Siete consejos para mitigar los riesgos a los que se enfrentan los inversores mayores de 55 años con sus ahorros para la jubilación
| Por Rocío Martínez | 0 Comentarios
La recuperación que experimentaron los mercados financieros en 2023 supuso un alivio para los inversores tras la fuerte caída de 2022. Aun así, un mercado bajista puede tener un impacto persistente. En parte, porque el rebote tras cualquier bajada debe producirse a una magnitud superior para recuperar el terreno perdido.
Una caída del 20% no puede superarse simplemente con un repunte del 20% al año siguiente, por ejemplo. Las matemáticas no lo permiten. La caída del 20% reduciría una cartera de 100.000 dólares a 80.000 dólares. Sería necesaria una ganancia del 25% al año siguiente para que esa cartera volviera a su valor original de 100.000 dólares.
Los inversores suelen intentar protegerse de la volatilidad del mercado bursátil invirtiendo en una cartera equilibrada que combine acciones y bonos. Pero cuando la Reserva Federal de Estados Unidos empezó a subir los tipos de interés en 2022 para combatir la inflación, el mercado de bonos estadounidense experimentó su peor año de la historia. Eso conmocionó a los inversores que confiaban únicamente en una combinación de acciones y bonos estadounidenses para diversificarse.
El rebote de 2023, tras el declive de 2022, se quedó corto para que una cartera 60/40 volviera a estar completa.
Evaluemos la experiencia de los dos últimos años para los inversores que tenían sus ahorros de jubilación en una cartera equilibrada tradicional de 60% acciones, 40% bonos.
Impacto del mercado sobre las acciones y los bonos en 2022 y 2023
Fuente: Schroders. Se trata de una cartera hipotética facilitada únicamente con fines ilustrativos y no pretende ser una recomendación de inversión. Las acciones estadounidenses de gran capitalización están representadas por el índice S&P 500 Stock Index. Los bonos están representados por el Bloomberg US Aggregate Bond Index. No es posible invertir en un índice. Rentabilidades pasadas no garantizan resultados futuros.
Conclusión: tras la caída del 18% de las acciones estadounidenses de gran capitalización en 2022, fue necesaria una rentabilidad del 26% en 2023 para que los inversores volvieran a situarse justo por debajo del total al final de esos dos años volátiles.
Los inversores de mayor edad están preocupados
Las fuertes oscilaciones del mercado en los dos últimos años preocupan a los inversores de mayor edad, según revela la Encuesta sobre la Jubilación en Estados Unidos 2023 de Schroders, ya que el 59% de los inversores con edades comprendidas entre los 55 y los 64 años afirmó que su cartera se redujo mucho en 2022; el 82% le preocupa que una caída importante del mercado reduzca significativamente sus activos y, además, el 31% de los activos de jubilación están en efectivo, un porcentaje que se justifica porque seis de cada 10 temen perder dinero.
Incluso teniendo la necesidad de mantener sus activos en crecimiento, a los inversores de 55 años o más les preocupa exponer sus jubilaciones a un grado de pérdidas del que podrían no ser capaces de recuperarse.
Las personas jubiladas o próximas a jubilarse se enfrentan a una serie de riesgos distintos
Los inversores de más edad se enfrentan a retos a los que no se enfrentan los más jóvenes. En primer lugar, tienen un horizonte temporal más corto. Aunque vivan 20 o incluso 30 años más, los inversores de mayor edad no disponen del plazo de varias décadas que proporciona a los inversores más jóvenes tiempo de sobra para recuperar el terreno que sus ahorros podrían perder durante una grave caída del mercado. Más allá de este hecho básico, cuatro riesgos clave para los ahorros de jubilación se acentúan para los inversores en edad senior.
1.- El riesgo de pérdidas, especialmente en los primeros años de jubilación -también conocido como riesgo de secuencia de retorno-. Esas pérdidas tempranas pueden ser muy duras, sobre todo si los jubilados tienen que retirar mensualmente una cantidad fija en dólares, en lugar de un porcentaje de sus ahorros. Los reintegros fijos en medio de una caída importante del mercado pueden reducir sus ahorros totales hasta un grado que podría ser difícil de superar incluso cuando el mercado se recupere.
2.- El riesgo de una asignación inadecuada. La lección que nos enseñó 2022, cuando cayeron tanto acciones como bonos, es que depender únicamente de las dos principales clases de activos tradicionales puede no proporcionar una diversificación suficiente. Es posible que las clases de activos alternativos, como las materias primas, también deban formar parte del combo necesario para proporcionar una verdadera diversificación.
3.- El riesgo de tomar decisiones emocionales costosas. Cuando los mercados parecen estar en caída libre, la tentación de salir corriendo es natural. Pero las reacciones instintivas pueden conducir a malas decisiones a largo plazo. Cualquiera que saliera a finales de 2022 y permaneciera en efectivo durante 2023 habría perdido la oportunidad de recuperar el terreno perdido.
4.- Riesgo de perder el control. Algunas alternativas de inversión, como las rentas vitalicias, ofrecen a los jubilados una estrategia para evitar la volatilidad del mercado convirtiendo sus ahorros en un flujo vitalicio de pagos mensuales fijos. Sin embargo, una vez realizada la conversión, no puede deshacerse. Por muy tentador que pueda resultar el flujo previsible de ingresos, una vez que alguien «anualiza» cualquier parte de sus ahorros, no tiene ninguna opción de alterar la estrategia que está utilizando para acceder a sus ahorros.
Siete estrategias para mitigar estos riesgos
Los inversores de edad avanzada no tienen por qué darse por vencidos tras una fuerte retracción del mercado. Existen estrategias que pueden emplearse para ayudar a mitigar los riesgos derivados de la volatilidad de los mercados.
1. Ampliar la diversificación. Una forma de mitigar los riesgos de un año como 2022 es aumentar la diversificación invirtiendo en otras clases de activos, como acciones y bonos internacionales o inversiones alternativas, como las materias primas.
2. Asegurarse de que las asignaciones se ajustan al perfil de riesgo. A medida que los inversores envejecen, las necesidades e incluso su tolerancia al riesgo pueden cambiar. Al menos al final de cada año, es importante comprobar que tus asignaciones en el espectro de inversiones de conservadoras a agresivas se ajustan a tu edad, horizonte temporal y opinión actual sobre el riesgo que estás dispuesto a asumir.
3. Reequilibrar la cartera con regularidad. Reequilibrar la cartera tiene dos efectos potencialmente beneficiosos. En primer lugar, al restablecer la asignación deseada entre las distintas clases de activos al final de cada trimestre o año, te aseguras de que la actividad del mercado no desajusta tu cartera con respecto a la tolerancia al riesgo. En segundo lugar, al reequilibrar la cartera, vendiendo algunos de los activos con mejor comportamiento para invertir más en inversiones que podrían haber tenido un periodo bajista a corto plazo, pone en práctica ese viejo tópico para tener éxito en la inversión: «comprar barato, vender caro».
4. Hacer una evaluación exhaustiva de todas las fuentes de ingresos para la jubilación y planificar en consecuencia. Además de los ahorros personales, la mayoría de la gente depende de la Seguridad Social para sus ingresos de jubilación. Sin embargo, con una jubilación anticipada, las prestaciones se verán reducidas. Si se trabaja más allá de la edad en la que podrías recibir todas las prestaciones, la Seguridad Social aumentará tu prestación en torno a un 8% por cada año que esperes, hasta los 70 años. Aunque jubilarse anticipadamente es un sueño común, trabajar unos años más en un empleo que te guste puede permitirte tener unos ingresos de jubilación más elevados y depender menos de tus ahorros personales.
5. Retirar porcentajes en lugar de una cantidad fija. Retirar una cantidad fija cada año de tus ahorros para la jubilación podría hacer que tus ahorros totales disminuyeran más rápidamente, sobre todo si el mercado es especialmente turbulento en los primeros años de tu jubilación. Retirar un porcentaje anual puede reducir ese riesgo. En lugar de retirar 50.000 dólares anuales para cubrir tus gastos de manutención, por ejemplo, considera la posibilidad de retirar un 3%. Para una cuenta hipotética con un saldo de un millón de dólares, eso podría significar retirar 24.000 dólares en un año en el que el mercado bajara un 20%. Pero si el mercado subiera un 20%, podrías retirar 36.000 dólares. Esta metodología requiere cierta flexibilidad y la capacidad de recurrir a otras fuentes de ingresos para cubrir tus gastos mensuales, pero la retirada de dinero porcentual podría ayudar a disminuir el impacto de las caídas del mercado a lo largo de tu jubilación.
6. Pensar dos veces antes de «anualizar» todos tus ahorros. Aunque un pago mensual fijo puede parecer atractivo, se tendrá más flexibilidad si se mantiene el control de todos o de una buena parte de los ahorros para la jubilación. Al fin y al cabo, las circunstancias de la jubilación pueden cambiar. Con la mudanza a una casa más barata, por ejemplo, las necesidades de ingresos mensuales pueden ser menores.
7. Invertir los activos más importantes en estrategias que gestionen activamente el riesgo. Una de las lecciones que se desprenden de 2022 es que una asignación no gestionada del 60/40 a acciones y bonos no funciona cuando las dos principales clases de activos se ven atrapadas en una corriente bajista. Una asignación dinámica que pudiera haberse movido a otras clases de activos o incluso a efectivo durante la caída podría haber ayudado a compensar su impacto.
Los fondos con fecha objetivo tienen un problema similar porque sus asignaciones son fijas y los únicos ajustes que se realizan se basan en la proximidad de la fecha de jubilación. Una vez que los inversores alcanzan la edad de jubilación, estos fondos suelen cambiar a una asignación fija del 30% de renta variable y el 70% de renta fija y efectivo, y se mantienen así. Estas asignaciones pueden dejar a los jubilados expuestos al riesgo en mercados bajistas y también mantenerlos demasiado al margen cuando hay oportunidades de obtener ganancias en mercados fuertes.
Todos los inversores, y en especial los mayores de 55 años, necesitan una solución flexible que les permita mitigar los riesgos y aprovechar las oportunidades, al tiempo que se mantienen en el asiento del conductor, tomando decisiones sobre cómo acceder a sus ahorros.
Mantenerse en la posición correcta para los rebotes
Invertir es similar a jugar al baloncesto, en el sentido de que la mejor manera de aprovechar los rebotes es estar en la posición adecuada para ello. Eso puede significar permanecer invertido con un producto que trate tanto de mitigar los riesgos como de aprovechar las oportunidades que presentan los mercados. Con las soluciones adecuadas, los jubilados pueden disfrutar de unos ingresos de jubilación confortables que no dependan totalmente de los caprichos del mercado financiero.