A la espera de pocos cambios y más orientación sobre el futuro en la última reunión de la Fed en 2020

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Foto del edificio de la Fed
Foto cedida. A la espera de más orientado sobre el futuro y pocos cambios en la la última reunión del año de la Fed

Si la semana pasada le tocaba al Banco Central Europeo (BCE), ahora es la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) la que se enfrenta a su última reunión de 2020. Según indican los analistas, no es probable que anuncie una ampliación de sus programas de compras, pero sí se espera que dé un mensaje claro de hacia dónde cree se dirigen las cosas. 

Las actas de noviembre revelaron que la Fed está analizando la posibilidad de aumentar el estímulo monetaria con mayores compras de deudas para apoyar la recuperación económica tras el impacto que ha supuesto la pandemia del COVID-19, pero todo dependerá de su visión sobre la evolución de la economía y la pandemia. 

En este sentido, los analistas de Bank of America explican que las claves de la reunión de hoy y mañana son que la Fed ofrezca una orientación cualitativa sobre su programa QE, vinculando las compras de activos a sus objetivos de inflación; y las previsiones económicas que comparta sobre la economía estadounidense. 

“La reunión de diciembre debería proporcionar un nuevo lenguaje en torno al QE, así que toda la atención estará puesta en este cambio que esperamos sobre sus política y programa de compras. Creemos que ni las condiciones económicas ni financieras son lo suficientemente graves como para justificar una flexibilización adicional de la política en este momento. Esperamos que el FOC dé una nueva orientación cualitativa basada en los resultados para la compra de activos. También esperamos que la declaración revisada vincule el ritmo y la composición de las compras de activos de la Fed con la consecución de una mayor inflación. Esto permitirá a la institución monetaria utilizar el QE como una palanca macro y reforzar la orientación futura de los bajos tipos de interés, para lograr una mayor inflación sostenida”, señala en su último informe. 

Esta visión es la opinión generalizada de qué esperar de esta última reunión. Es decir, la previsión es que haya algo más orientado sobre el futuro, pero sin grandes cambios. Una opinión que también comparte Christian Scherrmann, economista para Estados Unidos de DWS. Según su visión no habrá cambios sustanciales, sin embargo, las actas de la reunión de noviembre dan fuertes indicios de que los participantes están deseosos de proporcionar más claridad sobre el futuro de la política monetaria. 

“Quieren proporcionar una orientación más clara sobre el ritmo y la duración de las compras de activos a gran escala y el nivel de los tipos de interés. Esto se podría lograr estableciendo de forma verbal altos estándares en el curso de la recuperación económica y la sanación del mercado laboral, el requisito para cualquier tipo de reducción, que no esperaríamos antes de 2022. Por lo tanto, no esperamos un cambio significativo de la trayectoria proyectada de la tasa de los fondos federales en la próxima actualización de su Resumen de Proyecciones Económicas”, explica Scherrmann.

El experto de DWS añade que la propia Fed espera que el gobierno estadounidense haga más y también tome medidas para apoyar la economía. “Han expresado reiteradamente su llamamiento a un mayor estímulo fiscal, ya que la política monetaria por sí sola no puede apoyar plenamente la recuperación. Basándose en las actuales negociaciones en curso en Washington, un acuerdo de último minuto después de la reunión del FOMC de diciembre parece factible pero no es seguro. Seguimos siendo cautelosamente optimistas”.

Sin embargo, Scherrmann considera que las actuales condiciones financieras deberían implicar que la Fed tampoco está bajo una gran presión para aumentar significativamente el tamaño de sus compras de activos ni para extender su vencimiento. “Una gran lección que nos deja 2020 es que la Reserva Federal interviene en función de las circunstancias, no como lo dicta el calendario de reuniones. Por lo tanto, esperamos que la Fed mantenga su postura flexible, probablemente haciendo hincapié en la necesidad de otra ronda de estímulo fiscal, al tiempo que señala los riesgos a corto plazo para las perspectivas económicas”, añade.

Algunos analistas apuntan que la Fed reiterará su apoyo a la economía ante la desaceleración de la actividad en Estados Unidos. “El acta de su reunión del 5 de noviembre no reveló ningún detalle claro sobre las medidas futuras. Los inversores esperan más apoyo mediante cambios en los parámetros del programa de compra de activos, incluida una extensión del vencimiento medio de los activos para respaldar el mercado inmobiliario.Creemos que la Fed debería fortalecer su orientación a futuro condicionando su programa de compra de activos al logro de sus objetivos de empleo e inflación”, explica Franck Dixmier, Director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz Global Investors.

Expectativas sobre la reunión

Sobre qué esperar y qué no esperar de esta reunión, François Rimeu, estratega senior de La Française AM, apunta: «Esperamos que se extienda el vencimiento promedio de las compras de bonos en curso. Esta es una decisión difícil. De hecho, varios presidentes de bancos regionales han cuestionado recientemente la necesidad de tomar más medidas para apoyar la economía. No esperamos que el FOMC vincule el fin de las compras de activos a ningún tipo de evento o momento. Algunos miembros desearían indicar que el alivio cuantitativo no está aquí para siempre, pero creemos que esperarán a que haya más claridad en el frente fiscal y respecto al virus antes de hacerlo».

En opinión de Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer, la Fed necesita abordar la inclinación de la curva de rendimiento, por lo que podría ser tema a tratar en la conferencia de prensa. “Entendemos que el rebote de los precios de los commodities, incluidos los precios del petróleo, está provocando algunos temores de inflación. También vemos la lógica de que algunos precios de los bienes estén bajo presión alcista debido a la fuerte demanda. Sin embargo, creemos que estos no son signos de una reflación de base amplia de la economía estadounidense, y observamos que hay muchos sectores que se enfrentan a la erosión del poder de fijación de precios. Dada la aceleración de las infecciones por coronavirus y la ralentización del crecimiento del empleo visible en el informe del mercado laboral de noviembre, esperamos una fuerte señal de la Reserva Federal para limitar la subida de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense», sostiene Bonzon. 

Por último, Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía, señala que «todas las miradas están ahora en Norteamérica», no solo por la reunión de la Fed sino porque “es más que probable aprobación de un nuevo paquete de estímulos, por casi un billón de dólares». Respecto a la reunión de la Fed de hoy y mañana, comenta que “no se esperan importantes novedades» ya que, «aunque los últimos datos macroeconómicos publicados sugieren una cierta desaceleración en la recuperación de la economía estadounidense, todo apunta a que el crecimiento, en general, se mantiene sólido». Del Pozo señala que buena «prueba de ello son los indicadores avanzados (ISM), que siguen sugiriendo actividad económica en términos positivos». Sin embargo, advierte que «preocupa la creación de empleo. En ese sentido, habrá que esperar un poco para ver cómo comienza la macro americana el año y las primeras medidas del nuevo presidente» ya que, «en función de eso, la Fed adaptará las nuevas medidas monetarias».

Sobre el apoyo que previsiblemente dará el gobierno estadounidense, Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, apunta que la actual segunda ola de la pandemia hace que la continuación del apoyo fiscal de emergencia sea aún más necesaria. «La semana pasada el Presidente Trump firmó una extensión de 7 días de gastos, pero el progreso en el plan de estímulos sigue siendo difícil de alcanzar. El proyecto de ley bipartidista de 900.000 millones de dólares ha sido respaldado por el presidente electo Biden y los líderes demócratas del Congreso, pero el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, quiere añadir una legislación que otorga inmunidad a las empresas contra futuros litigios de sus empleados relacionados con el COVID, lo cual es rechazado por los demócratas. Para confundir aún más las cosas, el actual Secretario del Tesoro, Mnuchin, apoyó un versión del paquete de estímulo que no incluye la continuación del desempleo de emergencia federal beneficios – una línea roja para los demócratas. Seguimos convencidos de que se llegará a un acuerdo, ya que el impacto de la segunda oleada de la pandemia en la economía se está haciendo más manifiesto – las peticiones de subsidios de desempleo de la semana pasada salieron otra vez peor de lo esperado. Sin embargo, puede que tengamos que esperar al principio del próximo año”.

Más sobre bancos centrales

La Fed compartirá titulares estos días con el BCE que, según recuerdan los analistas de BancaMarch, hoy anunciará sí amplía el veto a la banca para repartir dividendos. “Tras la prohibición impuesta por el supervisor bancario a raíz de la pandemia, la expectativa es que el BCE elimine el veto, al menos parcialmente, para repartir dividendos. Esta restauración se haría de forma estricta, con un pay-out -porcentaje del beneficio destinado al pago de dividendos- que se situaría entre el 10% y 20%, sensiblemente inferior al que acostumbra a pagar la banca española”, apuntan.

Según indican, esta decisión llegará solo unos días después de conocer la del Banco de Inglaterra, que ha levantado el veto imponiendo unas restricciones que supondrían un pay-out de hasta el 25%. Las entidades, que consideran clave el pago del dividendo para mantener su base accionarial, esperaban repartir 8.000 millones de euros este año frente a los 7.300 millones distribuidos en 2019, hasta que la llegada de la pandemia provocó la suspensión del dividendo por parte del supervisor.

La capitalización de mercado de empresas líderes en “nueva energía” excede por primera vez en la historia a la “vieja energía”

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Pixabay CC0 Public DomainRae Legget. Rae Legget

La reapertura de las economías durante el tercer trimestre, junto con las continuas medidas de respaldo fiscal adoptadas por los gobiernos y los tipos de interés mundiales en niveles persistentemente reducidos que apuntalan las valoraciones de la renta variable, siguieron impulsando los mercados tras la espiral de ventas de marzo hasta situarlos en terreno positivo en el conjunto del año.

En este entorno, según indican Pauline Grange, gestora de carteras de renta variable mundial, y Jess Williams, analista de carteras de inversión responsable de Columbia Threadneedle Investments, la estrategia Global Sustainable Outcomes se anotó un sólido trimestre, con un avance del 12,6%, y superó en un 4% la rentabilidad del índice MSCI ACWI (1). Las compañías cuyos productos y servicios contribuyen a la descarbonización mundial figuraban entre las acciones más rentables de la cartera durante el trimestre.

Entre ellas, destacan sus posiciones en los líderes de energías renovables Nextera Energy y Orsted, así como el fabricante de baterías para vehículos eléctricos Samsung SDI y la firma de aislamiento de edificios Kingspan, cuyas soluciones ayudan a crear edificios más eficientes desde el punto de vista energético (2).

De hecho, dada la continua tendencia bajista del sector del petróleo durante el trimestre, la capitalización de mercado de Nextera (que podría definirse como “nueva energía”) excede ahora la de Exxon Mobil (“vieja energía”) por primera vez en la historia (gráfico 1).

Columbia Threadneedle Investments

Estas compañías de “nueva energía” se han visto propulsadas por los gobiernos de todo el mundo a través de favorables cambios en las políticas ambientales y la introducción de objetivos de neutralidad de carbono.

  • Por ejemplo, el Parlamento Europeo votó a favor de aumentar su objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030 del 40% al 60% con respecto a los niveles de 1990. También adoptó un estímulo fiscal para incentiva la inversión en tecnologías verdes por medio de su fondo de recuperación post coronavirus (3).
  • El gobierno del Reino Unido se comprometió a elevar su objetivo de energía eólica marina para 2030. En efecto, el primer ministro, Boris Johnson, prometió fomentar la energía eólica marina del país como parte de una “revolución industrial verde” (4).
  • Tanto Japón como Corea del Sur pactaron nuevos objetivos de reducir a cero las emisiones netas para 2050, y un componente clave de la estrategia consistirá en la sustitución del carbón por energía renovable (5).

Sin embargo, el país que sorprendió a los mercados fue China, al anunciar durante una Asamblea General de las Naciones Unidas su compromiso de conseguir la neutralidad de carbono antes de 2060, y su intención de incluir este objetivo en su plan para los cinco próximos años. También se esforzará por alcanzar el pico de emisiones de carbono “antes de 2030” (6).

Esta es la primera vez que China ha establecido un objetivo específico de neutralidad de carbono a largo plazo, una medida que tendrá un efecto transcendental en los esfuerzos internacionales para limitar el cambio climático, dado que el gigante asiático emite en torno al 27% de los gases de efecto invernadero del planeta (7).

De hecho, según los análisis independientes del consocio científico Climate ActionTracker, que realiza un seguimiento de las medidas climáticas de los gobiernos y las compara con los objetivos del Acuerdo de París, si China alcanza su objetivo de neutralidad de carbono, esto ayudaría a reducir las previsiones de calentamiento mundial en alrededor de 0,2-0,3 grados Celsius y supondría un paso más en la consecución del objetivo del Acuerdo de París de reducir a cero las emisiones netas antes de 2050 (8).

Incluso a nivel microeconómico, las compañías siguen anunciando objetivos de neutralidad climática e inversiones directas que promueven un alejamiento de los combustibles fósiles. Las compañías energéticas mundiales han aumentado significativamente sus compromisos de asignación de capital a las energías verdes, al tiempo que los fabricantes de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés) del sector de la automoción han acelerado sus objetivos de vehículos eléctricos y han lanzado nuevos modelos.

Hasta las grandes compañías de servicios financieros están introduciendo cambios: JP Morgan, por ejemplo, ha prometido alejar sus carteras financieras de los combustibles fósiles (9).

Entretanto, el gigante de bienes de consumo Unilever, una posición de la estrategia Global Sustainable Outcomes, estableció en junio el objetivo de reducir a cero las emisiones netas de carbono de sus operaciones y proveedores para 2039 (10). Más tarde, en septiembre, anunció una inversión de 1.000 millones de euros (1.200 millones de dólares) destinada a ayudar a sus proveedores a adoptar tecnologías para eliminar el uso de combustibles fósiles en la producción de productos de limpieza antes de 2030, es decir, para sustituir el petróleo en el proceso de producción (11).

Otra posición, Croda, fue aún más lejos al desvelar durante su jornada sobre sostenibilidad su objetivo para 2030 de tener un efecto positivo en “el clima, la tierra y las personas” (12). Mediante el desarrollo de innovadoras soluciones de productos, la firma pretende ahorrar más carbono del que emite, y garantizar la disponibilidad de más tierras aptas que las que utiliza para cultivar sus productos biológicos.

Una aspiración clave de la estrategia Global Sustainable Outcomes consiste en invertir en aquellas compañías que contribuyen de forma positiva al tema de transición energética y climática, con lo que pretende respaldar tanto a los gobiernos como a las compañías a lograr sus objetivos de neutralidad de carbono y a combatir el cambio climático.

 

 

Anotaciones:

(1) Columbia Threadneedle Investments, 1 de octubre de 2020.

(2) La referencia a valores específicos no debe interpretarse como recomendación de compra.

(3) Politico.eu, “European Parliament backs 2030 emissions cuts of 60 percent”, 7 de octubre de 2020.

(4) Gov.uk, “New plans to make UK world leader in green energy”, 6 de octubre de 2020.

(5) AsiaNikkai.com, “South Korea joins Japan in making 2050 carbon-neutral pledge”, 28 de octubre de 2020.

(6) BBC.co.uk, “Climate change: China aims for ‘carbon neutrality by 2060’”, 22 de septiembre de 2020.

(7) Climatewatch, datos históricos – 2016 PIK-PRIMAP.

(8) Climate Action Tracker, “China going carbon neutral before 2060 would lower warming projections by around 0.2 to 0.3 degrees C”, 23 de septiembre de 2020.

(9) FT.com, “JPMorgan Chase promises to shift portfolio away from fossil fuels”, 7 de octubre de 2020.

(10) Unilever.com, “Unilever sets out new actions to fight climate change, and protect and regenerate nature, to preserve resources for future generations”, 15 de junio de 2020.

(11) Unilever.com, “Unilever to eliminate fossil fuels in cleaning products by 2030”, 2 de septiembre de 2020.

(12) Croda.com, seminario de inversión sobre sostenibilidad, 20 de octubre de 2020.

 

 

 

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La pandemia sitúa la “antifragilidad” como la principal preocupación de la industria europea de pensiones

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Pixabay CC0 Public Domain. La pandemia sitúa la “antifragilidad” como la preocupación más importante para la industria de pensiones europea

Con la economía mundial lastrada por una elevada incertidumbre, los planes de pensiones se encuentran en un viaje hacia lo desconocido. Como resultado, los planes de pensiones ahora valoran la resiliencia de las carteras por encima de todo, según un nuevo informe publicado por CREATE-Research y la mayor gestora de activos europea, Amundi.

Para la elaboración del informe se ha entrevistado a 158 encuestados de 17 mercados de pensiones tanto públicos como privados, que gestionan colectivamente 1,96 billones de euros. Su objetivo es arrojar luz sobre cómo están respondiendo los planes de pensiones de todo el mundo mientras la economía mundial lucha por recuperarse del equivalente económico a un paro cardíaco masivo.

El COVID-19 ha lastrado las finanzas de las pensiones, se espera una recuperación irregular y el regreso de la inflación. La extraordinaria respuesta política de los bancos centrales y sus gobiernos fue oportuna y vital. Pero también ha infligido efectos secundarios tóxicos en la solvencia de las pensiones por el aumento de los pasivos y la caída de los retornos por los tipos de interés cero (zero-bound). Junto con el colapso del mercado en marzo de 2020, éstos han deteriorado las ratios de financiación en todo el mundo.

Según el 85% de los encuestados, los mercados financieros tendrán una recuperación en forma de W o en forma de acordeón: ambas muy volátiles. La mayoría de los encuestados cree que es probable que los bancos centrales pierdan su independencia frente a sus gobiernos (84%) y que la inflación seguirá a la deflación una vez termine la crisis actual (77%). Finalmente, la inmensa mayoría de los encuestados considera que los rendimientos de los activos serán más bajos en esta década que en las anteriores (90%).

Según el profesor Amin Rajan, de CREATE-Research, que dirigió el proyecto: “Evaluar el daño macroeconómico del COVID-19 es similar a mirar a través de un caleidoscopio: aparecen diferentes imágenes con cada giro de la esfera. Sin embargo, hay una cosa que es cierta: cuanto más dure la pandemia, mayor será el daño económico a los planes de pensiones”.

La inversión se reduce ahora a un único imperativo: la “antifragilidad”

La asignación de activos tendrá dos pilares adicionales: liquidez y resiliencia. En esta era de mayor incertidumbre y volatilidad, la inversión tiene que ser a largo plazo, como destacan las tres cuartas partes (76%) de nuestros encuestados.

El 75% de los encuestados acudirá a los mercados privados en busca de una resiliencia a medida, mientras que el factor flujo de caja de alta calidad en renta variable global encabezará la elección en asignación de activos para el 76% de los encuestados que buscan incorporar un componente “antifragilidad” en sus carteras.

Más de la mitad (58%) recurrirá a la inversión temática en busca de resiliencia inherente a través de temas seculares. Un plan de pensiones del Reino Unido destacó algunas áreas. En primer lugar, demográficas: centrándose en la atención médica y la urbanización. En segundo lugar, tecnología: centrada en inteligencia artificial, redes 5G y la nube. En tercer lugar, la inversión ESG: centrada en energías renovables, prácticas laborales y gobierno corporativo.

Dado que se espera que los bonos soberanos generen rendimientos totales mínimos, las herramientas de riesgo dependerán demasiado de otros medios. Una mayor planificación de escenarios será el enfoque preferido utilizado por los planes para gestionar el riesgo en las carteras durante la próxima década (61%), mientras que casi dos tercios (57%) dependerán principalmente de la gestión de liquidez. La diversificación seguirá siendo una piedra angular masiva en la inversión, ya sea basándose en clases de Activos (55%) o en factores de riesgo (54%).

Según Pascal Blanqué, Director de Inversiones de Amundi, “el COVID-19 ha obligado a los gobiernos y a los bancos centrales a embarcarse en una respuesta monetaria del tipo «cueste lo que cueste» (“whatever it takes”) de tiempos de guerra. Los impactos a largo plazo en los mercados financieros solo se hacen evidentes en retrospectiva. Ante tal incertidumbre, la resiliencia de la cartera y la “antifragilidad” guiarán a los inversores de pensiones».

Los planes de pensiones favorecerán la renta variable global para el crecimiento del capital

Se favorecerán cinco clases de activos para obtener rentas: infraestructuras (58%), bonos investment grade de EE. UU. (44%), bonos investment grade de mercados emergentes (41%), deuda privada (38%) y deuda investment grade europea (36%). Las infraestructuras, en particular, se beneficiarán de un estímulo fiscal a gran escala con un enfoque especial en las energías renovables y su mejora de la dinámica de costes. Un encuestado apuntó, «dada su resiliencia inherente, las infraestructuras serán el mayor ganador de esta crisis».

En cuanto a protección contra la inflación, la renta variable y las infraestructuras volverán a verse beneficiadas; las materias primas y la deuda inmobiliaria mucho menos, con sólo el 4% y el 29%, respectivamente.

Los bonos soberanos se verán favorecidos por una pequeña minoría (18% para la deuda pública de EE. UU. y 17% para la de mercados emergentes) y solo aquellos con buenos ratios de financiación que permitan un elevado grado de reducción de riesgo de la cartera.

Los fondos ESG pasan de señalar virtud a señalar valor

La pandemia ha dado a los inversores una idea real de cómo los shocks físicos pueden hundir las carteras. En este contexto, la inversión ESG ha demostrado ser resiliente, registrando también buenos rendimientos ajustados al riesgo.

El crash del mercado de marzo fue una verdadera prueba de si la inversión ESG es sólo un lujo en mercados alcistas, careciendo de resiliencia frente a grandes caídas. Los resultados de nuestra encuesta muestran lo contrario. Para la mayoría de los encuestados, sus fondos ESG se comportaron mejor que el resto de la cartera (52%) o igual (45%).

Además, el mediano de los criterios de la inversión ESG, ignorado durante mucho tiempo, el factor «S», ha cobrado fuerza, ya que el COVID-19 ha expuesto los bajos salarios, los trabajos precarios y la explotación laboral en ocupaciones de primera necesidad, especialmente en los sectores retail, transporte y sanitario.

Según afirmó otro participante de la encuesta, “las compañías se están dando cuenta de que necesitan permiso social para operar. Los viejos métodos ahora son inaceptables para sus clientes «.

Con estas consideraciones sociales saliendo a la luz, el componente «S» en la inversión ESG cobrará más importancia en el futuro, ya que se está poniendo bajo el foco cómo las compañías globales gestionan sus cadenas de suministro en particular. Por lo tanto, el factor social (30%) ahora ha aumentado y los factores ambientales (41%) y de gobierno corporativo (29%) han disminuido levemente en importancia relativa desde la encuesta de 2018.

La emisión de bonos sostenibles bate un nuevo récord en el tercer trimestre gracias a la recuperación de los bonos verdes

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Pixabay CC0 Public Domain. La emisión de bonos sostenibles bate un nuevo récord en el tercer trimestre gracias a la recuperación de los bonos verdes

La emisión de bonos sostenibles, es decir el conjunto de bonos verdes, sociales y de sostenibilidad, alcanzó los 127.000 millones de euros durante el tercer trimestre de 2020. Esta cifra supone un 30% más respecto al máximo registrado en el trimestre anterior, según el Moody’s Investors Service. 

“El volumen global de financiación sostenible se acercará a los 425.000 millones de dólares en 2020 tras el tercer trimestre. Creemos que la distribución aproximada será de 250.000 millones de dólares en bonos verdes, 100.000 millones de dólares en bonos sociales y 75.000 millones de dólares en bonos de sostenibilidad para todo el año», apunta Matthew Kuchtyak, analista de AVP en el Grupo ESG de Moody’s Investors Service

Los bonos de sostenibilidad representaron un 6,1% de la emisión de deuda global en el tercer trimestre, también un nuevo récord trimestral. En concreto, los datos de Moody’s señalan que la emisión de bonos sostenibles ascendió a 288.200 millones de dólares en los primeros nueve meses del año, un 24% más que en el mismo período de 2019.

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Por su parte, la emisión de bonos verdes experimentó una subida del 31% respecto al segundo trimestre, hasta los 72.300 millones de dólares en todo el mundo en el tercer trimestre, a medida que las condiciones económicas mejoraron un poco. Los activos de “deuda verde” están evolucionando, gracias “a los instrumentos de capital verde y el sukuk verdes que están emergiendo”, añade Kuchtyak.

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Además, la emisión de bonos sostenibles también estuvo impulsada por la emisión de bonos sociales y de sostenibilidad que alcanzaron los 28.100 millones de dólares y 26.900 millones de dólares respectivamente. Desde Moody’s señalan que si bien los emisores públicos siguieron utilizando principalmente este tipo de bonos para financiar los proyectos con los que piensan dar respuesta a la pandemia del coronavirus, un número de mayor de empresas ha comenzado a emplear estos activos para mostrar sus objetivos de sostenibilidad. Esta tendencia sugiere, según el Moody’s Investors Service, que la tendencia de emisión de bonos sostenibles continuará cuando acabe la pandemia. 

Por último, destaca la emisión de bonos soberanos sostenibles, que sigue creciendo a medida que los países responden a la demanda de los inversores y recaudan capital para actividades de desarrollo sostenible, afirman desde Moody’s. Tras varias emisiones debutantes en el tercer trimestre, los volúmenes de bonos soberanos sostenibles ascienden a 33.100 millones de dólares en lo que va de año, frente a los 21.800 millones de dólares de todo el año 2019.

Brexit: fin de la saga… ¿Y ahora?

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Pixabay CC0 Public Domain. Brexit: fin de la saga… ¿Y ahora?

Suponiendo que ambas partes puedan ponerse de acuerdo, el proceso de ratificación del Brexit no será fácil y habrá discrepancias después del 1 de enero de 2021. No obstante, una última apreciación de las acciones del Reino Unido permanecerá durante el próximo año.

Dados los años de Sturm und Drang*, el proceso del Brexit se califica como una «saga». El 31 de diciembre de 2020, el Reino Unido terminará el período de transición que comenzó el 1 de febrero de 2020, el día después de que el Reino Unido dejará oficialmente la Unión Europea. 

El Acuerdo de retirada y el período de transición continuaron el status quo de la pertenencia (incluidas las relaciones comerciales y los pagos al presupuesto de la UE) durante todo el año 2020. Si bien muchos plazos han sufrido un vaivén de fechas desde la votación del referéndum del 23 de junio de 2016, el final de 2020 es uno de los pocos plazos inmutables, ya que ambas partes han prometido no ampliar la transición.

En las negociaciones comerciales, los retos derivan del alcance y el método de convergencia de los diferentes sistemas económicos y legislativos. Es la primera vez en la historia que se crea un nuevo acuerdo comercial cuyo objetivo es la divergencia, dada la integración del Reino Unido en las estructuras de la UE desde 1973. Lo que debería haber sido un proceso sencillo se ha complicado, como tantas veces a lo largo de la historia europea, por la política. 

La UE se ha visto impulsada por lo que considera una amenaza existencial a su razón de ser (que la pertenencia a la UE confiere beneficios que justifican el precio a los contribuyentes netos) y ha hecho amplias demandas al Reino Unido después de su salida. El Reino Unido ha tenido que justificar la perturbación derivada del resultado del referéndum demostrando que su nueva condición se traducirá en un aumento de la soberanía y los beneficios nacionales. 

Tres grandes áreas de desacuerdo

Dada la naturaleza integrada del Reino Unido dentro de la UE, es positivo que «solo» haya tres áreas principales de desacuerdo. De mayor preocupación inmediata, es desalentador que estos hayan sido los temas pendientes desde la primavera y que se hayan hecho limitados progresos «oficiales» para resolverlos. El éxito de la Unión Europea al asegurar sus ambiciones clave en las negociaciones de retirada (acuerdo financiero, derechos de los ciudadanos de la Unión Europea en el Reino Unido y la frontera irlandesa) proporcionó un sentido inflado de la dinámica de poder en las negociaciones. Durante la fase actual de las negociaciones, el Reino Unido cuenta con sólidas bazas de negociación (pesca, un notable déficit comercial de bienes y una relación de intercambio más atractiva en cuanto a los aranceles aplicados en un escenario de la OMC) y la UE se ha mostrado reacia a hacer concesiones a sus exigencias de que el Reino Unido se ajuste a la política de la UE en materia de reglamentación.

Las tres cuestiones polémicas siguen siendo la pesca, la política de ayuda estatal y los mecanismos de aplicación para garantizar que ambas partes cumplan un eventual acuerdo. La confianza no se ha visto favorecida por la propuesta de Ley de Mercado Interior del Reino Unido, que aún está en trámite en el Parlamento del Reino Unido. Sin embargo, a pesar de las diferencias públicas, se han identificado «zonas de desembarque» y ciertamente se vislumbran compromisos prácticos. 

La realidad es que, en los últimos cuatro años, el Reino Unido se ha alejado del suave Brexit que el Primer Ministro May y la UE esperaban originalmente. En consecuencia, a pesar de algunas posibles perturbaciones a corto plazo, el acuerdo que se espera aprobar a finales de año no difiere notablemente de las condiciones comerciales de la OMC. Como el jefe negociador de la UE ha señalado, «habrá interrupción de todos modos» a partir del 1 de enero de 2021. Si bien el Primer Ministro Johnson puede preferir un acuerdo y ver una pequeña ganancia política por la firma de un acuerdo, la presión no es ni mucho menos tan intensa como lo fue en los dos primeros años para evitar un resultado de no-tratamiento.

Donde hay voluntad, hay camino

Suponiendo que ambas partes puedan llegar a un acuerdo, el proceso de ratificación del Brexit no es sencillo y tendrá que acelerarse. El Parlamento del Reino Unido debe aprobar el tratado, pero la fuerte mayoría del Primer Ministro Johnson debería permitir que se apruebe rápidamente (dado que la oposición es más pro-UE que el partido conservador y votará a favor). 

Por el lado de la UE, el Parlamento de la UE tendrá que trabajar con celeridad para dar su aprobación, sin plantear objeciones. Normalmente, los tratados comerciales deben ser ratificados por los parlamentos nacionales (y algunos parlamentos regionales, como fue el caso del acuerdo CETA), lo que incrementa el tiempo necesario. 

«Donde hay voluntad, hay camino» y la UE desempolvará su capacidad de esquivar la aprobación del tratado a tiempo (como se ha visto tantas veces durante la crisis de la zona del euro). Además del resurgimiento del virus en todo el continente, la UE también está lidiando con la aprobación de su nuevo presupuesto del marco de financiación multianual, así como con el plan de la UE de la próxima generación para ayudar a estimular las economías después de la Covid. 

Después de cuatro años de baja rentabilidad, el FTSE All-Share se negocia al mismo nivel relativamente bajo del S&P500 que el alcanzado en 1974. Una lista creciente de bancos de inversión e inversores ve un alza significativa en las acciones del Reino Unido. Con la resolución (parcial) de Brexit, así como las noticias positivas sobre la derrota de Covid, una recalificación sostenida de las acciones del Reino Unido es ciertamente posible en 2021.

Tribuna de Stephen Surpless, director de inversiones en Edmond de Rothschild Private Merchant Banking.

El BIS publica un informe sobre la emisión de moneda digital por bancos centrales

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La innovación financiera adquiere cada día más protagonismo. Por ello, los bancos estudian la posibilidad de emitir una nueva forma de dinero: una moneda digital de banco central, conocida como CBDC (central bank digital currency, en inglés). Para coordinar esta labor de estudio e investigación, los bancos centrales de Canadá, Japón, Suecia, Suiza, Reino Unido, Estados Unidos y el Banco Central Europeo y el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) han emitido un informe conjunto sobre esa emisión.

En el informe, se considera esencial cooperar para prever los efectos indirectos internacionales que pueden generarse por la emisión de dinero digital de bancos centrales, dado que la emisión y las opciones de diseño dependerán de cada banco central.

En primer lugar, las entidades destacan que el uso del dinero digital supondría un mejor medio para distribuir y utilizar el dinero, ya que mitigaría riesgos como la falsificación, fomentaría la inclusión financiera y podría mejorar los pagos transfronterizos y la transparencia en los pagos.

Asimismo, la emisión de dinero digital también requiere un equilibrio entre reducir riesgos, como el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, y mantener el anonimato de determinadas operaciones. Por otro lado, la existencia de una CBDC remunerada generaría cambios en las tasas de interés. Para que este sistema sea eficaz, el BIS advierte que las tasas de interés tendrían que ser competitivas, lo que también afectaría a la estabilidad financiera.

No obstante, el informe también señala también el posible efecto para la estabilidad financiera si la emisión del dinero digital afectara a la intermediación de los bancos supervisados por aumentar la adquisición del dinero digital con las consecuentes pérdidas de depósitos.

A la hora de emitir una moneda digital de estas características, el BIS subraya que se deben apoyar el cumplimiento de los objetivos de políticas públicas, así como han de complementarse entre sí con las formas de dinero ya existentes. Además, han de aportar innovación y eficiencia para otorgar seguridad a los usuarios.

Para poder cumplir con estos principios, el informe enumera una serie de características de la CBDC, el sistema y su marco institucional. En primer lugar, el instrumento ha de ser convertible, conveniente, aceptado, disponible y de bajo coste. Además, en lo referente al sistema, este ha de ser, según las entidades, seguro, instantáneo, resistente a interrupciones operacionales, disponible, capaz de procesar elevado número de transacciones, capaz permitir el flujo entre sistemas públicos y privados y flexible ante el cambio de condiciones.

Por último, el BIS subraya que, en lo referente al marco institucional la CBDC ha de contar con una autoridad sólida que respalde la emisión y ajuste del sistema a las normas reglamentarias apropiadas. Por otro lado, el informe define una serie de características en relación al diseño de esta moneda. En cuanto a los instrumentos, el BIS considera “fundamental saber si la moneda digital devengará intereses y si se impondrán límites a las existencias individuales”. En lo referente a los libros de cuentas, la entidad destaca cinco factores clave para su diseño: la estructura, la autenticación del pago, la funcionalidad, el acceso y la gobernanza.

Además, el informe advierte que emitir una CBDC requerirá “un gasto de capital y existirán costes de funcionamiento, por lo que la clave del diseño será definir quién soportará esos gastos: los usuarios públicos, los bancos o los proveedores de servicios”.  Para que la tecnología empleada sea la adecuada, las entidades recuerdan que debe ofrecer una variedad de opciones de pago fáciles para que todo el mundo tenga acceso a su uso y no sea exclusivo de los que cuenten con instrumentos tecnológicos modernos.

Asimismo, ha de proporcionar seguridad y resistencia para la protección de los datos comparando entre la tecnología de libro mayor distribuido (DLT) o un libro mayor centralizado con un número reducido de centros de datos. También, debe de contar con un sistema rápido y expansible, que pueda ejecutar un elevado volumen de transacciones a un coste ajustado; ser interoperable, es decir, que cuente con acuerdos de pago que permitan las transacciones entre cuentas; y ser flexible, adaptándose a los cambios producidos por la evolución del entorno.

“Los bancos centrales que han participado en este informe reconocen la prioridad de este asunto para responder a la innovación constante en los sistemas de pagos y la tecnología. Por ello, quieren continuar con el estudio de las implicaciones prácticas de las CBDC”, añaden desde el BIS. En este contexto, la entidad pide la colaboración y el intercambio de información y seguirá promoviendo que cooperen otros bancos centrales y agentes.

Adiós a Popular Asset Management: desaparece formalmente una gestora clave en la historia de los fondos en España

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La gestora del banco Popular, Popular Asset Management, ha desaparecido formalmente, un camino iniciado con la compra del banco Popular por parte de Santander.

El pasado 21 de noviembre la entidad registraba en el registro mercantil de Madrid un acto en el que anunciaba su disolución, por fusión. Y posteriormente, su total extinción.

A la hora de integrar Popular AM, Santander AM ha llevado a cabo una política de economías de escala con los fondos de la entidad: excepto los fondos garantizados, los vehículos han sido fusionados con otros productos de la gestora o hay planes de hacerlo en el futuro. Solo un producto, Eurovalor Cartera Dinámica, ha sido reconvertido (bajo el nombre Mi Fondo Santander Atrevido), según explican fuentes del mercado a Funds Society.

En lo que respecta a la integración de los profesionales, la mayoría de los equipos de Popular AM se han integrado en Santander AM: el primero fue Juan Vilarrasa, que en enero se incorporó al equipo Global Multi Asset Solutions (GMAS) capitaneado por Cristina Rodríguez Iza. Y ahora muchos están integrados. Entre las incorporaciones más recientes están Rocío Maldonado, Belén Sánchez, Sonia de las Heras y Alfonsa Muñoz, antes responsables de distintas áreas de inversión de Allianz Popular AM (Renta Variable, Renta Fija y Asset Allocation, Multimanagement, y Estructurados y Monetarios, respectivamente).

Sin embargo, otros de los responsables de Allianz Popular, la joint venture de Popular y Allianz (de la que Santander compró el 60% a Allianz, quedándose con todo el negocio de gestión), están ahora al frente del nuevo proyecto de gestión de activos y planes de pensiones de Allianz Seguros, como Miguel Colombás (director de Asset Management), Rafael Hurtado (director de Inversiones y Estrategia), Beatriz Perelló (gestión en asset allocation) o Isabel Marcos (responsable de Desarrollo de Negocio de Fondos de Inversión y Planes de Pensiones).

Otros profesionales han tomado un tercer camino, pasando a trabajar en otras entidades, como Carlos de Andrés (ahora gestor y selector de fondos en Bankia AM) o Miguel Uceda, ahora CIO o director de Inversiones de Welzia Management.

De esta forma -con sus antiguos profesionales dispersos entre Santander AM, Allianz y terceras entidades, y sus fondos prácticamente extinguidos-, desaparece formalmente una gestora histórica, un proceso que se iniciaba con la compra del grupo Popular por Santander y que termina ahora. La gestora tiene tanta historia que su creación, como contábamos en un artículo reciente, precede a la democracia en España, es anterior a la llegada a la Luna, a la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea y a la propia creación de la CNMV, el supervisor de los mercados en España.

Repasamos los hitos más importantes del negocio.

Sogeval (luego Popular Asset Management) fue fundada en el año 1965, con 11 empleados que, desde su primera sede en la madrileña calle de Alcalá, prepararon las bases para el lanzamiento, en 1967, del primer fondo, Eurovalor (más tarde Eurovalor Mixto 70, que desaparecía el pasado mes de julio por ser fusionado).

Dos años, después, en 1969 y coincidiendo con el hito de la llegada del hombre a la Luna, llegó también el segundo fondo de la firma, llamado entonces Eurovalor 2 (hoy Eurovalor Renta Fija). Entonces, la contratación de fondos era totalmente física, y el partícipe obtenía, con la inversión, un certificado de participaciones que daban prueba de la titularidad.

La apertura democrática y económica de España fueron el marco dentro del cual el grupo iba creciendo y evolucionando. Su primer director general fue Mariano Rabadán, el que fuera presidente de Inverco, que contribuyó decisivamente a transformar el grupo de crédito en un negocio pionero en gestión patrimonial y en fondos de inversión, actividades muy poco desarrolladas en esos tiempos.

En 1987 llegaría el tercer fondo de la gestora (hoy Eurovalor Dinero), solo un año antes del nacimiento de la CNMV. Y todo, en un contexto en el que España se adhería a la Comunidad Económica Europea. En los 90 llegaría el primer fondo de renta variable pura de la gestora, el primer fondo garantizado, y el primer hito: en 1998 se alcanzaba el primer billón de pesetas en patrimonio gestionado (una cifra que suponía más del 1% del PIB de aquella época), el mismo año en el que nacía el Banco Central Europeo. El euro llegaría más tarde.

La entidad inauguró el siglo XXI con el lanzamiento de su primer fondo de fondos, y la ampliación de su gama de productos con los fondos perfilados y geográficos y en 2007 cambió su nombre a Popular Gestión, hito que acompañó un poco después con el lanzamiento de nuevos vehículos. En 2008, tras el estallido de la crisis de las subprime, la entonces Popular Gestión trajo al mercado su primer hedge fund.

Los años de la crisis supusieron un gran reto para las gestoras de activos y los grupos financieros en España y en 2011 llegó la venta de la entidad: Popular decidía deshacerse del 60% de la gestora y venderlo al grupo Allianz para recapitalizarse, dando así forma a Allianz Popular AM (un 60% del cual quedaba en manos del grupo asegurador y un 40% de Popular). También fueron años de desarrollo y crecimiento y en los que Allianz Popular AM logró ser la cuarta gestora española y superar el 5% de cuota en el mercado nacional (en concreto, un 5,02%, según datos de Inverco de finales de 2013, con un patrimonio superior a los 7.700 millones de euros, solo por detrás de las gestoras de los tres grandes grupos bancarios españoles).

A mediados de 2017, se anunció la compra de Popular por el Banco Santander, con todos sus negocios incluidos, lo que suponía la adquisición de un 40% de la gestora de Allianz Popular AM. El verano pasado, Santander acabó comprando el 60% restante a Allianz (un negocio que abarca seguros de vida, pensiones y gestión de activos), por más de 900 millones de euros, quedándose con todo el negocio de la actual Popular Asset Management.

A principios de este año, la gestora de Santander Asset Management iniciaba los trámites de absorción del negocio de gestión de Popular AM, que ahora se ha disuelto totalmente, dando lugar a la desaparición de una gestora histórica.

Funds Society España 20: pinceladas de esta edición contadas por sus protagonistas

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El número 20 y correspondiente a diciembre de 2020 de la revista de Funds Society España ya está en la calle y los suscriptores españoles ya lo están recibiendo. En esta ocasión, la revista es muy especial por un doble motivo: en primer lugar porque la edición impresa de Funds Society España cumple cinco años y por ello destacamos en portada una imagen de todas aquellas entidades que nos han apoyado en algún momento del camino recorrido. En segundo lugar, porque nos apuntamos al camino de la sostenibilidad y cambiamos los materiales con los que elaboramos la revista.

Para abrir boca, les hacemos un adelanto en un vídeo, de la mano de algunos de los colaboradores que han escrito tribunas de opinión, y también expertos de la industria de gestión de activos y asesoramiento que nos han dado su visión en algunos de los artículos. En el vídeo, explican algunas de las claves del contenido en el que han participado.

Entre los protagonistas, Rubén García Páez, director general de Iberia y Latam en Columbia Threadneedle 
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y Sophie del Campo, directora general de Natixis IM para Iberia, Latam y US Offshore, hacen balance de los últimos cinco años en la industria (los que la revista de Funds Society lleva de vida) y nos dan claves de futuro para los próximos. Por su parte, Ana Guzmán, directora de Impacto de la agencia de valores Portocolom, hace un análisis similar pero aplicado a la industria del asesoramiento financiero, que también ha cambiado mucho en los últimos años.

José Luis Blázquez, CEO de Beka Values, da algunas pinceladas del que será su nuevo proyecto: la banca privada del grupo Beka que nace con la ambición de ser una entidad de valores dedicada a dar servicio a los clientes.

Fernando Alonso, socio de finReg360, destaca los cambios principales del modelo del negocio de las entidades distribuidoras de fondos debido a la regulación y a la presión de márgenes.

Sergio Redruelo, Managing Director del área de Wealth Asset Management and Insurance en Alvarez & Marsal, analiza las recientes compras de gestoras por parte de aseguradoras, con una mirada muy crítica.

Emiliano Sacristán, socio de Prinzipal Partners, analiza los nuevos perfiles de venta institucional de fondos: ¿servirán las mismas capacidades que en el pasado?

Gonzalo Azcoitia, director general para Iberia de Jupiter AM, nos da las claves de uno de sus fondos insignia, mientras Xavier Fàbregas, director general de Caja de Ingenieros Gestión, hace balance del año que acaba y vislumbra algunas pistas del que entrará.

Natividad Sánchez, directora de la campaña de Plásticos de Fundación Oceana en Europa, e Íñigo Colomo, director de Inversiones de March AM, nos explican su lucha para proteger los océanos en la sección de Rincón Solidario.

¡Disfruten del vídeo!

La nueva joint venture de bancaseguros entre Allianz y BBVA empieza a operar en España

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Una vez obtenidas las autorizaciones regulatorias pertinentes, BBVA Allianz Seguros, la joint venture de bancaseguros entre Allianz y BBVA, que se anunció en abril de este año, empieza a operar en España. La nueva compañía aúna la capacidad de distribución en canales físicos y digitales de BBVA, con el conocimiento de Allianz para desarrollar seguros de No vida simples y digitales.

El acuerdo crea una de las mayores alianzas de bancaseguros en el ramo de No Vida, que une a dos líderes globales con prioridades estratégicas comunes. La nueva compañía, que pasará a denominarse BBVA Allianz Seguros, atenderá de forma exclusiva a los clientes de la entidad bancaria en España para productos de No Vida (excluyendo los seguros de salud), durante los próximos 15 años.

Miguel Pérez Jaime, actualmente drector general de Bancaseguros en Allianz Seguros, será el consejero-director general de la nueva ‘joint venture’. Le acompañarán en la dirección de la nueva compañía Carles Alsina, como director de Negocio; Emilia Macarie, como directora financiera; y Ramón Lasurt, como director de Operaciones.

“BBVA Allianz Seguros es un proyecto estratégico para Allianz Seguros que reforzará nuestra presencia en el mercado”, afirma José Luis Ferré, consejero delegado de Allianz Seguros y vicepresidente de la joint venture. “Junto a BBVA, queremos desarrollar nuevas soluciones aseguradoras innovadoras que sean sencillas y atractivas para los clientes, para así seguir alineados con nuestro propósito: asegurar el futuro de los clientes, también en el canal bancario”.

Eugenio Yurrita, consejero delegado de BBVA Seguros y presidente de la nueva joint venture, ha señalado que “nuestro principal objetivo es mejorar la salud financiera de nuestros clientes y, con la creación de esta nueva compañía, damos un paso más, ya que enriquecemos la propuesta de valor aseguradora. Esta nueva alianza, que hoy comienza a andar, nos permitirá seguir creciendo con un socio estratégico, líder mundial, como es Allianz».

Compounders resilientes: ¿por qué merecen la pena?

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Naveen Kumar Jenga pieces
Pixabay CC0 Public DomainNaveen Kumar. Naveen Kumar

Los beneficios de las tres estrategias globales del equipo International Equity se muestran planos, de media, desde principios de año, frente a una caída del 15% del índice MSCI World. Bruno Paulson reflexiona sobre por qué los compounders de alta calidad no suponen una prima mayor.

Los compounders se revalorizan mejor

La clave de los compounders es que hacen crecer, o «revalorizan», los beneficios mejor que las compañías «estándar» a lo largo de los ciclos, en gran parte porque sus beneficios resisten mejor en tiempos difíciles… como 2020. Los beneficios de nuestras tres estrategias globales se muestran planos, de media, desde principios de año, frente a una caída del 15% del índice MSCI World.

El misterio es la falta de una prima mayor

El simple hecho de hacer crecer los beneficios más rápidamente a tasas elevadas no es suficiente para obtener un resultado relativo positivo, ya que esto también depende de la valoración inicial; a fin de cuentas, todas las acciones de crecimiento son conocidas por negociarse con una prima en previsión de un avance más rápido de los beneficios. El sostenido rendimiento relativo positivo de los compounders durante décadas implica que el mercado no les otorgue una prima suficiente que compense el crecimiento más fuerte de los beneficios entre ciclos, una anomalía que, en nuestra opinión, continúa hasta el día de hoy.

No debería ser un misterio que mantener altos retornos sobre el capital debería impulsar un crecimiento superior de los beneficios a lo largo del tiempo, pues la combinación de poder de fijación de precios e ingresos recurrentes con baja intensidad de capital es naturalmente atractiva. Los compounders también son generalmente compañías bastante conocidas y sujetas a escrutinio, lo cual contrasta, por ejemplo, con los misteriosos valores de pequeña capitalización. En nuestra opinión, el éxito de la subclase de activos de los compounders se explica mejor como un fallo, o más bien fallos, del mercado en su conjunto. Estos fallos se deben a la medición de factores incorrectos, principalmente, el rendimiento relativo a corto plazo y los múltiplos de precio-beneficio a futuro.

La estructura de la industria impulsa el enfoque hacia el rendimiento relativo

El primer fallo de medición viene de la mano de la estructura de la industria. Por lo general, hay varias partes en la cadena de valor de la inversión que, por ejemplo, podrían incluir al consejo de una compañía con un plan de pensiones, el personal que gestiona el fondo de pensiones de la compañía, el consultor del plan de pensiones o los gestores de carteras. Además, aunque todos estos participantes permanecieran sin cambios durante el periodo de medición, la habilidad de los participantes en la cadena es muy difícil de medir, ya que pueden contribuir significativamente al rendimiento a corto y medio plazo factores de estilo e idiosincráticos.

Como resultado, la industria termina centrándose en el rendimiento relativo, más concretamente en el rendimiento a bastante corto plazo, ya que los participantes de toda la cadena intentan justificar el valor que aportan y, en última instancia, procuran evitar ser despedidos.  Esto conduce a un comportamiento «relativo» de aversión al riesgo y los participantes tienen presupuestos de riesgo limitados basados ​​en el tracking error, en lugar de centrarse en el riesgo absoluto: el riesgo de perder dinero. Dados estos incentivos, se pueden descuidar estrategias con riesgo relativo o tracking error elevados, pero con riesgo absoluto bajo. Es el caso concreto de los compounders, cuando el rendimiento relativo positivo puede ser episódico y concentrarse en periodos de turbulencias del mercado y registrar un comportamiento más ordinario, al menos en términos relativos, durante los periodos entre crisis.

El ratio del PER puede resultar ser engañoso.

El segundo error de medición radica en centrarse en los indicadores de precio-beneficios a futuro. Esto presenta fallos por una serie de razones. Nos gusta referirnos a la parte de los beneficios como «conjeturas sobre mentiras»: «conjeturas», porque las estimaciones a futuro son sistemáticamente demasiado optimistas: los beneficios reales decepcionan a una media del 8% a un año y del 15% a dos años; y «mentiras», porque son beneficios ajustados o, como preferimos llamarlos, «beneficios antes de descontar aspectos negativos», por ejemplo, amortizaciones o pagos al personal mediante acciones. Durante los últimos cinco años (2015-2019), el 15% de los beneficios ajustados del índice MSCI World, la medida utilizada para el consenso y, a menudo, para la remuneración de los equipos directivos, ha desaparecido antes de llegar a la cifra final de la cuenta de resultados (Fuente: Factset). Es decir, en cinco años se han desvanecido 1.700 billones de dólares.

Juntando los elementos de conjeturas y mentiras, las estimaciones de beneficios a dos años probablemente sean de media un 30% demasiado altas, por lo que los múltiplos nocionales serían un 40% demasiado bajos. Es menos probable que las compañías de alta calidad decepcionen por ambos motivos, pues tienen beneficios más predecibles, como se ha demostrado este año, y menos tendencia a verse afectadas más allá de la partida de amortizaciones, entre otras cosas, porque que sus activos intangibles estén en el balance es menos probable que en el caso de los activos tangibles de otras compañías, ya sean fábricas ya sean reservas de petróleo, pues los activos intangibles se integran en la cuenta de resultados más que en las inversiones en inmovilizado.

Los puntos anteriores sugieren que se está utilizando un dato de beneficios incorrecto, aunque ese no es el único problema. Usar el múltiplo de beneficios es problemático, incluso si se usa el dato de beneficios correcto. Las dos preocupaciones son el apalancamiento y la conversión de efectivo. También preferimos analizar el múltiplo sin apalancamiento, comparando el valor de una empresa (EV), que es el valor de mercado del capital más el valor de la deuda, con el NOPAT, que son los beneficios de la compañía si no tuviera deuda, es decir, añadiendo nuevamente los costes por intereses. El análisis de la ratio EV/NOPAT elimina la ventaja de adornar los beneficios a través del apalancamiento y, como resultado, las compañías apalancadas, con razón, parecerán más caras.

También nos gusta centrarnos en el flujo de efectivo libre, cruzando la información de su rentabilidad con la de los flujos de efectivo descontados. Nuestro enfoque hacia el efectivo es natural, ya que los beneficios (una medida contable) en realidad no generan nada. Se requiere efectivo para invertir en el futuro, pagar dividendos, ejecutar recompras o adquirir otras compañías. Tener un mayor retorno sobre el capital operativo también significa que una mayor parte de los beneficios se convierte en efectivo, pues la inversión en inmovilizado y los requisitos de capital circulante no lo absorben. Las elevadas rentabilidades operativas también hacen que haya menos necesidad de apalancamiento para obtener un retorno respetable sobre el capital. Comparemos estos datos con los del sector de suministros, que ofrece un rendimiento promedio del 8% sobre el capital operativo, o el bancario, donde a menudo se halla por debajo del 1% para las rentabilidades no apalancadas.

En términos ajustados, la prima de la cartera frente al mercado es muy baja

El ajuste por apalancamiento y la conversión de efectivo es útil cuando se comparan valoraciones de inversiones potenciales para las carteras, pero también sugiere que los compounders son más baratos de lo que sugieren los simples datos de precio-beneficio. Nuestras tres estrategias globales se negocian actualmente con una prima media del 15% de los beneficios a plazo del índice MSCI World. El cambio al ratio EV/NOPAT reduce el 4% de esta prima y el cambio a efectivo el 5%, lo que significa que solo queda el 6% de la prima del 15%, incluso si se aceptan las «conjeturas sobre mentiras» generadas por la comunidad de analistas, tal como se establece anteriormente. Esto no parece lo suficientemente elevado en ningún momento, dada la calidad mucho mayor y el historial de revalorización de los beneficios. Parece aún menos suficiente en la actualidad, dadas las innumerables incertidumbres económicas y geopolíticas. En un mundo muy frágil, las compañías que ofrecen resistencia a la fragilidad, como los compounders que poseemos, definitivamente cuentan con sus atractivos.

 

 

Tribuna de William Lock, responsable del equipo de International Equity y Portfolio Manager, y Bruno Paulson, Managing Director y Portfolio Manager en Morgan Stanley Investment Management.

 

 

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