Pixabay CC0 Public Domain. Union Bancaire Privée anuncia la adquisición de Millennium Banque Privée - BCP
Credit Suisse Asset Management ha anunciado la transformación del fondo Credit Suisse (Lux) Small and Mic Cap Europe Equity Fund hacia una estrategia enfocada en las empresas familiares europeas. Según informa la gestora, el fondo pasará a denominarse Credit Suisse (Lux) European Entrepeneur Equity Fund, y tratará de “captar el potencial de este atractivo segmento de mercado”.
El fondo, lanzado originalmente en 1994, ha invertido tradicionalmente alrededor de dos tercios de sus activos en negocios europeos de pequeña y media capitalización, favoreciendo empresas familiares. Desde el 14 de enero de 2021, el fondo se enfocará predominantemente en este atractivo segmento de mercado, que incrementará su alcance para incluir empresas en todos los rangos de capitalización.
Desde la gestora indican que, con este cambio de enfoque, el universo de inversión se ampliará para incluir empresas de todas las capitalizaciones de mercado. El fondo rebautizado, dirigido por Gianfranco Iafigliola, también incorporará en su proceso de inversión los criterios ESG definidos en el Marco de Inversión Sostenible de Credit Suisse.
«Como banco líder para empresarios, en Credit Suisse tenemos una larga tradición de apoyo y trabajo con empresas familiares. Las empresas familiares como grupo han superado en general los mercados de valores más amplios en todo el mundo en las últimas décadas, y la diferencia es especialmente grande en Europa. Esto se debe principalmente a la propiedad comprometida de los empresarios en sus negocios, a un mejor rendimiento corporativo, a un menor apalancamiento y a un fuerte enfoque en las decisiones de inversión a largo plazo, que permiten a estos negocios mantenerse resistentes en situaciones de mercado adversas y luchar por un crecimiento sostenible a largo plazo”, ha destacado Filippo Rima, director de renta variable de Credit Suisse Asset Management.
Desde la gestora matizan sobre el fondo: “Domiciliado en Luxemburgo, el Credit Suisse (Lux) European Entrepreneur Equity Fund cumple con los requisitos de los OICVM y proporciona liquidez diaria”.
Pixabay CC0 Public Domain. Así es el camino de vuelta de EE.UU. al Acuerdo de París y sus consecuencias para la inversión sostenible
El universo de los ETFs sigue creciendo. Según las estimaciones de Cerulli Associates, en el mercado estadounidense, los activos gestionados por estos vehículos de inversión podrían multiplicarse de aquí a 2030. “En EE.UU. el mercado siguió creciendo durante 2020 y, pese a la situación de la pandemia, alcanzó los 5 billones de dólares”, apunta la firma.
Según sostiene en su informe U.S. Exchange-Traded Fund Markets 2020: Broadening Product Use, a medida que la industria crece, y se espera que se multiplique en la próxima década, “los emisores tendrán la oportunidad de generar ingresos significativos a través de una mayor variedad de exposiciones diferenciadas más allá del núcleo de productos básicos”.
En su opinión, la industria de los ETF está experimentando un cambio trascendental. Según indican el 79% de los emisores de ETFs en Estados Unidos están desarrollando o trabajando para ofrecer vehículos activos más transparentes, a pesar de que solo un 3% de ellos cuenta ahora mismo con este enfoque.
En cuanto a las categorías, en el mercado estadounidense, el desarrollo de productos se sigue centrando en los productos de renta fija y de renta variable. Por ello, desde Cerulli Associates advierten de que es muy posible que estas dos categorías de productos ya estén muy saturadas. En cambio, los emisores pueden tratar de lanzar productos temáticos y bajo criterios ESG, según desvela su última encuesta. «Estos productos permiten una mayor diferenciación y atractivo para los inversores y asesores más jóvenes», afirma Daniil Shapiro, director asociado de Cerulli Associates. Además, añade que los asesores también están más dispuestos a utilizar ETFs de renta fija, tanto pasivos como activos, después de “superar la prueba” de volatilidad que ha supuesto el COVID-19.
Según el documento, varios catalizadores ayudarán a hacer crecer tanto los ETFs activos como el dinero que gestionan: la dinámica más competitiva del mercado, una regulación más sencilla y la voluntad de los asesores de utilizar una mayor variedad de ETFs. Eso sí, en sus conclusiones deja una advertencia: lo fundamental será diferenciarse del resto de ETFs del mercado.
«A medida que los emisores perciben cada vez más que el panorama pasivo de los ETFs está saturado de productos y comprimido por las comisiones, la capacidad de diferenciarse será clave para generar ingresos», señala Shapiro. La regulación, es decir, la aprobación de la Regla 6c-11, facilita a los emisores el lanzamiento de ofertas activas transparentes. Además, los asesores indican una mayor apertura a la utilización de ETFs activos más transparentes o al menos así lo afirma el 50% de los encuestados.
Desde Cerulli indican que, a medida que los ETFs se transforma y se convierten en un vehículo más allá de sus posiciones pasivas, los inversores podrán usarlos para lograr más de sus objetivos financieros, y sugieren que los emisores deberían pensar en su papel de atender las necesidades de los clientes a lo largo de su ciclo de vida, ya que hay mucho espacio para la innovación dentro de este mercado.
Aun así, advierte que la saturación del mercado en torno a ETFs de activos tradicionales puede reformularse con un nuevo enfoque. “Las gestoras que quieran tener éxito tendrán que asegurarse de que los productos se lanzan con intencionalidad y se dirigen a segmentos de mercado distintos, y no simplemente por la urgencia de actuar», concluye Shapiro.
Uno de los activos más interesantes de cara a los próximos 6-8 meses (en el contexto de una reaceleración económica a nivel global) lo encontramos en acciones emitidas por empresas de baja capitalización bursátil o small caps. Si bien es cierto que podemos encontrar argumentos que lo pongan en duda, parece evidente que la suerte de la economía y de la bolsa mantienen una relación muy estrecha.
Utilizando una cesta de acciones globales (“mercado”) -y midiendo su rentabilidad a lo largo de los años- observamos pautas de comportamiento que se repiten en un ciclo económico en función del estado en que este se encuentre (en base a 60 años de datos: dos trimestres consecutivos de contracción definen la recesión, crecimiento positivo pero por debajo del potencial o desaceleración, recuperación y etapa de crecimiento por encima del tendencial 24 meses después del suelo de la recesión).
Históricamente en entornos de contracción (solo un ~11% de todos los periodos observados) el mercado de acciones (y en particular los títulos value y los de small caps) presenta en media rendimientos negativos mientras que el comportamiento relativo es satisfactorio para temáticas menos ligadas al ciclo (o defensivas, como beta inferior a la del mercado, calidad de balance o inversión en CAPEX disciplinada). Por el contrario los factores con apalancamiento operativo más elevado se desmarcan favorablemente del pelotón cuando la demanda agregada rebota (como señala Barron’s), y son los preferidos de los inversores que financian sus compras de compañías de menor capitalización, más ilíquidas o baratas y con mayor beta, vendiendo las menos sensibles a las fluctuaciones en el ciclo (las defensivas). Un entorno menos incierto estimula -como explican en este artículo gestores de DWS, Amundi o Muzinich– la toma de riesgo.
Después de una recuperación en “V” desde lo mas profundo de la recesión en marzo, nos encontramos ahora en modo expansivo (aunque a uno-dos meses vista el incremento en contagios y el endurecimiento en medidas mitigantes pueda restar cierta inercia, la tendencia de fondo es clara y se beneficia de políticas fiscales y monetarias muy laxas); como vemos en la tabla, que presenta los factores de más a menos rentables en las distintas etapas de un ciclo económico completo -y aunque la historia no se repite pero sí rima- este es el momento para plantearse poner algunas fichas en el mercado de small caps.
La composición de los índices de small capsesta más alineada con nuestra perspectiva en el medio plazo respecto a cómo posicionar un portafolio a nivel sectorial (como expresamos aquí y aquí); la ponderación en industrias defensivas y de momentum (como tecnología o farmacéuticas) es sensiblemente inferior a la que presentan los benchmarks de sus hermanos mayores (referencias large cap como el S&P 500). Adicionalmente, como explicamos más arriba, su mayor apalancamiento operativo las favorece en entornos de pujanza en el precio de los metales industriales (y de debilidad del dólar).
Curiosamente, los inversores se han mostrado hasta ahora más a gusto incrementando el perfil de riesgo de sus carteras a través de una participación mas activa en high yield; la valoración de las acciones de pequeña capitalización -incluso después del rally de noviembre- y el magnífico comportamiento de los bonos de alto riesgo (agresivos, con calificación CCC e inferior) a partir del segundo trimestre, afianza una aproximación constructiva a las small caps.
El Russell 2000 de small caps se ha apreciado un 20% en el mes de noviembre y es probable que a corto plazo se tome un respiro; la encuesta llevada a cabo por Natixis entre gestores profesionales ilustra la cautela con la que se disponen a iniciar el 2021. No obstante -de acuerdo a los cálculos de Morgan Stanley- y fijándonos en las recesiones estadounidenses de 1990, 2001 y 2009, una pausa o corrección en la tendencia al alza abriría una oportunidad interesante para acumular en la clase de activo. La rentabilidad media en small capsrelativa al S&P 500en el transcurso de la recuperación de estos tres episodios de retroceso económico apunta a más rendimiento (39,7% vs el 19% registrado hasta la fecha).
Pixabay CC0 Public Domain. Amundi amplía su gama de ETFs ESG con una nueva estrategia de renta variable alemana
Amundi amplía su gama de ETFs ESG con la incorporación de un nuevo vehículo de inversión pasiva que ofrece una gran exposición al mercado de renta variable alemán, al mismo tiempo que incorpora criterios de inversión sostenible.
El nuevo fondo, el DAX 50 ESG UCITS ETF, está listado en Xetra y, según indican desde la gestora, “se ofrece a un precio competitivo, con unos gastos corrientes de 0,19%”. Según explica, el fondo está compuesto por las 50 mayores compañías alemanas con sólidos perfiles sostenibles. Además, replica un índice que excluye a todas las compañías que violan los estándares internacionales y están involucradas en armas controvertidas, así como algunos sectores como el tabaco y el carbón térmico.
Amundi ofrece una amplia gama de ETF diseñados para hacer que la inversión sostenible sea accesible a los inversores, independientemente de sus requisitos de integración ESG y de su presupuesto de riesgo. Este enfoque permite a los inversores reflejar sus objetivos y valores individuales dentro de sus asignaciones ESG a un coste competitivo.
Según Fannie Wurtz, directora de Amundi ETF, Indexing and Smart Beta, “estamos encantados de mejorar nuestra oferta de ETF de inversión responsable, proporcionando a los inversores las opciones que necesitan para implementar carteras con criterios de inversión ESG con un coste competitivo. Aprovechando nuestra gama actual de ETF ESG core, estamos ampliando nuestra oferta a través de exposiciones a los principales países, como el S&P 500 ESG y ahora el DAX 50 ESG».
Por su parte, Juan San Pío, Director Comercial de Amundi ETF, Indexing & Smart Beta para Iberia y Latinoamérica, ha señalado que “con la ampliación de nuestra gama, ponemos a disposición de los inversores nuevos instrumentos que les permiten construir y diversificar sus estrategias ESG ayudando a satisfacer sus necesidades de inversión sostenible con una solución sencilla, transparente y eficiente en coste”.
Foto cedidaChristine Lagarde, presidenta del BCE.. El BCE amplía el apoyo a la economía, reafirma su posición acomodaticia y marca como horizonte 2022
El Banco Central Europeo (BCE) cumplió ayer con las expectativas extendiendo las ayudas y el soporte para la economía europea, algo que hoy recogen las bolsas. Según la valoración que hacen las principales gestoras, el BCE garantiza la financiación “barata” para los Gobiernos, amplía las condiciones favorables de crédito a la banca y alivia el “sufrimiento” del sector bancario ante un entorno de tipos de interés muy bajos.
Según resume Konstantin Veit, gestor senior de carteras en PIMCO, esta última reunión de 2020 se centró, una vez más, “en la compra de activos y en las generosas provisiones de liquidez para el sector financiero en lugar de seguir bajando los tipos de interés oficiales, en consonancia con nuestra opinión de que el BCE está cerca del límite inferior efectivo del tipo de la facilidad de depósito”. En concreto, ayer el BCE dio a conocer un paquete de medidas de política monetaria que en general se ajusta a las expectativas del mercado. El paquete incluía:
500.000 millones de euros adicionales de compras de activos netos a través del programa de compras de emergencia para pandemias (PEPP) hasta por lo menos el final de marzo de 2022, llevando el PEPP a 1,85 billones de euros. Esta cantidad se sumará a los 20.000 millones de euros mensuales de compras de activos netos de duración indefinida.
Una TLTRO adicional (operaciones de refinanciación a más largo plazo dirigidas) más allá de marzo de 2021, así como una ampliación del período de tipo de interés preferencial del -1% en el marco de la TLTRO-III hasta junio de 2022.
Operaciones de financiación a plazo más largo adicionales de emergencia por pandemia (PELTRO), una prórroga de las medidas temporales de alivio de las garantías hasta junio de 2022, y la continuación de las operaciones de préstamo regulares como procedimientos de subasta a tipo de interés fijo con adjudicación plena.
En opinión de Veit, confiar menos en los tipos de interés y más en la compra de activos significa que, al igual que el Banco de Japón, “el BCE ha subordinado de facto la política monetaria a los responsables políticos de los Gobiernos encargados de la política fiscal. Dado que la política fiscal se considera el instrumento preferido en un entorno de elevada incertidumbre cerca del límite inferior efectivo, el papel del BCE consiste principalmente en posibilitar la política fiscal y garantizar unas condiciones de financiación favorables para los sectores público y privado de la economía de la zona del euro”.
Anna Stupnytska, economista global de Fidelity International, considera que “el BCE se siente cómodo con el actual nivel de las condiciones financieras y su impacto en la economía”. Sin embargo, la presidenta Christine Lagarde hizo hincapié en la flexibilidad del BCE para adaptar las compras de activos en función de las condiciones financieras, ya sea aumentando la dotación del PEPP o, por el contrario, no utilizando por completo la existente.
“A medida que se acerca el final del año 2020, y teniendo en cuenta las noticias positivas sobre las vacunas, el BCE tendría razón si fuera cautelosamente optimista sobre las perspectivas de crecimiento de la zona euro en 2021. Sin embargo, la incertidumbre sigue siendo elevada y una serie de riesgos relacionados con las cicatrices que ha dejado la pandemia, desde la eficacia de las vacunas hasta la geopolítica, pueden hacer descarrilar fácilmente la recuperación. No cabe duda de que el BCE tendrá que seguir ofreciendo un sólido acomodo en el futuro inmediato”, señala Stupnytska.
Las gestoras también llaman la atención sobre los dos asuntos que más preocupan al BCE: la inflación y la revalorización experimentada por el euro. “El BCE subrayó que seguiría de cerca la evolución de los tipos y su impacto en la inflación, lo que debería ser una señal suficiente para el mercado de divisas. Obviamente, el BCE no se sentiría cómodo con una mayor apreciación del euro, ya que ello ejercería presión sobre la ya moderada tendencia inflacionaria. La inflación ya se ha visto deprimida por el nuevo bloqueo, aunque se espera que el impacto económico sea menos grave que en primavera. No obstante, el banco central pinta un cuadro muy cauteloso del desarrollo económico. Las expectativas de crecimiento para 2021 se han revisado a la baja, al igual que la trayectoria de la inflación. Para 2023, también, el BCE espera que la inflación aumente sólo un 1,4 %, alejándose más del objetivo de inflación. En este contexto, Lagarde reiteró varias veces que la atención seguirá centrada en garantizar condiciones de financiación muy favorables para toda la economía a largo plazo. Y eso significa en última instancia que el BCE seguirá siendo expansivo y las compras de bonos continuarán. Lo que comenzó como una novedad en 2015 con las compras de bonos del gobierno se ha convertido desde hace tiempo en la nueva normalidad”, explica Ulrike Kastens, economista para Europa de DWS.
“Para aquellos que esperaban pistas más jugosas sobre la postura del BCE en relación a la apreciación del euro, Lagarde rebatió cualquier indicio de especulación al referirse al tema con una respuesta de manual: el tipo de cambio no es un objetivo específico de la política monetaria, aunque su impacto sobre la inflación es estrechamente monitoreada por el BCE. Nuestra lectura al respecto es que el BCE mantendrá un bajo perfil de atención sobre la apreciación del euro, a menos que esta sea muy sostenida y rápida y su efecto de traspaso sobre los precios domésticos sea considerable. El par euro/dólar osciló poco menos de medio punto porcentual sobre los comentarios de Lagarde durante la conferencia de prensa, indicando que los mercados parecen creer lo mismo”, añaden los analistas de Monex Europe.
El impacto de las medidas
Según la valoración de Andrew Mulliner, gestor del equipo de renta fija de Janus Henderson, es cierto que el anuncio del BCE se ajustó a las expectativas, sin embargo, “los matices de la declaración pusieron de manifiesto que el BCE está menos convencido de su postura de lo que indican los titulares”. Para Mulliner, se observó que si bien el programa PEPP podía ampliarse más y que no era necesario utilizar plenamente la actual dotación de compras. “Mientras que la intención es la de preservar una postura acomodaticia, parecía poco en las políticas o la intención que indicaba que el ECNB sentía que necesitaba aumentar el nivel de acomodación de los niveles actuales”, matiza.
Paul Diggle, economista senior de Aberdeen Standard Investments, reconoce que el anuncio de las medidas no ha tenido un gran impacto dado que estuvieron más o menos en línea con lo que se esperaba. “En todo caso, la comunicación en la conferencia de prensa le dio a todo el evento un toque poco útil de halconería. Los pronósticos económicos a la baja del BCE, adoptando una visión relativamente cautelosa sobre la velocidad con la que las vacunas permiten el retorno a la normalidad, significan que probablemente no sea la última incursión en el estímulo monetario de este ciclo”, señala Diggle.
En este sentido, Andreas Billmeier, analista de deuda pública de Western Asset (gestora de inversión especializada en renta fija de Franklin Templeton), apunta que, una vez más, la institución ha evidenciado su intención de ser una contraparte segura y solidaria para con sus Estados Miembro. “La reacción del mercado tras las declaraciones fue más bien comedida. El BCE quiere trasladar la imagen de un banco central que busca reducir la incertidumbre para el sector privado y, al mismo tiempo, mantener las condiciones financieras inalteradas: un objetivo que ha cumplido hoy”, comenta Billmeier.
Por su parte, Aaron Anderson, vicepresidente senior de análisis de Fisher Investments, considera que Christine Lagarde y otros responsables de bancos centrales han emitido un mensaje claro: no tienen ninguna prisa por cambiar las políticas monetarias ultra acomodaticias a corto plazo, especialmente teniendo en cuenta la segunda oleada del COVID-19 y los nuevos confinamientos. “Sin embargo, sería un error pensar que estas políticas están sustentando la economía o los mercados de valores. Los responsables de los bancos centrales han inundado las hojas de balance de los bancos, pero esos fondos no están fluyendo a través de la economía de la manera habitual. Dicho de otro modo, aunque la cantidad de dinero en efectivo ha aumentado, la velocidad ha descendido considerablemente, lo cual ha silenciado el impacto económico”, advierte Anderson.
Para Samy Chaar, economista Jefe de Lombard Odier, el BCE ha demostrado que tiene una “clara preferencia” por los programas de compras y las operaciones de refinanciación como instrumentos de su política monetaria, en vez de abrirse a más recortes en los tipos de interés. En su opinión, “esto ayuda a anclar los tipos de interés en territorio negativo y a mantener bajo control los diferenciales de crédito periféricos. Asimismo, las últimas acciones del BCE deberían contribuir a asegurar la recuperación de la pandemia gracias a unas condiciones de financiación todavía extremadamente favorables, y limitar los daños económicos de la segunda ola, especialmente en un contexto de apoyo fiscal más expansivo a través del Fondo Europeo de Recuperación”.
“Los tipos de interés podrían permanecer como están hasta 2024 o incluso más tiempo, si el Banco Central Europeo quiere evitar otra crisis de deuda soberana. Con los niveles de deuda pública aumentando fuertemente, el BCE podría verse obligado a seguir añadiendo más estímulos, sólo para evitar el riesgo de otra crisis de deuda soberana. Además, parece que el BCE no quiere que el QE pierda fuerza antes de que los gobiernos de la UE hayan tenido la oportunidad de hacer uso del fondo de recuperación de la UE”, añade Azad Zangana, economista senior para Europa de Schroders, a este análisis.
Perspectivas sobre la UE
La reunión del BCE no ha sido lo único relevante esta semana para la Unión Europea. En su agenda tenía dos “citas” más determinantes para la estabilidad del proyecto comunitario y la recuperación de su economía: el Brexit y el desbloqueo del fondo de recuperación. Sobre este primer asunto, Marilyn Watson, Head of Global Fundamental Fixed Income Strategy de BlackRock, las negociaciones continuarán a lo largo de este fin de semana a la espera de “lograr un acuerdo antes de la fecha límite, el 31 de diciembre”.
De cara a la recuperación económica de la zona euro, será muy importante el fondo de recuperación desbloqueado desde ayer. Los analistas de BancaMarch apunta que, tras doblegar doblegar el veto de Hungría y Polonia, “se aprobará el mayor esfuerzo financiero de la historia de la Unión Europea, con 1,07 billones de euros en el marco presupuestario 2021-27 y 750.000 millones adicionales en el fondo de recuperación para paliar los efectos de la pandemia”. Las ayudas de este fondo, distribuidas en forma de subsidios y préstamos, podrían comenzar a llegar a partir de junio del 2021.
Sin duda, estos dos aspectos pesan en las perspectivas que hay sobre la región. Ayer el BCE mostró unas previsiones más “sombrías” que las de septiembre y con una caída del PIB para este año inferior, del -7,3% vs. -8% previo, pero asociada a una recuperación con menos impulso, del 3,9% vs. 5% previa.
“En cuanto a las previsiones de inflación, el BCE calcula un 0,2% este año y sin alcanzar el objetivo del 2% al menos en los tres próximos años. Por último, la institución reiteraba que las políticas monetarias por sí solas no son suficientes y que la política fiscal debía tomar el relevo. En cuanto a retomar el pago de dividendo, la decisión podría llegar la próxima semana y la institución podría mantenerse por mantener, a nivel general, el veto al pago de dividendo salvo en aquellas entidades que cuenten con el músculo financiero suficiente”, concluyen desde BancaMarch.
Pixabay CC0 Public DomainBrett Jordan. Brett Jordan
No es ningún secreto que un puñado de acciones tecnológicas de gran capitalización domina ahora muchos índices y ha impulsado una parte significativa de las recientes ganancias del mercado de valores. Los gigantes tecnológicos Facebook, Amazon, Apple, Netflix, Google (FAANG), Microsoft y Tesla juntos representan ahora más del 40% del índice de crecimiento Russell 1000® (1).
En lo que va del año, una cesta equiponderada de acciones de estas empresas habría obtenido un rendimiento del 78,0% frente al rendimiento del índice de crecimiento Russell 1000 del 20,1% (2). Según Doug Rao, gestor de cartera de Janus Henderson Investors, esta concentración extrema ha obligado a los inversores activos a enfrentarse a decisiones difíciles, especialmente cuando la infraponderación o no poseer estas acciones puede afectar significativamente el rendimiento de la cartera.
El liderazgo concentrado no es nada nuevo
Puede resultar sorprendente que el liderazgo concentrado del mercado no sea nada nuevo. De hecho, desde 1926, en términos de creación de riqueza en dólares, solo el 4% de las empresas impulsaron el 100% de las ganancias (3). Esta concentración solo parece haberse amplificado en los últimos años, ya que la actual cosecha de líderes son algunos de los componentes más importantes de la extensa y creciente economía digital. Estos son los operadores de las cabinas de peaje de la rampa de acceso digital, que sirven como punto de acceso para las empresas y las personas que participan en el ecosistema digital. Como resultado, su flujo de caja libre y sus ganancias han crecido a un ritmo mucho más rápido que el del resto de la economía.
Las ventajas que disfrutan las firmas tecnológicas líderes contrastan con las empresas de valor actuales, muchas de las cuales han luchado por crecer a medida que enfrentan desafíos seculares como la pérdida de participación de mercado o una fuerte presión de precios, tienen modelos de negocios más estrechamente vinculados a un crecimiento del Producto Interno Bruto modesto, o están en el lado equivocado del progreso tecnológico. Por el contrario, dado que las valoraciones de las acciones de crecimiento ciertamente han aumentado, muchos han compuesto los flujos de efectivo a una tasa tan alta que continúan teniendo atractivos rendimientos de flujo de efectivo libre. Algunos de estos modelos de negocio digitales también se benefician de los potentes efectos de red y de la economía en la que el ganador se lleva la mayor parte. Por tanto, sus valoraciones pueden estar justificadas y mejor comprendidas dentro de ese contexto. Por lo tanto, si bien es cierto que hay zonas en las que el mercado es sobre exuberante, en Janus Henderson Investors no creen necesariamente que ese sea el caso de las acciones de FAANG.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el espectro de las demandas antimonopolio y el aumento de la regulación se han convertido recientemente en un riesgo mayor para los modelos comerciales de las empresas de tecnología en los que el ganador se lleva la mayoría. Sin embargo, en Janus Henderson creen que un mayor nivel de escrutinio y alguna medida de política podrían eventualmente estimular la competencia y estimular la innovación en una parte más amplia de la economía digital. Esto podría ser particularmente beneficioso para las empresas cuyos negocios están bien posicionados pero que se ubican directamente debajo de las empresas más grandes en la jerarquía tecnológica.
En general, en Janus Henderson creen que el liderazgo concentrado es emblemático del cambio económico fundamental y ha puesto de relieve la brecha entre las empresas del lado correcto y del lado incorrecto de la disrupción digital. A la luz de eso, creen que es importante que los inversores consideren a las empresas posicionadas para beneficiarse de la aceleración de los temas de inversión.
Centrarse en acelerar los temas de inversión
Varias tendencias tecnológicas existentes se han acelerado como resultado de la pandemia y es probable que solo se fortalezcan en los próximos meses y años. El comercio electrónico, por ejemplo, ha ganado terreno como porcentaje del gasto total de los consumidores y sigue superando las expectativas. Los consumidores que adoptan las compras en línea rara vez regresan por completo a los minoristas tradicionales, lo que debería ayudar a impulsar el crecimiento a largo plazo del comercio electrónico. Los nuevos grupos demográficos, como la población de mayor edad y las industrias rezagadas, como la compra de comestibles y el aprendizaje en línea, también están ayudando a respaldar la trayectoria de crecimiento del sector.
El consumo de video over-the-top (OTT) también se ha incrementado sustancialmente. Las inversiones realizadas ahora, en contenido original, por ejemplo, pueden permitir el poder de fijación de precios en el futuro, aumentando el valor de las plataformas de transmisión. Además, plataformas como Netflix y Disney+ no dependen de los ingresos por publicidad, a diferencia de sus competidores televisivos lineales. El efecto neto ha sido poner a Netflix y Disney + en ventaja a medida que los presupuestos publicitarios se ajustan y también ha acelerado el cambio a plataformas de publicidad digital como Facebook y Google. La digitalización más amplia en toda la economía crea más vientos de cola para la publicidad en línea. Por ejemplo, las empresas de comercio electrónico generalmente gastan una mayor parte de sus gastos de marketing en publicidad en línea que las tiendas físicas. Por lo tanto, a medida que crece el comercio electrónico, es probable que la publicidad en línea también continúe floreciendo.
Con la ayuda en parte de la computación en la nube y las soluciones de software como servicio, los empleados han podido trabajar desde casa en un entorno alterado por la pandemia. Dado que la productividad se ha mantenido alta, las empresas están comenzando a analizar los beneficios potenciales de un cambio permanente a un entorno de trabajo desde casa. Las empresas no solo enfrentan un nivel de continuidad comercial y riesgo legal al regresar a las oficinas demasiado rápido, sino que también existen beneficios potenciales de productividad al reducir los tiempos de viaje y los beneficios de costos al necesitar menos espacio de oficina. De manera tangencial, las situaciones de trabajo permanente desde el hogar podrían tener impactos significativos en los mercados de vivienda y bienes raíces comerciales, ya que los individuos y las empresas eligen vivir y operar fuera de los centros urbanos de alto coste.
Las plataformas de nube pública son la infraestructura para la innovación
En muchos sentidos, estas y otras tendencias tecnológicas no podrían existir sin la enorme infraestructura de nube pública que están construyendo algunas de las empresas tecnológicas más grandes, incluidas Amazon (Amazon Web Services), Microsoft (Azure Cloud) y Google (Google Cloud Platform). La nube ofrece acceso a tecnología de la información empresarial más barata, ágil y segura que las alternativas locales. Pero si bien estas plataformas han crecido enormemente en los últimos cinco años, la construcción de la nube todavía tiene una penetración de solo un 4% en el mercado de infraestructura como servicio (IaaS)/plataforma como servicio (PaaS) de 1,3 billones de dólares (3).
En consecuencia, en Janus Henderson creen que la inversión en infraestructura en la nube tiene una larga trayectoria de crecimiento y que parte de esta demanda podría consolidarse en torno a los líderes de plataformas existentes (4). Por un lado, el entorno actual ha presionado los presupuestos de tecnología, lo que hace que los costos sean aún más importantes. También existen altas barreras de entrada, como las enormes cantidades de capital y los desarrolladores de software sofisticados necesarios para competir.
La importancia de la ventaja competitiva
Los temas discutidos anteriormente están desempeñando un papel vital en la transformación de la economía. Sin embargo, si bien es importante estar en el lado correcto de las tendencias tecnológicas, también es esencial identificar empresas con ventajas de modelo de negocio que sean capaces de mantener un crecimiento duradero y generar altos retornos sobre el capital a largo plazo. En Janus Henderson creen que es importante poseer empresas que tengan modelos de negocio sólidos con ventajas competitivas profundamente arraigadas, incluidos balances sólidos. Tales cualidades deberían permitir a estas empresas asignar capital a oportunidades de crecimiento a medida que la economía continúa evolucionando de lo viejo a lo nuevo.
Anotaciones:
(1) Fuente: FactSet, a 31 de octubre de 2020.
(2) Fuente: Bloomberg, a 31 de octubre de 2020.
(3) Bessembinder, Hendrik (Hank), Creación de riqueza en los mercados de valores públicos de EE. UU. De 1926 a 2019 (13 de febrero de 2020). Disponible en SSRN: https://ssrn.com/abstract=3537838 o http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.3537838
(4) Fuente: Investigación de Janus Henderson.
Información importante:
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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Aún sirve la renta fija para cubrir la exposición a renta variable?
Los bonos del Tesoro estadounidense llevan 30 años en un rally alcista que ha llevado los rendimientos a mínimos históricos. Esta tendencia hace que muchos inversores se pregunten si los treasuries aún sirven para cubrir la exposición a renta variable. En este artículo, analizo la relación entre la renta fija y la renta variable estadounidenses, y nos fijamos en lo que sucede en otros mercados y ofrecemos algunas conclusiones sobre la futura relación entre ambas clases de activos.
La renta variable estadounidense también ha generado sólidas rentabilidades en los últimos 30 años, como muestran el gráfico y la tabla que aparecen a continuación.
Pese a ofrecer rentabilidades similares en términos anualizados, la correlación media entre el índice S&P 500 y el Bloomberg Barclays US Long Treasury en el periodo analizado es de -0,15. El hecho de que la correlación media sea negativa implica que los treasuries han funcionado como cobertura para la renta variable. Sin embargo, si miramos más allá de la media a largo plazo, vemos que la relación ha sido más dinámica.
Por ejemplo, si nos fijamos en las correlaciones a tres años consecutivos, observamos que esta relación no siempre ha sido negativa. De hecho, durante gran parte de los noventa, la correlación entre la renta variable y la renta fija fue persistentemente positiva (0,45), sobre todo en los primeros años de la década. Sin embargo, desde el año 2000, en un contexto de baja inflación y constante expansión monetaria por parte de la Reserva Federal (Fed), la correlación entre ambas clases de activo pasó a ser negativa, con una media del -0,30.
Pero las correlaciones tampoco cuentan toda la historia. Un aspecto interesante, y quizás el más importante para los inversores en renta variable, es que los treasuries a largo plazo generaron robustas rentabilidades durante los periodos de inestabilidad de las bolsas (gráfico siguiente). La única excepción fue la llamada masacre de la renta fija de 1994. En todos los periodos, excepto en 1994, los treasuries a largo plazo avanzaron cuando el S&P cayó más del 5%. Y lo hicieron con independencia de si la correlación a tres años era positiva o negativa, o de si los rendimientos de los bonos eran altos o bajos.
El único periodo en el que los treasuries no protegieron contra las caídas en renta variable fue entre febrero y junio de 1994. En marzo de ese año, la renta variable tocó suelo en -6,96% y tardó cinco meses en recuperarse. Los treasuries a largo plazo cayeron junto con la renta variable: el tipo de interés del bono estadounidense a 30 años aumentó en 200 puntos básicos entre febrero y octubre de 1994, lo que equivale a una caída de precio del -11,70%. El mercado culpó a la Fed por aumentar los tipos de interés oficiales de manera prematura e impredecible durante ese periodo.
Durante los dos episodios de mayor inestabilidad en renta variable, la burbuja tecnológica (2002) y la crisis financiera mundial (2008), los bonos del Tesoro estadounidense no solo avanzaron con fuerza cuando el mercado se desplomó, sino que mantuvieron la trayectoria ascendente incluso cuando las bolsas se recuperaron. Más recientemente, y pese a los bajos rendimientos, los treasuries a largo plazo han funcionado como una valiosa herramienta de diversificación para quienes invierten en renta variable.
Pero el pasado es el pasado. ¿Qué nos deparará el futuro? ¿Seguirán ofreciendo protección los bonos ahora que los tipos de interés se acercan a cero? No podemos predecir qué sucederá, pero podemos fijarnos en qué ha ocurrido en otros mercados. Aunque los tipos se han reducido notablemente en EE.UU., en Europa hace tiempo que tocaron fondo. El Viejo Continente nos ofrece un adelanto de lo que podría ocurrir al otro lado del Atlántico.
El análisis de la renta variable europea y los bunds alemanes arroja una imagen muy parecida a la de EE.UU. De hecho, en cada periodo en el que las acciones europeas cayeron más del 5%, los bunds avanzaron. Resulta especialmente destacable que, incluso en los últimos cinco años, un periodo en el que los bunds han generado rendimientos nulos o negativos, siguieron aportando diversificación. Obviamente, los rendimientos de los bonos han sido más bajos en este entorno, pero siguieron ofreciendo protección direccional.
Conclusiones
Actualmente, la correlación entre la renta variable y la renta fija de EE.UU. sigue siendo negativa, lo que indica que los bonos siguen funcionando como cobertura para las acciones. Aunque el entorno de bajos rendimientos podría acabar alterando esta relación, la experiencia de otros mercados, como Alemania (y Japón), sugiere que incluso en un entorno de este tipo, los bonos siguen protegiendo de forma eficaz. De hecho, una escuela de pensamiento atribuye en parte la correlación negativa a la eficacia del objetivo de inflación de la Fed.
Además de los treasuries a largo plazo, otra posible cobertura para la exposición a renta variable es el efectivo. ¿Por qué los inversores no recurren al efectivo? Creemos que puede deberse a varias razones. La más obvia es que el efectivo básicamente no ofrece rendimientos. Además, la correlación entre la renta variable y el efectivo es prácticamente nula. Como ya hemos señalado, la correlación actual entre la renta variable y la renta fija es negativa, por lo que es probable que los bonos ofrezcan más protección que el efectivo.
Por último, aunque no es algo que se mencione a menudo, los instrumentos con duraciones más largas no solo ofrecen una mejor cobertura para la renta variable (que puede considerarse el instrumento de larga duración definitivo), sino que también ofrecen la posibilidad de generar rentabilidad adicional gracias al roll-down. Mientras la pendiente de la curva de tipos sea positiva, la rentabilidad que aporta el roll-down es un beneficio adicional de mantener treasuries a largo plazo. Además, el efectivo ha sido históricamente una buena cobertura frente a la inflación, a diferencia de los bonos nominales a largo plazo. Sin embargo, un entorno de inflación muy baja y predecible debería reducir el riesgo de mantener bonos con vencimientos a más largo plazo (que implican duraciones más largas).
Durante las caídas de la renta variable, los treasuries a largo plazo han ofrecido una cobertura eficiente y efectiva. Aunque unos rendimientos más bajos les restan atractivo desde la perspectiva de la prima a plazo (term premium) y las rentas, en momentos de inestabilidad en renta variable estas cuestiones pasan a un segundo plano, ya que los inversores tienden a buscar seguridad y liquidez. En nuestra opinión, estos instrumentos también generan rentabilidad positiva durante las caídas de la renta variable (desde el máximo hasta la recuperación). Creemos que los bonos del Tesoro estadounidense deberían seguir ofreciendo una cobertura razonable y efectiva para la renta variable estadounidense, sobre todo si la Fed y otros bancos centrales mantienen una política monetaria acomodaticia y mientras persista la correlación negativa entre la renta variable y la renta fija.
Tribuna de Syed Zamil, CFA, estratega de inversión global de Mellon.
Pixabay CC0 Public Domain. Robeco se fija como objetivo alcanzar cero emisiones netas con sus inversiones en 2050
Robeco se fija como objetivo alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) para 2050 en todos sus activos bajo gestión. Este proyecto forma parte de las iniciativas que ha puesto en marcha la firma en sus esfuerzos por reducir la huella de carbono de sus inversiones.
La gestora formalizará una hoja de ruta y establecerá metas intermedias para cumplir con este objetivo, en línea con los esfuerzos globales para limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Estas incluirán la reducción de las emisiones de la cartera, pero también la inversión en soluciones climáticas como los bonos verdes y el compromiso con las empresas participadas para impulsar la reducción de emisiones en la economía real. Robeco también trabajará junto con sus clientes y los asesorará sobre los objetivos de descarbonización que estén en línea con el objetivo que se ha fijado.
“Claramente se desprende de los informes científicos sobre el cambio climático y las emisiones de carbono que la sociedad tiene que actuar ahora. No podemos resolver los grandes problemas como el cambio climático y el rápido declive de la biodiversidad por nuestra cuenta. Pero lo que si podemos hacer es dar un ejemplo claro a la industria en general, trabajar juntos y alentar a otras instituciones financieras, como las gestoras de activos, a seguir el ejemplo”, explica Gilbert Van Hassel, CEO de Robeco.
En septiembre, Robeco ya anunció que ampliaba el alcance de su política de exclusión de combustibles fósiles a todos los fondos y, a principios de este año, contrató a un estratega de clima y un científico de datos climáticos.
Asimismo, también ha lanzado estrategias de inversión para contribuir a este objetivo, como su estrategia global de bonos verdes. Además, la gestora asegura que seguirá centrándose en combatir el cambio climático con sus iniciativas de propiedad activa en aquellas empresas que, según consideran desde la firma, se están quedando rezagadas en la transición.
Victor Verberk, CIO de Renta Fija y Sostenibilidad de Robeco explica que el objetivo de la gestora será contribuir a la consecución del Acuerdo de París, ya que “el cambio climático representa una amenaza para los inversores y la economía global”. “Reconocemos la responsabilidad de la industria inversora frente a los riesgos del cambio climático a través de las decisiones de inversión que tomamos y el diálogo activo que mantenemos con las empresas participadas y otras instituciones. Con este objetivo de alcanzar cero emisiones netas, buscamos contribuir a una economía baja en carbono”, subraya Verberk.
Foto cedidaValentijn van Nieuwenhuijzen, CIO de NN Investment Partners. NN IP: “El desarrollo de las vacunas, el estímulo fiscal y la recuperación económica impulsarán a los mercados en 2021”
Economistas, políticos, inversores y la ciudadanía en general lo tienen claro: este año, la pandemia ha puesto el mundo del revés, acelerando exponencialmente tendencias que ya estaban en marcha y provocando transformaciones definitivas en todos los ámbitos de la sociedad, también en los mercados. Pero, ¿qué ocurrirá en 2021? ¿Podemos ser optimistas? Según NN Investment Partners, la combinación del desarrollo masivo de vacunas con un apoyo fiscal y político sólido y una recuperación económica que se prevé que arranque en el segundo semestre proporcionará un contexto “bastante constructivo” para los mercados.
Durante el último de la serie de eventos “UpsideDown” celebrados por la gestora este año, su CIO, Valentijn van Nieuwenhuijzen, destacó que 2020 ha vuelto a ser una demostración de que siempre hay que esperar lo inesperado. “La clave está en comprender la complejidad de los mercados para tomar mejores decisiones de inversión en un año que comienza con muchas incertidumbres, pero también con oportunidades para quienes quieran aprovecharlas”, afirmó.
Pese a ello, destacó que el coronavirus ha expuesto de forma clara los fallos significativos de la estructura económica mundial que requieren reformas extensas e inversión pública. “Es necesario dar más pasos para luchar contra la desigualdad, el cambio climático y la mejora de la salud pública”, añadió.
Al analizar el papel de los gobiernos durante la crisis y a futuro, hizo hincapié en el rol fundamental que ha jugado la política fiscal en la recuperación y anticipó que seguramente se mantenga ese apoyo, aunque señaló que estas medidas no pueden ser meras “tiritas”, sino que deben servir a largo plazo e impulsar, entre otros, modelos de negocio más sostenibles.
En este sentido, el politólogo y autor estadounidense Ian Bremmer señaló que las decisiones tomadas por los gobiernos en 2020 han girado sobre todo en torno a la salud. En su opinión, inicialmente, algunos, como los de Estados Unidos, el Reino Unido o Brasil, fracasaron al politizar demasiado la coyuntura, pero finalmente “todos reaccionaron a nivel financiero, monetario y fiscal”. De cara a 2021, la mentalidad va a cambiar gracias al desarrollo de las vacunas y la caída de la mortalidad: “El desafío va a ser cómo las autoridades responden de forma efectiva a nivel económico si todavía falta liderazgo global”.
Digitalización, cambio climático y desigualdad
Asimismo, destacó que la pandemia ha acelerado tendencias que ya existían en el mundo, como la habilidad para innovar o la necesidad de reaccionar ante el cambio climático. “Pero también ha quedado evidente la disrupción de personas que trabajan en la economía sumergida realizando tareas cada vez menos constructivas, un problema enorme para las sociedades ante el cual los gobiernos han reaccionado muy poco”, criticó. Por ello, advirtió de que cientos de miles de personas van a ver sus empleos desplazados por la tecnología, algo que necesita una respuesta inmediata de las autoridades políticas para frenar el incremento de la desigualdad.
En ese sentido, Vincent Bourdarie, CIO de Nomura Asset Management, hizo hincapié en que el COVID-19 ha acelerado completamente la disrupción tecnológica que ya habían observado, algo que se ha visto con la elevada tasa de crecimiento que ha experimentado el comercio electrónico. Además, se acerca la llegada del 5G: “Eso va a cambiar la manera en la que trabajamos, al traer la automatización a nuestras vidas y hacer que esta disrupción sea todavía más grande, afectando, entre otras cosas, a las cadenas de distribución”.
A su juicio, esta crisis va a dejar determinados estigmas a largo plazo que transformarán la forma en la que vivimos, como la generación de “empresas zombis” o la elevada deuda pública. “Ya no va a existir tal cosa como un mundo sin coronavirus”, sentenció.
Sin embargo, Erik Nielsen, economista jefe de UniCredit, consideró que dichas empresas no deberían ser una fuente de preocupación, ya que el peor error habría sido no brindar apoyo a las compañías durante la pandemia. “Tampoco me preocupa la deuda soberana: se tomaron las medidas que había que tomar para limitar el impacto en los balances corporativos y trasladarlos a los soberanos. El coste va a ser inferior gracias al papel de los bancos centrales”, destacó. Además, anticipó una mayor coordinación entre la política monetaria y la fiscal de ahora en adelante.
La inversión sostenible está aquí para quedarse
Mientras, Van Nieuwenhuijzen subrayó que 2020 ha sido muy transformador para la inversión responsable, ya que el coronavirus ha incrementado el nivel de conciencia y compromiso por parte de los consumidores y, por extensión, de las autoridades políticas y los gestores de activos. “Este año ha proporcionado aún más pruebas de que los modelos de negocio con una mentalidad más sostenible son capaces de digerir mejor los shocks. Se ha producido un auténtico cambio de régimen”, insistió.
Por ello, la pandemia ha evidenciado el rendimiento superior de las estrategias sostenibles y que integran factores ESG tanto desde una perspectiva de generación de alfa como de gestión de riesgo; y, de cara a 2021, hay buenas oportunidades de inversión en bonos verdes o fondos de impacto, entre otros.
También ve oportunidades en el ámbito de las compañías de seguros, un sector que cada vez cuenta con mayores beneficios regulatorios; y activos como el crédito corporativo, el high yield o la deuda emergente, que se verán impulsados por la constante búsqueda de rendimiento.
Con todo, 2020 ha sido, a su juicio, un buen ejemplo de que, para lidiar con la incertidumbre, es clave mantener la calma y proporcionar un buen contexto a los inversores. “Es importante permanecer adaptables y tener en cuenta que la incertidumbre siempre genera oportunidades que vale la pena explorar”, concluyó Van Nieuwenhuijzen.
Tres años después de que el BLI, Banco de Inversiones de Luxemburgo, haya firmado los Principios de la Unión Europea para la Inversión Responsable (UN PRI) y tras haber creado un equipo para la gestión ISR, la sociedad de gestión de activos con sede en Luxemburgo ha publicado una política de inversión ISR mejorada y su primer informe ESG anual.
Las últimas muestras de los progresos conseguidos hasta el momento se ven reflejadas en el impacto de las actividades del BLI en el área ESG (Environmental Social Governance), y en las lecciones aprendidas de cara a seguir creciendo en este aspecto en el futuro. “Este informe incluye un resumen transparente de las actividades en las que participaremos, una instantánea de las controversias de nuestros análisis y también una descripción general del desempeño de la huella de carbono junto con otras medidas ESG relevantes «
La nueva política de inversión es el resultado del trabajo del equipo ISR de BLI, en estrecha cooperación con los equipos de gestión de fondos. “Cuando BLI publicó su primera política general de ESG en 2017, el análisis fue principalmente una forma de mitigar los riesgos de las carteras de fondos administradas. El foco estaba puesto en identificar y evitar las «manzanas podridas», mediante la exclusión de las empresas más controvertidas”, explica Annick Drui, quien fortaleció el equipo de ISR de BLI en marzo de 2020. “La nueva política de inversiones en renta variable integra un factor ESG, clave en el enfoque de inversión empresarial a largo plazo de BLI, lo que explica por qué nos tomó tres años dar el siguiente gran paso. Si se va a ajustar algo tan fundamental, ¡hay que hacerlo bien!”, añade Julien Jonas.
Desde que se dieron los primeros pasos en 2017, BLI ha trabajado consecuentemente en su sostenibilidad y en una inversión responsable, y amplió su alcance a todas las clases de activos gestionados. Además, se han puesto en marcha una serie de iniciativas que han conseguido que las ISR tengan un papel mucho más valioso dentro de BLI:
Se ha elaborado un análisis exhaustivo de las controversias y un análisis de participación y de votación para asumir la responsabilidad como propietario activo
Las políticas ESG están ahora integradas en el proceso de inversión de todos nuestros fondos de renta variable y mixtos, así como en la mayoría de nuestros fondos de renta fija.
Ha sido desarrollado un sistema de puntuación interno para los bonos del gobierno.