Foto cedidaEmilio González, consejero delegado de Pendal Group.. Ken Lambden deja JOHCM y su puesto de consejero delegado, que ocupará temporalmente Emilio González
J O Hambro Capital Management (JOHCM) anunció ayer la salida, de forma inmediata, de su actual consejero delegado, Ken Lambden, quien no solo deja este cargo sino que abandona la compañía. La gestora ha iniciado un proceso para buscar un nuevo consejero delegado, puesto que mientras será ocupado por Emilio González, consejero delegado de J O Hambro Capital Management, Pendal Group.
El anuncio fue ayer confirmado por la empresa matriz, Pendal Group (antes conocido como BT Investment Management), quien emitió un escueto comunicado sobre la salida de Lambden. En él señalaron que la salida de Lambden tenía efecto inmediato y que González se trasladará temporalmente a Londres –actualmente tiene su base en Sydney– para el ocupar el puesto de consejero delegado hasta que la compañía encuentre un sustituto.
“Agradecemos a Ken por su arduo trabajo y compromiso al dirigir el negocio de JOHCM y le deseamos mucho éxito en sus esfuerzos futuros. Es importante destacar que no hay cambios en los equipos de inversión de JOHCM, ni en cualquier otro aspecto del modelo de negocio de la firma”, afirmaba González en el comunicado.
Pixabay CC0 Public DomainFree photos. Vanguard nombra a Paul Young especialista senior de ETF Capital Markets para Europa
Vanguard ha anunciado el nombramiento de Paul Young para el puesto de especialista senior de ETF Capital Markets para Europa. Según ha explicado la gestora, Young reportará directamente a Thomas Bartolacci, actual director de ETF Capital Markets para Europa.
Desde este nueva posición, Young desempeñará un papel clave en el equipo ETF Capital Markets de Vanguard al ser el responsable de respaldar la liquidez de los productos de Vanguard y ayudar a los clientes a alcanzar sus objetivos de inversión. Young se une a Vangard desde State Street Global Advisors (SSGA), donde ha sido director de ETF Capital Markets para EMEA.
A raíz del nombramiento, Thomas Merz, director de distribución para Europa, Ex-UK, ha señalado que “no es ningún secreto que los ETFs se han vuelto cada vez más populares por sus beneficios; en última instancia, conduce a mejores resultados de inversión para los inversores. La experiencia y el conocimiento de Young no solo ayudarán a nuestro equipo a garantizar que los clientes obtengan la mejor experiencia comercial posible, sino que también continúen logrando los costes comerciales más bajos posibles al comprar y vender ETF».
Esta es la última incorporación después de una serie de contrataciones hechas desde principios de año para el negocio de ETFs de Vangard en Europa. Entre los último fichajes destaca el de Gregoire Blanc como especialista principal de ETF Capital Markets; el nombramiento en junio de Simone Rosti como jefe para Italia; la incorporación de Markus Weis como jefe adjunto para Alemania y Austria en febrero; y Liz Wright, Rahul Thrakar y Christophe Collet como especialistas senior en ETFs.
Foto: FoxSpain, FLickr, Creative Commons. El patrimonio de las IICs internacionales se concentra en vehículos con más de 30 millones de volumen y que superan los 800 inversores
Las IICs internacionales comercializadas en España han reducido su número en el primer trimestre de 2018, según los últimos datos de la CNMV, correspondientes a cierre de marzo. Así, los 1.013 vehículos se han convertido en 1.009, debido a la desaparición de cinco fondos y a una nueva sicav.
El estado de origen de las IICs internacionales sigue siendo mayoritariamente Luxemburgo, con 425 vehículos de los 1.009 totales, seguido de Francia (con 288), Irlanda (con 187) y Alemania, con 36. Los dos primeros domicilios han reducido ligeramente su importancia, frente al aumento de los dos segundos. El resto (Reino Unido, Holanda, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia y Liechtenstein) se mantienen sin cambios.
La mayoría de fondos y sicavs extranjeros que se comercializan en España tienen, o menos de 10 partícipes/accionistas o más de 800: así lo reflejan los últimos datos publicados por la CNMV, correspondientes a finales de 2017. Así, 161 IICs internacionales tienen más de 800 inversores, y 205 tienen menos de 10. Entre ambos grupos representan más de la mitad del total de IICs, 665.
Los vehículos que tienen entre 10 y 800 inversores se reparten los casi 300 vehículos restantes (ver tabla).
Y son las que tienen más partícipes/accionistas las que también acumulan más patrimonio: los fondos y sicavs internacionales con más de 800 inversores acumulan un patrimonio de casi 2.200 millones de euros, la mayoría de los 2.227 millones totales.
Por volumen de inversión, la mayoría (241 de las 655 totales) tiene más de 30 millones bajo gestión –acumulan un patrimonio de más de 148.000 millones-, si bien hay 125 que cuentan con menos de 100.000 euros en volumen –y en total suman solo 1,5 millones de euros-, con datos de cierre de 2017.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: WagnerKiyoshi. “La guerra financiera asimétrica”: dos militares enseñan a invertir y ahorrar utilizando términos bélicos
“Tanto en la guerra como en la inversión hay objetivos, enemigos, estrategias y tácticas para implementarlas”, han afirmado en Value School dos militares españoles que han estado destinados en Afganistán, Pakistán, Líbano y Bosnia. Añadieron que la inversión es una guerra en la que los ciudadanos partimos con una absoluta desventaja, por eso han denominado a su libro “La guerra asimétrica”.
Santiago Casal Pereira y David Núñez Longueira son dos militares españoles destinados en el Eurocuerpo y en la Brilat (Pontevedra), respectivamente, que comparten un gran interés por las finanzas y la inversión. Esa fue la razón por la que crearon su blog Quiet Investment, a través del cual tratan de enseñar a la sociedad cómo conseguir la independencia financiera a través de la creación de un patrimonio a largo plazo.
Pero lo más novedoso es su forma de explicar los diferentes conceptos del mundo de la inversión utilizando metáforas bélicas. En su intervención reciente en Value School, han asegurado que los ciudadanos inversores partimos de una desventaja total, pues nos enfrentamos a un rival que es muy superior en medios tecnológicos, económicos y financieros. Es una guerra asimétrica, como titulan su libro.
A partir de ahí, los dos militares desvelaron en Value School que “los principales enemigos de esos ciudadanos inversores son los impuestos y la inflación”, derivados de la dinámica política y de la preferencia temporal. En ese sentido, explicaron que el inversor tiene una preferencia temporal baja, “porque piensa en el futuro a muy largo plazo, en el de sus hijos y en el día de mañana”. Por el contrario, el político tiene un plazo de cuatro años, porque su primer objetivo es ganar las elecciones y ser reelegido.
El político acude al mercado electoral pagando los votos con la moneda PE (Promesa Electoral), pero ese dinero lo recauda mediante la deuda y los impuestos. El error del ciudadano inversor es creer que lucha en igualdad de condiciones, por eso tiene que aprender a utilizar “las tácticas ajenas a las leyes y usos de la guerra utilizados por los insurgentes de Irán o Afganistán, por poner un ejemplo y salvando las distancias”.
El ciudadano inversor tiene que ser consciente de que puede perder muchas batallas, pero que lo importante es ganar la guerra, y esto lo conseguirá cuando haya vencido a la inflación por no haber deteriorado su patrimonio mediante su esfuerzo ahorrador.
Santiago Casal y David Núñez han señalado en Value School que en su libro explican cómo vencer en esa guerra a través de la inversión indexada en fondos de gestión pasiva. La indexación es lo que llaman el AK-47 del inversor, el famoso rifle de asalto diseñado por Mijail Kalashnikov, que es barato, eficiente, no se atasca y su relación calidad-precio es inmejorable.
El arma de la indexación y los francotiradores
La indexación “es el arma más efectiva y letal para crear riqueza e incrementar paulatinamente el patrimonio”. Lo definen como un método técnicamente sencillo, pero que requiere disciplina, constancia y paciencia. Además, es necesario tener mucha resistencia sicológica para desentenderse del ruido, que es el peor enemigo. Es decir, distinguir la información de lo que es opinión o sentimiento.
Respecto a esto, han añadido que en el mundo de la inversión hay soplones, colaboracionistas y traidores varios. “Son personajes que operan en tu contra, incluso a veces de buena fe. Por ejemplo, tu propia familia o los amigos, porque su cultura financiera no coincide con la tuya. Los medios de comunicación y sus recomendaciones de compra quizá sean los principales. En estos casos hay que echar cuerpo a tierra. El pequeño inversor tiene que deshacerse de aquellos que no le aportan nada, sólo ruido”, han precisado.
Por otro lado, para estos dos militares, los gestores que realizan la gestión activa son los “francotiradores”, unos “soldados con un mayor adiestramiento que la media y sobre todo con una psicología superior. Tienen que esperar mucho tiempo y, de vez en cuando, aprietan el gatillo y hacen mucho daño”.
Gestoras, mejor que bancos
Para describir la relación del ciudadano inversor con su banco, los dos militares acuden al término coloquial “pagafantas”, y lo definen de la siguiente manera: “El pagafantas financiero es el ciudadano que va al banco y cree, o quiere, que esa entidad sea su novia, pero el banco sólo quiere asumir el papel de amigo que paga las copas. El ciudadano inversor se engaña a sí mismo, y en lugar de ir a buscar a otro lado, continúa en esa dinámica que lo hunde en la miseria”.
“Por regla general, los bancos no ofrecen productos rentables muy interesantes, aunque haya excepciones. Lo mejor es ir a gestoras o a la inversión indexada, porque si no tienes los mismos intereses que el banco, estás perdiendo el tiempo”.
Algo similar ocurre en la guerra asimétrica, indican Santiago Casal y David Núñez. Es siempre una cuestión de preferencia temporal. Quieren resultados inmediatos. “Nos gusta mucho un dicho afgano que dice: vosotros tenéis los relojes, pero nosotros tenemos el tiempo”.
El factor tiempo es lo que determina gran parte de nuestro comportamiento y de nuestros incentivos. “Si el inversor no tiene en cuenta eso, cometerá los mismos errores que los países occidentales hemos cometido a la hora de librar estas desafortunadas guerras. Hay que aprender de las tácticas de la gente que nos han hecho morder el polvo, pero no compartir sus ideas”.
Por último, se refieren a los mercenarios como aquellos a los que se les paga una comisión, pero que pueden estar en tu bando o en el contrario. “Un mercenario típico es el banco o el mercado de los fondos de inversión. Si eliges bien estarán en tu bando, si te equivocas ellos trabajarán en tu contra. A diferencia de los verdaderos mercenarios, aunque estén en tu bando pueden estar robándote, según los resultados de los fondos y de la bancarización del ahorro”.
Foto cedida. El año 2018 apunta a otro ejercicio récord en volumen de inversión del capital privado
Según las primeras estimaciones obtenidas por la Asociación de Capital, Crecimiento e Inversión (Ascri) a través de la plataforma europea EDC, el volumen de inversión en España alcanzó en la primera mitad de 2018 la cifra de 3.064 millones de euros en 334 inversiones.
En este periodo se cerraron cuatro megadeals (operaciones de más de 100 millones) en cinco empresas (CVC Capital Partners en Gas Natural, Orient Hontai Capital en Imagina Media Audiovisual, Ardian en Grupo Monbake, Cinven en Planasa y TowerBrook Capital, Torreal y Penninsula Capital en Aernnova).
Según el tipo de inversor, los fondos internacionales siguen demostrando un gran interés por España al ser responsables del 77% del volumen total invertido en un total de 50 deals. Los inversores nacionales privados, por su parte, cerraron 214 inversiones, mientras que los inversores nacionales públicos protagonizaron 70 inversiones.
Por tamaño de las inversiones, el middle market (operaciones con una inversión en equity entre 10 y 100 millones de euros) alcanzó un máximo histórico al acaparar un volumen total de 961,4 millones en 32 inversiones, de las cuales, el 85% recibió menos de 5 millones en equity. Además, se cerraron un total de cuatro megadeals, por una suma de 1.820 millones (el 60% del volumen total). Según la etapa de desarrollo, destacó la inversión en buy outs, con un volumen de 2.297 millones en 26 inversiones. Respecto al capital expansión (growth), se realizaron 59 deals por 348 millones de euros.
La inversión de los fondos de venture capital registró un volumen de 163 millones en un total de 243 inversiones. De ellas, 155 fueron protagonizadas por los fondos nacionales privados, 60 por fondos públicos y 28 por fondos internacionales.
Para el conjunto del venture capital & private equity español, los sectores que más volumen de inversión recibieron fueron energía (38%), productos de consumo (14%) y comunicaciones (13%). Por número de “deals” destacaron informática (127 inversiones), productos de consumo (43) y biotecnología (26).
Captación de nuevos fondos
El fundraising (fondos levantados por el capital privado para invertir) captado por parte de los inversores nacionales privados alcanzó 783,6 millones de euros, un 35% menos que en el mismo periodo del año pasado.
Desinversiones
El volumen de desinversión continúa funcionando a buen ritmo, al registrar una cifra estimada (a precio de coste) de 609 millones de euros en 146 operaciones.
El 65% del volumen fue desinvertido mediante “venta a otra entidad de capital privado (secondary buy out)”, el 23% como “venta a terceros” y el 7% como “recompra de accionistas”.
La Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (Ascri) representa a la industria de venture capital & private equity en España. Presidida por Miguel Zurita, agrupa a más de 100 firmas nacionales e internacionales de venture capital & private equity, 70 proveedores de servicios y 10 inversores institucionales. Entre sus objetivos están representar al sector ante el Gobierno y las instituciones, proporcionar información estadística actualizada y difundir la contribución del sector para el tejido empresarial español.
Foto cedida de un niño en provincial de Machacos, Kenia. La fundación de Intelectsearch consigue la autorización del Ministerio de Justicia
Intelectsearch, firma especializada en buscar agentes y banqueros privados para entidades financieras y gestoras internacionales, presentó en julio de 2017 la documentación para crear su fundación y recientemente el ministerio de Justicia aprobó -con el número de autorización 2047- la Fundación Intelectsearch + Nakupenda, que en suajili significa “amor a Dios”.
La fundación, declarada de interés general por sus fines, no desea admitir donaciones externas sino canalizar las aportaciones dinerarias que desde 2013 la consultora Intelectsearch realiza para obras sociales y programas de RSC en España, Latinoamérica y África.
Los fines de esta nueva fundación son básicamente todo lo que favorezca a la población infantil, focalizado en programas de educación y salud, así como en apoyar programas de la iglesia católica. Actualmente, Intelectsearch construye dos colegios en África, promueve un orfanato en Kenia y recientemente construyó un hospital infantil en Uganda.
Según comenta Santiago Díez Rubio, socio de la consultora, “para nosotros crear la fundación es un compromiso de futuro con los mas desfavorecidos, y en especial trabajar en proyectos que impacten en la infancia”.
Desde 2013, la consultora dedica un mínimo del 2% de su facturación a su programa de RSC –en 2017 fue el 8,24% con 102.176 euros-.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Gonzalo Díaz Fornaro. En qué fijarse al final del ciclo
El mundo parece hacerse muchas preguntas estos días: ¿en qué punto del ciclo nos encontramos? ¿Cómo va a afectar a los mercados y a la economía mundial el progresivo abandono de los estímulos cuantitativos? ¿Son más atractivas las valoraciones ahora? ¿Qué consecuencias tendrá la guerra comercial? Aquí van algunas de mis respuestas.
Una pregunta que me plantean mucho estos días es en qué punto nos encontramos en este ciclo económico tan atípico. Tiendo a pensar que nos encontramos en la fase final de la recuperación económica y así lo sugieren datos como el indicador adelantado de Fidelity.
Las valoraciones sólo cuentan la mitad de la historia. Aunque las valoraciones actuales son elevadas desde una óptica absoluta, parecen más razonables desde una óptica relativa gracias a los fuertes incrementos de los beneficios propiciados por las rebajas de impuestos. En cualquier caso, no creo que las valoraciones puedan utilizarse para acertar con los tiempos del mercado.
Unas valoraciones elevadas no presuponen que el mercado vaya a caer mañana, sino que implican que el margen de seguridad es menor, la relación entre el riesgo y la rentabilidad se ha deteriorado y la probabilidad de pérdidas es mayor en el caso de que cualquier otro riesgo se materialice.
Otro elemento que nos indica en qué punto del ciclo nos encontramos es el aplanamiento de la curva de tipos, que ha suscitado mucha atención en fechas recientes. Una curva invertida no es la antesala segura de una recesión: es necesaria, pero por sí sola no basta. Si fuera tan fácil, se podrían distribuir las inversiones empleando un único indicador. En el pasado, a los mercados les ha ido bien en periodos en los que la curva de rendimientos se invertía, aunque cambiaban los sectores de mejor comportamiento.
¿Qué me preocupa?
Como suele ocurrir en esta fase del ciclo, existen varios factores de signo opuesto que influyen en el mercado. Atendiendo primero a las señales en ámbar, mi gran preocupación es que hay un nuevo sheriff en esa ciudad llamada Reserva Federal y de nuestras conversaciones con personas que han trabajado con él se deprende que el presidente Jerome Powell quiere llegar al “tipo neutral” cuando las cosas van bien y que se toma la volatilidad del mercado con mucha más tranquilidad que sus últimos predecesores. Dicho de otro modo, la put existe, pero todavía no está claro el precio de ejercicio.
En segundo lugar, la Fed ya se ha embarcado en el endurecimiento cuantitativo y se espera que se una a ella el Banco Central Europeo a finales de 2019. La liquidez también se ha reducido en China durante los últimos meses. Eso nos deja a Japón como último gran exponente de las inyecciones de liquidez, aunque el banco central nipón ha retocado últimamente el mecanismo de transmisión de su política monetaria.
No todas las señales son bajistas
Aunque abundan los motivos para la cautela en el entorno actual, no me parece que las perspectivas sean totalmente bajistas. La razón principal para el optimismo es que Donald Trump ha sido extremadamente positivo para la confianza empresarial en EE.UU. Los tipos impositivos de EE.UU. son los más bajos desde la década de 1930, la edad media de las infraestructuras es la más alta desde la Segunda Guerra Mundial y, desde el punto de vista de las empresas nacionales, las disputas comerciales hacen que las perspectivas de reinvertir en EE.UU. sean más atractivas.
Todo eso sugiere que no podrían darse mejores condiciones para la inversión empresarial y el arranque del ciclo de gasto y, si eso ocurre, volveremos a estar en una fase media del ciclo, más que final.
Otra consideración positiva es que si bien los gigantes tecnológicos como los FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Alphabet, la matriz de Google) y los valores de crecimiento han liderado el mercado durante los últimos meses, todavía no hemos visto las señales habituales de euforia que deberían inquietar a los inversores racionales. Por último, si la Fed fuera a tomarse un respiro en su ciclo de subidas de tipos (o decretara un todavía más improbable recorte), volveríamos a estar en la brecha.
Posibles focos de tensiones
Varios son los posibles focos de tensiones que merecen atención. En primer lugar, cada vez está más claro que la guerra comercial es un problema real. A más largo plazo, los aspectos geopolíticos del comercio solo pueden empeorar. Los aranceles ya están teniendo unos primeros efectos indirectos (basta con fijarse en los precios de las materias primas o hablar con un agricultor de soja de EE.UU.), pero actualmente el mercado está adoptando una visión más positiva sobre los efectos indirectos secundarios, como la reducción del crecimiento económico y la estanflación. De producirse una reevaluación de estos riesgos tan difíciles de pronosticar, las ampliaciones serían de gran calado.
En segundo lugar, he pasado más tiempo recientemente con mis compañeros del área de renta fija y estos señalan que la deuda corporativa ha subido de forma bastante considerable. Cuando el 32º prestatario del mundo no es un país, sino una empresa (aplauso lento para AT&T, que en estos momentos acumula más deuda que Argentina), es hora de prestar atención.
El importe bruto de bonos con calificación BBB es el más alto de la historia y una desaceleración, por pequeña que sea, podría tener un efecto significativo en los mercados de bonos corporativos y los diferenciales.
También estoy muy atento a los factores de liquidez en los mercados de bonos corporativos. Las condiciones han cambiado espectacularmente durante los últimos años y cualquier movimiento del mercado se verá amplificado por el deterioro de la liquidez y agravado por la negociación algorítmica y los motores de inteligencia artificial. Considero el deterioro de la liquidez como una señal para adoptar una postura más defensiva.
Por último, no pierdo de vista a China en busca de señales que apunten a una desaceleración imprevista o una perturbación en el sistema financiero.
Amit Lodha es gestor del FF Global Focus Fund de Fidelity.
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. El segundo semestre del año estará bajo la sombra del potencial conflicto comercial entre Estados Unidos y China
Ya hemos pasado el ecuador de 2018 y las gestoras consideran que el año está siendo más complejo de lo que en un primer momento esperaban. El contexto ha cambiado y el entorno de mercado que impulsó unas rentabilidades extraordinarias ajustadas al riesgo en 2017 ha cambiado.
En opinión de BlackRock, el crecimiento continuará y estará encabezado por Estados Unidos, que contagiará positivamente al resto del mundo y apuntalará el crecimiento global, pero en su radar no todo es positivo. “El abanico de posibilidades para las perspectivas económicas se ha ampliado. En el lado negativo: la guerra comercial y los riesgos de sobrecalentamiento. En el lado positivo: las sorpresas positivas de los estímulos en Estados Unidos. Esta mayor incertidumbre —junto con la subida de los tipos de interés — ha contribuido al endurecimiento de las condiciones financieras y justifica la estructuración de carteras con mayor resistencia. La apreciación de dólar ejerce presión sobre las compañías que se financian en esta divisa, así como sobre los mercados emergentes con un elevado volumen de deuda externa”, explica Richard Turnill, director mundial de estrategia de inversión de BlackRock.
Las gestoras coinciden en señalar que 2018 está siendo un año de transición para la economía global. Según explica el equipo de inversiones de Unigestion, “a partir del período goldilocks que caracterizó gran parte de 2017, hemos pasado a un período de incertidumbre, provocado por la disminución de la flexibilización cuantitativa (QE), el aumento de las presiones inflacionarias y el consiguiente endurecimiento de la política monetaria”.
En su opinión, estamos observando gran crecimiento de las economías desarrolladas por encima del potencial, frente a las emergentes que, a pesar de quedarse por debajo, parece invertirán su tendencia. “En este contexto, la guerra comercial se revela como la fuente de incertidumbre de mayor impacto, bajo previsión de escalada, determinada por la actualidad política y micro efectos adheridos. Un conflicto comercial liderado por Estados Unidos que está debilitando a las economías emergentes ante el aumento del dólar” , sostienen.
Por su parte, Turnill insiste en los riesgos políticos: “Las disputas en el plano comercial suponen un riesgo para la confianza del mercado y el crecimiento. El Gobierno populista de Italia y las tensiones migratorias han aumentado el riesgo de que se produzca una ruptura de la Unión Europea, aunque creemos que la zona del euro saldrá del paso este año”.
Posicionar la cartera
Con este cambio de entorno, las gestoras han ajustado sus carteras y se centran en buscar oportunidades que surjan en este cambio de ciclo. La renta fija seguirá siendo todo un reto para los gestores, así como el aumento del apalancamiento de los mercados de deuda corporativa, aunque aún no haya motivos para preocuparse.
Desde BlackRcok continúan priorizando los activos de riesgo, aunque han moderado su postura en vista del frágil equilibrio entre el aumento de incertidumbre en el plano macroeconómico y la solidez de los beneficios empresariales. “Priorizamos la renta variable estadounidense frente a otras regiones. Seguimos creyendo que la renta variable momentum registrará un mejor comportamiento y priorizamos exposiciones centradas en la calidad frente al valor. En renta fija, nos decantamos por bonos de vencimientos cortos en Estados Unidos, y en el segmento de deuda corporativa, adoptamos una postura más orientada a los títulos de mayor calidad. El aumento de las primas de riesgo ha generado valor en algunos activos de los mercados emergentes. Nos gustan ciertos activos determinados en los segmentos de capital privado y de activos reales de cara a diversificar las carteras. Creemos que la inversión sostenible brinda protección a largo plazo en las carteras”, afirma Turnill.
Por su parte, desde Unigestion considera que el entorno actual exige una planificación estratégica cautelosa. Apuestan por la renta variable pero con coberturas ante los riesgos políticos y comerciales.
Para Antonio Ruggeri, experto en crédito europeo de SYZ Asset Management, el segundo semestre puede ser una gran oportunidad para mirar con interés los bonos corporativos y financieros denominados en euros. “Desde una perspectiva top down, consideramos que el crédito de grado de inversión es un componente estructural de las carteras de renta fija, ya que a medio plazo muestra una menor volatilidad y mejores rendimientos que los bonos soberanos. El actual mínimo a un año en los tipos y los máximos a un año en los diferenciales sugieren que es un buen momento para añadir exposición”, explica Ruggeri.
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. Bonos convertibles: una puerta a la inversión en renta fija y variable
Los bonos convertibles son una forma de financiación que permite a los inversores comenzar como prestamistas y, potencialmente, terminar como accionistas gracias a la opción de conversión. Estos activos son cada vez más importantes en la asignación de las carteras de inversores institucionales.
En promedio, durante los últimos 10 años el rendimiento de los bonos convertibles ha superado ligeramente a las acciones internacionales con menos volatilidad gracias a su naturaleza flexible. De hecho, los bonos convertibles generalmente tienen características similares a los bonos en entornos correctivos de renta variable, y propiedades similares a las acciones en el contexto de subida de las bolsas, todo gracias a su convexidad.
Gracias a esta propiedad, cuando el precio de las acciones subyacentes se acerca al precio de conversión, el bono convertible ofrece una exposición equilibrada o «mixta» al riesgo de crédito y de capital. Cuando la acción está por debajo del valor de conversión, el bono convertible se comporta como un bono con un riesgo de tasas de interés y crédito. Sin embargo, la tasa de interés y la sensibilidad crediticia son más bajas que las de un bono tradicional debido a su perfil mixto.
Los retornos y la volatilidad anualizados de las distintas clases de activos observadas en los últimos cinco y diez años parecen respaldar esta teoría de la convexidad. Durante estos dos períodos de observación, los bonos convertibles internacionales mostraron, en promedio, una volatilidad más baja que las acciones internacionales. En términos de rendimiento, los bonos convertibles han captado parte del repunte del mercado de acciones de los últimos cinco años y han superado a los mercados de acciones en los últimos diez. Aunque los bonos convertibles internacionales han experimentado una mayor volatilidad en comparación con los bonos tradicionales, han compensado esta desventaja con mayores rendimientos en los últimos cinco años.
El universo de bonos convertibles internacionales está formado en la actualidad por aproximadamente 1.000 activos valorados entre 400.000 millones y 500.000 millones de dólares y emitidos principalmente en los Estados Unidos y Europa. Creemos que la gestión activa es clave para identificar los bonos con sólidos fundamentos y retornos atractivos. El análisis fundamental bottom-up es particularmente esencial para detectar oportunidades de inversión en valores que no están presentes en los índices de referencia.
El interés y la antigüedad de un bono convertible son especialmente importantes para los inversores con restricciones de pasivo (más del 80% de todos los bonos convertibles son deuda senior no garantizada). Más de dos tercios de los bonos convertibles pertenece a la categoría de high yield o sin calificación, donde el potencial de apreciación es más fuerte, siempre que sea selectivo. Además, la opción de conversión a acciones ofrece un potencial de subida mayor que el de un bono tradicional.
Para determinar su relevancia para el inversor, la obligación de conversión debe analizarse en el contexto de un mercado específico. Este análisis requiere competencia y experiencia porque involucra análisis técnicos, fundamentales y tácticos. Si se hacen bien, los beneficios para el inversor pueden ser sustanciales.
Tribuna de Arnaud Brillois, gestor de Lazard Asset Management.
Pixabay CC0 Public DomainQuangpraha. Los cinco valores asiáticos favoritos de Kames Capital para la generación de rentas
Aunque, tradicionalmente, los fondos globales con objetivo de generación de rentas mantenían una exposición limitada a Asia, la situación ha cambiado en los últimos años. Como explican desde Kames Capital, Asia continúa fortaleciendo su presencia en los índices mundiales como reflejo del hecho de que la mayoría de la población mundial vive en ese continente y de que las economías asiáticas crecen a un ritmo superior al del resto del mundo.
Además, las empresas asiáticas son ahora más líquidas y están distribuyendo más liquidez entre sus accionistas, lo que las hace más adecuadas para los fondos de rentas. Según Robin Black, gestor adjunto del Kames Global Equity Income Fund, con un 2,6%, la región de Asia Pacífico ofrece una rentabilidad por dividendo más alta que la media mundial, del 2,4%, y muy superior al 1,9% que ofrece el mercado estadounidense.
“Y no solo es que las rentabilidades sean superiores sino que, además, los dividendos están creciendo más rápidamente, lo que se debe en parte a un cambio de actitud pero también refleja la capacidad de generación de caja de algunas de las empresas de mayor éxito de Asia”, añade.
Black se centra en identificar empresas rentables con balances solventes y flujos de caja sostenibles que se muestren dispuestas a distribuir la liquidez adicional entre sus accionistas. “El fondo ya está más invertido en Asia (excluido Japón) que en Europa (excluido Reino Unido) y es inevitable que la región siga ganando importancia entre los inversores con objetivo de generación de rentas”, afirma.
Según Black, estos son los cinco valores asiáticos que ofrecen las rentabilidades más atractivas que las del mercado estadounidense.
TSMC: “El gigante tecnológico taiwanés, que lleva en cartera desde que lanzamos el fondo hace más de cinco años, es líder mundial en la fabricación de semiconductores. La empresa está expuesta a diversos sectores de crecimiento como la inteligencia artificial, el almacenamiento de datos o las criptomonedas, que representan sólidos factores de impulso para su negocio. El liderazgo tecnológico de TSMC en comparación con su competencia es indiscutible: fabrican más semiconductores, de forma más consistente y con mayor precisión que nadie; por eso son el proveedor principal de empresas como Apple”, explica.
Macquarie Group: según Black, “una de las características más interesantes de la australiana Macquarie es cómo ha reorientado su modelo de negocio. Nunca habríamos invertido en una empresa como Macquarie hace diez años, ya que el valor era demasiado cíclico y se movía al ritmo de factores externos. En la actualidad, la mayor parte de su negocio sigue un modelo de anualidades (por ejemplo, tienen una fuerte presencia en infraestructuras), por lo que los beneficios de la empresa son mucho más estables”.
PTT: El conglomerado petrolero tailandés PTT es una posición menos habitual en un fondo de rentas global. “Se considera una empresa estrechamente vinculada al gobierno, algo que puede ser un arma de doble filo. No obstante, el descuento que le atribuyó el mercado por este motivo resultaba desproporcionado, lo que nos permitió explotar las anomalías en la valoración. Nos gusta su modelo integrado, ya que se dedica a la extracción de gas y petróleo pero también al refinado y la producción de petroquímicos, y además comercializa los productos”, sostiene.
Anta: Black valora que la empresa china de ropa de deporte Anta ofrece una buena vía de acceso. “En un país que ha tardado en desarrollar marcas nacionales creíbles de alcance mundial, resulta refrescante ver que empresas como Anta le están plantando cara a gigantes como Nike o Adidas con gran éxito, lo que les ha permitido duplicar su dividendo en los dos últimos años”, añade.
DBS: “El banco singapurense DBS se considera una de las entidades financieras más seguras y estables de la región: está bien capitalizado, cuenta con numerosas fuentes de ingresos y distribuye un 50% de sus beneficios entre sus accionistas. A menudo, la clave para invertir en Asia está en evitar las trampas por lo que, aunque la cartera de préstamos de DBS crece a un ritmo más lento que las de los bancos de China, la India y el sudeste asiático, nosotros lo consideramos algo positivo”, argumenta en último lugar.