Pixabay CC0 Public Domain. Lombard Odier IM lanza un estrategia de alta convicción que invierte en “fallen angels”
Encontrar oportunidades de inversión en el mercado de renta fija se ha convertido en un gran reto para los gestores. En opinión de BNY Mellon IM, uno de los activos que más juego pueden dar en las carteras de los inversores son los fallen angels (ángeles caídos), es decir, aquellos bonos que han visto caer su calificación de grado de inversión a high yield. En concreto, la gestora apunta a los fallen angels estadounidenses.
“En el marco del universo high yield, los fallen angels tienen la mayor calidad crediticia. La gran mayoría entran en el índice con una calificación BB, la más alta del espectro high yield y solo un tramo por debajo del grado de inversión. Históricamente, la ponderación de los emisores BB en el índice Bloomberg Barclays US High Yield Fallen Angel 3% Capped ha superado el 70%, mientras que en el segmento high yield en general ha rondado el 40%. Esta mayor calidad crediticia media se traduce en una menor tasa de incumplimiento: desde la creación del índice en 2005, los ángeles caídos han registrado una tasa de impago media más baja, del 0,60%, frente al 1,58% del universo high yield”, explica BNY Mellon IM en su último análisis.
En este sentido, uno de los principales atractivos de esta clase de activo es su rendimiento, ya que ofrecen una rentabilidad próxima a la renta variable pero con un riesgo similar al de la renta. De hecho, los fallen angels han batido a la deuda high yield en el mercado estadounidense en distintos plazos.
Desde BNY Mellon IM explican que el motivo de la buena rentabilidad de los fallen angels es que entran en el universo high yield a precios sobrevendidos, al haber muchos vendedores forzados y pocos inversores dispuestos a comprar. “La actividad de venta por parte de los gestores de crédito con grado de inversión, tanto al anticipar su degradación como después de la misma, distorsiona los precios de estos bonos respecto a los títulos high yield originales y los bonos BB genéricos. La labor de análisis de nuestra especialista Mellon muestra que, de media, los fallen angels entran en el índice 150 puntos básicos más baratos que sus homólogos high yield”, matizan. Esto supone que los inversores tienen tanto una oportunidad de beta potencial como una de alfa estructural.
El segundo argumento que defienden desde la gestora sobre el atractivo de clase de activos es que los fallen angels tienen más potencial de revisiones al alza de su calificación que el mercado high yield en general. “La mayoría de ellos son grandes marcas con mejor acceso a los mercados de capitales que los emisores high yield originales, lo cual les permite financiar tanto emisiones como eventuales restructuraciones. Además, sus equipos directivos tienden a estar motivados e incentivados para recuperar el grado de inversión, lo cual no suele ser el objetivo de las empresas high yield originales”, señalan.
En último lugar, BNY Mellon IM considera que la expansión del universo de fallen angels proporcionará nuevas oportunidades de valoración que poder explotar.
“Nuestra expectativa es que el universo de fallen angels va a aumentar. El crecimiento del segmento BBB, combinado con las fases finales del ciclo crediticio, podría elevar las revisiones a la baja, lo cual ampliaría el conjunto de oportunidades. Tal como muestra el gráfico superior, los bonos BBB representan actualmente una porción significativa (de en torno al 50%) del mercado corporativo con grado de inversión. Junto a temores crecientes en torno a exceso de apalancamiento, varios vencimientos inminentes podrían ejercer presión sobre las empresas para que emitan más deuda, se gasten su efectivo o se enfrenten a incumplimientos y rebajas de calificación”, explican.
Según la revisión de la medias de las agencias que hace la gestora, se estima un potencial de otros 500.000 millones de dólares en revisiones a la baja en los próximos 12 meses. “Por estos motivos, ahora es un momento especialmente oportuno para considerar una estrategia de ángeles caídos. A medida que crece este universo, también lo hace la oportunidad de alfa estructural”, concluye el análisis de la gestora sobre esta clase de activo.
Pixabay CC0 Public Domain. Deutsche Bank abre su gama de fondos Strategic Asset Allocation a todos los clientes en España
A medida que se alarga el horizonte temporal de inversión, el riesgo se reduce. Teniendo esto en cuenta, y la creencia de que el actual entorno de incertidumbre y de bajos tipos de interés se mantendrá en el tiempo, Deutsche Bank ha desarrollado una metodología propia, plasmada en su gama de fondos Strategic Asset Allocation (SAA). De esta forma, la entidad ha creado un modelo de gestión cuantitativo que se ha optimizado con el objetivo de que en un periodo de 10 años se busque conseguir la rentabilidad para un nivel de riesgo aceptado.
Lanzada hace un año en Europa y tras alcanzar un patrimonio global de 2.500 millones de euros, ahora Deutsche Bank pone a disposición de todos los clientes en España su gama de fondos Strategic Asset Allocation (SAA). Los fondos SAA buscan maximizar la rentabilidad al invertir en ETFs, ya que mantienen los costes de implementación bajo control y eficientes.La estabilidad en la inversión también busca la eficiencia en el coste, al no incurrir en cambios constantes en los activos. Se beneficia de una arquitectura abierta y de un diseño que minimiza la necesidad de reajustar la cartera con frecuencia.
«En Deutsche Bank creemos que el entorno de incertidumbre y de bajos tipos de interés se mantendrá en el tiempo. Estos dos factores requieren que los inversores tomen más riesgo para rentabilizar sus ahorros, y animan a buscar alternativas de inversión en un horizonte temporal de largo plazo. La gestión discrecional permite que los inversores no tomen decisiones precipitadas basadas en la volatilidad de los mercados, algo que es cada vez más difícil de controlar”, ha afirmado Álvaro Vitorero, responsable de Gestión Discrecional de Carteras para EMEA de Deutsche Bank International Private Bank (IPB), durante un encuentro informativo.
La metodología de la estrategia SAA incluye la incertidumbre como un factor nuevo en el modelo tradicional de inversión. Para ello, incluye modelos propios de correlación entre las distintas clases de activos, información clave para optimizar la asignación de activos. “El enfoque tradicional en el mercado prevé los siguientes parámetros para cada clase de activos: rentabilidad, volatilidad y correlaciones, pero sólo es una solución si todos estos parámetros se comportan según lo previsto, lo que es muy improbable que suceda al 100%. El nuevo enfoque de Deutsche Bank sí tiene en cuenta la incertidumbre que existe por los constantes cambios de los mercados”, ha añadido Vitorero.
La gama de fondos Strategic Asset Allocation
La gama SAA se compone del Fondo SAA Growth que prioriza el crecimiento del capital, el Fondo SAA Balanced Plus que equilibra el crecimiento y la preservación de capital y el Fondo SAA Conservative Plus con un objetivo de preservación de capital.
En los fondos SAA la asignación de activos se implementa a través de índices de referencia o ETFs seleccionados bajo un marco de arquitectura abierta y buscando la diversificación a escala global. La monitorización diaria de las carteras es realizada por un comité de inversión se encarga del seguimiento y revisión tanto de la asignación de activos como de la selección de los ETFs en los que se invierte. En condiciones normales, la asignación de activos se hace a 10 años vista y se revisa una vez al año. Sin embargo, en movimientos extremos de mercado, la asignación de activos puede ser revisada en un momento puntual, siempre que suponga una mejora relevante para el inversor y sea eficiente desde el punto de vista de coste.
Actualmente, la asignación de activos mantiene una visión positiva sobre renta variable y han reducido al mínimo su exposición a renta fija soberana. “Hemos reducido mínimamente nuestra exposición a renta variable, hemos aumentado mercados emergentes y hemos diversificado en acciones de Reino Unido. En renta fija hemos continuado con la reducción de bonos soberanos (que ahora actúan como diversificador), pero lo hemos reducido para aumentar bonos corporativos de mercados emergentes en Euros. A pesar de esto, creemos que los bonos soberanos de mayor calidad son un buen elemento diversificador y siempre van a tener un sitio en nuestras carteras en mayor o menor medida”, ha explicado Vitorero.
Pixabay CC0 Public Domain. Accesibilidad, menor coste y procesos más rápidos: tras las huellas del éxito de las SPAC
Las empresas de adquisición con fines especiales, más conocidas como SPAC, volvieron a aparecer en la escena financiera en 2020 convirtiéndose en una de las opciones más atractivas en las bolsas de todo el mundo. Según los datos de Refinitiv, el año pasado estas operaciones recaudaron 23.900 millones de dólares a nivel mundial (19.808 millones de euros), un 70% más que en 2019. De este importe, 23.600 millones de dólares se captaron solo en Estados Unidos.
Los expertos explican que las SPAC son compañías instrumentales que se crean con el propósito de reunir el capital suficiente para hacer una fusión o adquisiciones con menores costes y más opciones de compras. “Desde el punto de vista del inversor, una SPAC permite el acceso a operaciones de tipo capital riesgo o compra apalancada, que normalmente suelen estar fuera del alcance de inversores particulares. Desde la perspectiva de la compañía adquirida, las SPAC ayudan a incrementar su valor o le dan la posibilidad de cotizar en bolsa de forma muy barata y rápida, ya que la SPAC adquiriente ya estaría cotizando y sería sustituida por la empresa adquirida”, señalan desde Bankia.
En la práctica, los fundadores de una SPAC suelen asumir los gastos de constitución, se comprometen a aportar un porcentaje inferior al 10% del tamaño de la salida a bolsa y forman un consejo. A continuación, la SPAC se registra como sociedad en una jurisdicción, se designan a terceros (incluidos los auditores) y se remite un folleto a la autoridad reguladora para que se apruebe. El fundador transfiere el capital inicial a una cuenta fiduciaria antes de la fecha de la OPV. En esta fase, el equipo de gestión de la SPAC busca inversores iniciales que se comprometan a formar parte del libro de órdenes para la salida a bolsa. En la fecha de la OPV, el banco colocador coordina la cotización de la SPAC en una o varias bolsas. A cambio de su capital, los inversores obtienen una participación, que incluye una acción y una fracción de un warrant que puede ejercerse tras una adquisición. Por lo general, los fundadores obtienen acciones especiales pre-OPV de la SPAC (una participación de en torno al 20%), que también salen a bolsa el día de la OPV.
En este sentido Samy Dwek, fundador y CEO de Family Office Doctor y White Knight Consulting, explica: “La oferta pública inicial (OPI) suelen tardar entre 6 y 18 meses desde que se decide salir a bolsa hasta que logra estar cotizando. Implica considerables costes, trámites legales y la aprobación de la SEC y de otros organismos reguladores. El uso de una SPAC evita gran parte de todo este proceso y de los costes, además de reducir los plazos. La empresa que cotiza en bolsa evita el escrutinio de los analistas, lo que algunas empresas consideran una ventaja añadida. Por último, la empresa que cotiza en bolsa puede evitar los bloqueos que sus homólogas tendrían que soportar si se decantaran por una OPI”.
Vuelven a la esfera de la inversión
Durante los últimos doce meses, invertir a través de este tipo de operaciones se ha convertido en una auténtica tendencia. El último informe de Bain & Company sobre private equity señala que esta tendencia irá en aumento en 2021, ya que los retornos que ofrecen las SPAC parece estar mejorando en conjunto, pero el documento advierte de que el desempeño individual de estas empresas sigue siendo muy variable y disperso.
Según el documento de la consultora, las SPAC están demostrando ser una forma más rápida y segura de hacer pública una empresa. “Sin embargo, los aspectos económicos benefician en gran medida al patrocinador y a los inversores que redimen la oferta pública inicial (OPI), mientras que diluyen significativamente a los accionistas públicos que no redimen”, matiza en sus conclusiones.
Habiendo desaparecido después de la crisis financiera mundial, las SPAC encontraron una nueva vida hace unos años y han “vuelto a explotar” en la escena financiera en 2020, recaudando 83.000 millones de dólares en capital fresco. “Las SPAC no son un nuevo vehículo u oportunidad de inversión. Han existido durante cerca de 30 años y han cambiado su nombre a lo largo del tiempo. Se han conocido como inversión en hucha, inversión en caja fuerte, empresas de cheques en blanco y, finalmente, SPAC. Básicamente, son fondos ciegos de dinero recaudados por un patrocinador con el deseo expreso de encontrar objetivos de adquisición y llevarlos a la OPI. Las recientes SPAC tienen un plazo de dos años para encontrar un objetivo de adquisición, o el dinero se devuelve a los inversores. Si el patrocinador no encuentra un objetivo, la desventaja para el inversor es la pérdida de interés y haber perdido la oportunidad de invertir su capital en otro lugar”, recuerda Dwek.
A futuro, según Bain & Company, podrían desempeñar un papel significativo a largo plazo en los mercados de capitales a medida que las empresas buscan alternativas a las OPI tradicionales. Pero es probable que las estructuras de SPAC evolucionen para que sus patrocinadores estén más expuestos al desempeño de la empresa a largo plazo, tanto a través del capital en riesgo inicial como de los acuerdos de compra a plazo.
“En el entorno actual, cualquier objetivo probable con un perfil de empresa pública tiene patrocinadores de SPAC haciendo cola en la puerta. Los jugadores ganadores que busquen un éxito a largo plazo y repetible deberán equilibrar su esfuerzo en tres trabajos igualmente importantes: encontrar el trato adecuado a tiempo, fortalecer las capacidades de debida diligencia para analizar y examinar sus objetivos de mayor potencial, e impulsar el rendimiento a través de la experiencia en gestión, redes de talentos y planificación de creación de valor de clase mundial”, explica Brian Kmet, socio de Bain & Company.
Posibles riesgos
En opinión de Dwek, el mayor problema que plantean las SPAC a la hora de invertir es que hay grandes bolsas de dinero que “persiguen” a los patrocinadores, lo que puede hacer que se precipiten a la ahora de invertir al verse muy presionados. “El mayor riesgo es el fear of missing out. Es decir, la gente oye las historias de éxito de Nikola, NIO, Virgin Galactic y DraftKings y no quiere quedarse atrás. Y sí, si eras un inversor inicial, es muy probable que hayas obtenido beneficios, pero para el resto de inversores es una bolsa mixta dependiendo de si estabas o no con un patrocinador de alta calidad”, afirma y aconseja a los inversores ser muy selectivos si deciden invertir en una SPAC.
Por último, los analistas del sector se plantean si el gran crecimiento experimentado no traerá una corrección, en línea con lo ocurrido a finales de febrero. Un análisis en detalle muestra que las rentabilidades se han revelado sumamente dispersas en el universo de las SPAC, dependiendo de la fase del ciclo de vida, la solidez de sus estructuras, la calidad de los equipos directivos, el efectivo disponible antes de la fusión y, en el caso de las SPAC que ya han anunciado un acuerdo, el atractivo de la compañía con la que se fusionarán.
Pixabay CC0 Public DomainAnna Jimenez Calaf. Anna Jimenez Calaf
En 2020, las mayores cinco economías del mundo -Estados Unidos, China, la Unión Europea, y el Reino Unido- anunciaron los compromisos más importantes que se han realizado hasta ahora para abordar el desafío climático. La irrupción del COVID-19 alentó un giro hacia soluciones y tecnologías ambientales, en parte para estimular la recuperación de la economía.
Sin embargo, la necesidad de una acción climática a finales de 2020 era tan urgente como lo era hace 12 meses, a pesar de las medidas de confinamiento tomadas para evitar la propagación del COVID-19. Según la Oficina Meteorológica Mundial (OMM), las concentraciones de CO2 en la atmósfera continuaron aumentando a pesar de las restricciones impuestas contra el coronavirus. Además, la agencia señaló que la “caída” de las emisiones relacionada con los confinamientos es solo un pequeño destello en la tendencia a largo plazo.
En los mercados financieros, la renta variable global sufrió la caída más fuerte de la historia a medida que el virus se extendía a nivel global. Asimismo, protagonizaron una fuerte recuperación a medida que avanzaba el año, impulsada por el extraordinario apoyo desplegado por los gobiernos y los bancos centrales, así como por los avances en las vacunas a finales del 2020.
En este contexto, la estrategia Global Environment de Ninety One, gestionada por Deirdre Cooper y Graeme Baker, obtuvo un rendimiento del 52,8%, superando su índice de referencia el MSCI ACWI en un 36,5%. En promedio, la estrategia fue capaz de superar al índice de referencia en los mercados alcistas y perdió menos cuando el mercado experimentó caídas. Estos resultados son consistentes con la expectativa de Ninety One de que el fondo tendrá un mejor desempeño en un entorno más rápido de descarbonización. La exposición concentrada de la estrategia Global Environment a contribuyentes selectivos a la descarbonización sostenible en una variedad de temas, sectores y regiones sirvió de apoyo para sus rendimientos.
La mayoría de las empresas de la cartera hicieron una contribución importante al rendimiento sin posiciones individuales que dominaran los rendimientos. En la opinión de los gestores, nunca ha habido un año en el que fuera tan importante mantenerse cerca de las empresas. El equipo de Cooper y Baker estuvo especialmente activo durante la primera mitad del año, reuniéndose con todos los equipos de gestión para evaluar los impactos de la pandemia.
Después de un año con un sólido desempeño en la estrategia Ninety One Global Environment, los inversores podrían de forma natural (y con mucha sensatez) preguntarse qué potencial de rendimiento les quedaría a las empresas que forman parte de su cartera, y de manera más general, para las empresas que están posibilitando o que pueden beneficiarse de la descarbonización.
En la opinión de Ninety One, el argumento estructural para invertir en descarbonización permanece intacto, con unos compromisos globales para reducir las emisiones que han superado en 2020 todas las expectativas. La necesidad de abordar la descarbonización en el mundo es tan urgente como lo ha sido siempre y apenas se está comenzando el proceso. Se requiere una transformación económica para evitar los peores efectos del cambio climático.
En consecuencia, la descarbonización requiere un gran gasto y una innovación adicional. En ese sentido, en Ninety One siguen creyendo que sigue siendo una de las oportunidades de inversión de crecimiento estructural más interesantes en la actualidad.
Con respecto a las valoraciones dentro del universo de inversión de la estrategia Global Environment, la relación precio-beneficio (PER) promedio en la cartera ha sido ligeramente, aunque no mucho, superior a la de su índice de referencia. Si bien la valoración agregada de la cartera aumentó a medida que se avanzaba hasta 2020, como hubiera cabido esperar dado el repunte experimentado por el mercado, lo hizo en línea con la ganancia de valoración en los mercados de renta variable globales. De hecho, la brecha de valoración se redujo ligeramente. Esto no quiere decir, por supuesto, que las acciones de todas las empresas y sectores vinculados a la descarbonización valgan la pena. El equipo gestor de Ninety One considera que varias partes del universo son caras en las actualidad, y otras áreas, como las asociadas a la cadena de valor de los vehículos eléctricos, cuyo precio sigue siendo acorde con el actual sector automovilístico en crisis en lugar de anticipar un sistema de transporte electrificado el día de mañana. Así, los gestores creen que este tipo de oportunidades destacan la necesidad continua de realizar un análisis cuidadoso y un enfoque altamente selectivo para invertir en descarbonización.
En Ninety One destacan que el rendimiento de la estrategia Global Environment fue alcanzada sin mantener en cartera ninguna de las grandes empresas tecnológicas de megacapitalización, que tuvieron un desempeño excepcional en 2020. La cartera del Global Environment no tuvo exposición al grupo de acciones “FAAMG” (Facebook, Apple, Amazon, Microsoft y Google), que en conjunto contribuyeron con el 40% de la rentabilidad total del mercado de valores durante el año.
La actividad de la cartera
En un año con una alta volatilidad, la actividad de la cartera fue más elevada de lo normal. El equipo gestor vendió tres empresas por motivos de valoración y una cuarta empresa en base a la reevaluación de su caso fundamental. Por el lado de las compras, el equipo gestor agregó cuatro nuevas empresas a la cartera que abarcan tecnologías de vehículos eléctricos, láseres energéticamente eficientes y producción bioquímica. Siguiendo un enfoque ascendente en la selección de valores y la construcción de carteras, el equipo gestor utilizó los movimientos extremos del mercado durante el primer trimestre para agregar nombres cíclicos con un bajo rendimiento, pero con una alta calidad y financiados por servicios públicos. Además, añadieron exposición a China tras el análisis realizado con el anuncio de política de cero emisiones netas del gigante asiático en septiembre. En el cuarto trimestre, ajustaron las ponderaciones de la cartera, dados los importantes movimientos en los precios de las principales empresas de tecnologías limpias “pure-play”.
Perspectivas
Como se mencionó con anterioridad, en la opinión de Ninety One, el argumento estructural para invertir en descarbonización está completamente intacto. Los principales impulsores de la descarbonización, incluida la regulación destinada a reducir las emisiones de carbono, los avances tecnológicos que están mejorando el desempeño y reduciendo el coste de las soluciones de energía limpia; así como el cambio de las preferencias de los consumidores hacia productos y servicios más ecológicos continúan acelerando el avance hacia una economía con bajas emisiones de carbono.
No obstante, la necesidad de abordar el problema del carbono en el mundo es tan urgente como siempre, y apenas se ha comenzado la transformación necesaria en la economía para evitar los peores efectos del cambio climático. En consecuencia, en Ninety One creen que la tendencia de crecimiento estructural impulsada por la descarbonización aún está en sus primeras etapas.
Si la historia de descarbonización estructural sigue siendo sólida, la siguiente pregunta crucial para los inversores es qué precio es necesario pagar para acceder a ella. Desde Ninety One han argumentado en varias ocasiones que el mercado no ha reconocido plenamente aún el potencial de crecimiento estructural de las empresas expuestas a la descarbonización, es decir, su potencial de crecimiento no se refleja en los precios de las acciones hoy en día. El análisis de las valoraciones de las acciones en la cartera de la estrategia Global Environment y aquellas del índice MSCI All Country World sugiere que sigue siendo el caso.
Aunque la relación precio-beneficio (P/E) de la cartera Global Environment aumentó durante 2020, lo hizo en línea con la ganancia de las valoraciones experimentada por los mercados de renta variable globales (como se mencionó con anterioridad, la cartera Global Environment suele tener unos niveles de valoración ligeramente superiores al MSCI ACWI).
Esto significa que gran parte de la rentabilidad relativamente superior de la cartera Global Environment se puede atribuir al crecimiento superior de las ganancias y de las revisiones de las ganancias asociadas a las empresas que la estrategia tiene en cartera, en lugar de que los inversores simplemente se entusiasmen más con las empresas que mantienen en la cartera.
En Ninety One destacan que el consenso del mercado a menudo subestima las ganancias futuras para este tipo de empresas, por ello, utilizan sus modelos de valoración a nivel de empresa, en el que calculan que la ratio precio-beneficio adelantado a 5 años de la cartera (basándose en las previsiones a cinco años de la gestora) es solo de 17,6x. Esto no representa lo que ocurriría en un escenario de 1,5 a 2 grados más de temperatura, sobre esa base, el múltiplo es considerablemente menor.
En cambio, otras áreas parecen más atractivas en precio, como partes de la cadena de valor de los vehículos eléctricos, cuyo precio sigue siendo acorde con el sector automovilístico en crisis en lugar del sistema de transporte electrificado del mañana. Ninety One cree que esto señala la necesidad continua de una investigación cuidadosa y un enfoque altamente selectivo para invertir en descarbonización.
Claramente, las ventajas de muchos empresas en la cartera Global Environment se han reducido en comparación con los valores ofrecidos a principios de 2020, consolidando algunas ganancias y, cuando el equipo gestor lo consideró apropiado, recortando exposiciones a determinadas empresas. Dicho esto, en Ninety One siguen viendo un alza positiva a largo plazo en su escenario base en todos los ámbitos de la cartera del Global Environment.
A nivel general, el movimiento alcista ponderado a finales de diciembre fue todavía superior al 50%, con un crecimiento de las ganancias por acción del segundo año fiscal pronosticado en más del 20% y un crecimiento de los ingresos del segundo año fiscal de casi el 10%. Nuevamente, el caso base de Ninety One no asume un escenario con 1,5 a 2 grados más de temperatura. Si esto se lograra, se verían muchas más ventajas en todos los modelos de las empresas que la estrategia tiene en cartera.
Conclusión
En resumen, incluso después de un año muy positivo para las empresas de la cartera Ninety One Global Environment, sus valoraciones son similares a las del mercado en general, y en la gestora siguen entusiasmados con su potencial de crecimiento y su capacidad para ayudar a que la economía mundial deje de utilizar los combustibles fósiles. Sus procesos de selección continúan identificando una amplia gama de candidatos potenciales para la cartera, con un amplio número de estas empresas cotizan a valoraciones que se consideran atractivas.
En Ninety One esperan que esta actualización ponga el desempeño del año pasado en algún contexto, al menos desde una perspectiva de valoración. El equipo gestor comparte las preocupaciones de los inversores ante la idea de pagar más de lo esperado por una acción, razón por la cual la disciplina de valoración está integrada en el proceso de inversión de Ninety One.
Con ese fin, Ninety One continuará enfocándose en el análisis de las valoraciones, en una estricta disciplina de venta, en las ventajas competitivas en los próximos meses, con un posicionamiento basado en el valor intrínseco relativo al alza y a los objetivos de precio/convicción, así como de contribución al riesgo.
Pixabay CC0 Public Domain. Allfunds anuncia sus planes para salir a bolsa en Ámsterdam
Allfunds prepara su salida a bolsa. Según ha anunciado la firma de wealthtech, especializada en la distribución de fondos, está preparando una OPV (oferta pública de venta) y la solicitud para pasar a cotizar en la bolsa de Ámsterdam, operada por Euronext Ámsterdam.
El plan de Allfunds es lanzar un OPV que consistirá en una colocación privada de las acciones existentes en manos de LHC3 Plc, BNP Paribas Securities Services SCA y Credit Suisse A.G. a inversores institucionales de varias jurisdicciones. Estos accionistas tienen previsto vender un mínimo del 25% de sus títulos en esta OPV.
“Esta salida a bolsa nos proporcionala flexibilidad necesaria para acelerar la transformación digital de la industria de gestión patrimonial y el crecimiento de nuestra plataforma global, la mejor de su clase. Con el apoyo de los principales inversores institucionales, muchos de los cuales son clientes de confianza, el acceso a los mercados de capitales globales y la continua dedicación de nuestros empleados, seguiremos ofreciendo a nuestros clientes un servicio y un apoyo sin igual en un mundo más conectado y digital”, ha señalado Juan Alcaraz, fundador y consejero delegado de Allfunds.
A 31 de diciembre de 2020, Allfunds tenía más de 1,2 millones de euros de activos bajo administración. En los últimos dos años, el grupo ha creado un ecosistema que abarca toda la cadena de valor de la distribución de fondos y el ciclo de inversión, incluso a través de Allfunds Connect, un conjunto completo de herramientas digitales, de datos y de análisis habilitadas por SaaS.
*Este anuncio es un anuncio a efectos del Reglamento (UE) 2017/1129 (el «Reglamento sobre el Folleto Reglamento») y el Reglamento sobre el Folleto, ya que forma parte de la legislación nacional del Reino Unido en virtud de la European Union (Withdrawal) Act 2018 y la legislación subyacente (el «Reglamento sobre el Folleto del Reino Unido») en relación con la intención de la Sociedad (según se define más adelante) de proceder a la Oferta (como se define más adelante) y a la Admisión (como se define más adelante). Este anuncio no constituye un prospecto. Este anuncio tiene únicamente fines informativos y no pretende constituir, ni debe interpretarse como, una oferta de venta o una solicitud de oferta de compra de Acciones (tal y como se definen más adelante) en ninguna jurisdicción, incluyendo los Estados Unidos, Canadá, Australia, Sudáfrica o Japón. Cuando se lance la Oferta, se incluirán más detalles sobre la Oferta y la Admisión en un folleto que emitirá la Sociedad (el «Folleto»). Una vez que el Folleto haya sido aprobado por la Autoridad de los Mercados Financieros de los Países Bajos (Stichting Autoriteit Financiële Markten) (la «AFM»), el Folleto se publicará y estará disponible sin coste alguno al inicio del periodo de oferta a través de la página web corporativa de la Sociedad (www.allfunds.com), con sujeción a las restricciones de la legislación sobre valores en determinadas jurisdicciones. La oferta de adquisición de Acciones en el marco de la Oferta se realizará, y cualquier inversor potencial deberá realizar su inversión, únicamente sobre la base de la información que se incluirá en el Folleto. Los inversores potenciales deben leer el Folleto antes de tomar una decisión de inversión, para comprender plenamente el contenido de la Oferta. de invertir para comprender plenamente los riesgos y beneficios potenciales asociados a la decisión de invertir en las Acciones. La aprobación del Folleto por parte de la AFM no debe entenderse como un respaldo a la calidad de las Acciones y de la Sociedad.
Pixabay CC0 Public Domain. ¿Cómo se puede cuantificar el riesgo climático e introducirlo en carteras modelo?
El Instituto de Inversión BlackRock (BII) considera que la lucha contra el cambio climático va a impulsar importantes mejoras económicas de cara a las próximas dos décadas y que es erróneo pensar que todo esto tendrá un alto coste para la sociedad. Además, afirma que ciertas clases de activos y sectores tienen una mayor rentabilidad debido a su posicionamiento más favorable para el cambio a una economía global con cero emisiones netas de gases de efecto invernadero.
¿Cómo tener todo esto en cuenta a la hora de construir carteras? El BII analiza y establece un marco de hipótesis sobre el mercado de capitales, recogiendo los riesgos y oportunidades relacionados con el cambio climático, que posteriormente la gestora tienen en cuenta a la hora diseñar carteras de inversión para sus clientes. “El riesgo climático es un riesgo de inversión, pero también hay importantes oportunidades en la transición a una economía neta cero. Al cuantificar esas oportunidades podemos construir carteras que se beneficien de la exposición a la transición, lo cual es una parte integral de nuestro deber fiduciario con los clientes”, destaca Jean Boivin, director del Instituto de Inversión de BlackRock.
Según la experiencia del BII, la mayoría de las proyecciones económicas aún no tienen en cuenta los costes potenciales de cualquier daño físico derivado del cambio climático, así como los costes y beneficios de una transición energética, ni de los efectos de los cambios políticos, incluido el aumento del gasto público en iniciativas verdes, asociados al cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París. Al incorporar estas consideraciones, el BII estima que una transición ordenada hacia un mundo con cero emisiones netas podría generar un impulso positivo de salida del 25% en las próximas dos décadas, frente a la no adaptación de medidas para evitar el cambio climático.
La prima de los activos sostenibles
Según explica, Simona Paravani-Mellinghoff, directora de información global de Soluciones de la división de Estrategias y Soluciones Multiactivos de BlackRock, si bien la transición mundial hacia la energía verde beneficiará al crecimiento económico en general, hay algunas clases de activos y sectores mejor posicionados que otros a medida que avanzamos hacia un mundo con cero emisiones. “Esperamos que el capital de los inversores fluya hacia estos activos más sostenibles, creando un rendimiento superior para las inversiones verdes y separando a los líderes de los rezagados”, apunta Paravani-Mellinghoff.
Desde BII señalan que entre los sectores más beneficiados por esta tendencia, en un plazo de cinco años, se encuentran la tecnología y la sanidad. ¿El motivo? Según sus expertos, tendrán una menor exposición relativa al riesgo climático, mientras que la industria energética y los servicios públicos podrían quedar rezagados.
A nivel de clases de activos, las consideraciones del BII reflejan una preferencia por la renta variable de los países desarrollados a expensas del alto rendimiento y de parte de la deuda de los países emergentes. “La composición de los índices de renta variable de los países mediterráneos se ajusta mejor a la transición climática, con una gran ponderación de empresas tecnológicas y sanitarias, una menor vulnerabilidad a los riesgos de la transición y una menor intensidad de carbono. La renta variable también puede captar mejor el potencial alcista, ya que la renta fija tiene un límite de revalorización del capital”, explicaban desde BII en su últimos webinar.
Implicaciones para la cartera
Aunque las implicaciones para la construcción de carteras variarán en función de la predisposición al riesgo y los objetivos de los clientes, las hipótesis sobre el mercado de capitales actualizadas de BII utilizan un marco para incorporar los cambios de opinión de los inversores en materia de sostenibilidad, así como los rendimientos esperados de las clases de activos.
«Hemos diseñado estas hipótesis conscientes del clima y de cómo el cambio climático hará que evolucionen las preferencias de la sociedad mundial, así como cuál será su impacto en los rendimientos de los activos ajustando los precios y los fundamentales. A partir de ese marco somos capaces de construir nuevas expectativas de rentabilidad sobre los activos a largo plazo y luego consultar con los clientes sobre el diseño de la cartera para ayudar a cumplir sus objetivos”, explica Vivek Paul, estratega senior de cartera para el Instituto de Inversión de BlackRock (BII).
Pixabay CC0 Public Domain. El GAFI pone a consulta su guía revisada sobre riesgos de los activos virtuales y de los proveedores de servicios relacionados
El avance de los criptoactivos va aparejado a los cambios y actualizaciones en las recomendaciones sobre esta clase de activo. En esta ocasión, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) ha modificado su guía de 2019 sobre los riesgos de estos activos virtuales y los proveedores de servicios relacionados con ellos.
La consulta, que estará abierta hasta el 20 de abril de 2021, quiere actualizar este documento guía que proporciona a los sectores público y privado una orientación sobre seis áreas clave que necesitan, según la opinión de GAFI, una mayor claridad.
En primer lugar, la organización internacional considera que hay que aclarar las definiciones de activos digitales (VA o virtual assets), así como de los proveedores de servicios sobre activos digitales (VASP, en siglas inglesas de virtual asset service provider). Según explican desde finReg360, esta revisión serviría para que “no haya ningún caso en el que un activo financiero relevante no esté cubierto por las normas del GAFI, ya sea como VA o como activo financiero tradicional”.
También aborda otras áreas clave, entre ellas, cómo orientar sobre cómo se aplican las normas del GAFI a las llamadas stablecoins, la proporcionar orientación adicional sobre los riesgos y las posibles medidas de mitigación de riesgos para las transacciones entre pares, y realizar una actualización de las orientaciones sobre la concesión de licencias y el registro de VASP.
Dentro de esas seis áreas también estará el facilitar orientación adicional para los sectores público y privado sobre la aplicación de la “regla de los viajes” e incluir los principios de intercambio de información y cooperación entre los supervisores de los VASP.
Pixabay CC0 Public DomainPaul Skorupsas. Paul Skorupsas
El mercado ha sido testigo de cómo las estrategias de renta variable value y de pequeña capitalización se recuperaron con fuerza tras las elecciones estadounidenses. Más recientemente, sin embargo, se ha visto que las estrategias de dividendos regresan tanto desde la perspectiva del rendimiento como desde la perspectiva de los flujos de ETFs (1).
El próximo 9 de abril, State Street Global Advisors SPDR organiza un webcast (de 10:00-10:30 am BST/ 11:00-11:30 am CET) en el que Ryan Reardon, estratega sénior de Smart Beta en SPDR, hablará sobre las perspectivas de las estrategias de dividendos:
La perspectiva macroeconómica para la inversión en dividendos en 2021.
El uso de estrategias de dividendos para diversificar las sobreponderación del sector de crecimiento en las cateras de los inversores.
Las tendencias en dividendos en Estados Unidos y Europa.
Un breve repaso sobre la metodología Dividend Aristocrats.
Maneras de participar en dividendos: empresas con dividendos crecientes, dividendos elevados o ingresos de calidad.
Si desea unirse, puede hacerlo a través de este email Anja_Pettersen@ssga.com, donde le compartirán los detalles de acceso a la reunión.
Anotaciones:
(1) Fuente: Bloomberg BI Europe 1 de febrero -29 de marzo de 2021).
La emisión de bonos verdes ha alcanzado nuevos máximos mensuales en marzo, con 48.000 millones de euros registrados unos días antes de que acabara el mes, por encima del récord anterior de 44.000 millones de euros que se estableció en septiembre de 2020.
Esta cifra inédita se ve reforzada por la fuerte emisión soberana a medida que los gobiernos invierten en una recuperación verde. Por ello, desde NN Investment Partners (NN IP) creen que los bonos verdes seguirán alcanzando nuevos máximos este año, dado su atractivo para los emisores y la fuerte rentabilidad financiera que ofrecen.
Como resultado de esta emisión de bonos verdes en lo que va de 2021, superior a la prevista, NN IP eleva su proyección para la emisión de todo el año a 400.000 millones de euros (véase gráfico). Esto haría que el mercado mundial de bonos verdes superara con creces el billón de euros a finales de año.
«Gran parte de esta emisión récord representa la emisión prevista para 2020 que se pospuso como consecuencia de la pandemia», comenta Bram Bos, gestor principal de la cartera de bonos verdes de NN IP. «Ahora que estamos en la senda de la estabilidad, los emisores vuelven a centrarse en el futuro y en la actual crisis climática».
El papel de los estados
Las emisiones soberanas representan una gran parte de las nuevas emisiones, ya que Italia entró en el mercado de bonos verdes por primera vez en marzo, mientras que Francia emitió su segundo bono verde durante el mes. Se espera que otros países, como España y el Reino Unido, acudan al mercado por primera vez a lo largo de este año.
«Muchos gobiernos quieren participar en la recuperación verde», añade Bos. «La emisión de bonos verdes puede ayudarlos a conseguir capital para poner en marcha sus planes de infraestructuras y, al mismo tiempo, acercarlos a la consecución de sus objetivos en el marco del Acuerdo de París».
Todo apunta a que los bonos verdes seguirán siendo atractivos para los emisores en un futuro próximo, dada la dinámica actual del mercado. Las emisiones verdes cotizan cada vez más dentro de las curvas de rendimiento de los bonos habituales, lo que demuestra su atractivo para los inversores, que están dispuestos a pagar el llamado greenium (o prima en el precio) para acceder a ellos. Esto, a su vez, hace que el mercado de bonos verdes sea más atractivo para los emisores, ya que baja los costes de financiamiento.
Además, los bonos verdes deberían mantener su atractivo para los inversores porque siguen proporcionando una mayor rentabilidad financiera que los normales. «Desde 2014, el Bloomberg MSCI Euro Green Bond Index ha superado al Bloomberg Euro Aggregate Index en aproximadamente un 0,30% anual», explica Bos. «Así que, aunque los bonos verdes coticen unos pocos puntos básicos por debajo de las curvas de rendimiento regulares, siguen superando a los bonos regulares, además de contribuir a un futuro más verde».
Según explica la gestora, es el primer fondo de bonos soberanos que “pretende tener un impacto medioambiental positivo a través de los proyectos que financia”. Este nuevo vehículo de inversión complementa la gama ya existente de fondos de bonos verdes de NN IP, aplicando el mismo enfoque de inversión que el fondo NN (L) Green Bond, pero centrado específicamente en bonos del tesoro y deuda relacionados con el gobierno.
Este fondo llega al mercado cinco años después de que NN IP lanzase su primer fondo de bonos verdes específico y solo un año después de lanzar su estrategia de bonos verdes corporativos. Actualmente, la gestora cuenta con una completa gama de fondos de bonos verdes que incluye bonos agregados, corporativos, soberanos y una estrategia de duración corta también centrada en esta clase de activo. Desde NN IP explican que gracias a la configuración de su oferta, ofreciendo fondos de bonos verdes soberanos y corporativos por separado, los inversores disponen de una mayor flexibilidad para que sus asignaciones de renta fija tengan un impacto medible y positivo.
Pixabay CC0 Public Domain. Banca March consigue la certificación Top Employer por tercer año consecutivo
La consultora independiente Top Employers Institute ha certificado a Banca March como empresa Top Employer 2021 por el compromiso demostrado con todos sus profesionales, a los que sitúa en el centro de su modelo de negocio. Esta certificación avala el compromiso de la firma con las mejores prácticas en el ámbito laboral, algo que se pone de manifiesto a través de unas excelentes políticas de gestión de personas.
El programa de Top Employers Institutecertifica a las organizaciones basándose en los resultados del HR Best Practices Survey. Este análisis engloba seis dominios del área de personas, divididos en 20 temas diferentes, tales como estrategia de personas, entorno de trabajo, adquisición de talento, aprendizaje, bienestar y diversidad e inclusión, entre otros muchos.
Esta certificación, otorgada por tercer año consecutivo, pone de relieve el modelo de gestión de Banca March, que coloca a los profesionales en el centro de todas las iniciativas sobre la base de una filosofía de crecimiento conjunto de clientes, empleados, accionistas y la sociedad en general. El objetivo de la entidad es mantenerse como una organización de alto rendimiento, orientada a resultados y sustentada en valores éticos de profesionalidad, competencia, meritocracia y banca responsable.
Anselmo Martín-Peñasco, subdirector general de Banca March y responsable del área de recursos humanos, ha manifestado: “Después de un año tremendamente exigente, esta certificación pone de manifiesto nuestro compromiso inquebrantable con todos nuestros profesionales, con independencia de las circunstancias. Tenemos claro que las personas son el corazón de la entidad. Por eso, las políticas que desplegamos desde recursos humanos tienen como objetivo desarrollar todo el potencial de nuestros profesionales. Fomentamos y promovemos el desarrollo profesional y personal, la igualdad de oportunidades y la conciliación de la vida laboral y personal. Buscamos cumplir con estándares elevados de exigencia en el desarrollo y en la gestión de nuestra actividad. Para nosotros es prioritario ofrecer un entorno de trabajo motivador, en el que la compañía y los profesionales crezcan en equilibrio, se sientan orgullosos de su contribución y de su pertenencia a la organización”.
Entre las iniciativas desarrolladas por la firma, que le han llevado a obtener esta certificación, destacan las decisiones tomadas en formación, en adopción de valores ético y en gestión de la crisis sanitaria. El 100 % de los profesionales de Banca March ha recibido formación en los últimos cinco años. Se apuesta por la excelencia y la diferenciación, con un plan formativo anual adaptado a las necesidades de los equipos y al contexto de cada momento.
A lo largo del último año se ha ampliado la oferta con programas sobre sostenibilidad y ayudas para la realización de proyectos docentes y de investigación académica. En colaboración con la Universidad de Oviedo, se ha puesto en marcha el Doctorado Banca March, gracias al cual, cada año, profesionales de la entidad cursarán el doctorado en Economía y Empresa.
Además, la entidad asume el compromiso de proporcionar un entorno de trabajo no discriminatorio, donde se trate con justicia y respeto a todos los profesionales. Todas las medidas se recogen en el Plan de Igualdad de la entidad. Asimismo, Banca March apuesta por la conciliación de la vida personal y profesional de los empleados y ofrece medidas de flexibilidad y permisos que aportan valor a los empleados con situaciones especiales.
En cuanto a la gestión del COVID-19, desde el inicio de la crisis sanitaria, en Banca March se establecieron dos objetivos prioritarios que marcaron la pauta de gestión: preservar la salud de los profesionales y la de todo su entorno, así como mantener la continuidad de negocio. Además, se ha apostado por mantener la estabilidad laboral para todos los profesionales, proporcionar nuevas medidas de conciliación que pudieran dar respuesta a las nuevas necesidades y mantener y fomentar la faceta más solidaria ayudando a los más afectados por la pandemia.