Pixabay CC0 Public Domain. Nordea AM endurece sus estándares sobre calentamiento global que aplica en sus fondos
La mayoría de las materias primas están instaladas en una racha ganadora en este momento. Incluso el petróleo, que todavía se enfrenta a una demanda frágil, tiene el potencial de comercializarse en torno al nivel de 60 dólares a mediados de año gracias a los recientes recortes unilaterales de la producción llevados a cabo por Arabia Saudita.
En la actualidad, los principales mercados de materias primas se están recuperando debido al efecto combinado de la debilidad del dólar estadounidense, la recuperación cíclica del COVID-19, los estímulos de los bancos centrales y el aumento del gasto fiscal en proyectos de infraestructura.
Todas las materias primas cíclicas, incluidos la soja, el maíz y el azúcar, se están comercializando actualmente en una situación de backwardation (que es aquella en la que el precio de los futuros financieros tiene un precio menor que el precio spot), lo que pone de manifiesto el desajuste entre la oferta y la demanda. Incluso los granos, que se habían mantenido en una trayectoria descendente desde 2012, se han recuperado más del 45% en los últimos seis meses debido a las sequías relacionadas con La Niña en América Latina y China, ya que estos países se aseguraron reservas estratégicas de estos productos. Además, los mercados corren el riesgo de subestimar las consecuencias de las expectativas de inflación, ya que todos los principales bancos centrales están señalando su renuencia a endurecer el estímulo monetario, incluso si la inflación se elevara por encima del 2,5%.
Arabia Saudí estabiliza el mercado del petróleo
En la última reunión de la OPEP, Arabia Saudí sorprendió a los mercados anunciando un recorte de la producción autónoma de 1 millón de barriles diarios (mbpd) para febrero y marzo. Este recorte compensa con creces el aumento combinado que Rusia y Kazajstán habían exigido principalmente para cubrir la demanda de calefacción doméstica en invierno. Por lo tanto, el petróleo pudo continuar su fuerte subida de precios hacia el nivel de 55 dólares para el barril de brent. Arabia Saudí está apuntando a más reducciones de inventario en el primer trimestre, aunque normalmente ve acumulaciones estacionales en los inventarios mundiales de petróleo, lo que permite al cártel de la OPEP+ aumentar la producción en grandes cantidades en el segundo trimestre, cuando es probable que la vacuna y las temperaturas más cálidas aumenten la movilidad y la demanda de petróleo.
La demanda actual de petróleo sigue siendo frágil (-7 millones barriles de petróleo diarios frente a los niveles de 2019) debido a los confinamientos en Europa, pero para finales de año la demanda podría recuperarse ligeramente por debajo de los niveles de 2019 de 100 millones barriles de petróleo diarios. El repunte de la actividad de vuelo (todavía un 40% más bajo que en 2018) sigue siendo clave. Asia infunde esperanza, ya que allí la actividad ya se ha recuperado hasta el 100%. La acción de Arabia Saudí dará lugar a retiradas diarias de más de 1,4 millones de barriles diarios en 2021, con lo que el exceso de almacenamiento en tierra se despejará por completo. El almacenamiento flotante ya ha sido liquidado.
También parece que el país saudí extiende una mano amiga a Rusia para allanar el camino de las negociaciones amistosas con ese país en el segundo trimestre sobre los aumentos de producción. Rusia teme un rebote en la producción de petróleo de esquisto si los precios del petróleo suben demasiado alto y rápido. Sin embargo, la capacidad sobrante fuera de la OPEP+ es limitada, ya que un repunte en la producción de petróleo de esquisto se ve limitado por las medidas de ESG que conducen a mayores costos de financiación. Es probable que esto ayude al cártel a recuperar el control del mercado.
Tampoco está claro si el nuevo gobierno de Biden permitirá que Irán exporte petróleo más adelante este año. Por lo tanto, el precio del petróleo tiene el potencial de subir con el Brent cotizando por encima de los 60 dólares a mediados de año e incluso en un entorno de mayor backwardation.
Tribuna de Michel Salden, Head of Commodities de Vontobel Asset Management.
Este artículo es una opinión personal de su autor y no necesariamente refleja la opinión de Vontobel Asset Management.
Foto cedida. Aegon AM nombra a una nueva responsable de inclusión y diversidad
La gestora de activos global Aegon Asset Management ha nombrado a Lindsay Hudson responsable de inclusión y diversidad, un puesto de nueva creación desde el que Hudson fomentará el compromiso con estos valores en el seno de la compañía y abogará por el cambio social.
Lindsay Hudson se une a Aegon AM desde Invesco donde, como responsable de diversidad e inclusión para la región EMEA desde 2018, desarrolló el amplio programa de I&D de la gestora. Entre 2015 y 2018, fue directora de buen gobierno para las operaciones de EMEA en Invesco y previamente, trabajó durante diez años en la sociedad de gestión discrecional Courtiers Investment Services, primero como responsable de adquisiciones y después como responsable de ventas y operaciones. Asimismo, desempeñó diversos cargos durante los diez años que trabajó en Perpetual Unit Trust Management, donde participó en la integración de los negocios de Perpetual e Invesco. Actualmente, Hudson forma parte del comité directivo de Diversity Project, una iniciativa que promueve la diversidad en el sector de la inversión, y participa activamente en la Investment Association y la Women in Finance Charter.
Desde Reino Unido, y bajo la supervisión de Jane Daniel, directora mundial de riesgo y cumplimiento normativo y embajadora de inclusión y diversidad en Aegon AM, Hudson estará a cargo de las cuestiones relacionadas con inclusión y diversidad en el conjunto de la gestora. En paralelo a este nombramiento, Hudson pasará a formar parte del equipo de gestión sénior y colaborará estrechamente con el consejo de administración de Aegon AM.
En relación con el nombramiento, Jane Daniel ha declarado: «Estamos comprometidos con la inclusión y la diversidad y queremos fomentar cambios positivos y duraderos. Convertirnos en una empresa más diversa e inclusiva no solo representa uno de nuestros objetivos clave como negocio: también es nuestra responsabilidad con la sociedad en la que vivimos y trabajamos».
En este sentido, Daniel ha destaca que «la creación de este nuevo puesto nos permite contar con un recurso dedicado a coordinar nuestros esfuerzos en inclusión y diversidad tanto interna como externamente y subraya la importancia que tienen la inclusión y la diversidad para nuestra organización. Desarrollar un enfoque estratégico y consistente para estas iniciativas acelerará nuestros esfuerzos y contribuirá a potenciar y a expandir el importante trabajo que han desarrollado nuestros equipos de inclusión y diversidad hasta la fecha. Me gustaría felicitar a Lindsay por este nombramiento y darle una cálida bienvenida a Aegon AM».
A pesar de las dificultades, 2020 no ha sido un mal año para la industria de gestión de activos. Lo explica Stephen Cohen, responsable del ETF e Inversiones Indexadas y de Wealth para EMEA de BlackRock: “A medida que los inversores han ido desechando ideas gastadas como gestión indexada vs activa, tomando mayor control sobre sus objetivos de inversión, hemos visto que más de nuestros clientes en Europa han empezado a mezclar ambos tipos de gestión en sus carteras; está previsto que los flujos hacia ETPs globales vayan a marcar su nivel más alto en tres años, al entrar 670.600 millones de dólares en el año, mientras que los flujos hacia fondos activos han alcanzado los 737.000 millones de dólares, un 4% más en términos interanuales”, dice.
El punto de vista de la firma es que, aunque 2020 no ha salido como esperaba nadie, “ha acelerado un futuro que veíamos venir desde hacía mucho”. Para BlackRock, la pandemia ha actuado como un gran acelerador de cambios a un nivel profundo en el funcionamiento de sociedades y economías que van a dar lugar a un nuevo orden de inversión, en el que han identificado tres temas clave que desarrollan en el Global Outlook para 2021 del BlackRock Investment Institute y que sintetizamos a continuación.
Tema 1: El ‘new nominal’
BlackRock prevé que la inflación repunte en los próximos cinco años, aunque estima que los efectos de esta subida a medio plazo serán distintos a los de otros repuntes de la inflación vistos en el pasado, en el sentido de que tendrá un impacto más benévolo sobre los activos de riesgo. Este escenario, que han llamado “New Nominal”, prevé un crecimiento más fuerte en el corto plazo que dé paso eventualmente a una mayor inflación, pero que no irá acompañada por la típica subida en los rendimientos de los bonos nominales.
Esta visión se fundamenta en el mensaje de los bancos centrales, que ahora parecen más dispuestos a dejar que las economías se sobrecalienten si la inflación supera su objetivo, al haber cambiado su marco de política monetaria. A esto añaden el impacto de los estímulos fiscales aplicados por los gobiernos en respuesta a la crisis de la COVID-19: si bien desde la gestora creen que ha sido un movimiento necesario, al mismo tiempo advierten de que esta acción va a poner más limitaciones al margen de maniobra de los bancos centrales para controlar la inflación.
El escenario base de BlackRock es que la inflación alcance el 2,5%- 3% anual, una estimación que consideran moderada, pero que aun así podría sorprender a los mercados, después de una década en la que el coste de la vida se ha mantenido muy bajo.
En este contexto, desde la firma creen que la deuda soberana de países desarrollados ya no aportan tanta diversificación en las carteras; en cambio, favorecen la inclusión de bonos ligados a la inflación en la parte de renta fija, al tiempo que recomiendan adoptar una posición tácticamente más favorable al riesgo, incrementando la asignación a renta variable (particularmente acciones estadounidenses y sectores cíclicos de manera selectiva) y apostando por la deuda high yield como fuente de generación de rentas.
Tema 2: Redefinición de la globalización
El segundo gran tema para 2021 es la rivalidad estratégica entre EE.UU. y China, particularmente en el sector tecnológico. “Es probable que veamos un incremento del énfasis que van a poner ambos países en la búsqueda de la autosuficiencia en sectores críticos para el futuro”, advierten desde BlackRock. La firma recomienda a los inversores conseguir exposición a ambas regiones, y anticipan: “Puede que veamos un cambio en el enfoque que da EE.UU. a su relación con China, centrándose más en el clima y los derechos humanos y menos en el déficit comercial bilateral”.
Sin embargo, los expertos llaman a fijarse especialmente en las maniobras de China. Por un lado, anticipan que impulse industrias clave en las que tradicionalmente ha ido con retraso respecto a EE.UU., como los semiconductores; también anticipan que se recupere la tasa de crecimiento del país a niveles pre-virus. Por otro lado, destacan que China está abriendo su mercado de capitales a inversores globales, y dado el incremento de la cuota que tiene el país del crecimiento mundial, anticipan que aquellos activos que estén expuestos al crecimiento chino se conviertan en posiciones estratégicas core para las carteras, diferenciadas de las asignaciones a mercados emergentes. Esta asignación ayudará a los inversores a mejorar su diversificación y perfil de retornos, en opinión de BlackRock.
De acuerdo con este escenario, desde la gestora favorecen la diversificación por países y superior al peso de China en el índice, y tácticamente les gustan los mercados emergentes, especialmente en Asia.
Tema 3: Aceleración de las transformaciones
La pandemia ha ayudado a centrar la atención sobre factores relacionados con la sostenibilidad que habían sido subestimados y sobrela resiliencia de la cadena de suministro. Por ejemplo, la UE ha decidido poner en el centro de sus esfuerzos para la reconstrucción post COVID la inversión en digitalización e infraestructuras verdes, para impulsar la transición a una economía con baja huella de carbono.
Al mismo tiempo, la pandemia ha exacerbado las desigualdades entre países debido a la distinta calidad de las infraestructuras de salud pública – particularmente en países emergentes- y el acceso a la sanidad. También ha impulsado la dominancia del comercio electrónico, en detrimento de los comercios minoristas. En resumen, explican desde BlackRock, “la pandemia ha acelerado las dinámicas del ‘ganador se lo lleva todo’, lo que ha llevado a un puñado de gigantes tecnológicos a dominar la rentabilidad del índice de mercado en los últimos años”. A pesar de que las valoraciones han seguido al alza durante 2020, desde la firma siguen pensando que la exposición a tecnología tiene implicaciones estructurales para el largo plazo, y que la manera de ganar exposición a las mismas es a través del factor calidad, acciones estadounidenses y acciones de Asia sin Japón.
La aceleración de tendencias también lleva a la firma a reafirmarse en su preferencia estratégica por activos sostenibles, como bloques estructurales que deben estar presentes en cartera: “Vemos flujos persistentes hacia activos sostenibles en la larga transición hacia un mundo menos intensivo en carbono”.
Finalmente, la aceleración de los cambios estructurales está replanteando la manera de diversificar carteras, hasta el punto de que desde la firma consideran que “la diversificación por sí misma no va a ser suficiente: va a ser crucial realizar un análisis granular a nivel país, sector y acción”.
Entre el mito y la realidad, la inteligencia artificial suscita numerosos fantasmas en el inconsciente colectivo. Aunque la IA constituye una fuente de progresos considerables en el ámbito de la salud. Investigación, epidemiología, prevención, diagnóstico, tratamiento,…etc. Los campos de aplicación son múltiples. Los expertos son unánimes: la IA mejorará la calidad, la pertinencia y la eficiencia de la atención sanitaria. Asimismo, contribuirá a optimizar el tratamiento y el seguimiento de numerosas enfermedades, y también a reducir los costes. A medio plazo, la IA favorecerá la emergencia de una medicina más predictiva, más precisa y sobre todo más personalizada.
Considerados durante mucho tiempo como un freno insalvable, los temores de los profesionales médicos se desvanecen. Evidentemente, el factor humano continuará siendo preponderante, aunque solo sea en relación con las cuestiones de responsabilidad. La inteligencia artificial será una mera herramienta de ayuda a la toma de decisiones. El profesional de la salud validará o no la decisión propuesta por la máquina, de acuerdo con su experiencia y sus competencias. Otra certeza: la IA no será suficiente por sí sola. De carácter no exhaustivo, la IA únicamente podrá responder a una cuestión determinada, para la que habrá sido previamente «entrenada». Para llegar desde el aprendizaje programado hasta la autonomía total, se deberán realizar enormes avances.
Trabajos prometedores
Especialmente dinámico, el sector del diagnóstico médico por imágenes concentra en la actualidad los proyectos de mayor éxito. Diversas publicaciones científicas reflejan este hecho, determinadas herramientas son capaces de detectar lesiones cancerosas con una precisión formidable, muy superior a la de los métodos convencionales. Investigadores de la Northwestern University Feinberg School of Medicine y científicos de Google AI [1] han desarrollado conjuntamente un algoritmo capaz de identificar los nódulos pulmonares malignos -en ocasiones mínimos- con un porcentaje de eficacia del 94,4%. A título de comparación, el margen de error fue más importante para los seis radiólogos que participaron en este estudio, tanto en relación con los falsos positivos (11%) como con los falsos negativos (5%). Esta IA presenta dos ventajas concretas: la detección precoz del tumor maximiza el potencial de curación, y la precisión del diagnóstico limita el recurso a los exámenes de control invasivos, caros y de riesgo.
Un mercado colosal
Impulsado por el desarrollo tecnológico y los progresos de la investigación, el mercado de la IA experimentará una expansión sin precedentes en la próxima década. El último informe publicado por el instituto ReportLinker ratifica esta tesis [2]. Con un valor calculado de 4.900 millones de dólares el pasado junio, este mercado podría alcanzar 45.200 millones en en 2026, con una tasa de crecimiento anual medio del 44,9%. Asistido por una potencia de cálculo en progresión constante, el segmento del «machine learning» adquirirá un valor especial. Consolidado gracias a la proliferación de datos sobre salud, el análisis predictivo del riesgo también lo hará. Por el contrario, la falta de recursos humanos cualificados y las reticencias de los profesionales de la salud son los dos principales obstáculos a superar. Con independencia de las previsiones, se dibuja una tendencia clara. Gracias a las numerosas inversiones realizadas en el transcurso de los cinco últimos años, Estados Unidos será la punta de lanza de este mercado.
Las palancas de la transformación
Una cosa es segura, la revolución prometida no sucederá de la noche a la mañana. La inteligencia artificial todavía está dando sus primeros pasos. Su nivel de rentabilidad es relativamente limitado. El grado de madurez de las aplicaciones propuestas actualmente es muy dispar, también en el sector de la salud. Las primeras de estas aplicaciones probablemente no serán operativas antes de varios años, en el mejor de los casos. Por muy prometedoras que sean, las hipótesis científicas resultan siempre difíciles de demostrar a gran escala.
Con el fin de optimizar el potencial de la IA, su ecosistema se deberá estructurar y formalizar, y también se deberá promover y financiar. La fiabilidad y la seguridad de las soluciones desarrolladas deberán constituir retos prioritarios para los promotores y los inversores. La medición del valor añadido y la creación de un modelo económico especializado constituirán asimismo parámetros determinantes con el fin de favorecer la implementación de estas nuevas técnicas en la atención sanitaria. Por otra parte, la puesta en marcha de una reglamentación propia para los usos digitales será inevitable. Entre la necesaria protección de las libertades individuales y la perspectiva de frenar iniciativas potencialmente innovadoras para la colectividad, la línea divisoria será estrecha. En realidad, el futuro de la inteligencia artificial dependerá en gran medida de la explotación que se lleve a cabo de los datos sobre salud que constituyen su combustible.
Observador atento de las transformaciones en curso en el sector sanitario, Candriam pretende apoyar el desarrollo de las aplicaciones más pertinentes y más útiles para los pacientes. Candriam cuenta con una red de expertos, capaces de analizar, identificar, y valorar a las empresas que producirán las soluciones tecnológicas del futuro.
Columna de Rudi Van den Eynde, responsable de renta variable global temática de Candriam.
Anotaciones:
[1] «Artificial intelligence in healthcare market with Covid-19 impact analysis by offering, technology, end-use application, end user and region – Global forecast to 2026», ReportLinker (Junio 2020).
[2] » End-to-end lung cancer screening with three-dimensional deep learning on low-dose chest computed tomography», Nature Medicine (Mayo 2019).
Durante el año 2021 entrarán en vigor la Ley de Medidas de Lucha contra el Fraude Fiscal (que además de recoger el contenido de la Directiva comunitaria anti-elusión fiscal, aprovecha para modificar ciertas normas tributarias) y los Presupuestos Generales del Estado, dos normas de gran impacto en el ámbito tributario.
Sólo mencionaremos algunas de esas medidas que consideramos que puedan tener más relevancia para la fiscalidad de las personas físicas, las rentas del ahorro y previsión social, que afectan a todo el espectro de impuestos: Impuesto sobre Sociedades (“IS”), Impuesto sobre la Renta de las Persona Físicas (“IRPF”), Impuesto sobre el Patrimonio (“IP”), Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (“ITPAJD”) e Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (“ISD”), que indudablemente persiguen una mayor recaudación tributaria dada la situación de grave crisis económica que afronta España por los efectos de la COVID.
En primer lugar, se incrementa en tres puntos porcentuales la tributación para las rentas del ahorro (dividendos, intereses, ganancias patrimoniales por la transmisión de elementos, etc.) que a partir de 200.000 euros será del 26%. Por lo tanto, se añade un nuevo tramo a los actualmente vigentes: rentas del ahorro hasta 6.000 euros, tributación al 19,00%; entre 6.000 euros y 50.000 euros, tributación al 21%; entre 50.000 euros y 200.000 euros, tributación al 23,00%.
También se añade un tramo en la escala general del impuesto para bases liquidables generales a partir de 300.000 euros con un tipo de gravamen del 24,50%. Esta modificación conlleva la consecuente rectificación de la escala de retenciones para rentas del trabajo, con un tipo de retención del 47% para las bases a partir de 300.000 euros.
En segundo lugar, destacaremos la modificación de los límites de reducción por las aportaciones y contribuciones a sistemas de previsión social. En este sentido, la cantidad máxima que se podrá reducir en la base imponible del IRPF derivada de las aportaciones y contribuciones a sistemas de previsión social (planes de pensiones, mutualidades de previsión social, planes de previsión asegurados, planes de previsión social empresarial y seguros de dependencia severa o gran dependencia) será de 2.000 euros anuales en lugar de los 8.000 euros actuales.
El límite anterior de 2.000 euros pasará a 8.000 (en total, 10.000 euros) cuando el incremento provenga de contribuciones empresariales (aportaciones propias que el empresario individual realice a planes de pensiones de empleo o a mutualidades de previsión social, de los que, a su vez, sea promotor y partícipe o mutualista, así como las que realice a planes de previsión social empresarial o seguros colectivos de dependencia de los que, a su vez, sea tomador y asegurado). Asimismo, se disminuye la reducción adicional por aportaciones a favor del cónyuge de 2.500 a 1.000 euros anuales. En definitiva, el beneficio fiscal máximo será para quien aporte al año 2.000 euros a su plan de pensiones y otros 8.000 euros al plan de empresa, en caso de tenerlo.
Se propone homogeneizar el tratamiento fiscal de los ETFs con independencia del mercado en el que coticen (sin distinguir si el ETF inicialmente cotizaba en un mercado extranjero o español). Además, se deniega a los ETFs el acceso al régimen de diferimiento fiscal o de traspaso definido en la Ley del IRPF, ya sea el ETF español o extranjero, y cotice en un mercado nacional o extranjero.
Por lo tanto, con esta medida se abandona el criterio mantenido por la Dirección General de Tributos (“DGT”) que había considerado que un ETF cotizado en un mercado extranjero y comercializado en España mediante su negociación en la bolsa española quedaba excluido del régimen de diferimiento y de retención. Sin embargo, se permitía que estos ETFs pudieran aplicar el diferimiento o traspaso si su comercialización se realizaba en nuestro país a través de entidades financieras con las que la gestora del ETF hubiera suscrito un contrato de comercialización, y no en la bolsa española.
En cuanto a los Unit Linked, se adaptan los requisitos exigibles para no aplicar la imputación fiscal en el IRPF, en concordancia con la modificación de la normativa de seguros. Por otro lado, en el Impuesto sobre el Patrimonio, se elimina la exención de tributar de los Unit-Linked cuando el tomador no tenga la facultad de ejercer el derecho de rescate que se computarán por el valor de la provisión matemática.
También está previstala subida de un 6% al 8% del tipo de gravamen del Impuesto sobre las primas de seguro. La medida va a afectar significativamente a familias y empresas al tratarse de un recargo externo a la prima de seguro.
Sometidas a gran presión mediática, se incluyen medidas para reforzar el control de las sicavs y se otorga a la Agencia Tributaria la competencia para comprobar que cumplen con los requisitos de los vehículos de la inversión colectiva y “no es una herramienta de planificación fiscal de grandes patrimonios”. Según declaraciones de la Secretaría de Estado, se requerirá que los accionistas de la sicav tengan una participación mínima de 2.500 euros para beneficios fiscales.
Otra de las medidas que sin lugar a dudas tendrá trascendencia es la creación de un “valor de referencia” previsto en la norma reguladora del catastro inmobiliario para valorar los inmuebles. El mismo se determina según el valor de las compraventas inmobiliarias realizadas ante fedatario público. Esto tendrá un gran impacto en la valoración de los inmuebles a efectos del IP dado que, en la actualidad, para inmuebles con fechas de adquisición antiguas se suele usar el valor de adquisición.
En el IP, se introduce, con vigencia indefinida, una nueva escala estatal del impuesto, pero sufriendo variación con respecto a la existente, solamente en el último tramo de la tarifa, elevando el tipo de gravamen aplicable del 2,5% al 3,5%.
Por último, señalaremos dos medidas en el impuesto sobre sociedades que sin lugar a dudas tendrán su impacto en la planificación del ahorro y que son las siguientes: (i) la limitación al 95% de la exención de dividendos y plusvalías lo que implicará una tributación efectiva del 1,25% (hasta ahora la exención era del 100% sujeto a los requisitos de tenencia de la participación al menos con un año de antelación y un porcentaje mínimo de inversión del 5% o superior a 20 millones de euros), exceptuando por un periodo de tres años a entidades con cifra de negocios inferior a 40 millones de euros del impuesto de sociedades que no formen parte de un grupo mercantil y (ii) la tributación mínima del 15% de las socimis, sobre los beneficios no distribuidos. Esta nueva regulación sitúa en clara desventaja a las socimis españolas frente a los REIT de los países de nuestro entorno, que tributan al 0%.
Pixabay CC0 Public Domain. La EBA pone a consulta sus directrices sobre remuneraciones y gobernanza interna de las empresas de servicios de inversión
La EBA ha lanzado dos consultas públicas acerca de sus directrices sobre la política de remuneraciones y de gobernanza interna de las empresas de servicios de inversión, a tenor de lo recogido en la directiva 2019/2034 relativa a la supervisión prudencial de este tipo de empresas. La finalidad, según la Autoridad Bancaria Europea (EBA), es completar y aclarar los procedimientos y mecanismos de las empresas de servicios de inversión, entre las que se encuentran sociedades y agencias de valores, empresas de asesoramiento financiero.
Según el texto actual de ambas directrices, una vez aprobadas, serán de aplicación desdejunio de 2021. Sin embargo, se concede a las ESIs un plazo adicional para adaptar su política de retribuciones a las directrices, para el ejercicio de 2022. Ambas consultas públicas estarán abiertas hasta el 17 de marzo de 2021, según analizan desde el despacho finReg360.
Política de remuneraciones
En cuanto a las directrices sobre la política de remuneraciones, los principales aspectos contemplados son los siguientes. Señala la EBA que la política de remuneraciones debe especificar todos los componentes de la remuneración, incluida la política de pensiones y, cuando proceda, el marco de las jubilaciones anticipadas. Esa política ha de contemplar que todos los aspectos de la remuneración son neutrales en cuanto al género, y, además, las ESIs deben poder demostrarlo frente al supervisor.
Asimismo, debe recoger un marco retributivo no solo para los empleados sino también para otras personas que actúen en nombre de la entidad, como los agentes vinculados. La política de remuneraciones para todo el personal debe ser coherente con los objetivos de la estrategia comercial, la cultura y los valores corporativos, las medidas para evitar conflictos de intereses y los objetivos de la estrategia de riesgo y el apetito al riesgo de la empresa de servicios de inversión; incluyendo los ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
Las directrices determinan también que las prácticas de remuneración serán transparentes para el personal en lo que respecta a la remuneración fija y a la variable. La remuneración fija debe ser permanente, predeterminada, no discrecional y no revocable, y la variable ha de basarse en el rendimiento o, en casos excepcionales, en otras condiciones. Conforme con estas directrices, las ESIs han de asegurarse de que la proporción entre los componentes de la remuneración variable y la remuneración fija para el personal relevante o colectivo identificado se fije independientemente de cualquier posible ajuste de riesgo ex post. Finalmente, deben aplicar medidas específicas y mecanismos de alineación de riesgos, según proceda, para que las categorías del personal relevante en el perfil de riesgo de la entidad estén alineadas con su efecto y con su remuneración.
Gobernanza interna
En cuanto a las directrices de gobernanza interna, el supervisor indica que estos requisitos están sujetos al principio de proporcionalidad, por ello, se aplicarán teniendo en cuenta el tamaño, la organización interna, la naturaleza y la complejidad de las actividades de las ESIs.
Las directrices aclaran y especifican los requisitos de la normativa destinados a garantizar la buena gestión de los riesgos en las tres líneas de defensa. El consejo de administración ha de asegurarse de que la estructura de una ESI y, cuando proceda, las estructuras dentro de un grupo, sean claras, eficientes y transparentes para el personal, los accionistas y la autoridad competente. Las obligaciones del consejo de administración de las ESIs deben estar claramente definidas, distinguiendo entre las funciones ejecutivas y no ejecutivas.
En las directrices se especifica que, cuando una empresa de servicios de inversión crea nuevas estructuras como, por ejemplo, entidades dentro de su grupo, las interconexiones y las transacciones entre ellas no deben plantear problemas para la gestión y supervisión efectiva de los riesgos del grupo. Todos los miembros del consejo de administración deben ser conscientes de la estructura y las responsabilidades entre las diferentes funciones y de sus comités, cuando sea necesario. En cuanto a la composición de los comités y el requisito de contar con miembros independientes, las directrices tienen en cuenta el principio de proporcionalidad.
Finalmente, las autoridades competentes velarán por la aplicación efectiva y coherente de las directrices en sus jurisdicciones. Por ello, estas autoridades pueden aclarar, en caso de ser necesario, los órganos y funciones a los que corresponden las tareas y responsabilidades definidas en las directrices. Por este motivo, no sería descartable que la CNMV emitiera algún tipo de documento guía o de preguntas y respuestas sobre el asunto.
Pixabay CC0 Public Domain. El cambio a largo plazo en los mercados de capital generará oportunidades inmobiliarias
El efecto provocado por la pandemia ha impactado en todas las compañías, y, según el informe Impacto del COVID-19 en las áreas de negocio, elaborado por el equipo de Growth & Customer Value de Axis Corporate, la mayoría de ellas se ha visto obligada a cambiar sus planes estratégicos. Así el 70% de las empresas encuestadas se han replanteado su propuesta de valor debido a la situación de crisis sanitaria.
Además, el 40% afirma que está trabajando en cómo adaptar su portfolio actual a las características del nuevo contexto y a los cambios de prioridades de sus clientes y potenciales. De hecho, algunas manifiestan que ya están enfocadas en el desarrollo de nuevos productos o servicios.
No obstante, estos cambios se han producido siempre después del confinamiento, momento en el que el 50% de las empresas reconoce “haber centrado su plan de acción en la búsqueda de planes de contingencia con impacto a corto plazo para dar respuesta inmediata a la situación y garantizar la viabilidad del negocio”.
“Un factor competitivo de las organizaciones es su capacidad para anticipar qué es lo que verdaderamente aporta valor, seguridad o calidad de vida a sus clientes actuales y potenciales. La prioridad de las organizaciones es definir estrategias que permitan la recuperación del negocio o su reorientación en un contexto caracterizado por un sentimiento de la demanda de bajo optimismo”, explica Vanessa Sarrà, directora de Marketing & Comunicación y gestora senior del área de Growth & Costumer Value de Axis Corporate.
Distribución y área comercial
Desde el punto de vista comercial, más de la mitad de las organizaciones (52%) cree que el COVID-19 ha empujado a los departamentos comerciales a reenfocar de forma ágil la estrategia que tenían planificada. Sin embargo, cerca del 15% subraya que el contexto actual ha acelerado algunas iniciativas ya planteadas que se han combinado con nuevos planes de acción que se van diseñando y ejecutando por semanas.
Para Carlos Ferrer, director del área de Growth & Costumer Value de Axis Corporate, lo más importante en estos momentos es “enriquecer el conocimiento de cliente, re-segmentar cartera y ajustar propuesta de valor”. “También hay que redimensionar las fuerzas de ventas y re-carterizar clientes mediante las herramientas que tengamos disponibles en la compañía, además de rediseñar el plan de comunicación interna relativo a clientes y ventas y gestionar el cambio”, apunta, como claves para esta nueva normalidad.
El estudio también muestra la realidad de las compañías en la distribución. A un 64% de empresas, el COVID-19 les ha forzado a replantearse este apartado. Como resultado, las firmas se han volcado en la mejora y la evolución de los canales de comunicación y distribución digital. En este ámbito, sólo el 7% de las empresas encuestadas afirma que su modelo de distribución digital ya era maduro antes del impacto de la pandemia.
Indosuez Wealth Management, la división global de gestión de patrimonios y Banca Privada de Crédit Agricole, ha reforzado su equipo en Madrid con la incorporación de Ana Pérez Carbajo como nueva banquera senior.
Licenciada en Derecho por la Universidad de León y Master en Asesoría Fiscal de Empresa y acreditada por EFPA, Ana Pérez inició su carrera profesional en 2005 en Fortis, entidad que posteriormente se integraría en BNP Paribas. Durante su etapa profesional ha desempeñado diferentes cargos como especialista en el segmento UHNW y responsable de equipo de banqueros.
Para Antonio Losada, consejero delegado de Indosuez Wealth Management en España, “recibimos con gran ilusión a Ana como integrante de nuestro equipo de banqueros localizado en Madrid y que reporta a Iñigo Calderón como director regional Centro. Estoy convencido de que la unión de su experiencia y profesionalidad con las sólidas capacidades de oferta y servicio de nuestro grupo, serán bases seguras de su éxito en el asesoramiento y gestión discrecional de nuestros clientes en España, contribuyendo a consolidar nuestra senda de crecimiento de los tres últimos años”.
Indosuez Wealth Management tiene un fuerte arraigo local en España, basado en una trayectoria de 25 años realizada por Banque Indosuez en el área de Wealth Management en dicho país.
Cuenta con oficinas propias en Madrid, Bilbao, San Sebastián, Valencia y Sevilla. Su equipo, formado por 75 empleados altamente cualificados, combina el conocimiento del entorno local con una amplia experiencia en el sector y las posibilidades que ofrece la red global Indosuez Wealth Management y el Grupo Crédit Agricole.
Pixabay CC0 Public Domain. Tikehau Capital nombra a Laura Scolan como responsable para Francia del área de deuda privada y directora de operaciones
Tikehau Capital, gestora de activos e inversiones alternativas, ha anunciado el nombramiento de Laura Scolan como responsable para Francia del área de deuda privada y directora de operaciones.
Según explica la firma, desde este nuevo cargo, Scolan será responsable de las actividades de inversión y la gestión operativa para el área de deuda privada del Grupo en Francia. Scolan reportará a Cécile Mayer-Lévi, responsable de deuda privada de Tikehau Capital.
Laura Scolan se incorpora procedente de Messier Maris & Associés, donde fue socia y codirectora del área de Asesoría de Deuda y, desde 2013, desarrolló labores de dirección. Anteriormente, Laura ocupó varios cargos en el Departamento Financiero de Royal Bank of Scotland y ocupó cargos en los equipos de M&A de Edmond de Rothschild y Lazard. Scolan es graduada por la Universidad París-Dauphine, con especialización en finanzas corporativas e ingeniería financiera.
«Estamos encantados de dar la bienvenida a Laura Scolan, a quien conocemos desde hace muchos años y cuya sólida experiencia nos ayudará a seguir desarrollando nuestra plataforma de deuda privada. La gran experiencia de Laura nos permitirá implementar una mejor estructura operativa dentro de nuestro negocio de deuda privada, lo que nos permitirá optimizar aún más nuestra estrategia, que hoy en día representa 8.900 millones de euros en activos bajo gestión, y en la que Tikehau Capital es pionera y reconocida en Europa», señala Cécile Mayer-Lévi,responsable de deuda privada de Tikehau Capital, a raíz de este nombramiento.
Pixabay CC0 Public DomainRicardo Resende. Ricardo Resende
La pandemia del coronavirus ha puesto de relieve la eficacia de las herramientas tradicionales de diversificación. Los bonos del gobierno, generalmente vistos por los inversores como refugios seguros para mitigar la volatilidad, fueron barridos en la oleada de ventas inicial de principios de marzo, antes de que niveles sin precedentes de estímulo monetario empujaran las tasas de interés a niveles mínimos récord, limitando cuánto más pueden caer sin hacer más daño que bien.
A medida que las segundas oleadas del virus se apoderan de gran parte del hemisferio norte, siguen existiendo riesgos importantes de que la recesión económica se prolongue. En este contexto, este documento explora si los bonos del Estado pueden seguir cumpliendo su función tradicional de diversificación y, de no ser así, cómo se puede lograr una diversificación eficaz de la cartera.
¿Qué es la diversificación y por qué es importante?
La diversificación se basa en el concepto de mantener una combinación de activos que reaccionan de manera diferente a un mismo evento económico, reduciendo así el riesgo de sufrir una caída significativa a nivel de cartera en los momentos de tensión del mercado. La mayoría de los clientes están ansiosos por mitigar las grandes caídas del mercado de valores, el ejemplo más reciente fue en marzo de 2020, y son los bonos del gobierno los que generalmente han servido como diversificadores de cartera efectivos, no solo por sus rendimientos sólidos, sino fundamentalmente por su baja volatilidad y, a menudo, una negativa correlación con la renta variable. El valor de los bonos del gobierno generalmente aumenta a medida que disminuye el valor de las acciones, y estas cualidades defensivas y de diversificación han asegurado su lugar en las carteras de inversores para contrarrestar la debilidad del mercado de acciones.
Sin embargo, el entorno actual es marcadamente diferente a las normas históricas. Los tres factores principales de la diversificación de bonos en las carteras (rendimiento, valor y correlación) se están deteriorando o, en el mejor de los casos, son cada vez más inciertos. Como tal, en Ninety One dudamos de su capacidad para contrarrestar las caídas materiales de las acciones con la misma eficacia en el futuro, un dilema para los inversores que asignan capital tanto a acciones como a bonos soberanos. Entonces, ¿qué hace que estos tres factores sean diversificadores efectivos y qué impide que los bonos gubernamentales desempeñen su papel tradicional?
1. Los rendimientos de los bonos proporcionan un ancla, pero se han desplomado
El flujo de ingresos proporcionado por el rendimiento de un bono proporciona un ancla para su precio; incluso durante episodios de turbulencia, los bonos del Estado (en particular los de alta calidad) han podido actuar a la defensiva, ayudando a compensar la depreciación de precios en otras partes de una cartera. Sin embargo, la demanda de estos activos seguros ha hecho que los precios de los bonos suban cada vez más durante los últimos 40 años, con solo algunos retrocesos significativos en el camino. En la última década, los rendimientos en todo el mundo han caído aún más a mínimos antes impensables gracias a una política monetaria coordinada.
La implicación del nivel de rendimientos en la inversión, independientemente de la dirección, es significativa en términos de cómo los inversores utilizan los bonos del gobierno para lograr sus objetivos de rendimiento y diversificación. Si bien es probable que muchos inversores continúen asignando a los bonos del gobierno en cierta proporción, los inversores deberán pensar de manera diferente sobre cómo utilizan los bonos para diversificar su cartera. Una búsqueda de rendimiento moviéndose hacia abajo en la calidad del espectro crediticio, puede que no esté impuesto en el mandato de una cartera, y obviamente, conlleva riesgos adicionales que un inversor debe comprender en su totalidad.
2. El valor razonable: un alcance limitado para compensar las reducciones en activos de riesgo
La solidez del mercado de bonos durante los últimos 40 años pone en duda el valor futuro. En Ninety One, nuestro equipo de multiactivos evalúa el valor razonable de los bonos en función de sus fundamentos subyacentes, adoptando una visión estructural de la valoración basada en la tendencia del PIB y una visión cíclica basada en factores como la inflación, las encuestas del índice de gestores de compras y el precio del petróleo. En octubre, en Ninety One determinamos que el valor justo estructural y cíclico de los bonos del gobierno de EE. UU. (a 10 años) era del 1,4% y 1,6%, respectivamente; sobre la base del rendimiento actual de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años (0,8%), los bonos del Estado parecen, por lo tanto, caros.
Nuestras expectativas de rendimiento total futuro a 10 años para los bonos del Tesoro de los EE. UU. a 10 años se han reducido a solo un 0,5% anual, y esos rendimientos mediocres de los bonos del gobierno se traducirán en una capacidad decreciente para compensar las pérdidas sufridas por las acciones y otros activos de riesgo similares, lo que resulta en mayores caídas y mayor volatilidad a nivel de cartera.
3. Correlación
La correlación entre la renta variable y la rentabilidad de los bonos soberanos de los mercados desarrollados ha sido un poderoso factor en las decisiones de asignación de activos de los inversores dado su impacto directo en la diversificación potencial. Esta correlación fue negativa en las décadas de 1950-1960, positiva en las décadas de 1970-1990 y volvió a ser negativa en los últimos 20 años. El cambio en la correlación entre la renta variable y los bonos del gobierno de alta calidad está relacionado con cambios similares en la correlación entre la inflación y el crecimiento económico y entre la inflación y las tasas de interés reales, como se puede ver en el gráfico siguiente.
El cambio estructural en la correlación a finales de la década de 1990 ha contribuido a la compresión de los rendimientos a largo plazo y ha demostrado ser útil para mejorar las decisiones de asignación de activos de los inversores. Una correlación negativa implica que los bonos pueden cubrir una cartera de acciones en caso de una recesión económica, como lo hicieron con éxito cuando estalló la burbuja de las empresas punto.com y también durante la crisis financiera mundial. Sin embargo, en ausencia de un nivel de tasas de interés que pueda descender sustancialmente por debajo del límite inferior cero, el beneficio de diversificación de los bonos es limitado a medida que las correlaciones se vuelven cada vez más inestables, como se ilustra en el anterior gráfico.
Las correlaciones ascendentes y positivas son problemáticas para una cartera combinada de acciones/bonos cuando los rendimientos están aumentando desde un nivel bajo. Esto se debe a que cuando las tasas de interés son bajas, los rendimientos de los bonos pueden volverse negativos más fácilmente. Atribuimos esto principalmente a la relación inversa entre las tasas de interés y la duración: la sensibilidad del precio de un bono a los cambios de rendimiento. Durante los últimos 40 años, la caída constante de las tasas de interés ha visto un aumento correspondiente en el vencimiento de la deuda a medida que los gobiernos emiten deuda por períodos más largos para asegurar unas tasas más bajas. Con el fin de asegurar carteras de mayor rendimiento, los inversores han aumentado la duración de los bonos, lo que se traduce en una mayor sensibilidad a los cambios en los rendimientos, junto con una mayor probabilidad de pérdidas.
Además, dado que los rendimientos de los bonos del Tesoro se han desplomado desde mediados de febrero de 2020, su mercado se ha vuelto cada vez más desordenado y la volatilidad de los bonos del gobierno de EE. UU. ha alcanzado su nivel más alto desde la crisis financiera de 2008. En la opinión de Ninety One, de cara al futuro, es posible que los bonos del Estado ya no proporcionen suficiente resistencia a las carteras de inversores. Con los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. que han alcanzado mínimos históricos, la volatilidad realizada se mueve al alza y la correlación negativa con las acciones se vuelve menos estable, los inversores se preguntan razonablemente dónde más pueden encontrar la diversificación.
Esto no es un problema nuevo; los inversores han tenido que aceptar unas turbulencias mucho mayores a nivel de la cartera durante la última década para obtener unas unidades de rendimiento cada vez más pequeñas al invertir en una cartera de acciones y bonos del gobierno. Sin embargo, como ilustra la siguiente gráfica, mientras que las mayores reducciones suelen ocurrir en las recesiones, los inversores han experimentado reducciones más pronunciadas y frecuentes en el mercado alcista que siguió a la crisis financiera global en comparación con las anteriores. Esto es en parte un reflejo de la creciente incapacidad de los bonos del gobierno para compensar eficazmente las pérdidas de capital y tiene un impacto significativo para los inversores.
Una opción alternativa: la estrategia Ninety One Global Multi-Asset Income
Entonces, en un mercado que ofrece poco rendimiento, con incluso menos valor y con características de correlación que en realidad han aumentado las turbulencias para los inversores en lugar de traer estabilidad, ¿existe una alternativa a los bonos del gobierno? En Ninety One creemos que existen argumentos sólidos a favor de un enfoque que posea las mismas características que buscan los inversores para actuar como una asignación central confiable dentro de una cartera general.
El fondo Ninety One Global Multi-Asset Income (GMAI) tiene las siguientes características:
– Un retorno total defensivo
– Un rendimiento atractivo y sostenible
– Una volatilidad similar a la de un bono (1)
Desde sus inicios, el fondo GMAI ha cumplido estos tres objetivos principales en relación con los bonos gubernamentales de mercados desarrollados, el activo que los inversores suelen utilizar como compensación defensiva de las acciones (2). En definitiva, ha generado un rendimiento superior ajustado al riesgo con un rendimiento más alto y estable.
1. Rendimiento: consistente y sostenible 4% anual
Una proporción significativa del rendimiento total del fondo GMAI se deriva de los ingresos; se centra en un nivel de rendimiento atractivo y sostenible que actúa como un bloque de construcción confiable al que se puede buscar agregar un crecimiento de capital modesto. Desde su inicio (mayo de 2013) los gestores de Ninety One hemos generado un rendimiento constante y sostenible de aproximadamente un 4% anual mientras se mantienen los valores de capital; esto se ha logrado independientemente del contexto del mercado y ha sido más alto y consistente que el de los bonos soberanos de los mercados desarrollados.
Como se mencionó con brevedad anteriormente, la búsqueda de rendimientos obliga a los inversores a considerar la asunción de un mayor riesgo mediante la asignación de activos de mayor rendimiento, como bonos corporativos o la deuda de mercados emergentes, a menudo sin una consideración adecuada de los comportamientos de estos valores individuales y de los valores más altos asociados a unos mayores niveles de volatilidad. Sin embargo, estos inversores pueden conseguir sin darse cuenta una menor diversificación generando una «beta» positiva para las acciones, lo que significa que normalmente se moverán en la misma dirección. Esto puede ser particularmente perjudicial durante las oleadas de venta en el mercado de valores, justo cuando los inversores necesitarán más la diversificación de la renta fija.
El fondo GMAI se enfoca en construir una cartera de abajo hacia arriba, con cada participación elegida por su capacidad para cumplir con nuestros objetivos; como tal, si bien el objetivo de Ninety One es un nivel atractivo de rendimiento, esto no es a expensas del capital o de nuestro perfil de rendimiento defensivo. En Ninety One nos enfocamos en identificar valores individuales de un conjunto de oportunidades de múltiples activos que tienen un rendimiento atractivo, están respaldados por flujos de efectivo resistentes y tienen el potencial de crecimiento de capital. Al centrarnos en valores que ofrecen estas características, hemos podido ofrecer un perfil de rentabilidad asociado a menudo con la renta fija defensiva.
La capacidad de implementar en un solo nivel de seguridad también nos da la capacidad de ajustar nuestras posiciones para maximizar las oportunidades que hemos identificado y garantizar que las exposiciones (y los riesgos) no se dupliquen en diferentes áreas de la cartera.
2. El valor se asegura mediante un enfoque ascendente
Desde su creación, GMAI ha entregado un rendimiento total ajustado al riesgo superior en relación con los bonos soberanos de los mercados desarrollados; En esencia, hemos entregado un perfil de retorno que es más defensivo que los indicadores de refugio seguro.
De cara al futuro, seguimos viendo valor en la cartera. Si bien la volatilidad del mercado este año ha sido inquietante para muchos inversores, ha creado oportunidades de compra, especialmente para los inversores de activos múltiples. Esto ha puesto de relieve la importancia de poder identificar oportunidades desde abajo hacia arriba mientras se mantiene una perspectiva de arriba hacia abajo en todas las clases de activos. El fondo invierte en renta variable (desarrollada y emergente), bonos gubernamentales (desarrollados y emergentes), bonos corporativos de grado de inversión, bonos corporativos de alto rendimiento, infraestructura cotizada, propiedades cotizadas y divisa activa.
A continuación, se muestra una instantánea de las características de la renta variable y las tenencias de bonos soberanos de los mercados desarrollados, que ilustra el valor del fondo en relación con el mercado en general. Los gestores de Ninety One creemos que las acciones mantenidas dentro de GMAI son de mayor calidad y mejor valor que las del mercado, mientras que los bonos soberanos mantenidos son de mayor calidad y tienen un nivel de rendimiento positivo y atractivo. Asimismo, creemos que la construcción de una cartera con tales características nos ofrece la flexibilidad necesaria para navegar en un entorno incierto mientras continuamos brindando un rendimiento total consistente de una manera controlada por el riesgo.
3. Diversificación generada a través de una beta baja
La correlación, si bien es útil en el sentido de que mide la tendencia de dos activos a moverse en la misma dirección, no tiene en cuenta el tamaño relativo de esos movimientos. Otra medida estadística clave, la beta, tiene en cuenta tanto la dirección como la volatilidad relativa y, por lo tanto, puede ser más reveladora al comparar los flujos de retorno de dos inversiones.
El fondo GMAI tiene una beta baja para las clases de activos tradicionales. En comparación con la renta variable, la beta media del fondo GMAI frente al MSCI World es inferior a 0,3 desde su inicio con períodos de tiempo en los que la beta del fondo ha sido cercana a cero. Combinado con sus tres objetivos principales, esto significa que el fondo debería ayudar a mejorar el rendimiento general ajustado al riesgo de la cartera de inversores y proporcionar una alternativa para aquellas carteras que tienen exposiciones de riesgo más altas en otros lugares. Del mismo modo, la beta de los mercados de bonos del Estado también ha sido muy baja.
El fondo GMAI ha podido generar un rendimiento que está a la par con activos con mayor riesgo, como acciones y deuda de mercados emergentes, pero con menos volatilidad que los bonos que normalmente se mantienen por sus características defensivas.
Atribuimos este perfil de retorno de baja volatilidad y beta baja a nuestro proceso de gestión de riesgos. Nuestro objetivo es gestionar el riesgo a la baja en cada parte de nuestro proceso, de una manera que aborde la naturaleza variable del riesgo. Nuestro enfoque se centra en impulsores de ingresos sostenibles dentro de los valores, la diversificación estructural a través de comportamientos, no etiquetas, y la cobertura táctica de riesgos (como acciones, duración, crédito y riesgo cambiario).
Al enfocarnos en limitar las reducciones y con el objetivo de maximizar la captura al alza, buscamos generar un perfil de retorno consistente a través de un ciclo de inversión completo. El fondo tiene la capacidad de variar su sensibilidad a otras clases de activos, y el resultado es un claro sesgo positivo en la rentabilidad.
Es importante destacar que GMAI ha brindado protección tanto a la baja como a la participación al alza. Sin embargo, es cuando los mercados están a la baja, cuando el fondo realmente brilla. Las acciones tienen una dinámica de rentabilidad cercana a 1: 1 en la que la rentabilidad media de los meses positivos desde el inicio es del + 2,8%, pero la rentabilidad media de los meses negativos es del -3,4%.
Sin embargo, la flexibilidad del fondo significa que su mes positivo promedio es de + 0,9%, pero el mes negativo promedio es de -0,6%; este elemento de sesgo positivo es lo que nos permite acumular rendimientos positivos a lo largo del tiempo. Esto es incluso cierto cuando se compara con los bonos; en promedio, cuando los bonos han disminuido de valor, el fondo GMAI ha generado un rendimiento positivo. En Ninety One creemos que esta relación será particularmente importante de cara al futuro, dada la sensibilidad de los bonos a los cambios en la política fiscal y monetaria.
Un momento oportuno para considerar un enfoque alternativo
La diversificación de una cartera ha sido durante mucho tiempo un principio fundamental de la inversión segura a largo plazo y durante décadas los bonos del Estado fueron una herramienta clave que ofrecía rentabilidades atractivas, con baja volatilidad y, a menudo, una correlación negativa con las acciones, lo que las convertía en eficaces diversificadores de cartera. Sin embargo, la pandemia de coronavirus ha acelerado las tendencias preexistentes, con bajos rendimientos, mayor volatilidad y correlaciones cada vez más inestables que reducen el beneficio de diversificación de los bonos. Si bien el principal factor del colapso dramático de los precios de los activos en marzo de 2020 fue único, nos preocupa que el telón de fondo de las economías y los mercados haya sido inherentemente inestable desde la Crisis Financiera Global y, por lo tanto, los inversores deberían seguir esperando caídas más frecuentes y mayores de los mercados financieros. Es en este entorno donde los inversores necesitarán más la diversificación de la renta fija; sin embargo, la incorporación de activos de alto rendimiento y más riesgosos también puede comprometer su capacidad para actuar como un lastre frente a las reducciones de las acciones.
Estas compensaciones no son nuevas, pero ahora, más que nunca en este entorno recesivo, el papel de la diversificación de bonos se ha vuelto cada vez más importante. En Ninety One creemos que esto respalda el caso de una asignación a estrategias defensivas que tienen múltiples herramientas a su disposición que les permiten resistir condiciones de mercado menos estables. Un ejemplo sería el fondo Ninety One Global Multi-Asset Income, que tiene un historial de éxito a la hora de navegar por contextos de mercado variados y, a menudo, desafiantes. De cara al futuro, creemos que la beta de renta variable baja y la volatilidad relativamente más baja del Fondo, junto con una expectativa de rentabilidad razonable a largo plazo impulsada por un rendimiento atractivo y sostenible, lo convierten en una participación fundamental fiable en la cartera de un inversor.
Columna de Jason Borbora-Sheen, co-gestor junto con John Stopford de la estrategia Ninety One Global Multi-Asset Income.
Anotaciones:
Es posible que los objetivos de rendimiento y volatilidad no se logren necesariamente, se pueden producir pérdidas. La cantidad de ingresos puede aumentar o disminuir.
El objetivo de rendimiento de alrededor del 4%, si bien se ha logrado hasta la fecha desde el inicio (31 de mayo de 2013), depende de las condiciones del mercado y, en consecuencia, es posible que deba revisarse.
(1) El fondo GMAI tiene un objetivo de menos de la mitad de la volatilidad de las acciones globales.
(2) Renta variable global definida como MSCI ACWI Total Return.
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