. Urban View Development Spain Socimi comienza a cotizar en el MAB
El Consejo de Administración del MAB ha aprobado la incorporación de la compañía Urban View Development Spain Socimi tras analizar la información presentada por la empresa y una vez emitido el informe de evaluación favorable del Comité de Coordinación e Incorporaciones.
El inicio de la negociación de la sociedad tendrá lugar el viernes, 25 de enero.
El código de negociación de la compañía será “YUVS”. Renta 4 Corporate es el asesor registrado de la compañía y Renta 4 Banco actuará como proveedor de liquidez.
El Consejo de Administración de la sociedad ha fijado un valor de referencia para cada una de sus acciones de 7,20 euros, lo que supone un valor total de la compañía de 38 millones de euros.
El documento informativo de Urban View Development Spain Socimi se encuentra disponible en la página web del MAB, donde se podrán encontrar todos los datos relativos a la compañía y su negocio.
Wikimedia CommonsCourtesy photo. Juan San Pío Joins Amundi as ETF, Indexing & Smart Beta Sales Director
Amundi anuncia la incorporación de Juan San Pío como director comercial de Amundi ETF, Indexing & Smart Beta para Iberia y Latinoamérica.
Juan San Pío reportará a Marta Marín Romano, directora general de Amundi Iberia; y a Gaëtan Delculée, responsable global de Ventas de Amundi ETF, Indexing & Smart Beta.
Juan San Pío se incorpora a Amundi desde Lyxor, donde era responsable de ETF e Indexados para Iberia y Latinoamérica. En 2008, San Pío se unió a Société Genérale como responsable de ventas institucionales para España.
Entre 2005 y 2008, Juan San Pío trabajó en Santander Asset Management, donde fue director del equipo de redes externas y negocio institucional.
Con anterioridad, San Pío desarrolló su carrera profesional en Morgan Stanley como asesor financiero en el área de banca privada y en Banco Guipuzcoano en Madrid como responsable de Banca Privada.
Es licenciado en Ciencias Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Skitterphoto. Perspectivas 2019: todas las miradas puestas en el comercio
La renta variable ha experimentado un notable deterioro en el transcurso de lo que resultó ser un decepcionante 2018. A pesar de un crecimiento de los beneficios superior al 20% en Estados Unidos (1) (y de en torno al 10% en el resto del mundo desarrollado), el mercado de renta variable estadounidense ha revelado básicamente una trayectoria plana, mientras que otros mercados desarrollados han registrado en general un descenso cercano al 10% en dólares estadounidenses. Esto ha contrarrestado los excelentes resultados observados en 2017.
¿Por qué? En el fondo de estos resultados se encuentran temores a varias cosas: una guerra comercial en toda regla, el repunte de los rendimientos, la desaceleración en China y los mayores riesgos geopolíticos, entre los que se incluyen cuestiones localizadas, como el rifirrafe por el presupuesto italiano y el Brexit. La conjugación de todos estos factores ha desestabilizado los mercados y ha provocado el retroceso de la renta variable.
Si alguno de estos acontecimientos se materializara finalmente, pondría en peligro nuestras expectativas de crecimiento para 2019-2020, apuntando a que una situación de final del ciclo, plenamente compatible con la caída de la renta variable. No obstante, todo esto nos lleva a formularnos el principal interrogante: ¿qué creemos en realidad que ocurrirá en 2019?
Desmontando los factores del miedo:
Comercio
El comercio se perfila como la principal de nuestras preocupaciones, y guarda una estrecha relación con el resto de los factores. Si se resuelve la actual pugna comercial, la perspectiva general mostrará un tono más positivo, y viceversa. El peor de los escenarios sería una continua escalada y ampliación de los aranceles, y no cabe duda de que los mercados están descontando un desenlace bastante áspero.
En todo caso, ¿es lo que sucederá? Resulta inútil realizar predicciones con una personalidad tan volátil al frente de la Casa Blanca. Sin embargo, el presidente Trump ya ha sugerido en el pasado que preferiría no aplicar aranceles, o hacerlo en una medida reducida, antes que incrementarlos, aunque sus medios para lograr un acuerdo satisfactorio para Estados Unidos se han basado en las amenazas, táctica que ha aplicado con consecuencias muy reales. Ahora bien, tal y como sucedió con la reactivación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), un acuerdo de última hora rubricado por Estados Unidos, México y Canadá para crear el denominado «T-MEC» (USMCA, por sus siglas en inglés), cuando nadie lo veía posible, sigue siendo muy factible que se llegue a una resolución similar con China y otras naciones.
Somos conscientes de que los comicios presidenciales en Estados Unidos tendrán lugar a finales de 2020 y de que Trump no querrá arriesgarse a una ralentización o una recesión económica acusada cuando esté encarando el ciclo electoral. Esto no significa que Trump tenga que resolver los enfrentamientos comerciales de forma inmediata, pero tal vez deba garantizar que la situación no empeora durante 2019.
Nuestro escenario base asigna menores probabilidades al peor de los escenarios posibles, y asume que es probable una solución rápida, si bien ponerle una fecha determinada es difícil.
Tipos de interés
Los rendimientos de los bonos en EE.UU. subieron hasta cotas superiores al 3% este año, y el miedo en este aspecto radica en que presenciaremos nuevas subidas en 2019 (2). Los estímulos fiscales que se aprobaron en Estados Unidos a finales de 2017 y se implementaron este año (en un momento del ciclo en el que no se requiere un empujón adicional) implicarían que todavía hay un margen de subida en los rendimientos.
Esta medida debería ser inflacionista, especialmente si se aúna a una cifra de desempleo en Estados Unidos en mínimos de 49 años (2), lo que podría derivar en la demanda de mayores salarios y un repunte de la inflación. De hecho, ya estamos siendo testigos de aumentos salariales en Estados Unidos y Japón. Sin embargo, todos los demás factores de miedo están operando de freno en la economía, lo que unido a los problemas estructurales como el envejecimiento de la población, la tecnología y la disrupción, han hecho que los rendimientos no hayan fluctuado en la dirección que habríamos esperado.
De resolverse los conflictos en torno al comercio, las perspectivas de un crecimiento más sólido podrían hacernos temer un ligero repunte en el rendimiento de los bonos a lo largo de los próximos doce meses, pero en caso de no hallarse una resolución, descartaríamos sinceramente que los tipos suban.
China y los mercados emergentes
Los rifirrafes comerciales han desembocado en una desaceleración en ciertos ámbitos de la economía basada en el consumo de China, si bien seguimos apreciando un crecimiento bastante robusto. El Gobierno del gigante asiático ha inyectado estímulos fiscales en cierta medida, aunque estos tienen como objetivo sostener la economía más que imprimirle una quinta velocidad. En el caso de resolverse los problemas comerciales, cabría esperar otro periodo de endurecimiento en China o, al menos, una reversión de los estímulos. No obstante, si persistiese el conflicto, es de esperar una continua relajación para apuntalar la situación. En todo caso, somos de la opinión de que, aunque tendrá repercusiones, esto no desestabilizará de manera notable la economía mundial en este preciso momento.
Los mercados emergentes en especial se han visto castigados durante el pasado año. Esto se debe en parte a la fortaleza del dólar estadounidense, si bien esto podría estar quedando atrás a medida que los efectos de los estímulos fiscales de Trump se desvanecen, lo que volverá a beneficiar a la renta variable de los mercados emergentes en general de cara al futuro.
Geopolítica
Estamos atravesando un periodo en el que varios países tienen a líderes dominantes al frente de su jefatura: desde Trump a Vladimir Putin, pasando por Xi Jinping e incluso Shinzo Abe muestran tendencias más nacionalistas. Cuando se tienen líderes fuertes que persiguen lograr sus objetivos a base de amenazas, las tensiones aumentan de forma inevitable, y cobra sentido que exista una prima de riesgo de renta variable más elevada como consecuencia de esto.
Ahora bien, insistimos en que una resolución de los problemas comerciales liberaría a buen seguro algunas de estas tensiones. No obstante, sigue siendo muy posible que emerjan otros problemas imprevistos a lo largo del próximo año, que podrían proceder desde ámbitos como la ciberseguridad o unas elecciones disruptivas, lo que vendría a agravar aún más las tensiones entre los países.
En el Viejo Continente, hay dos problemas en particular que siguen latentes y que podrían desestabilizar los mercados, aunque no en la misma proporción que una guerra comercial a nivel global. En Italia, el conflicto en torno al presupuesto podría intensificarse, aunque sería innecesario llegar a este punto en nuestra opinión, puesto que los márgenes sobre los que discrepan Italia y la Comisión Europea son nimios. Mientras tanto, el Brexit es una decisión «enmadejada». En otras palabras, hay un amplio abanico de desenlaces y posibles finales en esta historia. Pero, en general, creo sinceramente que no se trata de un problema global, sino de un bache para Europa y un problema para el Reino Unido. No obstante, podría deparar resultados perjudiciales a escala local.
La síntesis de todos los miedos
Teniendo en cuenta todos estos factores, el tema común que seguiremos más de cerca en 2019 es el del comercio. Consideramos que una mejora en esta área podría resultar muy positiva para los mercados de renta variable. Ahora bien si, por el contrario, la situación comercial empeora, arrastrará consigo a los mercados y el panorama mundial se deteriorará.
Aunque nuestra hipótesis central es que nos hallamos en una fase avanzada del ciclo, no creemos que el final de dicho ciclo se encuentre a la vuelta de la esquina. Admitimos que el crecimiento ha sido bajo en Europa y en Japón en este ciclo, y pese a que ha sido un poco más elevado en Estados Unidos, nos resistimos a decir que hemos tocado techo teniendo en cuenta los comicios que se celebrarán en 2020 y el hecho de que al presidente le interesa entrar en ese ciclo electoral con el país norteamericano en un periodo de crecimiento.
Si los conflictos comerciales se gestionan de una manera que se evite el peor de los escenarios —y sin lugar a dudas está en manos de los líderes mundiales aportar una solución—, las perspectivas para 2019 podrían revelarse más benévolas y podrían desembocar en unas rentabilidades positivas para los mercados de renta variable.
Columna de William Davies, director global de renta variable para EMEA en Columbia Threadneedle.
(1) FT.com, US 10-year bond yield hits 3% ahead of Fed decision, 1 de agosto de 2018
(2) BBC, US jobless rate hits 49-year low of 3.7%, 5 de octubre 2018
Foto cedidaEdouard Carmignac. Edouard Carmignac Leaves his Company's Day-to-Day Operations
El fundador y presidente de la conocida gestora Carmignac, Edouard Carmignac, ha anunciado que se retira de la gestión de su fondo insignia Patrimoine tras 29 años de actividad. La gestión del fondo de 16.000 millones de dólares quedará en manos de Rose Ouahba, directora de renta fija y David Older, director de renta variable, como cogestores.
Su salida parece que responde a un plan de sucesión que se inició el pasado mes de septiembre cuando cedió la gestión del fondo Investissement, de 3.000 millones de dólares, a David Older, actual responsable de renta variable, y fue nombrado gestor del Fondo Carmignac Investissement y cogestor del Fondo Carmignac Patrimoine, tarea que desempeñará junto con Rose Ouahba, directora de renta fija y cogestora del fondo Patrimoine desde 2007. La salida de Edouard Carmignac no supondrá cambios en la filosofía de inversión del fondo, según ha querido destacar la gestora.
Carmignac seguirá vinculado a la compañía como CIO (Chief Investment Officer) y como miembro de comité de estrategia de inversiones. «Este comité, compuesto por los cinco miembros con mayor experiencia del equipo de inversión, contribuirá a la identificación de convicciones inequívocas y estratégicas a largo plazo, cimentadas sobre nuestros análisis macroeconómicos, en todas las clases de activos y para todos nuestros fondos», explica la gestora.
Sobre estos cambios, Carmignac ha declarado que “ treinta años después de la creación de Carmignac, me complace confiar a Rose y David la gestión de Carmignac Patrimoine. Asimismo, me enorgullece haber logrado constituir un equipo de inversión que destaca por su experiencia, su talento y su gran capacidad para apoyarles en la gestión de nuestro fondo estrella”.
“Estoy encantado de seguir gestionando nuestro fondo insignia en colaboración con Rose y asumo plenamente este papel clave con el objetivo de reforzar la generación de alfa y prestar una atención especial a la gestión del riesgo en este complejo contexto internacional”, declara David Older, responsable de renta variable.
Guillermo Hermida estará al frente de la nueva división de Inversiones y Jorge Colomer dirigirá la nueva Dirección de Products & Services. Fotos cedidas. CaixaBank Asset Management crea dos nuevas direcciones para potenciar la visión global en la estrategia de inversiones
CaixaBank Asset Management, la mayor gestora de España, ha creado una nueva Dirección de Inversiones para el mercado ibérico que agrupará la actividad en Estrategia de Inversión, Asset Allocation, Inversión Socialmente Responsable e Innovación en España y Portugal. Al frente de la misma, la gestora sitúa a Guillermo Hermida Lazcano, hasta ahora director general de Inversiones en España, cuyo cargo pasa a ser Chief Investment Officer Iberia.
Con la nueva área, CaixaBank AM quiere articular su actividad en estrategia de inversión desde un punto de vista global, que involucre bajo una misma perspectiva a los equipos de España y Portugal.
Guillermo Hermida se incorporó en 2005 a CaixaBank AM como máximo responsable de inversiones, tras su paso como responsable de renta variable europea en la gestora del Banco Santander y, anteriormente, como especialista del departamento de brokeraje y trading de posición propia de BBVA. Hermida es licenciado en Economía por la Universidad de Santiago de Compostela y Diplomado en Hautes Études Européennes por el College d’Europe de Brujas (Bélgica).
Nueva Dirección de Área de Products & Services
Asimismo, con el objetivo de potenciar la independencia entre las decisiones estratégicas y su aplicación en productos, CaixaBank AM ha creado una nueva Dirección de Products & Services, que estará liderada por Jorge Colomer García, con el cargo de Chief of Products & Services Officer. Colomer era hasta ahora director de la división de Investment Solutions.
Jorge Colomer posee una amplia experiencia como directivo en entidades de la gestión de inversiones. Se incorporó a CaixaBank en 2017 como director de Investment Solutions, cargo desde el que ha sido responsable de coordinar soluciones de inversión de CaixaBank AM para los clientes de Banca Privada y Banca Premier de CaixaBank. Anteriormente, Colomer había desempeñado responsabilidades directivas en UBS, Banco Sabadell y Banco Santander.
Guillermo Hermida y Jorge Colomer reportan a la dirección general de CaixaBank AM y son miembros del comité de dirección de la gestora.
CaixaBank Asset Management es la gestora líder en España, con más de 49.000 millones de euros bajo gestión y asesoramiento y una cuota de mercado del 17,01% en fondos de inversión. Ocupa la primera posición del ranking, tanto por patrimonio como por número de partícipes.
CaixaBank Asset Management, filial 100% de CaixaBank, dispone de una plantilla de más de 185 profesionales con un equipo de más de 66 gestores dedicados exclusivamente a analizar e identificar oportunidades de inversión. La gestora diseña y gestiona productos que cubren las expectativas de rentabilidad del cliente, en función del riesgo asumido, dando simplicidad y transparencia a la gestión. La actuación estratégica de CaixaBank Asset Management se sustenta en sus valores identificativos y convicciones, características también de su matriz, CaixaBank: la creación de valor añadido para el cliente, calidad de producto, cercanía, transparencia, flexibilidad, responsabilidad, eficiencia y seguridad.
Foto: blickpixel. Lecciones y límites de las políticas monetarias
Decir que los banqueros centrales han pasado de “héroes a ceros” puede sonar algo fuerte, pero el aura de inviolabilidad de la que una vez disfrutaron ya es definitivamente cosa del pasado. Antes de 2008 los bancos centrales eran los campeones indiscutibles de la Gran Moderación. Habían anclado firmemente sus expectativas de inflación a sus objetivos inflacionarios, lo que les dio un amplio margen para reducir la volatilidad del ciclo económico. No es de extrañar que los mercados financieros, a los que les encanta un entorno de alta rentabilidad y bajo riesgo, se convirtiesen en sus mayores “cheerleaders”. El hecho de que Alan Greenspan pudiese cortar de raíz el riesgo de una crisis financiera en más de una ocasión no hizo más que sumar a ese entusiasmo. Cuando el mundo estaba al borde del colapso financiero en 2008, los banqueros centrales volvieron a evitar el desastre.
Sin embargo, no pudieron evitar recuperaciones lentas y dolorosas en los mercados desarrollados ni varios periodos en los que la divergencia entre los desarrollados y los emergentes desencadenó un ligero bache global. Es más, para alcanzar estos magros resultados, los bancos centrales tuvieron que aventurarse a entrar en un territorio inusual empujando los tipos de interés a corto plazo por debajo de cero, aplanando las curvas de mercado y eliminando las primas. Todo ello llevó a algunos expertos a preguntarse si esta situación iba a conllevar un mayor riesgo de una asignación inadecuada en los mercados y de otros efectos secundarios adversos.
Al nivel más elemental, todas estas acusaciones pueden remitirse a dos cuestiones básicas: o bien hay muchas expectativas en torno a las políticas monetarias, o bien estas se encuentran sobrecargadas porque otros actores no han estado a la altura de sus responsabilidades. Un ejemplo del primer caso es el requisito de que las políticas monetarias deben buscar la estabilidad financiera junto a la estabilidad de precios. Al final, su labor consiste en generar una senda de crecimiento estable y predecible para el PIB nominal que pueda servir de referencia para las decisiones del sector privado. Bajo la premisa de que las políticas monetarias no pueden afectar de forma sistemática a la economía real (lo que podría discutirse), todo se reduce a aportar una inflación estable y ajustada a los objetivos. Como los activos financieros son un reclamo hacia los ingresos nominales futuros (o PIB), esta también es la mejor manera para que la política monetaria promueva la estabilidad financiera. Cualquier esfuerzo adicional para prevenir una burbuja del precio de los activos puede resultar contraproducente porque puede empujar a la baja el camino del PIB nominal de forma permanente y/o hacerlo más volátil. Por ello, para alcanzar la estabilidad financiera necesitamos un instrumento adicional con características más prudentes a nivel macroeconómico.
Durante los últimos 10 años, las políticas monetarias en Estados Unidos y la Eurozona han estado claramente sobrecargadas. Hasta cierto punto, la culpable en ambos casos podría ser la política fiscal. Tras el impulso inicial en 2009-2010, en los años posteriores, la política fiscal estadounidense se volvió considerablemente restrictiva debido a las peleas fiscales entre la mayoría republicana en el Congreso y la Administración de Barack Obama. Este endurecimiento tuvo lugar en un contexto de alta inactividad y ralentizó la expansión de forma considerable. Como respuesta ante los riesgos inherentes de caídas en la inflación, la Fed fue forzada a adentrarse en territorio extraño a través de un mayor aumento en el balance y manteniendo los tipos bajos durante más tiempo.
Suele debatirse que estas políticas generaron efectos secundarios negativos en forma de una búsqueda excesiva de rendimiento y una caída en la rentabilidad de los fondos financieros y de pensiones. Aunque esto puede ser cierto, debe compararse con el riesgo de que una postura más estricta en las políticas empuja el camino del PIB permanentemente hacia abajo.
En los últimos años, la política fiscal ha dificultado una vez más el trabajo de la Fed al darle a la economía estadounidense un gran impulso cuando ya se encontraba en terreno de sobrecalentamiento. Las políticas proteccionistas de Trump dañaron más esta lesión fiscal. Durante gran parte de 2018, esta mezcla forzó a la Fed a ser más dura de lo que lo habría sido, ya que la economía crecía bien, por encima de su potencial, y al mismo tiempo se relajaban las condiciones financieras. Aun así, la mezcla de unos costes de financiación del dólar altos con el proteccionismo demostró ser un gran obstáculo para el espacio de los mercados emergentes y, como consecuencia, para el comercio global. A finales de año, esto desató un fuerte aumento en la aversión al riesgo de los mercados financieros y el presidente Trump eligió culpar a la Fed de esta turbulencia, lo que, por supuesto, solo lo empeoró.
En la Eurozona, el Banco Central Europeo también tuvo que enfrentarse a una política fiscal demasiado estricta durante años y a instituciones fiscales y bancarias incompletas. Esta mezcla fue en gran parte responsable de la segunda parte de la recesión de la Eurozona en 2011-2013. Si se hubiesen evitado los errores en las políticas que llevaron a la recesión, la inflación, la rentabilidad de los bonos y la tasa de interés del BCE podrían ser más altos de lo que lo son hoy en día. Además, el BCE ha tenido que compensar la falta de mecanismos fiscales y bancarios para compartir riesgos aportándolos por la puerta de atrás en la forma de herramientas como las operaciones monetarias de compraventa (OMC) o la expansión cuantitativa (EC). Algunos expertos dicen que, al hacer esto, el BCE podría haber beneficiado a derrochadores soberanos periféricos al castigar a los principales ahorradores con la bajada de tipos, lo que podría haber impulsado el populismo. Nosotros creemos que los ahorradores tendrían que echarse la culpa a sí mismos y a sus propios políticos por los tipos bajos.
Es más, si el BCE no hubiese intervenido, la Eurozona podría haberse roto, en cuyo caso podríamos haber visto una cara mucho más desagradable del populismo. Esto no quita el hecho de que sería altamente deseable que otros actores encargados de articular las políticas en la Eurozona empezasen a estar a la altura de sus responsabilidades, en concreto, a la hora de generar un marco institucional sólido para que la unión monetaria continúe con reformas estructurales que hagan que las economías individuales sean más flexibles.
Antes de 2008, muchos países creían que habían encontrado el santo grial de la articulación de políticas monetarias al hacer que los bancos centrales fuesen independientes y encargarles la gestión del ciclo económico. La lección más importante que hemos aprendido en la última década es que las políticas monetarias no funcionan en el vacío. Su éxito depende mucho de que otros actores se involucren en el proceso. Por ello, lo deseable es que exista una coordinación entre las políticas monetarias, fiscales y estructurales.
Tribuna de Valentijn van Nieuwenhuijzen, jefe de inversiones en NN Investment Partners, y Willem Verhagen, economista senior
Pixabay CC0 Public DomainTBIT. ¿Podrá el BCE subir los tipos en un futuro cercano?
Mirar, observar y esperar: esa es la principal conclusión que las gestoras creen que saldrá de la reunión de hoy del Banco Central Europeo. En general, las casas de inversión consideran que esta reunión no tendrá ningún impacto significativo en el mercado y solo debería confirmar las expectativas que los inversores ya tienen en gran medida: habrá que esperar para ver subidas.
El motivo de seguir en espera es que la institución no quiere precipitarse con una subida de tipos que dañe la recuperación económica de la zona euro. La realidad es que desde su última reunión el pasado 13 de diciembre, los datos económicos clave de la eurozona se han debilitado más.
“Es probable que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, reconozca la desaceleración en el crecimiento de la zona euro. Por otro lado, el crecimiento salarial se ha recuperado, el desempleo ha caído a su nivel más bajo desde octubre de 2008 y la política fiscal se ha vuelto más expansiva. Sin embargo, dadas las incertidumbres que se avecinan, como el Brexit y la guerra comercial, esperamos que el BCE permanezca en modo de espera y vigilancia, y aplace cualquier decisión sobre el cambio a la política de normalización, si correspondiese, hasta la reunión del 7 de marzo”, señala Aneeka Gupta, analista de WisdomTree.
Misma opinión comparte Franck Dixmier, director global de renta fija en Allianz Global Investors, quien considera que “la normalización gradual de la política monetaria del Banco Central Europeo debería continuar, pero la desaceleración económica en la zona euro probablemente retrasará la subida de tipos, y la ventana de oportunidad se está volviendo cada vez más pequeña”.
Para Philipp Vorndran, estratega de mercados de Flossbach Von Storch, el BCE priorizará no solo no dañar la economía de lo países de la Unión Europea, sino salvar de la quiebra a sus estados. “El BCE es capaz de mantener bajos los tipos de interés, lo que retrasaría la quiebra de los estados al reducirse artificialmente los costes de refinanciamiento y, por lo tanto, otorgar a la zona euro cada vez más tiempo. Además, sus recursos son limitados. Puede ayudar a los políticos, pero no puede reemplazarlos a largo plazo. Por otra parte, no se impondrán a las personas reformas estructurales dolorosas, que serían absolutamente necesario hacer que el euro sea resistente a la intemperie a largo plazo”, argumenta Vorndran. Por eso considera que en algún momento tendrá que llegar una política fiscal expansiva con paquetes de estímulos económicos, recortes de impuestos o subsidios, generando cierto efecto inflacionario.
¿Podrá el BCE subir los tipos?
Según el análisis de Dixmier, los inversores dudan y han empujado sus expectativas de un primer aumento en el tipo de depósito hasta la segunda mitad de 2020. La ventana de la oportunidad se está volviendo cada vez más estrecha: el BCE difícilmente puede actuar en un contexto de desaceleración económica, pero al esperar demasiado, podría enfrentarse a otros vientos en contra porque la Fed podría bajar tipos en 2020, tal como lo anticiparon los mercados hace unos días.
Desde BofA Merrill Lynch Global Research no esperan pasos “drásticos” por parte de Draghi esta semana, aparte de reconocer que el balance de riesgos se ha desplazado a la baja y establecer con cautela el terreno para algunos «edulcorantes» en marzo. “Creemos que los inversores ya esperan un tono moderado, lo que sugiere un impacto limitado en el mercado. En caso de que el BCE cambie el balance de riesgos, es probable que cualquier incremento inicial sea limitado. Tampoco esperaríamos un impacto sostenido en el euro tras la reunión. Seguimos siendo constructivos con el euro a medio plazo, pero esto se debe principalmente a nuestra visión bajista del dólar y está sujeto a una serie de riesgos”, apuntan desde la entidad.
“Los recientes datos de debilidad económica publicados en Europa podrían obligar al BCE a modificar su discurso, aunque creemos que en la reunión de este jueves quizás sea prematuro. En el mercado se rumorea incluso la posibilidad de que se puedan realizar nuevos programas de estímulo, aunque probablemente no se producirá ningún anuncio oficial hasta dentro de unos meses”, añade Juan Ramón Casanovas, Head of Private Portfolio en Bank Degroof Petercam Spain.
Después de finalizar sus compras de activos a gran escala a fines de 2018, el BCE ya señaló que ahora está evaluando cómo la economía de la eurozona asimila este cambio en la política monetaria. “La segunda posición de mayor liquidez en el balance del BCE son las operaciones de financiación a largo plazo (LTRO). La última operación se realizó en marzo de 2017 y tiene una duración de cuatro años. Existe una alta probabilidad de que el BCE también pueda comenzar a discutir el relanzamiento de las operaciones de refinanciación a largo plazo (TLTRO). Las TLTRO actuales vencerán en 2020, lo que podría contribuir a condiciones más estrictas de préstamo bancario antes de la expiración. El debilitamiento de las perspectivas cíclicas para la eurozona y la actual perspectiva de inflación benigna defienden los nuevos TLTRO para evitar la impresión de que el BCE pretende avanzar hacia un ajuste cuantitativo o alejarse del generoso suministro de liquidez”, explica David Kohl, Chief Currency Strategist de Julius Baer.
Según los analistas de Monex Europe, el BCE corre el riesgo de caer en una desaceleración en la zona euro sin tener la munición monetaria para estimular la economía. Según matiza Bart Hordijk, analista de Monex Europe, este es un riesgo de cola. “Las posibilidades de una recesión en la zona euro en los próximos dos años algo que podemos empezar a considerar, pero lo importante es que si ocurre, par entonces, el BCE habrá movido muy poco los tipos de interés. El debate actual sobre una posible reactivación de las operaciones de refinanciación a largo plazo es el ejemplo de que el BCE esté pensando en aflojar las políticas monetarias. En este momento, los mercados esperan un BCE moderado, pero tal vez incluso las expectativas actuales no sean lo suficientemente dóciles”.
Foto cedidaMerrick Styles, gestor sénior en su equipo de multiactivos de Schroders. . Merrick Styles se une al equipo de multiactivos de Schroders como gestor senior
Schroders ha anunciado la incorporación de Merrick Styles, como gestor senior, al equipo de multiactivos de la gestora. Styles se incorpora como gestor de fondos especializado en inversión en multiactivos y su actividad se centrará en la gama de fondos de crecimiento diversificado de Schroders.
Con esta incorporación, Schroders fortalece su equipo de multiactivos, que lleva más de una década ofreciendo soluciones de inversión. Styles se une como experto y su objetivo es seguir trabajando por ofrecer rendimientos estables ante cualquier condición del mercado. Además, Styles reportará a Johanna Kyrklund, responsable global de Inversiones Multiactivo de Schroders
Merrick se une a Schroders desde Barings, donde ha sido gestor de carteras del equipo de multiactivos y presidente del grupo de asignación de activos. Antes de trabajar en Barings, pasó diez años en Amundi como co-director de inversiones. De su carrera profesional, Schroders valora la experiencia que tienen Styles en la gestión de renta variable, bonos, crédito, divisas y activos alternativos tanto en mercado desarrollados como en emergentes.
“La llegada de Merrick reforzará aún más el equipo de multiactivos de la firma, que tiene una fuerte cultura de equipo y un sólido proceso de inversión. Merrick es un experto en invertir en multiactivos y además cuenta con una larga experiencia como gestor de carteras, por lo que reúne todas las características necesaria para poder ofrecer rendimiento ante cualquier situación de mercado”, ha destacado Johanna Kyrklund, directora global de inversiones multiactivo de Schroders.
Pixabay CC0 Public Domain. Allianz GI amplía su equipo de crédito privado europeo con la incorporación de Adrian Grammerstorf
Allianz GI sigue trabajando por hacer crecer su plataforma de deuda privada global. Tras anunciar en noviembre que se lanzaba al mercado de crédito privado asiático, estableciendo como base Singapur, ahora ha anunciado una nueva incorporación para su equipo de crédito en Múnich.
Adrian Grammerstorf se une al equipo que la gestora tiene en Múnich y que actualmente está en proceso de crecimiento. Grammerstorf procede de UniCredit y cuenta con quince años de experiencia en deuda del mercado medio. Desde su nuevo puesto, será el responsable de desarrollar la actividad de inversión de deuda privada del mercado medio de Allianz GI para Alemania, Austria y Suiza. Reportará directamente a Damien Guichard, jefe de crédito privado europeo en Allianz GI, y trabajará con Alexander Ball y con las nuevas incorporaciones del equipo que la gestora tiene previsto ir haciendo.
A raíz de este anuncio, Deborah Zurkow, directora global de alternativos de Allianz Global Investors, ha señalado que “entendemos lo importante que es tener capacidades locales en el espacio de la deuda privada del mercado medio. La incorporación de un empleado senior a nuestro equipo en Alemania proporciona a nuestros clientes una experiencia adicional sobre el terreno, en uno de los mercados de deuda privada más grandes y de mayor crecimiento en Europa».
Desde la gestora explican que este equipo se centrará en estrategias de deuda senior para empresas medianas, con el objetivo de proporcionar rendimientos extra a lo largo del ciclo de crédito y permitir a los inversores que diversifiquen más aún su cartera.
Allianz GI cuenta con un amplio equipo de crédito privado europeo que, además de ir creciendo en número de personas, busca beneficiarse de la experiencia de otras estrategias y equipos de la gestora, en particular de alternativos. La gestora explica que las soluciones de alternativos es uno de los cuatro pilares de su plataforma de inversión global, junto con la renta variable, la renta fija y las estrategias multiactivo.
Foto: Paul O’Connor, director del equipo Multiactivos de Janus Henderson / Foto cedida. Brexit: ¿y ahora qué?
Paul O’Connor, director del equipo Multiactivos de Janus Henderson, analiza el enormemente complejo abanico de posibles escenarios del Brexit después de que Theresa May haya sobrevivido como líder de su partido.
Si bien la primera ministra británica puede respirar con alivio sabiendo que no tendrá que hacer frente a otro desafío a su liderazgo durante el próximo año, es improbable que le sirvan de consuelo los acontecimientos de los últimos días o la posición en la que ahora se encuentra.
Sobrevivir a un intento de golpe impulsado por sus propios compañeros difícilmente puede ser causa de celebración, especialmente cuando más de un tercio de los mismos votaron por el cambio.
Además de esto, Theresa May también es consciente de que el reto de conseguir que el Parlamento apruebe su acuerdo para el Brexit, antes de la fecha marcada del 21 de enero, sigue siendo monumental. Tal y como están las cosas, solo puede esperar el apoyo de los 200 diputados que votaron por ella la última vez, lo que significa que más del doble de dicha cifra se oponen al mismo.
Parece más probable que los dirigentes europeos ofrezcan «garantías» en lugar de las modificaciones legalmente vinculantes que pretenden los críticos con el acuerdo. No está en absoluto claro que la May vaya a conseguir concesiones suficientes para cambiar de forma significativa la difícil aritmética parlamentaria a la que debe hacer frente su acuerdo. En líneas generales, la votación ha servido de poco en lo que se refiere a reducir la incertidumbre que rodea al proceso del Brexit. Sigue pareciendo improbable que el Parlamento respalde la propuesta de May en su forma actual y no está en absoluto claro qué ocurriría a continuación si se rechaza su propuesta el año próximo. Para simplificar un abanico de escenarios bastante complicado, Janus Henderson quiere centrarse en los siguientes resultados posibles:
Theresa May cambia de postura en favor de un Brexit más suave, realizando cambios como un compromiso de participación permanente en una unión aduanera, la preferencia del Partido Laborista. El objetivo sería recabar apoyos entre los diferentes partidos para su acuerdo con el fin de superar la división en el Partido Conservador. El camino hacia este resultado implicaría una turbulencia política significativa y posiblemente un retraso en el proceso del brexit.
El Partido Laborista propone una moción de censura al Gobierno, con el objetivo de provocar elecciones generales. Si se celebrase ahora, es probable que el Gobierno de Theresa May sobreviviese, pero los márgenes son escasos y las probabilidades cambiarían si la primera ministra sigue perdiendo apoyo político en los próximos meses.
Aplazamiento del Brexit: si el Parlamento sigue paralizado, es bastante posible que se decidiese aplazarlo, dando lugar a la posibilidad de un segundo referéndum o incluso a un escenario sin Brexit. En la opinión de Janus Henderson, el reciente fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre que Reino Unido puede revocar el artículo 50 de forma unilateral aumentó significativamente las posibilidades de este escenario; una cosa en la que el parlamento parece estar de acuerdo en líneas generales es en evitar un Brexit sin acuerdo.
La última votación no sirvió para aclarar la dirección en la que avanza el proceso. Si bien el abanico de posibles resultados sigue siendo amplio y las predicciones son arriesgadas, los mercados parecen encontrar algún consuelo en la opinión de que la posibilidad de un Brexit sin acuerdo probablemente se ha reducido gracias al fallo del TJUE. Esto explicaría en cierta medida por qué la libra se mostró más sólida de lo que cabría esperar, dado el estado de caos continuo de la política británica.
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