Pixabay CC0 Public Domain. Cautela en grado de inversión y optimismo en high yield y convertibles: perspectivas para la renta fija en 2021
Hoy, más que nunca, la necesidad de predecir el futuro cercano con convicción ha alcanzado nuevos niveles; pero, honestamente, tal ejercicio es inútil para los inversores en bonos. Semana tras semana, examinamos con detenimiento las múltiples curvas de rendimiento de los emisores gubernamentales y corporativos. Construir carteras de bonos robustas es nuestro deber. Carteras de bonos que asuman riesgos de plazo, crédito y liquidez.
El riesgo de plazo abarca lo relacionado con los títulos de cuasi efectivo hasta las inversiones con vencimientos a 30 años o incluso más. Esa realidad no casa bien con el afán de predecir lo que nos depararán los próximos 12 meses. En este artículo, compartimos las predicciones de consenso y el precio de los mercados en el próximo año. Sin embargo, la atención se centra en nuestras evaluaciones a medio y largo plazo.
Bonos corporativos investment grade y high yield
Nos gusta mantenernos cortos en bonos corporativos investment grade. La razón principal radica en que el universo de 2,5 billones de euros se ha convertido en una herramienta política del BCE. Eso ha llevado a más del 40% de este creciente mercado público a un territorio de rendimiento negativo. Con un rendimiento del índice de solo un 0,25% de los retornos totales, suman poco más del 0,50% anualizado con un horizonte de inversión a más de 5 años. En promedio, este grupo de grandes empresas cuenta con impresionantes ratios de cobertura de intereses. Sin embargo, en conjunto, también aumentan sus ratios de apalancamiento. En su búsqueda por complacer las demandas de dividendos de la renta variable, los balances se dilatan.
Las principales preguntas giran en torno a cuánto tiempo se mantendrá la protección del BCE. El sentido común da prioridad a la financiación gubernamental antes que a la de las empresas privadas. Por lo tanto, teniendo en cuenta el aumento de la prima de liquidez como resultado de los repetidos episodios de shock en el mercado en la última década, la prima de riesgo crediticio de alrededor de 100 punto básicos frente a los bunds a 5 años se encuentra en el límite inferior. De hecho, el crédito con grado de inversión en Europa no es barato, ni los precios se encuentran en el promedio de los últimos 5 años. Somos neutrales en el sector de los bonos a medida que avanzamos hacia 2021. También mantenemos la cautela.
En high yield europeo, terminamos 2020 con una actitud optimista. Efectivamente, como ya apuntamos varias ocasiones en los últimos meses, este sector se ha trasladado a un territorio positivo. Por esta época, los índices de high yield registran retornos similares al investment grade en euros de alrededor del 2,5% en 2020.
Eso es menos de la mitad de los retornos totales cosechados dentro del sector de bonos gubernamentales de la Eurozona, que se situaba en 5,5% a mediados de diciembre. Esencialmente, mirando el potencial relativo frente al investment grade, el high yield europeo presume de un rendimiento de compra de índice del 2,80%, ofreciendo un diferencial de alrededor de 360 puntos básicos.
Teniendo en cuenta la tendencia negativa y las tasas históricas de default, la expectativa de retorno cae muy por debajo del 2% en un horizonte de inversión de algo menos de 4 años. Un sector desafiante, ya que se permite a las empresas sobrevivir gracias a los programas de apoyo gubernamentales o a una base de inversores menos exigentes.
La «zombificación» se utiliza a menudo y mal como argumento a favor o en contra de la inversión en high yield. Al final del día, sigue siendo una clase de activo mayoritariamente incomprendida. El historial a largo plazo, ajustado a la volatilidad, fácilmente supera a la renta variable. Eso también es una realidad. Una realidad que nunca llegará a ser el centro de atención, ya que los presupuestos de marketing nunca exceden los pagados por las inversiones de renta variable.
Bonos convertibles
Los bonos convertibles globales tuvieron un desempeño estelar en 2020: un 25%. Los europeos, un pequeño subconjunto de su matriz global, cerraron el año alrededor del 6%. Estos bonos prosperan en condiciones de recuperación de ciclo temprano, lo que se tradujo en nuestro optimista llamamiento antes del verano pasado. Para 2021 y 2022, creemos que el universo convertible florecerá.
Su dinámica de oferta y demanda es saludable, una condición siempre necesaria para que un sector funcione bien. Las nuevas emisiones mundiales de convertibles han crecido casi un 50% en 2020, mientras que, para los europeos, su aumento moderado nos prepara para un incremento de las emisiones en 2021. Las empresas se sienten atraídas por los bajos costes de financiación, al tiempo que amplían su base de accionistas potenciales en un intento de apoyar los futuros modelos de negocio o tecnologías innovadoras. Esperamos retornos de al menos medio dígito en 2021.
Artículo de Peter de Coensel, director de inversiones en renta fija de DPAM
Pixabay CC0 Public Domain. CDP reconoce a CaixaBank por su compromiso en la lucha contra el cambio climático
La organización CDP incluye a CaixaBank en la categoría líder con una valoración A, de empresas líderes contra el cambio climático, en reconocimiento a la entidad por sus estrategias y políticas contra el cambio climático.
CDP es una organización internacional sin ánimo de lucro con sede en Reino Unido, que impulsa a compañías privadas y administraciones públicas a tomar acción hacia una economía sostenible a través de la reducción de sus emisiones de CO2 y de la medición del impacto ambiental de sus acciones.
En 2020, CDP ha analizado 9.600 empresas, que representan el 50% del valor de mercado mundial, clasificándolas desde la A (más comprometida) a la D (menos comprometida), en función de su gestión del cambio climático. La inclusión en la categoría Leadership, como es el caso de CaixaBank, es un reconocimiento otorgado a las empresas líderes y más avanzadas en su desempeño y transparencia de su gestión medioambiental.
El organismo recopila las acciones y estrategias de miles de compañías en todo el mundo y traslada la información a más de 500 inversores institucionales que gestionan activos por 106 billones de dólares. Las clasificaciones elaboradas por CDP se han convertido, en los últimos años, en un instrumento de referencia para que inversores y grupos de interés puedan evaluar las actuaciones empresariales desarrolladas para mitigar el cambio climático y determinar su nivel de preparación ante los cambios en la legislación sobre reducción de emisiones y las demandas del mercado.
Alianzas e iniciativas para asegurar la sostenibilidad del planeta
Por séptimo año consecutivo CaixaBank, presidida por Jordi Gual y dirigida por Gonzalo Gortázar, ha conseguido mantenerse en la categoría Leadership del índice CDP. La entidad defiende que la sostenibilidad debe estar integrada en el modelo de negocio de las organizaciones. Por esta razón, la estrategia medioambiental conforma uno los cinco ejes del Plan de Banca Socialmente Responsable. CaixaBank está comprometido con el respeto a la sostenibilidad más allá de sus obligaciones legales y tiene la gestión medioambiental integrada en su actividad de negocio.
Así, la entidad está adherida a los Principios de Ecuador y, además, en su marco de gestión del riesgo, tiene en cuenta el impacto ambiental. Asimismo, está comprometida con el cumplimiento de los Acuerdos de París. CaixaBank trabaja, además, para minimizar el impacto ambiental de su actividad y, para ello, cuenta con un Plan de Gestión Medioambiental 2019-2021 específico que incluye, entre otras, medidas de eficiencia energética y de reducción de consumos y de extensión del compromiso a la cadena de valor.
En 2019, la entidad hizo pública una Declaración sobre Cambio Climático, una propuesta con cinco líneas de actuación que incluye compromisos relacionados con la descarbonización y la financiación de soluciones al cambio climático. Además, el plan recoge proyectos de gestión de los riesgos derivados del cambio climático, compensación de la huella de carbono y colaboración con otras organizaciones para el avance conjunto y, por último, información de los progresos de forma transparente.
Para la financiación de proyectos con impacto positivo, CaixaBank dispone de varias líneas específicas de financiación para proyectos sostenibles. En el año 2019 la entidad financió proyectos de energías renovables, que ascendió a un total de 2.453 millones de euros. Este año, CaixaBank ha cerrado 56 operaciones de financiación sostenible entre préstamos y bonos, por valor de 12.100 millones de euros. La cifra supone un récord para el banco en esta área de actividad, con un aumento de un 51% en préstamos y productos transaccionales y del 32% en emisiones de bonos, respecto al mismo período del año anterior.
En el año 2020, CaixaBank también ha participado en el mercado de préstamos verdes por importe de 766 millones de euros, que se han destinado a financiar proyectos con un impacto positivo medioambiental.
Respecto a las financiaciones ESG, se han realizado 24 transacciones por valor de 2.250 millones de euros, vinculadas a objetivos de sostenibilidad, según datos de la entidad. Del mismo modo, CaixaBank ha movilizado 7.440 millones de euros en la emisión de 12 bonos sostenibles.
En cuanto al ámbito transaccional, la entidad ha movilizado 1.650 millones de euros, donde destacan especialmente los dos primeros factoring sostenibles del país.
Asimismo, la entidad asegura realizar “una cuidada gestión de los riesgos ambientales, para evitar, minimizar, mitigar y remediar en lo posible los riesgos potenciales para el entorno o la comunidad”. En este sentido, el Consejo de Administración de CaixaBank aprobó en febrero de 2019 una Política de Gestión de Riesgo Medioambiental en la que se establecen exclusiones para sectores con potenciales impactos negativos en el medioambiente.
CaixaBank tiene en marcha una política activa de control de emisiones, que ha logrado reducirlas en un 80% desde 2009. Contrata energía eléctrica proveniente en su totalidad de fuentes renovables y compensa el 100% de todas sus emisiones calculadas, incluidas las emisiones indirectas.
La entidad también se ha sumado al Compromiso Colectivo para la Acción Climática de Naciones Unidas, una declaración que se crea en el marco de los Principios de Banca Responsable para que el sector financiero movilice sus productos, servicios y relaciones para facilitar la transición económica hacia un modelo sostenible. El compromiso pretende alinear las carteras de entidades financieras de todo el mundo para financiar una economía baja en carbono, con el objetivo de que el calentamiento global se mantenga por debajo de los dos grados centígrados.
El banco fue la primera organización española incluida en la lista RE100, una iniciativa que pretende incrementar la demanda y el suministro de energías limpias. Asimismo, forma parte del Grupo Español de Crecimiento Verde, que aboga por el crecimiento económico ligado a una economía baja en carbono.
Un año comprometido con la Acción Climática (CCCA)
La Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP-FI) ha publicado un resumen de los primeros pasos dados por las entidades firmantes del Compromiso Colectivo para la Acción Climática (CCCA), tras el aniversario del primer año desde que los firmantes se comprometieron a alinear sus carteras y prácticas comerciales con los objetivos del Acuerdo de París. El informe ofrece una descripción general de las medidas concretas adoptadas por los bancos signatarios del CCCA en los primeros 12 meses para cumplir su compromiso de apoyar la transición a una economía de emisiones de dióxido de carbono netas iguales a cero en 2050.
El informe señala que, en general, los bancos incorporan crecientemente escenarios de cambio climático basados en la ciencia en sus estrategias y que muchos ya han anunciado políticas de exclusión para lograr reducir el calentamiento global «por debajo de los 2 grados», en línea con los plazos establecidos por la comunidad científica.
CaixaBank, en su apuesta en la lucha contra el cambio climático, es uno de los firmantes del Compromiso Colectivo para la Acción Climática (CCCA). El grupo está formado por 38 bancos de todo el mundo, que suman más de 15 billones de dólares en activos.
Pixabay CC0 Public Domain. HSBC Navigator señala que el 65% de las empresas españolas tiene la intención de aumentar la inversión financiera durante el próximo año
Una alta proporción de las empresas españolas tiene la intención de aumentar la inversión financiera en 2021 (65%) y alrededor de la mitad de ellas tiene previsto mantener las inversiones en tecnologías clave. Además, y en línea con las cifras globales, el 63% de las empresas españolas se están adaptando al entorno actual y casi tres cuartas partes (74%) creen que su negocio volverá a los niveles de rentabilidad anteriores a la COVID-19 para finales de 2022 y un 5% ya está por encima de sus niveles previos a la pandemia.
Son las conclusiones del último informe de HSBC Navigator, que ha entrevistado a más de 10.000 empresas en 39 países y territorios, incluyendo España. Este gran estudio de empresas a nivel mundial ha permitido conocer cómo ven el futuro las empresas españolas y cómo se comparan con sus pares a nivel mundial.
Debido a la situación actual, las empresas en España son un poco menos optimistas sobre sus perspectivas de negocio y sólo el 23% de las empresas son más optimistas sobre sus perspectivas que hace un año. Además, la proporción de empresas que no espera ningún crecimiento o que sus ingresos se reduzcan durante el próximo año se ha casi triplicado hasta el 26%, aunque más de cuatro de cada diez (el 42% tanto en España como en el mundo) proyectan un crecimiento superior al 5%. En cualquier caso, existen algunas variaciones entre los distintos tipos de negocios. Las empresas con negocios principalmente online (48%) proyectan un mayor crecimiento de las ventas, así como el 50% de los negocios que han podido continuar funcionando como antes.
Los principales factores externos que impulsan el crecimiento y la recuperación son el impacto de la COVID-19 (39%) y el aumento de la demanda interna (31%), mientras que la introducción de nuevos productos o servicios (28%) y las eficiencias impulsadas por la tecnología (27%) son los factores internos más influyentes. Asimismo, la reducción de los costes (41%), la expansión a nuevos mercados (31%), la inversión en la experiencia del cliente (29%) y la mejora de la calidad de los productos y servicios (28%) son las estrategias fundamentales para beneficiarse de los factores de crecimiento o para superar las amenazas. La innovación (46%) es la principal característica que las empresas españolas esperan de un negocio con éxito en el futuro. Por otra parte, se espera que una empresa que tenga éxito cuente con diversas cualidades, entre las que se incluyen la responsabilidad medioambiental (32%), la reputación (30%), la colaboración (30%), etc.
Comercio internacional
En cuanto al comercio internacional, la encuesta de HSBC Navigator revela que el 70% de las empresas españolas se muestran positivas acerca de sus perspectivas, lo que se asemeja al panorama mundial. Otro indicio positivo consiste en que la mayoría de las empresas no está considerando la posibilidad de cesar o reducir sus negocios internacionales en los próximos dos años, e incluso el 83% tiene la intención de expandirlos en los próximos 3-5 años. El comercio intrarregional sigue siendo el principal, con un 85% de las empresas españolas que actualmente ven en los mercados europeos sus tres mercados comerciales más importantes, Francia, Alemania, e Italia. Además, el 90% de las empresas españolas comercian actualmente en el mercado europeo y más de la mitad tienen planes de expansión comercial en los mercados europeos en los próximos 3-5 años.
Además, las empresas españolas ven en el comercio internacional beneficios similares a los que se observan a nivel mundial. La expansión de sus horizontes empresariales a través de nuevas fuentes de conocimiento, la contribución al desarrollo de productos y servicios y la oferta de más opciones para los consumidores son identificados por alrededor de un tercio de las empresas españolas. De cara a los próximos 3-5 años, Europa (56%) seguirá siendo probablemente la región comercial más importante para las empresas españolas, seguida de América del Norte (21%), APAC (14%) y América Central y del Sur (13%). Para las empresas del país que buscan expandirse, la demanda constatada o creciente de los clientes (51%), el mercado como puerta de entrada a la región (50%) y el acceso a nuevos proveedores y socios (49%) se citan como las principales razones del atractivo del mercado. Por otra parte, el 69% de las empresas españolas considera que el comercio internacional se ha vuelto más difícil en el último año y el 57% piensa que seguirá siendo más difícil en el próximo año. Asimismo, la mayoría de las empresas españolas encuestadas están preocupadas por su cadena de suministro (96%), siendo el aumento de los costes su preocupación más destacada (38%).
Mark J. Hall, CEO de HSBC España, ha señalado: “Este año HSBC Navigator revela que la internacionalización sigue siendo un tema clave para las empresas españolas. Alrededor de siete de cada diez empresas del país se muestran optimistas sobre sus perspectivas de comercio internacional en los próximos años y el 83% tiene la intención de expandirse. En el contexto actual de globalización expandirse a otros mercados es sinónimo de éxito y prosperidad”.
Cambios empresariales
Además, HSBC Navigator revela que, en los últimos 12 meses, el 81% de las empresas en España han sufrido cambios. Los avances en la digitalización, la incertidumbre futura, la necesidad de reducir costes y los ajustes en la forma de trabajar son factores clave que están impulsando estos cambios. Además, en línea con el panorama mundial, la mayoría de las empresas españolas se están adaptando a un entorno cambiante, alrededor de una quinta parte afirma que están prosperando en la nueva normalidad y un número ligeramente menor asegura que están sobreviviendo día a día.
El 79% de las empresas del país ha establecido objetivos ESG y durante 2019 cada vez son más las compañías que miden los efectos de la sostenibilidad relacionados con el medio ambiente y el entorno social. Casi todas las empresas españolas ven oportunidades para mejorar la sostenibilidad ambiental y ética, sobre todo en la promoción de nuevas formas de trabajo, el bienestar de los empleados, el aumento de la demanda de los clientes y la atracción de inversiones.
La gran mayoría de las empresas españolas (87%) esperan que sus ventas crezcan el próximo año como resultado de un mayor enfoque en sostenibilidad. El 44% de las empresas españolas cree que los incentivos del gobierno ayudarán a que su negocio sea más sostenible. Otros factores clave son el compromiso de los inversores y los accionistas en cuanto a costes y recursos (32%), la financiación verde (31%), los organismos reguladores (30%) y la colaboración con empresas y proveedores adyacentes (29%).
Los gastos y costes de las IICs españolas han mostrado una tendencia a la baja en los últimos 10 años en la mayoría de las categorías, en un entorno de tipos reducidos y mayor competencia. Así lo muestra el estudio Análisis de la rentabilidad y los gastos de las IIC (FI y SICAV) domiciliadas en España entre 2009 y 2019, elaborado por María Isabel Cambón Murcia, Juan Ángel Gordillo Santos y Gema Pedrón Fernández, e incluido en el boletín trimestral dela CNMV.
Los mayores descensos se produjeron en las vocaciones de renta variable y alguna mixta, si bien en términos relativos el descenso fue mayor en las de renta fija. Con todo, el aumento de los costes en renta variable mixta o retorno absoluto hacen que la media se eleve en los últimos 10 años, pasando del 0,98% al 1,12%.
El estudio también muestra que los gastos soportados por los inversores institucionales fueron considerablemente menores que los de los minoristas en la última década, de forma sistemática en todos los años y en todas las vocaciones, aunque las diferencias también han tendido a reducirse con el tiempo. Con respecto a los costes por gestora, no hay grandes diferencias aunque en renta variable las independientes tienden a ser más baratas que las gestoras bancarias.
Gastos a la baja
El análisis de los gastos soportados por las IICs se ha realizado con base en la ratio de gastos corrientes, que incluye las comisiones de gestión, depositario y los demás gastos de gestión corriente soportadospor las IICs. Esta ratio presenta una gran dispersión entre las distintas vocaciones inversoras, soportando las vocaciones de renta variable unos gastos muy superiores a las de renta fija. Así, en 2019 las vocaciones monetaria y de renta fija mostraban una ratio de gastos media del 0,23% y el 0,58% respectivamente, siendo del 1,62% y del 1,79% en las vocaciones renta variable euro y renta variable internacional, respectivamente.
La evolución de la ratio de gastos en el periodo de análisis muestra una tendencia descendente en la mayoría de las vocaciones, que se explica por un cierto aumento de la competencia entre las entidades y el entorno de tipos de interés reducidos que ha presionado significativamente a la baja las comisiones de los fondos que invierten mayoritariamente en deuda. Con todo, en categorías como renta variable mixta o retorno absoluto, los costes han ascendido, lo que impulsa la media en los últimos diez años, que pasa del 0,98% al 1,12% (ver cuadro).
Así, en términos absolutos, los mayores descensos se produjeron en las vocaciones de renta variable y alguna mixta, pero en términos relativos el descenso fue mayor en las de renta fija.
Menos diferencias entre inversores
Los resultados por tipo de inversor revelan que los gastos soportados por los inversores institucionales fueron considerablemente menores que los de los minoristas, de forma sistemática en todos los años y en todas las vocaciones. De media, estos gastos se situaron en el 0,75% en el caso de los inversores institucionales y en el 1,19% en los minoristas.
No obstante, el diferencial medio de la ratio de gastos disminuyó en el periodo y pasó de 0,51 puntos porcentuales en 2009 a 0,37 en 2019.
Las independientes, más baratas en renta variable
El análisis del nivel de gastos soportado por las IICs gestionadas por gestoras bancarias frente a las independientes revela que las diferencias entre ambas son reducidas y menos persistentes que las observadas por tipo de inversor. Las mayores diferencias se encuentran en las vocaciones de renta variable euro, internacional y retorno absoluto, en las que las IICs de gestoras independientes soportan unos costes menores que las de las gestoras bancarias (la diferencia media osciló entre los 0,1 y los 0,4 puntos porcentuales).
En el resto de categorías las diferencias son pequeñas y, en ocasiones, su signo varía en función del año considerado.
Novedades en Bankinter: Carlos García Rincón ha sido nombrado director de valores y fondos de inversión de la Organización Territorial Madrid Oeste en el banco español.
Según su perfil de LinkedIn, el último puesto de García Rincón fue en Lyxor ETF Spain, entidad en la que trabajó como responsable de Distribución retail durante algo menos de un año.
Anteriormente trabajó durante 18 años en Société Générale Corporate and Investment Banking (SGCIB), donde fue primero responsable de formación y Product Manager de Productos Cotizados y más adelante responsable de distribución de productos cotizados en España.
Según su perfil de LinkedIn, es licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid y cuenta con un programa de Asesoramiento en Servicios financieros por el FT IE Business School Corporate Learning Alliance.
Santander Wealth Management & Insurance, que aglutina el negocio de banca privada, gestión de activos y seguros, estima que en 2021 se consolidará la recuperación iniciada en el tercer trimestre de este año por las economías globales.
“Cada crisis trae consigo desafíos y oportunidades, y este entorno de recuperación y disrupción requiere un enfoque dinámico para lograr rendimientos superiores a la inflación. En un entorno en el que los tipos de interés son extremadamente bajos y seguirán siéndolo durante mucho tiempo, sigue intacta la necesidad de considerar en alguna medida inversiones más arriesgadas con rendimientos positivos”, señala Víctor Matarranz, responsable global de Santander Wealth Management, en la carta de presentación del Informe de Perspectivas de Mercados 2021 titulado Recuperación y Disrupción. En EE.UU., Santander Wealth Management prevé para el próximo año un incremento del PIB del 4,2% y del 4,6% en la zona del euro, mientras que la economía china podría crecer un 8,4%.
Para que esta recuperación económica se consolide, apunta que es necesario el alargamiento de los estímulos monetarios y fiscales, el mantenimiento de las medidas de distanciamiento social y, sobre todo, la vacunación masiva de la población. Entre los riesgos destaca que, una vez que la amenaza de la pandemia desaparezca y la actividad económica se estabilice, se produzca un sobrecalentamiento provocado por los programas de estímulos y que derive en altas tasas de inflación en un futuro. “Este, desde nuestro punto de vista, es un riesgo a considerar, pero con una baja probabilidad de que se convierta en un caballo desbocado. En definitiva, nuestro escenario base contempla un repunte moderado y poco preocupante de los precios y un mantenimiento de los bajos tipos de interés por un periodo prolongado”, indica en el informe.
La entidad recomienda que los inversores busquen alternativas en soluciones de inversión que incorporen nuevas formas de gestionar sus activos, ante la falta de rentabilidad potencial en los tradicionales activos de bajo riesgo y la ausencia de tipos de interés atractivos. En este sentido, aconseja tomar posiciones en renta variable en los dos extremos del espectro de crecimiento de beneficios, manteniendo una exposición a los valores favorecidos por las nuevas tendencias de futuro, pero rotando desde los sectores que han registrado mayor revalorización en 2020 hacia sectores y temáticas menos exploradas. También aconseja incrementar progresivamente la exposición a los sectores más golpeados durante la pandemia para beneficiarse de su mayor apalancamiento al escenario de recuperación y la vuelta a la normalidad. En este movimiento, las bolsas europeas y latinoamericanas podrían verse favorecidas al haberse quedado rezagadas en los primeros compases de la recuperación económica por su alto sesgo cíclico.
Nuevo servicio de asesoramiento
Recientemente, Santander Private Banking ha lanzado un nuevo servicio de asesoramiento para ayudar a los clientes a descubrir las temáticas en las que se está produciendo un mayor nivel de disrupción y mayores oportunidades de monetizar la innovación. Este servicio, denominado Future Wealth, que incluye las temáticas de inversión más interesantes de cara al futuro, cuenta con tres grandes bloques de innovación: Future Society, Future Tech y Future Planet.
Incorporar criterios ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno) en las carteras es otra de las premisas para el próximo año según Santander Wealth Management. “La inversión sostenible (ASG) no es una moda pasajera… Para más y más inversores, estas áreas son tan importantes como las variables financieras cuando se trata de decidir si invertir o no su dinero en una empresa. También se pueden obtener mayores rendimientos ajustados al riesgo, ya que los factores ASG pueden influir en la financiación, la reputación y la presión regulatoria de las empresas e industrias”, concluye el informe.
Pixabay CC0 Public Domain. ¡Bienvenido a 2021!: Así será el mundo al que se enfrentará este año Gg
Todavía con el confeti por el salón de casa y tras haber celebrado unas fiestas totalmente diferentes debido al coronavirus, toca sentarse y contemplar el calendario. Por delante tenemos 12 meses llenos de oportunidades y retos en un mundo totalmente diferente al que despedimos hace apenas unos días.
Durante las presentaciones de perspectivas que han hecho las gestoras en estas últimas semanas, todas han insistido que el mundo al que nos enfrentamos hoy ha cambiado mucho en comparación con los dos últimos años siendo la pandemia el catalizador común de todos esos cambios. Por un lado, la experiencia del coronavirus (que aún no ha terminado) ha acelerado tendencias económicas y sociales subyacentes que ya veníamos observando durante los últimos años: la digitalización, la sostenibilidad, el consumo online y los cambios demográficos, entre otros.
“2020 nos ha traído cambios irreversibles, como nuevas reglas y patrones de comportamiento, que han contribuido a la aceleración de tendencias que ya estaban ahí. Estos cambios vienen de cuatro dimensiones: un mayor enfoque a la inversión sostenible, pero con el acento puesto en el criterio social y de gobernanza; un mayor aumento de las desigualdades; mayor riesgos geopolíticos por una mayor polarización entre China y Estados Unidos; y, por último, una mayor coordinación entre políticas fiscales y las políticas monetarias de los banco centrales”, explicaba recientemente Manuel Gutierrez Mellado jefe de ventas de BlackRock para España y Portugal.
Nuevo orden de inversión
En opinión de BlackRock, todo ello da lugar a un “nuevo orden de inversión” en el que los inversores deberán revisar sus carteras y analizar cada activo que la componen o quieren incluir. Desde la gestora coinciden en que los tipos de interés bajos continuarán, pero advierte que la inflación puede ser el “riesgo invisible” en este nuevo entorno. Según los expertos de BlackRock Investment Institute apuntan que la inflación podría rozar el 3% en EE.UU. y el 2,5% en la Unión Europea, frente a las estimaciones del mercado que sitúan estos porcentajes en el 2% y el 1,5%, respectivamente.
Además de unos tipos bajos y una inflación que aumentará, BlackRock coincide con la mayoría de las gestoras en apuntar que 2021 será un año de recuperación. Algunos ven una recuperación desigual y lenta, pero desde BlackRock son más optimistas. “Esperamos que la recuperación sea rápida y pronunciada. Creemos que la situación es ahora mejor que lo inicialmente previsto, ahora bien hay que ver cuánto daño irreversible queda dentro de la economía. En nuestra opinión, ese daño irreversible no será tan grande como se pensaba al principio”.
Con la vista puesta en esa recuperación, Fidelity International se hace una pregunta crucial: ¿Se corresponderá la realidad con el optimismo del mercado? Según indica Andrew McCaffery, CIO global del área de Gestión de Activos de Fidelity International, en 2020 los inversores eligieron invariablemente creer en el escenario más optimista, animados por la liquidez de la Fed y otros grandes bancos centrales. “Me preocupa que este optimismo no se corresponda con la realidad económica de 2021. Se ha adelantado un enorme volumen de inversión para sostener unas economías vapuleadas y, dado que es probable que el Congreso de EE.UU. esté dividido, un paquete de estímulos presupuestarios más reducido podría significar una recuperación más lenta. A corto plazo, existe el riesgo de recaída en la recesión en EE.UU. si se imponen más restricciones para luchar contra el virus mientras el mundo espera a que las vacunas se distribuyan entre la población”, advierte McCaffery.
La segunda reflexión que lanza McCaffery sobre este año es la consolidación del cambio climático como una prioridad: “Después de un año en el que los factores sociales han protagonizado las agendas de los gobiernos y las empresas, el cambio climático se perfila como la prioridad en materia de sostenibilidad en 2021, reforzada por el Green Deal de la UE y el apoyo explícito del presidente electo estadounidense Joe Biden. Las expectativas son altas en cuanto a lo que se podría conseguir para acelerar la descarbonización en la cumbre del cambio climático de la ONU a finales de 2021″.
Por último, para Julius Baer, estamos directamente ante el fin de la era neoliberal, “lo que trae consigo la inevitable obsolescencia del abanico de políticas dominadas por los instrumentos monetarios. Este modelo de políticas, que de hecho fue diseñado para resolver problemas anteriores a la época de la globalización y financiarización extremas, está muerto, y la crisis del coronavirus no ha hecho sino enterrarlo definitivamente”, explica en su informe sobre tendencias 2020/2029.
El banco privado suizo destaca cuatro aspectos de este nuevo panorama de políticas disponibles: habrá un mayor énfasis en el estímulo fiscal; los bancos centrales cooperarán mucho más estrechamente con los gobiernos para financiar los déficits acumulados a raíz de esas intervenciones fiscales (según la Teoría Monetaria Moderna); los incentivos se implementarán de una forma más directa; y, por último, estima que se mantendrán las políticas monetarias no convencionales que surgieron tras la crisis financiera de 2008.
En este sentido, es destacable el impacto que están teniendo las decisiones de los bancos centrales. Dejando a un lado la política monetaria, Marco Troiano, subdirector de instituciones financieras de Scope Rating, pone como ejemplo el mensaje que han lanzado los bancos centrales sobre el pago de dividendos.
“Pedir a los bancos que sean prudentes con respecto a las distribuciones de capital es lo correcto en este entorno, ya que la rentabilidad de los accionistas es una preocupación secundaria frente a la estabilidad financiera, en particular en un año en el que los bancos han recibido un importante apoyo extraordinario, tanto directa como indirectamente. La relajación de las restricciones permitirá a los bancos más fuertes diferenciarse de otros durante el próximo año y de ahora en adelante, con la esperanza de estimular la consolidación del sector», sostiene Troiano.
Y nuevo entorno geopolítico
Tanto BlackRock como Julius Baer coinciden en destacar que estamos ante un mundo más bipolar entre China y Estados Unidos. “La brecha entre EE.UU. y China sigue creciendo. Si bien las cuestiones comerciales parecen haber quedado en un segundo plano, en otros frentes las hostilidades entre ambos países se mantienen firmes. El principal tema de enfrentamiento es el coronavirus, ya que se responsabiliza a China de la propagación descontrolada de la pandemia”, explica el banco privado suizo.
BlackRock lleva su reflexión un paso más allá y señala que “la globalización se está reconfigurando”. Según explica Gutierrez Mellado, el coronavirus ha acelerado las tendencias geopolíticas como un orden mundial bipolar entre los Estados Unidos y China y, la reconfiguración de las cadenas de suministro mundiales para una mayor resistencia, dando menos prioridad a la eficiencia.
“La rivalidad estratégica entre EE.UU. y China parece que se mantendrá, con la competencia y el sector de la tecnología en el centro. Es probable que en ambos países se hagan más hincapié en la búsqueda de la autosuficiencia en las industrias críticas del futuro. China está buscando dominar las tecnologías más relevantes, como los semiconductores, en las que se ha retrasado radicalmente a los EE.UU. Por eso creemos que los inversores necesitan estar expuestos a ambos polos de crecimiento mundial. Podemos ver un cambio en el énfasis de los EE.UU. en la relación con China: más atención al clima y los derechos humanos y menos en el déficit comercial bilateral”, apunta el informe de perspectivas de BlackRock.
Más allá del papel que pueda tener Estados Unidos, desde Allianz Global Investors llaman la atención sobre el impacto que tendrá la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) en la economía y lo que supone para los inversores. En opinión de Stefan Scheurer, economista senior de mercados emergentes de Allianz GI, esta asociación económica mejorará el crecimiento continuo de China e impulsará el PIB mundial.
“El RCEP representa un paso importante hacia una integración regional más amplia dentro de Asia, ayuda a fortalecer la cadena de suministro regional a medio plazo y prepara el escenario para una integración económica más estrecha. Esto conlleva varias implicaciones clave para los inversores. Por ejemplo, debería fomentar una integración comercial más profunda y obtener los beneficios económicos asociados. Como resultado, los sistemas involucrados en una red de producción transfronteriza probablemente se volverán más flexibles, lo que ayudará a mejorar la productividad, acelerar los cambios estructurales y estimular el crecimiento en toda la región a medio plazo”, sostiene Scheurer.
Según un informe reciente del Peterson Institute for International Economics, Japón y Corea del Sur también son los dos países con más probabilidades de beneficiarse en términos de PIB real, y cada uno de ellos disfruta de un impulso del PIB cercano al 1%. Mientras tanto, se prevé que China y los miembros de la ASEAN observen un impacto menor del 0,3%. El informe también predice que para 2030, el RCEP impulsará el PIB mundial en 186.000 millones de dólares. “Quizás lo más significativo es que la RCEP señala que Asia está avanzando con la liberalización comercial. Y desde una perspectiva global, refuerza la tendencia de que el centro de gravedad económico del mundo continúe desplazándose hacia el este”, añade Scheurer.
Un ejemplo de cómo esta cambiando el mundo y de este proceso es el propio Brexit. «La fragmentación de la economía mundial es un factor netamente negativo para la prosperidad general de la humanidad. Creará ineficiencias en las cadenas de suministro, duplicidades de capacidad y una asignación del capital poco eficiente. Las inquietudes geopolíticas relacionadas con el auge y la creciente influencia de China y la viabilidad a largo plazo del proyecto europeo seguirán influyendo en la agenda política y podrían dar lugar a más políticas proteccionistas. Sin embargo, no esperamos un desmantelamiento completo del comercio mundial», señalan Mark Heslop y Mark Nichols, gestores de la estrategia European Growth de Jupitrer AM.
Pixabay CC0 Public Domain. El 75% de los inversores ya usa un enfoque integrado para tener en cuenta los riesgos ESG en sus carteras o se plantearía hacerlo
Los retos sanitarios y económicos a escala mundial que ha planteado 2020 no han frenado la demanda de los inversores ni han frustrado las perspectivas para la inversión sostenible, según la encuesta Global Client Sustainable Investing Survey de BlackRock.De hecho, los inversores planean duplicar sus asignaciones a los productos sostenibles en los próximos cinco años, y el 20% de los encuestados afirmó que la pandemia había acelerado sus asignaciones a inversiones sostenibles.
«La transición de gran calado que identificamos a principios de año se ha consolidado con firmeza, dado que la convergencia de las presiones políticas y normativas, los avances tecnológicos y las preferencias de los clientes ha propiciado que la sostenibilidad pase a ser la norma en el plano de la inversión», comentó Mark McCombe, director de clientes en BlackRock. «Los resultados de nuestra encuesta muestran que la transición hacia la sostenibilidad está teniendo lugar en todo el mundo».
Para realizar la encuesta se recopiló la opinión de 425 inversores en 27 países, incluidos fondos de pensiones corporativos y públicos, gestoras de activos, fondos de dotación, fundaciones y gestoras patrimoniales mundiales con casi 25 billones de dólares estadounidenses en activos gestionados.
La encuesta sugiere que este año parece ser el comienzo de un cambio sostenido para, al menos, los próximos cinco años: los encuestados afirmaron estar planeando duplicar sus activos gestionados que siguen criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) para 2025. Si bien el crecimiento de los activos sostenibles es más pronunciado en Europa, estos también están aumentando su magnitud en América y la región Asia-Pacífico.
Integración de criterios ESG
La mayoría de los encuestados cree que la sostenibilidad resulta fundamental para los procesos y resultados de la inversión, y el 75% ya utiliza un enfoque integrado para tener en cuenta los riesgos ESG en sus carteras o se plantearía hacerlo. Un enfoque integrado consiste en incluir el análisis de los criterios ESG en todas las posiciones y fundamentar las decisiones de inversión futuras basándose en un punto de vista totalmente centrado en la sostenibilidad.
Si bien la integración se sitúa en primer lugar, los enfoques de inversión sostenible más focalizados, como las soluciones temáticas o de impacto, también constituyen las opciones preferidas de clientes en la región EMEA: el 56% y el 52% de los encuestados buscaba exponerse a estas estrategias, respectivamente.
Diferencias regionales en la adopción
La demanda mundial de productos sostenibles presenta diferencias a escala regional debido a la divergencia en materia de contextos normativos, percepciones de la población, actividad de supervisión del consejo y del equipo directivo y concienciación sobre sus ventajas en términos de rentabilidad.
En la región EMEA, la principal razón (51%) que los encuestados mencionaron para la adopción de estrategias sostenibles fue «porque es lo correcto», mientras que solo el 37% de los encuestados en la región afirmó que «mitigar los riesgos de la inversión» constituía una consideración clave. En América, la mitigación del riesgo es el segundo catalizador más importante de la adopción (49%), seguido por «una mejor rentabilidad ajustada al riesgo» y «mandato del Consejo o del equipo directivo» (ambos en el 45%).
«Los clientes están priorizando las cuestiones ESG y su implementación de forma distinta en las diferentes regiones. Si bien todos son conscientes de la prevalencia del riesgo climático, existen distintos niveles de énfasis en asuntos como los derechos humanos, la diversidad y la inclusión», afirma McCombe. «Resulta importante constatar que las razones de los clientes para invertir de forma sostenible muestran marcadas divergencias entre regiones. Muchos inversores europeos perciben las ventajas de la sostenibilidad desde el prisma del impacto en la sociedad. En EE.UU., los inversores se centran en mayor medida en la gestión del riesgo y la rentabilidad de la inversión».
La encuesta también mostró un ámbito en el que los clientes de todas las regiones que participaron en la encuesta están mayoritariamente de acuerdo: el 88% de los encuestados sitúa los riesgos vinculados al clima a la cabeza de sus preocupaciones en cuanto a las carteras en este momento. En adelante, si bien se espera que el clima siga siendo la principal preocupación, un número creciente de encuestados (58%) afirmó que prevé que las preocupaciones sobre cuestiones sociales, como la diversidad y la inclusión y las prácticas laborales justas, aumentarán en mayor medida en los próximos 3-5 años.
El auge del peso de los criterios ESG en el ámbito de la inversión se ve impulsado por un abanico de motivos, entre los que también destaca el mayor nivel de presentación de información por parte de las empresas, lo que facilita más información a la población y otros avances en materia de análisis de datos para comprender cómo las cuestiones ESG resultan fundamentales para la inversión.
Preocupaciones sobre la calidad de los datos
No cabe duda de que la calidad y la disponibilidad de los datos ha aumentado de forma significativa en la última década, lo que ha permitido a los inversores tomar decisiones de inversión más fundamentadas.No obstante, existe un consenso considerable entre los inversores institucionales de que se trata de un ámbito que requiere mayor atención.
Más de la mitad (53%) de los encuestados a escala mundial mencionó la «escasa calidad o disponibilidad de los datos y análisis ESG» como la principal barrera para adoptar estrategias de inversión sostenible, el nivel más elevado de entre las barreras incluidas en la encuesta.
Actualización sobre las acciones de sostenibilidad de BlackRock en 2020
«Tal y como hemos observado en la encuesta de este año, los inversores de todo el mundo demandan un énfasis continuado por parte del sector en iniciativas de sostenibilidad que les ayuden a estructurar carteras ajustadas al riesgo de mayor calidad de cara al futuro», comenta McCombe. En enero, BlackRock detalló una serie de pasos para hacer de la sostenibilidad un componente clave de la forma en que gestiona el riesgo, estructura carteras, diseña productos e interactúa con las empresas.
Puede consultar una actualización detallada sobre las acciones de sostenibilidad de BlackRock en 2020 aquí.
Pixabay CC0 Public Domain. Mercer Investments apuesta por las infraestructuras para lograr mejor rentabilidad/riesgo en fondos de pensiones
La inversión en infraestructuras no cotizadas ha ganado popularidad entre los inversores. ¿El motivo? Según explicaron los expertos de Mercer durante una sesión virtual titulada Inversión en infraestructura no cotizada: características, proceso y vehículos, es una clase de activo que ofrece baja volatilidad y correlación.
Además, desde Mercer consideran que la búsqueda de rendimientos atractivos ha sido otro de los motivos que ha llevado a los inversores a fijarse en las infraestructuras no cotizadas, ya que los activos más tradicionales, como pueden ser los bonos gubernamentales, ofrecen rentabilidades muy bajas abocando al inversor a tomar más riesgo.
En opinión de los expertos de Mercer, ese riesgo debe estar debidamente remunerado y tener la menor correlación posible con el resto de la cartera. Dos características muy presentes en los mercados no cotizados, según su opinión. “Dentro de los mercados no cotizados hay una variedad de activos, entre ellos las infraestructuras, que o bien se financian a través de capital íntegramente privado o a través de colaboraciones público/privadas. Todos estos activos aportan predictibilidad, altas barreras de entrada, una demanda poco influenciada por el precio, baja volatilidad, baja correlación con otros activos y una protección parcial frente a la inflación”, explican desde la firma.
Según la valoración que hacen de esta clase de activos destacan que las infraestructuras están expuestas a una serie de “mega tendencias” que están impulsando su crecimiento: el paso de las políticas monetarias a políticas fiscales que impulsan la inversión privada; el crecimiento demográfico de la población que obliga a incrementar los niveles de urbanización; el impulso de las telecomunicaciones y la digitalización creciente que ha detonado la irrupción del COVId-19; y, las crecientes exigencias de sostenibilidad global que impulsan a los gobiernos al desarrollo energético renovable, entre otros. Según sostienen, todos estos factores están provocando que repunte la demanda de inversión en infraestructuras. De 2017 a 2035 será necesaria una inversión de 3,7 billones de dólares anuales, según diversas fuentes.
En este sentido, argumenta que para un fondo de pensiones, los activos no cotizados representan una buena oportunidad para diversificar la cartera, ofrecen una relación rentabilidad riesgo muy superior a la de otros activos y unas primas de liquidez muy atractivas para compensar el largo plazo de la inversión. De hecho, según el estudio de Mercer European Asset Allocation 2020, el 10% de los fondos de pensiones europeos ya incorpora inversión en infraestructuras con una exposición del 3%. Por lo que considera que existe una demanda de capital no cubierta, por lo que la inversión ofrecerá una prima de rentabilidad para atraer inversores. Esta situación está propiciando un crecimiento gradual y constante del número de fondos de inversión, un mayor levantamiento de capital y un incremento de operaciones.
“Las empresas que tienen un modelo de ingresos más expuestas al ciclo económico están siendo las más afectadas por el coronavirus. Sin embargo, esperamos que esta volatilidad afecte sólo a corto plazo. Además, esperamos que algunas perturbaciones del mercado resulten en oportunidades de inversión potencialmente atractivas en el futuro”, argumenta Benjamin Baumann, director de inversiones de mercados no cotizados en Mercer.
Hasta ahora, las carteras de inversores institucionales internacionales están expuestas a mercados no cotizados principalmente a través de capital privado e inmobiliario, con un 11% y un 9% de inversión media. No obstante, la demanda de activos de infraestructuras está creciendo progresivamente y ya alcanza el 4,5%. A consecuencia de la pandemia, ciertos segmentos como transporte, hostelería y turismo se han visto perjudicados, afectando negativamente a las infraestructuras que lo rodean.
Por otro lado, se han visto beneficiadas las empresas del sector tecnológico, por lo que las infraestructuras de telecomunicaciones han experimentado un crecimiento exponencial. Para lograr una asignación estable a infraestructuras es indispensable comprometerse de forma regular y revisar periódicamente la planificación, según destaca Milagros Méndez, directora en Mercer Investments. Para ello, Mercer Investments, pone a disposición de sus clientes cada 18 o 24 meses un único vehículo de inversión.
“Tal y como anunciamos en nuestro último estudio, Europe Asset Allocation Survey 2020, la sostenibilidad es un foco relevante en nuestras carteras, por ello aplicamos un filtro ASG a todos nuestros productos. Además, gracias a Mercer PIP VI (Private Investment Partners), los clientes de la firma pueden obtener acceso exclusivo a activos estratégicos en infraestructura de difícil acceso y con descuentos gracias al volumen de inversiones manejado por la consultora fruto de su trayectoria en este tipo de gestión desde el año 2005”, explican desde Mercer Investments.
Además, añaden que se trata de un vehículo de inversión conservador con altas rentabilidades y riesgo moderado. “Así, las infraestructuras nos ofrecen múltiples ventajas como una mayor rentabilidad que la deuda gubernamental, por encima de la que podamos obtener mediante la renta variable y superior a la obtenida mediante fondos líquidos en infraestructura. En términos de riesgo, estos activos muestran un mejor comportamiento frente a caídas de los mercados como la ocurrida en 2008, en la que la renta variable cayó más del doble de lo que lo hicieron las infraestructuras no cotizadas”, concluyen.
Pixabay CC0 Public Domain. El lanzamiento de vacunas crea oportunidades en las valoraciones
La posibilidad de que el crecimiento económico mundial experimente un rebote sostenible depende del éxito del lanzamiento de las vacunas contra el coronavirus. Esto abre una ventana para que los inversores aprovechen las oportunidades de valoración existentes antes de que el mercado fije los precios.
Prevemos que la economía mundial comenzará a recuperarse en el segundo trimestre de 2021, pero no se producirá un repunte hasta el segundo semestre, ya que la aprobación, producción y distribución de las vacunas llevará tiempo. La rapidez del proceso de normalización del crecimiento será mucho mayor cuanto más inoculaciones se consigan. Aún así, es posible que para paliar los retrasos en los procesos de vacunación se necesite un apoyo monetario y fiscal adecuado.
Aunque esperamos que EE.UU. cree un organismo asesor independiente, algunos países adoptarán un enfoque más cauteloso en cuanto a la inoculación masiva, lo que probablemente ralentizará el repunte del crecimiento mundial de forma general hasta la segunda mitad de 2021. Por su parte, China tiene la capacidad de fabricar 750 millones de vacunas en 2021, pero con una población de 1.400 millones de habitantes y con acuerdos para compartir su capacidad con países como Brasil e Indonesia, el proceso parece que se extenderá hasta 2022.
Pensemos que el COVID-19 será endémico y nunca se erradicará del todo, como la gripe. Según los estudios actuales, las vacunas proporcionarán inmunidad durante dos años o menos y deberán ser renovadas. Aunque los mercados de renta variable han reaccionado positivamente a las noticias sobre la evolución de la vacuna, los inversores todavía no han descontado una recuperación del crecimiento mundial en su totalidad. Si el crecimiento se normalizara, podría esperarse un rebote en determinados mercados de valores, divisas y en los precios de las materias primas que podría estar en línea con un repunte de la producción industrial.
Las bolsas de Japón, Australia, Europa y el Reino Unido parecen atractivas en base a las revisiones al alza que se han producido en las previsiones de beneficios empresariales. Algo que los mercados no han descontado totalmente, lo que ha creado ciertos desajustes que pueden usarse para invertir. Aunque las valoraciones de las bolsas mundiales (en términos PER) parecen ajustadas en relación con la media histórica, gran parte de la explicación se debe al colapso que se ha producido en las ganancias empresariales debido a la pandemia. Por lo tanto, es probable que las valoraciones se vean respaldadas por la recuperación prevista de las ganancias. De hecho, la renta variable está bien valorada frente a la renta fija, lo que significa que los inversores pueden seguir encontrando un valor relativo.
A nuestro juicio, son varios los principales riesgos: una trayectoria de crecimiento más lenta de lo que esperamos, probablemente debido a retrasos en la distribución de las vacunas; una renovada tensión geopolítica si el presidente electo Joe Biden es más asertivo de lo que prevemos en sus primeros 100 días de mandato, lo que provocaría una volatilidad antes del crecimiento; y la posibilidad de taper tantrum crónico a medida que la economía mundial se normalice.
Además, la mayoría de los presidentes entrantes de EE.UU. han reemplazado al jefe de la Reserva Federal. Aunque el mandato del presidente de la Fed, Jerome Powell, se extiende hasta febrero de 2022, cualquier movimiento para reemplazarlo generaría un debate para 2021. Eso podría alterar la trayectoria de la política y los estímulos y podría afectar a los mercados.
Rotación sectorial
Es probable que una recuperación del crecimiento mundial sea un factor positivo para los mercados bursátiles sesgados hacia el valor, como los de Europa, Australia y Japón. Todos ellos cuentan con fuertes asignaciones a los sectores financiero, industrial e inmobiliario, sectores que quedaron rezagados durante la pandemia.
Si bien también prevemos una recuperación del sector energético con el tiempo, el aumento global de las reservas de petróleo tras el colapso de los precios a principios de este año hace que los niveles de inventario sean elevados. Anticipamos una nueva corrección en el sector de servicios de comunicaciones y en las compañías de tecnología que carecen del apoyo de unos fundamentales estructurales y de catalizadores a largo plazo, cuyo comportamiento en bolsa mejoró durante el Covid-19. También prevemos una cierta rotación hacia sectores cíclicos infravalorados, lo que contribuirá a la reactivación del crecimiento de las economías domésticas. Esto podría beneficiar a los mercados de la región ASEAN, algunos de los cuales también están muy apalancados en el ciclo comercial mundial. Tienen fuertes saldos en cuenta corriente y están infravalorados por los inversores mundiales.
Esperamos que el dólar americano se debilite. El resultado de la segunda vuelta de las elecciones en Georgia determinará la composición final del Congreso de Estados Unidos. Damos un 70% de posibilidades de que los republicanos obtengan la mayoría en el Senado, lo que crearía desafíos para la formulación de políticas fiscales expeditivas y significaría que Biden podría tener dificultades para impulsar su importante agenda de gasto así como otros programas legislativos.
Aunque esperamos que se apruebe un proyecto de ley de apoyo del COVID-19 a principios de 2021, un modesto estímulo de 1 billón de dólares o menos podría ser insuficiente para sustentar el crecimiento de Estados Unidos. La política monetaria tendrá que seguir siendo muy acomodaticia, lo que probablemente creará diferencias cada vez mayores en el crecimiento y la inflación entre Estados Unidos y las naciones de Asia y Europa, ejerciendo así una presión a la baja sobre el dólar. De hecho, la debilidad del dólar favorecerá a las monedas de los mercados asiáticos y emergentes y a los activos no denominados en dólares. También esperamos que el euro se recupere, siempre y cuando la pandemia no se descontrole aún más.
Los mercados están descontando que la Reserva Federal de Estados Unidos no subirá los tipos hasta 2025, lo que sugiere que la parte corta de la curva permanecerá plana y los diferenciales de crédito se reducirán. Esto hará que los inversores que buscan rentabilidad bajen más en el espectro de riesgo crediticio.
En cuanto a la renta fija, creemos que la deuda corporativa de los mercados emergentes es un activo a tener en cuenta. El segmento cuenta con un récord de rebote después de caídas de mercado de más del 2%. Por su parte, el crédito corporativo emergente cuenta con mayores rendimientos y menor apalancamiento que sus pares desarrollados, y la debilidad del dólar sería positiva para esta clase de activo en 2021.
Dentro de los activos alternativos y en un entorno de normalización de la actividad comercial, somos positivos en cuanto a las perspectivas de los bienes inmuebles. A medida que la productividad vuelve a los mercados desarrollados y emergentes, los volúmenes de inmuebles vacíos deberían disminuir y los alquileres de oficinas repuntarán. También somos constructivos en cuanto a las perspectivas para las infraestructuras impulsada por los dólares procedentes de los estímulos fiscales. Muchos gobiernos también han establecido mejores objetivos ambientales y sociales, proporcionando un viento de cola a largo plazo para las infraestructuras renovables y sociales. Este sector ofrece a los inversores flujos de ingresos diferenciados, con rendimientos iniciales más altos que los de los mercados desarrollados y un potencial de rendimiento extra, creando un colchón contra la creciente inflación ligada a los peajes y las facturas de los servicios públicos.
También encontramos atractivas las valoraciones en el segmento intermedio de los valores respaldados por activos (ABS). A diferencia de otras clases de activos, el apoyo de los bancos centrales no se ha trasladado a los ABS en el mismo grado, lo que permite a los inversores disfrutar de un saludable repunte del rendimiento para un nivel similar de riesgo crediticio que en otras clases de activo.
Tribuna de Irene Goh, Head of Multi-Asset Solutions de Asia Pacific de Aberdeen Standard Investments.