecciones del 24 de junio han sido particularmente perjudiciales para el sentimiento inversor. Las autoridades económicas del país parecen haber perdido el control de su moneda y la retórica en los últimos días ha mostrado una falta de responsabilidad en la gestión de la crisis.

Las expectativas de inflación general a corto plazo se están moviendo rápidamente hacia el 20%, lo que pone de manifiesto cuán inadecuado es el tipo de interés del Banco Central del 17,75%. Los inversores extranjeros han estado sacando dinero del país, justo lo contrario a lo que necesita Turquía, dada la inestabilidad de su balanza de pagos.

Si bien los desafíos fundamentales de Turquía son numerosos, existen muchas soluciones sencillas y de manual que, si se implementan, pueden detener la espiral bajista de los precios de los activos y la confianza de los inversores.

Posibles medidas

Una subida agresiva de los tipos de interés por parte del Banco Central sería un buen comienzo, algo en el orden de los 1.000 puntos básicos que aplicó Argentina en mayo sería lo apropiado. Posibilitaría que se frenase la economía, probablemente hacia una recesión, pero esto ayudaría a reducir la incesante demanda de importaciones y de ese modo aliviaría parte del problema del déficit por cuenta corriente.

Colocar tecnócratas pragmáticos en posiciones clave del gobierno sería otro importante paso adelante que probablemente llevaría a unos costes de financiación a largo plazo más bajos. Las reformas estructurales también ayudarían mucho, incluyendo medidas para alentar la expansión del sector manufacturero y exportador, diversificando el modelo de crecimiento del país lejos del consumo y la construcción.

Las incómodas relaciones diplomáticas de Turquía con Occidente, y con Estados Unidos en particular, también deben abordarse pues siguen siendo una gran preocupación para los inversores extranjeros. También sería bienvenida cierta austeridad fiscal, especialmente dada la gran carga de la deuda externa del sector privado.

Otras medidas útiles incluirían una reforma tributaria para ampliar la base de ingresos, impulsar la tasa de ahorro del país, un compromiso con una auténtica independencia del Banco Central y una mayor flexibilidad del mercado laboral. En los últimos años, los inversores también se han preocupado por la «fuga de cerebros» de Turquía después de la represión del gobierno sobre el sistema educativo, el poder judicial y los medios de comunicación, lo cual ha dañado la tasa de crecimiento potencial a largo plazo de Turquía. Una reversión de muchos de estos controles sería aplaudida por los inversores extranjeros.

¿Controles de capital?

Se ha hablado mucho en los últimos días sobre la posible instauración de controles de capital en Turquía para ayudar a frenar la agresiva depreciación de la lira. Sin embargo, estos controles de forma aislada no son una solución adecuada dada la gran apertura de la economía turca y sus grandes requerimientos de financiación externa.

Si llegamos a ver controles de capital en Turquía, tendrían que hacerse en combinación con otras medidas para que sean efectivos. También se ha debatido recientemente la posibilidad de que Turquía reciba apoyo financiero externo del FMI o de socios bilaterales adinerados. De nuevo, esto sería bienvenido pero no del todo necesario si Turquía se toma su propia medicina, reacciona a la realidad del mercado y responde a sus desequilibrios de manera adecuada.

Turquía tiene muchas cualidades que pueden ser redentoras, incluida una economía vibrante centrada en los negocios, una fuerte demografía, una población bien educada y un sistema bancario bien capitalizado, por nombrar solo algunas. La solución a su última crisis es obvia para muchos actores del mercado, pero la clave es si existe la voluntad política interna del gobierno para adoptarla.

Mientras Turquía lucha con sus propios desafíos internos, el contexto exógeno para todos los mercados emergentes sigue siendo problemático. El retiro de liquidez por parte de los bancos centrales del G3 es el problema más pertinente para todos los mercados de renta fija en la actualidad, y hay pocas probabilidades de que este viento en contra varíe su rumbo en el corto plazo.

Las tensiones comerciales actuales entre EE.UU. y China son un obstáculo adicional para los mercados emergentes dada la sensibilidad de éstos al comercio mundial, mientras que el dólar sigue infravalorado en función del crecimiento y las diferencias en los tipos de interés entre EE.UU. y el resto del mundo.

Los emergentes también están experimentando un período de enfriamiento del crecimiento y mayores presiones inflacionistas, todo lo cual mantiene a los inversores en alerta. Otros temas idiosincrásicos, ya sean las elecciones en Brasil, el potencial de más sanciones contra Rusia o el actual desapalancamiento de la deuda de China, agregan complejidades adicionales para los mercados emergentes en este momento.

Paul Greer es gestor de fondos en Fidelity International.