Bonos verdes como alternativa al greenwashing

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Los factores medioambientales, de sostenibilidad y buen gobierno (ESG) se han convertido en una “prueba de higiene” para los inversores institucionales en todo el mundo, según Sacha Bernasconi, gestor de SYZ Asset Management. Sin embargo, asegura que su implantación es demasiado vaga y sus métodos muy variados. En esta nueva “frontera verde”, el riesgo de que las compañías presenten productos o estrategias como sostenibles cuando en realidad, no lo son, expone a los inversores cada vez más al greenwashing.

Mientras que la gran mayoría de las estrategias para la inversión ESG tienen su origen en la renta variable, como la mitigación de riesgos o el enfoque temático, los bonos verdes ofrecen una forma de abordar la rendición de cuentas y el impacto que “no tiene parangón”, asegura Bernasconi. Además, estos activos están más solicitados que nunca. Según los datos de SYZ AM, representaron el 3,8% de la emisión total de bonos en 2019, superando el valor total obtenido en 2018, del 3,2%.

“En este opaco mundo de la inversión responsable se necesitan instrumentos específicos que promuevan un impacto ecológico positivo en áreas claramente definidas”, advierte Bernasconi. Para conseguirlo, el gestor apuesta por los bonos verdes como una alternativa más definida y transparente que las etiquetas ESG y que ofrece a los inversores oportunidades concretas para financiar proyectos ambientales. Además, son emisiones lideradas principalmente por los Bancos Multilaterales de Desarrollo, entre los que destacan el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco Mundial. Asimismo, desde 2014, la Asociación Internacional del Mercado de Capitales actúa como secretaria de los Principios de los Bonos Verdes (GBP) para promover la transparencia y la integridad de este mercado. Como consecuencia, se ha producido un rápido aumento de las emisiones en empresas privadas de todos los sectores, con una alta proporción en servicios públicos y de salud, según SYZ AM.

Para cumplir estos principios, se requieren varios componentes elementales, asegura el gestor. En primer lugar, se requiere un marco que asegure el uso de los ingresos en proyectos ecológicos. Asimismo, es necesario contar con una revisión externa independiente para certificar que la acción está alineada con los principios. Por último, todos los ingresos de los bonos deben destinarse a la inversión en el proyecto ecológico y se debe añadir un informe anual que mida los resultados.

“El impacto tangible de un bono verde es más fácil de medir que cuantificar los efectos de un código de clasificación de letras ESG mezclado”, subraya Bernasconi. Al contar con unos objetivos previamente acordados, la evaluación de los resultados es mucho más sencilla, especialmente en comparación con la puntuación global de una empresa en materia de ESG, dadas las discrepancias entre los registros ESG de las empresas. Además, como los bonos verdes suelen ser pari passu, reciben las mismas calificaciones crediticias que los bonos corporativos de una empresa, ofrecen el mismo perfil de riesgo, rendimiento y liquidez. Por ello, pueden ser comparados con el mercado general de bonos y gozan de una total transparencia. “Por lo tanto, al sustituir parte de una cartera de bonos tradicionales por bonos verdes, los inversores pueden esperar el mismo rendimiento, con un valor medioambiental añadido”, asegura el gestor de SYZ AM.

Por último, Bernasconi apunta al beneficio directo que tienen los bonos verdes sobre el medio ambiente al producir un cambio positivo. Muchos fondos ESG invierten en empresas que ya han logrado un progreso sustancial en estas áreas, pero “al confundir las emisiones absolutas de CO2 de las empresas con la dirección del cambio, los inversores en ESG renuncian a la oportunidad de efectuar cambios en aquellas que tienen mayor impacto”, afirma Bernasconi. Por ello, el gestor aboga por un enfoque en la transición de los rezagados a través de bonos verdes que ayuden a las empresas y gobiernos con registros imperfectos a implementar reformas.

Bernasconi advierte de que la transición a una economía de bajo carbono es “necesaria, ya que el mundo se enfrenta a una crisis climática que está teniendo un impacto sustancial en la economía”. Por ello, si los inversores no apoyan el freno al aumento de las emisiones de carbono, esto “sólo exacerbará el aumento de otros problemas globales, como la pobreza y la sequía”. La inversión en ESG se centra en la mitigación de los riesgos de daños al medio ambiente, pero los bonos verdes se presentan como una forma de transformar los gobiernos y las empresas del mundo para permitir un futuro más verde, según el gestor.

Además, pese a que el mercado global de bonos verdes sigue siendo una pequeña porción del mercado de bonos en circulación, las emisiones de este activo crecen a un ritmo espectacular. “Al realizar un ligero ajuste en su asignación de renta fija, los inversores pueden tener un impacto genuino y transformador en el medio ambiente”, afirma Bernasconi, que destaca la accesibilidad de estos activos ya que muestran las mismas características de inversión que los bonos corporativos normales.

«El cisne verde»: riesgos climáticos dentro de la esfera de estabilidad financiera de los bancos centrales

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Foto cedida. "El cisne verde": riesgos climáticos dentro de la esfera de estabilidad financiera de los bancos centrales

El Banco de Pagos Internacionales (BPI) publica El cisne verde-Bancos centrales y sostenibilidad financiera, un libro que revisa cómo abordar los nuevos riesgos del cambio climático dentro del mandato de estabilidad financiera de los bancos centrales. Los autores de este libro han sido Patrick Bolton, profesor de negocios en la Universidad de Columbia; Morgan Despres, subdirector del Departamento de Estabilidad Financiera del banco de Francia; Luiz Awazu Pereira Da Silva, subdirector general del BIS; Frédéric Samana, director de Inversión Responsable en Amundi; y Romain Svartzman, economista en el Banco de Francia.

No obstante, integrar el análisis de riesgos relacionados con el clima en la monitorización de la estabilidad financiera supone un desafío debido a la incertidumbre radical asociada con el cambio climático: un fenómeno físico, social y económico que cambia constantemente e involucra dinámicas complejas y reacciones en cadena.

Por ello, el libro advierte que las tradicionales evaluaciones de riesgos retrospectivas y los modelos económicos climáticos existentes no pueden anticipar con suficiente precisión la forma que adoptarán los riesgos relacionados con el clima. Estos incluyen los denominados “cisne verde”, eventos que potencialmente pueden ser extremadamente perjudiciales desde el punto de vista financiero y podrían estar detrás de la próxima crisis financiera sistémica.

Frente a estos, los bancos centrales “tienen un papel que desempeñar para evitar dicho resultado, buscando mejorar su comprensión de los riesgos relacionados con el clima a través del desarrollo de un análisis prospectivo basado en escenarios”, argumenta el libro. No obstante, los bancos centrales, por sí solos, no pueden mitigar el cambio climático, sino que se requiere la coordinación de acciones de muchos actores, incluidos los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y la comunidad internacional.

En este sentido, los autores abogan porque los bancos centrales ocupen un papel adicional para ayudar a coordinar medidas contra el cambio climático. Por ejemplo, políticas de mitigación del clima, como la fijación de precios del carbono, la integración de la sostenibilidad en las prácticas financieras y los marcos contables, la búsqueda de combinaciones de políticas apropiadas o el desarrollo de nuevos mecanismos financieros a nivel internacional. Si bien todas estas acciones serán complejas de coordinar y podrían tener importantes consecuencias redistributivas que deberían manejarse adecuadamente, “son esenciales para preservar la estabilidad financiera (y de precios) a largo plazo en la era del cambio climático”, subrayan.

AllianceBernstein revisa los mercados de renta variable de China tras el brote de coronavirus

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AllianceBernstein revisa los mercados de renta variable de China tras el brote de coronavirus
Pixabay CC0 Public Domain. AllianceBernstein revisa los mercados de renta variable de China tras el brote de coronavirus

Los crecientes temores por el coronavirus han afectado a las acciones chinas, asegura AllianceBernstein. Si bien los mercados permanecerán inestables hasta que el país asiático consiga controlar el brote, los inversores en renta variable deberían volver a examinar las lecciones aprendidas con epidemias anteriores y considerar los posibles efectos a largo plazo de la crisis actual.

A medida que aumentaron el número de muertos y los infectados a nivel mundial, se intensificó la reacción de los inversores ante el coronavirus. El índice MSCI China A Onshore cayó un 9,2% en dólares el 3 de febrero, y se recuperó un 3,1% al día siguiente.

“Los inversores temen que el bloqueo de millones de personas pueda infligir un gran golpe a la economía china que también afectaría al crecimiento mundial”, advierten en un artículo John Lin y Stuart Rae, gestor de renta variable china y CIO de renta variable ‘value’ en Asia Pacífico, respectivamente, de AllianceBernstein.

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Los repuntes suelen ser rápidos

Estas preocupaciones son comprensibles, pero, según la gestora, en episodios previos similares, las correcciones del mercado fueron “relativamente breves y comparativamente superficiales”. Por ejemplo, durante la epidemia del SRAS en 2003, el índice de Hang Seng cayó alrededor del 7,7% del 5 de marzo al 25 de abril, cuando las infecciones estaban aumentando, pero se recuperó rápidamente cuando la situación mejoró.

En las anteriores epidemias y pandemias se han observado patrones de mercado similares. En todos los casos, se pasó del pánico inicial a la búsqueda de gangas cuando los inversores ganaron confianza de que la enfermedad estaba bajo control.

“Por ahora, no hay tal certeza sobre el coronavirus. Como resultado, la volatilidad que hemos visto probablemente persistirá hasta que se reciban buenas noticias tangibles”, señala AllianceBernstein. A su juicio, los inversores también deben recordar que la vuelta del pánico a un momentum positivo puede ser rápida, especialmente en los mercados de China, que están dominados por inversores minoristas.

Efectos en la producción y el consumo

Incluso sin una claridad sobre el virus, se pueden evaluar los posibles efectos macroeconómicos. Según la gestora, los esfuerzos por detener la propagación confinando a la gente en sus casas e imponiendo una cuarentena en ciudades enteras tendrán un impacto real en la economía, a través de la producción y el consumo.

“En las últimas dos décadas, China se ha convertido en la fábrica del mundo, suministrando bienes y materias primas a muchas industrias. Los cierres de fábricas probablemente resulten en diversos grados de interrupción del suministro”, advierte. Wuhan, el epicentro del coronavirus, es un centro de fabricación de equipos de telecomunicaciones, desde cables de fibra óptica hasta placas de circuitos impresos (PCB). La producción de esos componentes puede verse afectada, lo que tendría consecuencias para las cadenas de suministro de tecnología, tanto en China como a nivel mundial.

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Wuhan es también sede de grandes empresas industriales, incluyendo uno de los mayores fabricantes de automóviles de China. “En esas compañías, la producción se reducirá sin duda hasta que el brote esté bajo control y las fábricas puedan reanudar sus operaciones normales”, asegura AllianceBernstein.

A su juicio, la caída del consumo perjudicará a los minoristas, pero las empresas de comercio electrónico pueden capear bien el temporal, ya que los consumidores desplazan la demanda hacia los vendedores minoristas online. Algunos de los servicios de entrega de alimentos online de China ya han informado de un aumento del uso, ya que los compradores se mantienen alejados de las tiendas. “Los inversores tendrán que vigilar la forma en que las distintas industrias se verán afectadas por las repercusiones de la crisis del coronavirus”, advierte.

¿Cambios a largo plazo?

Durante un ciclo interminable de noticias dramáticas en desarrollo, es difícil pensar más allá de la crisis inmediata. Sin embargo, AllianceBernstein cree que los eventos actuales podrían desencadenar cambios estructurales a largo plazo que afectarán a las empresas e industrias. “La epidemia de SARS de 2003 probablemente ayudó a impulsar la adopción del comercio electrónico en China y en Asia en general”.

¿Qué podría pasar después del coronavirus? “Estamos en medio del mayor experimento de trabajo desde casa en China y millones de estudiantes chinos están siendo forzados a estudiar online mientras las escuelas cierran por largos periodos”, señala. Para la gestora, estas experiencias podrían desencadenar “cambios fundamentales” en la forma de trabajar y de impartir clase.

Si esto sucede, ¿podríamos ver una década de crecimiento en la adopción de productos de trabajo y aprendizaje a distancia? ¿Cómo cambiaría la infraestructura de las redes de comunicaciones y los centros de datos para afrontar una mayor demanda? “Son preguntas difíciles de considerar ahora, pero, cuando el peligro inmediato disminuya, se volverán más relevantes para los inversores”.

Mientras la situación del coronavirus siga sin resolverse, AllianceBernstein considera que los inversores en China deberían reducir la exposición a las empresas directamente afectadas. Asimismo, basándose en la experiencia, “una cartera china debería posicionarse a largo plazo y prepararse para la posibilidad de una fuerte recuperación cuando se resuelva la crisis”.

Los fondos de pensiones de empleo en España ganarán transparencia con la nueva normativa

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Una de las principales modificaciones -en nuestra opinión, positiva- que trae consigo la reciente transposición parcial, a través del Real Decreto-ley 3/2020, de la directiva europea que regula las actividades y la supervisión de los fondos de pensiones de empleo en España, es el mayor nivel de información y transparencia a sus partícipes.

La medida se dirige a garantizar mayor protección para los partícipes de los fondos de pensiones de empleo y no cabe duda de que permitirá a estos llevar a cabo una mejor planificación y gestión del ahorro para su jubilación. En este sentido, también es importante detenerse en que en la transposición parcial echamos de menos un requerimiento explícito a las entidades gestoras para que informen del nivel previsto de prestación de jubilación a los partícipes de los planes de pensiones de empleo, como contempla la directiva.

Tendremos que esperar a conocer la reglamentación de la normativa para conocer el contenido final al respecto. Y no es algo a obviar, ya que la obligación de que las gestoras informen a los partícipes de su posible futura pensión privada puede llevar además a un aumento del ahorro en planes de pensiones, ya que se pondrá de manifiesto que el patrimonio acumulado por cada partícipe es claramente insuficiente para no ver grandes caídas del nivel de vida en su jubilación.

Otra importante novedad implícita en el Real Decreto Ley 3/2020 entronca con la regulación de un sistema de buen gobierno para los planes de pensiones de empleo, lo que fortalece la gobernanza de las entidades gestoras y las Comisiones de Control de estos vehículos y, en nuestra opinión, debería redundar en unos mejores resultados de la gestión del patrimonio. Según la nueva normativa, las entidades gestoras, de no haberlo hecho ya, tendrán un plazo de seis meses para optimizar su actual sistema de gobierno para garantizar una gestión adecuada y prudente de sus actividades.

Entre las modificaciones que llegan con la transposición es importante también tener en cuenta que, aunque los principales requerimientos en materia de gobernanza siguen recayendo principalmente sobre las entidades gestoras, la nueva normativa involucra a la Comisión de Control del fondo de pensiones de empleo en el propio sistema de buen gobierno, equiparando la Comisión de Control al órgano de dirección de la entidad gestora. Esto se traduce directamente en un hecho claro: los nuevos requerimientos exigidos por la ley a la Comisión de Control implican incorporar a miembros con conocimientos en materia de gestión de riesgos que les permita tomar la mejor decisión en interés de los partícipes y beneficiarios.

Hablamos de una mejor gestión del riesgo, lo que redunda en una mayor resiliencia para afrontar cambios y volatilidad del mercado y, en definitiva, mayor seguridad y protección a los partícipes de los planes de pensiones de empleo.

Pero la nueva normativa implica también una mayor carga para las gestoras y los planes de pensiones de empleo. Una de las posibles consecuencias a nivel macro es que las pequeñas gestoras que trabajan en este nicho de mercado y no cuenten con gran masa crítica se replanteen su posicionamiento, o incluso la cesión de este negocio a otras entidades con mayor capacidad.

Tribuna de Gregorio Gil de Rozas, director de Jubilaciones de Willis Towers Watson España.

Columbia Threadneedle se une la fundación A LA PAR para impulsar el deporte inclusivo

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Foto cedidaAlmudena Martorell, presidenta de la Fundación A LA PAR y Rubén García Paéz, director de Columbia Threadneedle de Iberia y Latam, durante la firma del convenio. Columbia Threadneedle se une la fundación A LA PAR para impulsar el deporte inclusivo

Las fundaciones Columbia Threadneedle y A LA PAR firman un acuerdo de colaboración para fomentar el deporte inclusivo dentro de la Escuela de Deporte de ciclismo/mountain bike que tiene la fundación. Columbia Threadneedle se une así a Tressis, otro de los impulsores de la escuela.

Rubén García Paéz, director de Columbia Threadneedle de Iberia y Latam; Almudena Martorell, presidenta de la fundación A LA PAR, Marcos Herrero, director del club deportivo y Jaime Peidró, director de Relaciones Institucionales de la fundación han acudido a la firma del convenio.

Gracias a este acuerdo, todos los deportistas que quieran competir podrán iniciarse en pruebas de ciclismo de competición. Además, se creará un grupo de ciclismo/mountain bike adaptado para iniciar a los deportistas con discapacidad intelectual. Al mismo tiempo, aquellos que vayan adquiriendo mayores habilidades podrán continuar su formación en un grupo de competición de deportistas sin discapacidad.

A través de iniciativa los deportistas podrán conocer y practicar los diferentes aspectos técnicos de la utilización de la bicicleta, mejorar su condición física, aprender a solucionar las averías más frecuentes y a respetar las normas de convivencia y circulación dentro del centro. Asimismo, el programa tiene como objetivo que descubran la importancia de la nutrición, la seguridad vial, el respeto al medio ambiente, primeros auxilios, y por último, que conozcan y respeten la diversidad.

“Desde la fundación Columbia Threadneedle estamos encantados de poder patrocinar la primera escuela de mountain bike inclusiva en España, creada a través de la fusión de la academia entrenamientodeciclismo.com y del equipo de ciclistas de Fundación A LA PAR. Desde nuestra fundación, creada hace cinco años, creemos firmemente que a través del deporte se fomenta la integración y la diversidad, ayudando a los deportistas a realizarse personalmente con espíritu de superación, preparándoles para afrontar los retos del día a día”, subraya Rubén García Paéz.

Esta iniciativa se enmarca en el proyecto global de la fundación Columbia Threadneedle que participa en diferentes acciones sociales en Europa y “busca favorecer la integración de los deportistas con discapacidad intelectual, dentro de un deporte tan completo como es el ciclismo/mountain bike”, según ha afirmado la entidad en un comunicado.

Renta fija vs. renta variable: dos mercados que convergen con intereses divergentes

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Pixabay CC0 Public Domain. Renta fija vs. renta variable: dos mercados que convergen con intereses divergentes

En el actual ciclo económico y de inversión maduro, las empresas pueden encontrar mayores dificultades para hallar el equilibrio entre los intereses de sus accionistas y sus bonistas. Los inversores suelen pensar en acciones y bonos corporativos de forma separada. Sin embargo, en realidad son dos caras de la misma moneda y lo que favorece a un mercado puede tener implicaciones en el otro. Esto es importante ya que las decisiones tomadas por las empresas en la última década han hecho que estos dos mundos converjan. A medida que el ciclo madure, las empresas se verán obligadas a elegir qué lado favorecer.

La vulnerabilidad del mercado de deuda se está extendiendo

En todos los mercados desarrollados, las empresas han capitalizado el descenso de los tipos de interés desde la crisis financiera mundial aumentando considerablemente la carga de su deuda. En Estados Unidos, las empresas no financieras del mercado de bonos corporativos están más apalancadas de lo que estaban durante la crisis financiera y la caída de las puntocom. 

Claramente, desde la perspectiva de un inversor de deuda corporativa, esta es una tendencia preocupante. Sin embargo, también aumenta el riesgo para los inversores de renta variable, ya que los altos niveles de deuda incrementan el riesgo de dificultades financieras.

Lo que es importante, tanto para los inversores de acciones como los de crédito, es que esta acumulación de deuda ha sido más llamativa en sectores que los inversores están acostumbrados a considerar relativamente seguros. Los niveles de deuda de las empresas no cíclicas se han disparado mucho más allá de los máximos anteriores. Entre ellas se encuentran empresas de los sectores de consumo básico, comunicaciones, servicios públicos y atención sanitaria. En cambio, los emisores de los sectores más cíclicos han sido relativamente moderados.

Los peligros de las estrategias de bajo riesgo en renta variable

Seamos inversores de deuda o de acciones, estamos acostumbrado a pensar que las empresas no cíclicas son menos sensibles al ciclo económico y, por consiguiente, implican menor riesgo. Por ejemplo, los productos de primera necesidad y las empresas de servicios públicos son sectores populares en las estrategias de renta variable de baja volatilidad y alto dividendo. Sin embargo, su gran cantidad de emisiones de deuda significan que esto ya no puede darse por sentado. Invertir en una cesta únicamente de empresas no cíclicas podría exponer a los inversores a más riesgo, no menos.

¿Es hora de vengarse por las recompras de acciones?

Otra tendencia importante de las empresas en la última década ha sido el aumento de los pagos a los accionistas mediante dividendos y, sobre todo en los Estados Unidos, la recompra de acciones. Desde la perspectiva del inversor de renta variable, la recompra tiene al menos dos consecuencias inmediatas: 

  • Reduce el número de acciones en circulación, lo que proporciona un aumento de los beneficios por acción. Bank of America calcula que, desde 2013, las recompras netas han contribuido al 15% del crecimiento de las ganancias del mercado de valores de los Estados Unidos.
  • Inyecta una fuente adicional de demanda de las acciones de la compañía, esta demanda más alta puede presionar al alza el precio de las acciones.

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Desde la perspectiva del inversor en deuda, las recompras son negativas. Estas reducen la cantidad de capital social en los balances de las empresas, lo que significa que hay menos margen de maniobra ante imprevistos que permita proteger a los tenedores de deuda ante pérdidas. En el pico alcanzado en 2017, 150.000 millones de dólares, o el 34% de las recompras estadounidenses, se financiaron con deuda, según datos de Goldman Sachs a 3 de diciembre de 2019.

Si bien se puede argumentar que pasar de las acciones a los bonos ha sido una opción racional dados los bajos tipos de interés, este comportamiento podría haber alcanzado ahora su límite natural, especialmente para las empresas más vulnerables. Puede sorprender a algunos inversores que, antes de 2004, la emisión de nuevas acciones generalmente superaba a las recompras. El endurecimiento de las políticas monetarias puede obligar a las empresas a recortar los pagos a los accionistas (discrecionales) y potencialmente emitir más acciones.

El sector de servicios públicos podría ser como un canario en una mina de carbón, que avisa del riesgo de gas. Desde 2013, las empresas de servicios públicos han emitido más acciones de las que han comprado, lo que va en contra de la tendencia general del mercado.

Cuidado con la deuda BBB

Otra área de vulnerabilidad de los mercados de crédito y de valores es el segmento con calificación BBB del mercado de bonos corporativos. Estas son las compañías de grado de inversión más vulnerables (high yield). Esta cuestión ha crecido en importancia a medida que el volumen de los bonos BBB ha aumentado sustancialmente. Actualmente representan más del 50% del mercado de bonos corporativos de grado de inversión de los Estados Unidos. El volumen potencial de las rebajas de calificación es significativo. Claramente, este no es el tipo de incertidumbre que los inversores esperan cuando compran estos bonos para obtener ingresos estables.

Cómo navegar en un entorno complicado

Los inversores, tanto de acciones como de bonos, se enfrentan ahora a una serie de problemas comunes, lo que sugiere que los dos mundos están, en cierta medida, convergiendo. Para navegar en este entorno complejo, creemos que los accionistas tendrán que adoptar más la perspectiva del balance de los analistas de crédito, poniendo menos atención al crecimiento de los beneficios. Del mismo modo, los tenedores de bonos tendrán que centrarse cada vez más en la viabilidad de los márgenes actuales y las ganancias futuras, en lugar de apoyarse en la frágil ayuda de la cobertura de altos intereses.

Las empresas que siguen llevando a cabo medidas que favorecen a las acciones, podrían poner bajo presión a los inversores de sus bonos. Los diferenciales de crédito podrían aumentar a medida que aumente el riesgo de impago y de rebaja de la calificación crediticia. Por el contrario, las empresas que emprenden acciones que dan prioridad a los tenedores de bonos probablemente sean menos generosas a la hora de distribuir efectivo a los accionistas.

Los inversores tienen tendencia a considerar las inversiones en acciones y en crédito de forma aislada, separadas unas de otras. Sin embargo, esto ya no es apropiado (si es que alguna vez lo fue). A medida que los ciclos económicos y crediticios entran en sus últimas etapas, sus mundos convergen, pero sus intereses divergen.

Tribuna de Kristjan Mee, analista de Schroders

Miguel Jiménez: “El inversor conservador tiene que perder el miedo a la bolsa, la renta fija también tiene riesgos”

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Miguel Jiménez
Miguel Jiménez, analista y gestor de Renta 4. Miguel Jiménez (Renta 4): “El inversor conservador tiene que perder el miedo a la bolsa, la renta fija también tiene riesgos”

Para Miguel Jiménez, gestor de Renta 4, la pregunta que tienen que hacerse hoy los gestores es ¿en qué parte del ciclo nos encontramos? En este sentido, el riesgo más evidente que localizan es el del fin del ciclo económico. “No se trata de nuestro principal escenario, pero después de una década de crecimiento económico nos encontramos ya hoy en el más longevo del último siglo”, explica el gestor, en un desayuno en Madrid.

Otra de sus principales preocupaciones es que ven ciertos mercados caros, sobre todo para los inversores conservadores, es decir, la parte de renta fija. Con la situación actual de los tipos de interés y spreads en mínimos, los gestores de la entidad descartan alcanzar buenos resultados con las inversiones en este tipo de activo. “Los inversores más conservadores van a tener dificultades para encontrar rentabilidad en este entorno. Hace cinco o siete años, logramos rentabilidades mucho mayores que las de ahora y de una forma más fácil”, recuerda.

La parte que ven peor parada es la deuda pública, mientras que la corporativa “no está tan mal”. Sin embargo, están limitando su inversión en esta clase de activos ya que los bonos corporativos dan rentabilidades “insuficientes”. Jiménez ha puesto el ejemplo de Telefónica, una compañía muy atractiva para los inversores conservadores, ya que tienen la seguridad de que es muy difícil que quiebre, pero actualmente con unos cupones del 0,6%, es algo que “no compensa”.

Más cautela en las inversiones en renta fija

Asimismo, al tema de los precios se suma el de la liquidez del mercado, algo que justifica la cautela de los gestores de Renta 4 respecto a la inversión en renta fija. “Cuando venga una recesión vamos a tener un problema importante en vender nuestras emisiones en renta fija, lo que acentuará el precio a la baja”, explica Jiménez. “Hay muchos inversores metidos en fondos de renta fija que no saben que este tipo de inversión puede tener pérdidas. Este elemento nos da cautela”, añade.

Por otro lado, en la parte de renta variable sí encuentran oportunidades más interesantes, aunque menos que hace 12 meses. “Si lo comparamos con la renta fija, la variable sigue siendo mucho más interesante en términos de rentabilidad-riesgo. Hay muchas acciones que nos dan un dividendo más atractivo frente a la rentabilidad de los bonos”, aclara.

En este caso, Jiménez recomienda a los inversores conservadores plantearse la compra de acciones de empresas estables. “Hay que decirle al inversor que hay que perder el miedo a la bolsa ya que la renta fija también tiene riesgos”, aconseja. En este sentido, Jiménez está a la busca del “activo ganador” que, a sus ojos, sobre todo para los inversores conservadores, serán acciones de empresas que tengan unos flujos de caja predecibles y que puedan mantener su dividendo durante los próximos cinco años.

Debido a esto, los gestores de Renta 4 han bajado su exposición a renta fija, no tienen deuda pública y cada vez tienen menos corporativa. Han aumentado liquidez y los pagarés de empresas, los cuales, «a corto plazo, nos dan una rentabilidad pequeña en torno al 0,5% pero es mejor que nada”, explica Jiménez.

Respecto a la renta variable, los expertos se mantienen flexibles y aclaran que aún hay compañías que encuentran interesantes. En concreto, Jiménez ha incluido en la cartera de su fondo de renta variable Renta 4 Nexus, empresas como Facebook o Tencent (empresa líder en videojuegos), ya que considera que las tecnológicas están superando a las empresas de la “economía vieja”. Asimismo, ha incluido empresas con altos dividendos cuya comparación con la renta fija es favorable como Unibail Rodanco o Imperial brands; materias primas como Repsol; valores penalizados en sectores atractivos como Fresenius, Reckitt o Día y algunas empresas financieras de forma táctica.

“La tasa Tobin podría reforzar a los fondos de inversión”

Respecto a la tasa Tobin, el experto de Renta 4 ha señalado que podría ser una buena noticia para los fondos de inversión, en el sentido de que muchos inversores verán ahora los fondos como una forma de ahorrar mejor que las acciones. “Los costes asociados a la compra de acciones serán mayores que los de los fondos”, ha aclarado.

A pesar de este posible aumento de flujo hacia los fondos, Jiménez ha señalado que dentro del sector financiero la tasa Tobin “viene mal a todos”.

Los mercados volverán a la racionalidad en 2020, registrando menor volatilidad y rentabilidades más moderadas

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Pixabay CC0 Public Domain. IASE se presenta en España como principal certificador internacional en ESG

2020 será un año de crecimiento global moderado, sin grandes desequilibrios ni riesgos de recesión, una tendencia que se mantendrá estable en los próximos tres años, según los expertos de GVC Gaesco. “La reducción del ruido geopolítico y la solidez de los resultados empresariales apuntan a un 2020 positivo en los mercados financieros, que retornarán a la racionalidad con una rentabilidad más moderada y menor volatilidad”, aseguran.

No obstante, ante posibles cambios de ciclo y dado que los mercados raramente son lineales, “también podría ocurrir que tuviéramos un excepcional año 2020”, aseguraron en el evento organizado por GVC Gaesco “Perspectivas financieras 2020. Un año brillante o tres años de crecimiento”, celebrado en Barcelona. El acto contó con la participación de Maria Àngels Vallvé, fundadora y presidenta del Grupo GVC Gaesco, y Enrique García Palacio, CEO del Grupo GVC Gaesco. Asimismo, Víctor Peiro, director general de Análisis de GVC Gaesco Valores, y Jaume Puig, director general de GVC Gaesco Gestión, también intervinieron en la presentación.

Previsiones para 2020

Los especialistas de GVC Gaesco recomiendan apostar por aprovechar dos desequilibrios actuales en los mercados: las bolsas baratas y, de nuevo, el segmento value barato frente al segmento growth. La principal incógnita para este 2020 será cómo influirán los problemas geopolíticos en los mercados, tras un intenso inicio de año.

Además, la guerra comercial entre Estados Unidos y China seguirá siendo una de las principales amenazas, aunque “hay motivos para no considerarla, ni sucumbir al ruido de tuits”, asegura Jaume Puig. Lo mismo ha remarcado Víctor Peiro con su previsión de una pronta clarificación del Brexit.

En relación con una posible burbuja financiera, los especialistas indican que los niveles de confianza empresarial son satisfactorios y se está lejos del exceso de confianza que desembocó en la anterior crisis económica. “Tras varios años muy buenos, no hay ni empresas ni consumidores eufóricos”, señala Puig. Así, Peiro subraya que “para 2020, se repite el escenario de 2019: en ausencia de shocks externos, no habrá recesión”.

Los especialistas de GVC Gaesco recomiendan apostar por valores beneficiados por bajos tipos de interés como el real estate, renovables y concesiones, y valores con buena posición estructural en sectores industriales con buenas carteras de pedidos como, por ejemplo, Gestamp, Acerinox y Técnicas. También destaca el potencial de reestructuraciones pendientes y posibles fusiones (bancos, telecos, distribución, energéticas), junto con oligopolios con poder de precio como Amadeus, Cellnex, y firmas del sector del lujo.

Los expertos han hecho hincapié en las previsiones de la entidad, que ya avecinaban un año de crecimiento económico y no una recesión, como algunas fuentes preveían y, sobretodo, se han certificado las subidas bursátiles, que superaron claramente los descensos de 2018. Asimismo, los expertos financieros de GVC Gaesco ya apostaron en 2019 por el inicio de un ciclo value frente a los valores growth.

JP Morgan AM recomienda la inversión en crédito high yield y anticipa un entorno más atractivo para la renta variable europea

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Andrew Norelli, gestor de renta fija de JP Morgan AM, durante su intervención
Foto cedida. Andrew Norelli, gestor de renta fija de JP Morgan AM, durante su intervención

La reducción de las tensiones comerciales y de la probabilidad de un Brexit sin acuerdo, así como la reciente aprobación en el Senado estadounidense del texto final del USMCA, son factores que impulsarán el crecimiento mundial en 2020, pero la incertidumbre persistirá. En este contexto, JP Morgan Asset Management recomienda invertir en crédito high yield y defiende que existen buenas oportunidades en renta variable europea.

En una conferencia ante los clientes en Madrid, el gestor de renta fija de la entidad, Andrew Norelli, reveló que la relajación monetaria, unida a la firma del acuerdo de Fase 1 entre China y Estados Unidos, han hecho que la gestora reduzca la probabilidad de que este año se produzca una recesión del 40% que preveían en 2019 al 25%.

En esta línea, destacó la reacción “abrumadora” de los bancos centrales en 2019, que generó relajación en todos los mercados, incluidos los emergentes. Esto, a su vez, provocó un desequilibrio entre la oferta y la demanda: “Existe más efectivo y menos activos, lo que ha causado inflación en los precios”. A su juicio, la provisión de liquidez de los bancos centrales va a continuar, por lo que “el precio de todos los activos seguirá subiendo”.

Según el gestor, este entorno de “carry” a corto plazo favorece al high yield y los emergentes, pero perjudica a la duración de calidad. Eso sí, no parece que pueda mantenerse ininterrumpidamente todo el año debido a las valoraciones elevadas y al impacto de las elecciones estadounidenses. La clave residirá en “enhebrar el hilo en la aguja”, es decir, en realizar una cuidadosa selección de bonos.

En ese sentido, Norelli defendió las posibilidades que brinda el JPM Income Fund. “Tiene dos objetivos sencillos: proporcionar una TIR atractiva con menor volatilidad y obtener ingresos a través de una distribución predecible y constante”, señaló. Asimismo, destacó que el proceso de inversión del fondo es completamente activo y se basa en tres claves.

La primera es un análisis de los factores fundamentales, cuantitativos y técnicos de distintos países, sectores y emisores a nivel global. La segunda es la diversificación, que se combina con la tercera: un filtro de ingresos. El resultado es una cartera que optimiza riesgos y minimiza las fluctuaciones en los pagos periódicos de dividendos. Actualmente, la deuda corporativa de alto rendimiento es la que más peso tiene (24%), seguida de las titulizaciones hipotecarias (MBS) y de activos (ABS).

El rendimiento total a vencimiento del fondo es del 5,27% (a 31 de diciembre de 2019) y cuenta con un objetivo de volatilidad del 4% al 6%. “No podemos tener éxito si no logramos reducir riesgos a través de la diversificación”, apuntó. Según Norelli, los retornos del fondo son atractivos y su volatilidad, menor que la del high yield tradicional. Por lo que, “en esta etapa final del ciclo económico, es una buena propuesta para reducir riesgos y preservar los ingresos”.

Renta variable europea

Por su parte, Michael Barakos, gestor de renta variable europea, abordó este mercado y destacó que, en la última década, las acciones de la región han obtenido un rendimiento total “extraordinario” del 10%. La cifra es idéntica a la registrada por los emergentes, pero con una volatilidad mucho menor.

Eso sí, admitió que en los dos últimos años las valoraciones de la renta variable europea no han sido demasiado justas, lo que ha provocado numerosos reembolsos, que ya suman 2.000 millones de dólares. Sin embargo, “es el cambio de expectativas lo que mueve los precios, y ya hace seis meses que las expectativas para los PMIs alemanes y, por tanto, para la situación económica europea en general, han mejorado”.

Barakos abordó el estilo “growth” y el “value” y, aunque admitió que en la última década los inversores se han centrado en el primero, señaló que también ha habido momentos de volatilidad en los que el segundo ha registrado buenos rendimientos. “Los inversores en ‘value’ se sienten muy solos, pero las valoraciones relativas muestran que hay oportunidades para ellos en Europa, sobre todo a medio plazo”. Mientras, el ‘growth’ parece demasiado caro, por lo que Barakos recomendó prestar atención a ese crecimiento que todavía no se ha anticipado.

En ambos casos, JP Morgan ofrece estrategias “genuinamente ‘value’ y genuinamente ‘growth’, que generan alfa” y que han solido obtener mejores rendimientos que sus índices de referencia en sus dos décadas de historia.

Aunque reconoció que el estilo ‘value’ sigue siendo poco atractivo para la mayoría de los inversores, el gestor hizo hincapié en que el JPM Europe Strategic Value Fund ha registrado buenos retornos (un 18,02% en 2019) e, incluso en los últimos años, ha conseguido generar algo de alfa. Su objetivo es proporcionar un crecimiento del capital a largo plazo invirtiendo en empresas europeas infravaloradas con unos fundamentales sólidos. Por sectores, predominan en la cartera la banca (15,3%), los seguros (13,9%) y la energía (11,8%).

Por su parte, el JPM Europe Strategic Growth Fund es “el fondo ‘growth’ más rentable del mercado”, destacó Barakos. Su objetivo es generar crecimiento del capital a largo plazo invirtiendo en firmas europeas con potencial de crecimiento, es decir, compañías de alta calidad con un momentum superior que todavía no ha sido identificado. Actualmente, el 15% de la cartera lo conforma el sector farmacéutico, seguido de los bienes de equipo (13,9%) y alimentos, bebidas y tabaco (11,6%). En 2019, el fondo obtuvo un rendimiento del 31,39%.

“Creo que es importante apreciar que el panorama de la renta variable está mejorando y hay que aprovechar estos dos fondos que pueden generar retornos fantásticos frente a los activos individuales”, sentenció.

Santander Asset Management lanza su primer FIL desde 2008, con una cartera muy diversificada

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Foto: Paula Pez, Flickr, Creative Commons.. cohete

Santander Asset Management ha lanzado al mercado un fondo de inversión libre con el objetivo de diversificar en activos y geografías para mejorar la relación riesgo/beneficio de la cartera. Es el primer FIL que comercializa desde 2008.

El Santander Patrimonio Diversificado FIL invertirá en renta fija, renta variable y fondos de retorno absoluto, así como en vehículos del mercado inmobiliario y otros activos alternativos como fondos de capital riesgo, fondos de deuda privada, fondos de préstamos, fondos de infraestructuras, entre otros, y en diferentes áreas geográficas: Europa, EE UU, Japón y países emergentes. Se limita a un máximo del 5% el peso de cada una de las inversiones con el propósito de asegurar la diversificación de la cartera. Con ello, se pretende aumentar la probabilidad de obtener una mejor combinación de rentabilidad/riesgo gracias a la distinta naturaleza de las inversiones y la descorrelación de activos. «La combinación de activos tradicionales con inversiones alternativas, en activos reales o menos líquidos suponen una  oferta muy diferencial respecto al resto de los fondos de inversión que existen en la industria», explican en un comunicado.

El nuevo fondo tiene también un sesgo sostenible, por lo que tratará de buscar, siempre que sea posible, inversiones que cumplan con los criterios ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno) definidos por la metodología interna de Santander AM. Cuenta con distintas clases, incluida una de reparto, en función del importe y la tipología de cada inversor con unas comisiones muy competitivas, que se mueven en una horquilla entre el 0,4% y el 0,9% de comisión de gestión fija más una comisión variable.

La comercialización de este nuevo producto se enmarca dentro de la transformación que está viviendo la gestora desde hace meses. Al tratarse de un fondo multiactivo, además, es fundamental contar con el apoyo de una gran gestora como Santander Asset Management, que tiene presencia en diferentes mercados y sólidos equipos de inversiones en todas las geografías.

A todo esto se suma la dilatada experiencia profesional del gestor, destaca el comunicado. Javier Mazarredo se incorporó a BSN Gestión en 1992 como gestor de Fondos de Renta Variable y Mixtos y, desde entonces, ha asumido diferentes responsabilidades dentro del grupo: director de Renta Variable y Sicavs en Santander Gestión de Activos SGIIC, director de Análisis y Estrategia de Santander Bolsa SVB, director Comercial y de Producto Global en Santander AM y, finalmente, director de Santander Banca Privada y director de Private Wealth en España.

En España, Santander Asset Management es líder en sostenibilidad, al acaparar en torno al 50% del patrimonio gestionado en fondos de ISR. Además, Santander Asset Management fue la primera gestora en lanzar una gama de fondos Sostenible, integrada por un fondo de bonos verdes (Santander Sostenible Bonos), dos fondos mixtos (Santander Sostenible 1 y 2) y uno de renta variable pura (Santander Sostenible Acciones), así como el primer fondo que apuesta por la igualdad de género (Santander Equality Acciones). A ello se une la iniciativa global Santander GO, la nueva gama de fondos mandatados a gestoras terceras, que incluye el fondo sostenible Santander GO Global Equities ESG gestionado por Boston Partners (Robeco). Asimismo, la gestora ha incorporado criterios ASG a su gama de planes de pensiones Mi Proyecto Santander Sostenible.