La Oficina Presupuestaria del Congreso de EE.UU. pronostica un aumento del déficit Federal de cara a la próxima década, en gran parte debido a los intereses con los que EE.UU. refinancia deuda. Sin consenso político, la emisión de deuda parece casi inevitable y puede llevar a los inversores a exigir mayor prima por plazo.
Hay que tener en cuenta que los objetivos de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero requieren nuevas infraestructuras energéticas y medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, con costes muy sustanciales, en gran parte para los gobiernos. Hará que el ya elevado ratio deuda pública/PIB aumente, con aumento de las primas de riesgo. Los inversores tendrán que gestionar la renta fija con un enfoque más agnóstico respecto a los índices, que tienen sesgo de largo plazo.
Además, cabe esperar mayor dispersión de rentabilidades a vencimiento entre mercados, dadas las diferencias entre los bancos centrales respecto a la inflación y de costes de alcanzar cero emisiones netas. Los ciclos de tipos de interés pueden acortarse, con mayor volatilidad que en las últimas dos décadas. Si los accidentes amenazan los mercados financieros los bancos centrales pueden utilizar de nuevo medios alternativos, como la flexibilización cuantitativa -compra de activos en el mercado- para proporcionar liquidez, aunque es previsible que mantengan los tipos de interés reales en positivo.
Con todo, los inversores harán bien en añadir una prima de riesgo de 0,5 % a los bonos del Tesoro de EE.UU. 30 años respecto a los de vencimiento a 10 años, así como una pequeña prima a la deuda de la Euro Zona por el riesgo de que el BCE permita que la inflación aumente un tiempo. Las rentabilidades del bono alemán a diez años se pueden situar de media entre 2,5% y 3% el resto de la década.
Los bonos y la prima “verde”
Un emisor puede emitir un bono “verde”, dedicado a proyectos directamente ligados a reducción de emisiones de CO2, pero seguir emitiendo cantidades cada vez mayores de gases de efecto invernadero. Es la contradicción entre emisión “verde” y lo que hace una compañía. Así, el problema de la regulación es como controlar que un emisor está haciendo lo que debería y el impacto que tiene. De manera que preferimos que la deuda esté ligada al comportamiento global de la compañía. Esto es, dependiente de parámetros a medio y largo plazo, como en cierto modo ocurre con los “bonos sostenibles” (ligados a objetivos de sostenibilidad).
Mientras que hay taxonomía para compañías, con métricas bastante claras de lo que puede constituir una actividad en línea con objetivos de cambio climático, no existe tal cosa en deuda soberana, donde el concepto de deuda “verde” es muy ambiguo.
De hecho, en el presupuesto de un gobierno es difícil saber exactamente que fondos tienen específicamente tal destino. Se trata de proyectos de reducción de emisiones de CO2, gestión de fuentes de energía, construcción e infraestructuras, orientados a mejora de la eficiencia o reducción de emisiones totales de CO2 de las empresas o en caso de deuda soberana, de los países. De manera que, aunque hay deuda “verde” y proyectos claramente verdes, muy necesarios, la cuestión es que lo que tiene sentido es juzgar el comportamiento total del país o emisor en términos de emisiones de CO2 y eficiencia en su uso, más que juzgar en función de la cantidad de deuda “verde” que emite.
El mercado de bonos verdes es enorme, más de 500.000 millones de euros al año, cada vez mayor. Pueden jugar un importante rol en las carteras. Pero deben estar mejor definidos y regulado. Uno de los dilemas en el mercado es que no existe “prima verde” de rentabilidad de estas emisiones respecto a las normales. Tiene sentido, porque es difícil concluir, sobre todo en deuda soberana, que solo porque una emisión sea “verde” el país está haciendo bien las cosas.Eso sí, una vez se regule mejor este mercado puede que la prima “verde” sea mayor.
El 58% de los inversores con alto poder adquisitivo tienen previsto aumentar significativamente su asignación global al sector inmobiliario en los próximos 12 meses, según se desprende de la última encuesta realizada por ASK Partners (ASK), firma especializada en préstamos inmobiliarios.
El análisis realizado por ASK también reveló que el 18% inversores HNW planea aumentar su actual tolerancia al riesgo respecto a los activos de real estate, mientras que un 17% planea disminuir. De hecho, los encuestados citaron las ciencias de la vida, los almacenes y la logística y el alojamiento conjunto como los sectores inmobiliarios que creen que pueden generar los mejores rendimientos en los próximos 12 meses, mientras que el apetito por las inversiones en el sector minorista fue significativamente menor.
El estudio destacó que los mayores retos a los que se enfrenta el mercado inmobiliario en los próximos 12 meses según los inversores con perfil HNW incluyen unos tipos de interés más altos, cambios en el liderazgo político, aumento de la regulación y cambios en el sistema fiscal. En opinión del 13%, la vivienda debería ser la prioridad número uno para un gobierno entrante.
Los inversores sugirieron que las tres áreas prioritarias para que el próximo gobierno mejore la inversión inmobiliaria en el Reino Unido deberían ser la reducción de las restricciones a las reconversiones y a las zonas industriales abandonadas, las políticas de zonificación y uso del suelo y la incentivación de la vivienda asequible. Según los encuestados, el Gobierno actual no ha abordado las restricciones urbanísticas, el impacto de la asequibilidad y la falta de mano de obra británica en el sector de la construcción.
A la luz de estas conclusiones, Daniel Austin, CEO y cofundador de ASK Partners, destaca que el estudio muestra que los inversores tienen previsto aumentar significativamente sus inversiones inmobiliarias en los próximos 12 meses, lo cual es una señal realmente positiva para el capital que invierte en el sector y demuestra la fortaleza de la deuda inmobiliaria como clase de activo. «El sentimiento positivo hacia los sectores de ciencias de la vida, almacenes y logística, y co-living, es sin duda un reflejo de las perspectivas de inversión que prevemos debido a la demanda del mercado. Sin embargo, la subida de los tipos de interés, los cambios políticos, el aumento de la regulación y los ajustes fiscales se consideran retos fundamentales», afirma.
Según Austin, para potenciar la inversión, los inversores desean que el Gobierno se centre en aliviar las restricciones a las reconversiones y a los solares abandonados, revisando las políticas de zonificación y uso del suelo, e incentivando la vivienda asequible. «Abordar estas cuestiones podría ayudar a superar las restricciones urbanísticas, los problemas de asequibilidad y la escasez de mano de obra en el sector de la construcción, fortaleciendo así el mercado inmobiliario del Reino Unido. La vivienda es una cuestión electoral fundamental, vinculada a la estabilidad económica. El aumento de los precios de la vivienda y de la concesión de hipotecas sugiere el inicio de una recuperación, pero la escasez de viviendas amenaza con un giro completo», añade.
En este sentido, destaca que el Reino Unido se enfrenta a una crisis de asequibilidad debido a la insuficiencia de viviendas en alquiler y venta, lo que repercute en el PIB. En su opinión, décadas de tensión social siguen sin resolverse. «Los partidos deben presentar planes creíbles a largo plazo, con el objetivo de construir 300.000 viviendas al año, meta incumplida desde 2004. Es crucial reactivar las PYME constructoras, impulsar la mano de obra cualificada y reformar la planificación», concluye el CEO de la firma.
La crisis sanitaria que vivimos en 2020 puso el foco de atención de los inversores en las temáticas relacionadas con la salud. Estas temáticas no han perdido interés, todo lo contrario, los nuevos medicamentos contra la obesidad han supuesto un nuevo revulsivo y demostrado cómo este mercado está lleno de oportunidades de inversión. Según la visión de Oliver Schweers, gestor de la cartera de DWS Invest ESG Healthy Living, en un contexto de máximos en renta variable y con valoraciones elevadas, construir carteras que recojan estas oportunidades y que sigan criterios ESG es todo un reto.
¿Qué perspectivas tiene para la renta variable este año? ¿Cree que este mercado alcista durará?
El rendimiento de la renta variable se ha visto impulsado principalmente por un puñado de grandes empresas estadounidenses tecnológicas y de comunicaciones. Si bien es posible que algunas de ellas ya coticen con mucho optimismo, hay algunos segmentos del mercado que han tenido dificultades hasta la fecha. Esto queda ejemplificado por la diferencia en el rendimiento interanual entre el índice ponderado por capitalización bursátil, que está sesgado por las grandes empresas con buenos resultados en la actualidad, y el índice ponderado por igualdad, que no diferencia entre el tamaño de las distintas empresas, el índice S&P 500. Por lo tanto, aunque el mercado en su conjunto puede resistir, existe la posibilidad de que se produzca una importante rotación por debajo de él.
¿Está preocupado por la valoración que tienen las acciones, en especial en el mercado estadounidense?
En un contexto histórico, los niveles de valoración son claramente elevados. Tanto el índice MSCI World como el S&P 500 cotizan muy por encima de sus medias a largo plazo y a múltiplos de PER, que son los más elevados desde principios de la década de 2000. Y ello a pesar de que los tipos de interés son los más altos desde 2007 y están en línea con la media desde principios de la década de 2000.
¿Qué comportamiento está teniendo el mercado/segmento de la salud en el que invierte su estrategia?
En los últimos cinco años, el mercado sanitario, medido como MSCI World Health Care, ha ofrecido casi un 11% de rentabilidad anual en términos absolutos. Esta rentabilidad es ligeramente inferior al 12% anual del mercado de renta variable más amplio, medido como MSCI World. El mercado de cuidados para la salud ha obtenido mejores resultados durante un breve periodo en 2020, cuando surgió el virus COVID-19, y en 2022, cuando el aumento de la inflación y de los tipos de interés creó una gran incertidumbre respecto a las perspectivas económicas generales. Como segmento de mercado defensivo, la sanidad se benefició. Sin embargo, desde 2023, los resultados del segmento de cuidados para la salud han sido inferiores a los del mercado en general, ya que este último se vio impulsado principalmente por los grandes avances de los grandes valores estadounidenses de TI y comunicaciones, especialmente los expuestos al tema de la IA. Los valores sanitarios también se han visto afectados por el retroceso de los ingresos impulsados por COVID-19 y, en muchos casos, por la falta de poder de fijación de precios para hacer frente a los vientos en contra de la inflación. Por lo tanto, en los últimos 2 años el segmento ha ofrecido una rentabilidad anualizada del 9%, frente al 20% del mercado en general.
¿Este es un fondo que nace al calor de la crisis sanitaria que supuso el covid?
La idea del fondo nació en torno a 2018, porque estábamos convencidos de que el enfoque tradicional reactivo de “atención al enfermo”, en el que se actúa cuando la enfermedad ya está ahí, no era sostenible. Este punto de vista se vio respaldado por los cambios que observamos en las empresas, con la aparición de sistemas de atención basados en el valor que prestan mayor atención a la prevención y el diagnóstico precoz entre los pagadores/aseguradores, las grandes empresas farmacéuticas tradicionales que crean empresas dedicadas a la salud de los consumidores, las grandes empresas tecnológicas que invierten cada vez más en atención sanitaria y el aumento de la concienciación de los consumidores, en torno a estilos de vida más saludables. El momento de lanzamiento del fondo fue bastante desafortunado, ya que coincidió con un aumento de las preocupaciones inflacionistas y el impacto negativo en el gasto de los consumidores, lo que también afectó al fondo.
¿Cómo ha cambiado la pandemia del coronavirus las estrategias de inversión en salud?
La crisis de COVID aceleró la adopción de soluciones digitales, ya que en el punto álgido de la crisis este era a menudo el único acceso posible a pacientes y clientes. También ejemplificó la importancia de la atención preventiva, desde el cumplimiento de las normas básicas de higiene hasta la adopción de estilos de vida más saludables y la vacunación. Sin embargo, la crisis del COVID no modificó la estrategia general de inversión, que consiste en buscar empresas con grandes barreras de entrada, que operen en mercados grandes y en crecimiento, estén dirigidas por equipos directivos sólidos y coticen a niveles de valoración razonables.
¿Cómo ha revolucionado los productos contra la obesidad el enfoque de la inversión, este mercado de la salud y las estrategias como la suya?
La aprobación de medicamentos contra la obesidad basados en GLP-1 tiene varias implicaciones. En primer lugar, cambian las reglas del juego porque tienen características preventivas, mientras que muchos medicamentos se centran en tratar los síntomas sin abordar la causa subyacente. Podría convertirse en la mayor clase de fármacos de la historia, con unas ventas estimadas en más de 100.000 millones de dólares a principios de 2030. Esto lleva a la segunda implicación, a saber, los posibles cambios de comportamiento de los consumidores y los cambios en los patrones de consumo, con un cambio hacia productos más saludables y una mayor demanda de actividades relacionadas con el fitness y estilos de vida más activos. Esto debería influir en el enfoque de inversión de los fondos, que se centra en la atención sanitaria preventiva y los estilos de vida saludables. La aparición de medicamentos contra la obesidad tiene también una tercera implicación. A saber, el impacto perturbador en determinadas categorías dentro de la atención sanitaria que podrían ver reducida su demanda como consecuencia de la mayor penetración del GLP-1.
¿Qué está impulsado ahora su recuperación?
El repunte de la rentabilidad desde noviembre de 2023 se ha visto impulsado por la recuperación de los valores de ciencias relacionadas con la vida, que se beneficiaron de la estabilización del entorno de financiación de la biotecnología; la recuperación de los valores de dispositivos médicos tras la venta masiva impulsada por el temor al GLP-1 a principios de 2023; la disminución de las preocupaciones inflacionistas y la recuperación de los valores relacionados con el consumo.
De cara a lo que queda de año, ¿cuáles serán los principales cambios que tiene pensado hacer en el fondo?
La estrategia de inversión está orientada al largo plazo, con pocos cambios a lo largo de un año. El ratio de rotación es inferior al 20%, lo que implica largos periodos de tenencia de unos 5 años. Como ya he incorporado los cambios que veo para el futuro próximo, no espero grandes cambios a lo largo de este año.
Desde hace más de una década, la ecuación del valor del private equity es bastante sencilla: los tipos de interés eran bajos y el capital barato. Los mercados de fusiones y adquisiciones eran boyantes. Las valoraciones seguían subiendo mientras la oferta de activos invertibles seguía siendo limitada. Al mejorar la gobernanza de los activos y aumentar el acceso a los mercados financieros, los buenos gestores podían esperar que los múltiplos aumentaran y la valoración creciera. Los fondos de capital riesgo y sus LPs obtuvieron beneficios históricos.
Ahora, la ecuación parece haber cambiado, analiza Javier Rodríguez González, socio responsable de Strategy & Value Creation en KPMG, en un reciente artículo del que se hace eco Funds Society. En muchos mercados, los tipos de interés están actualmente en su nivel más alto en más de una década. El mercado de salidas a bolsa se ha cerrado prácticamente y los de fusiones y adquisiciones se han ralentizado. Como resultado, las valoraciones han caído por debajo de los puntos de entrada históricos, amenazando la rentabilidad de los inversores. Por ejemplo, mientras que las empresas tecnológicas eran recompensadas con múltiplos superiores a 20 veces hace apenas dos años, los mercados públicos asignan ahora múltiplos inferiores a 10 veces en las operaciones de salida a cotización, lo que abre una brecha en las expectativas de rentabilidad de los inversores.
Esto está planteando importantes retos a los gestores de capital riesgo. Muchos tienen en cartera empresas que han perdido mucho valor desde su adquisición debido a la reducción de los múltiplos. Sin embargo, sus LPs esperan beneficios. La volatilidad de las valoraciones también está creando problemas en el lado comprador, ya que los gestores intentan determinar con precisión el valor real a largo plazo de sus objetivos. Y eso está dejando al margen a parte del capital de los LPs.
La búsqueda del valor
Dado que la expansión de los múltiplos es cada vez menos segura, el private equity busca ahora formas alternativas de aumentar el valor de sus empresas en cartera y cuantificar el valor de sus objetivos. La demanda de «creación de valor» y mejora del ebitda se ha catapultado a los primeros puestos de la agenda.
Para ser claros, la mayoría de los fondos de capital riesgo han practicado técnicas de creación de valor durante años. De hecho, la primera palanca de valor a la que recurren la mayoría de los gestores de private equity tras la adquisición es la reducción del riesgo del activo desde el punto de vista de la gobernanza o la regulación. A continuación, los inversores más activos suelen digitalizar los principales procesos administrativos, integrar sistemas y crear sinergias. Sin embargo, aunque esto puede haber sido suficiente para impulsar las valoraciones en un mercado en auge, ya no es suficiente para alcanzar el tipo de múltiplos que buscan los LPs.
Hoy en día, la creación de valor requiere un enfoque mucho más directo en las iniciativas de excelencia operativa destinadas a desbloquear oportunidades de mejora del ebitda y de creación de valor del capital circulante más sólidas y sostenibles, un territorio más arriesgado en el que la obtención de valor podría requerir acciones más profundas -como la transformación de la cadena de suministro, la fijación de precios y las funciones de ingeniería y diseño, por ejemplo-.
Estirar un nuevo músculo
Algunos de los mayores fondos de capital riesgo llevan tiempo orientándose hacia este tipo de inversión activa. KKR Capstone, por ejemplo, se creó para centrarse exclusivamente en identificar y aportar valor operativo sostenible a las empresas de su cartera.
Sin embargo, en términos generales, las habilidades y capacidades operativas en el mercado en general se han desvanecido a medida que los gestores se centraban más en el crecimiento de los ingresos que en la optimización operativa. Al mismo tiempo, muchos gestores operativos experimentados se han jubilado y, ahora, la competencia por captar a los operadores experimentados es cada vez mayor.
Los datos -o la falta de ellos- también plantean retos a los gestores de private equity que tratan de impulsar la eficiencia operativa. Los profesionales de la parte compradora pueden lamentar a menudo la falta de datos de sus objetivos. Los profesionales de la parte vendedora tienen muchos datos, pero a menudo pueden estar atascados en silos y ser incoherentes.
Incluso cuando se pueden identificar y cuantificar las oportunidades de creación de valor, puede resultar difícil obtener el valor esperado. Se necesitan profundas capacidades funcionales, experiencia sectorial y métodos analíticos muy sofisticados para comprender y medir un proceso, por no hablar de una función empresarial. Y los nuevos equipos directivos rara vez disponen de los conocimientos necesarios para impulsar y mantener con éxito este tipo de cambio.
¿Una forma mejor de hacer diligencias?
Ha llegado el momento de transformar la forma en que los fondos de capital riesgo y las empresas en cartera abordan la creación de valor. Las herramientas y tecnologías han madurado. Las capacidades analíticas han aumentado. El potencial para obtener información que antes estaba fuera de nuestro alcance es notable.
En el lado buy-side, la tecnología y la analítica pueden proporcionar a los gestores una visión «desde fuera» de su objetivo -en algunos casos proporcionando un nivel de granularidad de datos en áreas como el personal o los comerciales- que puede ayudar a mejorar la solidez de su diligencia debida.
Por el lado del sell-side, los detalles a nivel transaccional combinados con análisis sofisticados podrían mejorar la historia de la equidad al sacar a la luz oportunidades cuantificadas y priorizadas de creación de valor que apoyen valoraciones mejoradas. Y, dado que los resultados se derivan de la ciencia, la tecnología y los datos, podrían generarse conocimientos reales sobre los activos en una fracción del tiempo que tradicionalmente llevaban estas actividades.
Un ejemplo práctico: supongamos que forma parte del buy-side y quiere entender el valor del equipo de ingeniería existente de un objetivo. El método tradicional consistiría en entrevistar a algunos antiguos empleados, hacerles algunas preguntas y llegar a una conclusión basada en datos subjetivos. Un enfoque basado en datos implicaría la búsqueda en múltiples sitios de datos públicos para obtener una visión muy precisa de la estructura organizativa del objetivo, las capacidades de los empleados, la permanencia, la experiencia, la rotación y el enfoque. Otro raspado puede decirle cómo se compara con los competidores más cercanos de su objetivo con el mismo nivel de detalle.
En el sell-side, los directivos pueden dar rienda suelta a la tecnología en los datos de la organización para cuantificar todo el potencial de valor en los distintos aspectos de la empresa. A continuación, pueden comparar esos datos con las mejores prácticas y los datos de la competencia. También pueden elaborar una lista priorizada de oportunidades cuantificadas de creación de valor que pueden utilizar los gestores de la cartera de empresas para mejorar su valoración, o para negociar múltiplos con posibles compradores.
Dado que el enfoque utiliza tecnología, datos y análisis -en lugar de legiones de personas y experiencias subjetivas- para descubrir y cuantificar estas oportunidades de creación de valor, los gestores de private equity y los ejecutivos de las empresas en cartera pueden obtener información y oportunidades en cuestión de días y semanas, no de meses. Y los resultados son explicables, defendibles, coherentes y mensurables, lo que genera confianza desde el comité de inversiones hasta el gestor de la empresa en cartera.
Y lo que es más importante, un enfoque basado en los datos significa que los gestores de capital riesgo y los directivos de las empresas en cartera pueden sopesar otras prioridades clave al margen de la mera rentabilidad del ebitda. Pueden mirar a través de una lente de resiliencia, de sostenibilidad o de cliente, por ejemplo, para ayudar a asegurarse de que están tomando las mejores decisiones para sus inversores.
Resultados reales
Las firmas de KPMG han desarrollado un enfoque basado en datos para la creación de valor que combina datos propios, conocimientos y experiencia operativa para ayudar a los actores del lado comprador y vendedor a identificar, cuantificar y ejecutar importantes oportunidades de creación de valor. Y los profesionales de KPMG entienden que usted necesita mostrar resultados rápidamente, con un camino claro hacia el crecimiento. Por ello, se centran en ayudarle a obtener rápidamente conocimientos más profundos y apoyar la creación de valor y la mejora del rendimiento.
Por ejemplo, una firma de KPMG trabajó recientemente con una empresa de cartera patrocinada por private equity para evaluar un objetivo potencial de fusión y adquisición, identificando 45 millones de dólares en oportunidades de mejora del ebitda que les permitieron valorar su objetivo con mayor precisión. Por el lado del sell-side- la venta, los especialistas de KPMG utilizan datos, conocimientos y experiencia para ayudar a los propietarios de empresas en cartera a cuantificar y articular claramente el verdadero valor a largo plazo de sus activos, de modo que puedan obtener valoraciones adecuadas en el momento de la salida.
La reducción de los volúmenes de negociación por las vacaciones de los operadores y gestores hace que las reacciones del mercado ante cambios en el escenario macro y micro puedan ser mucho más violentas. Con datos de los últimos 20 años, julio y agosto son los meses de menor actividad en los mercados bursátiles de EE.UU., con una operativa un 4% y un 9% inferior a la media. En la zona euro, julio mantiene su negociación cerca del resto de meses (-1%), pero en agosto aquí no queda ni el apuntador y la operativa cae un 14%.
Otra de las características del mercado actual es que el flujo está dominado por los operadores cuantitativos, con reglas de actuación semipasivas que hacen que todo suceda mucho más rápido. Así, la volatilidad realizada del S&P-500 en el último mes se ha disparado a por encima del 14%, más del doble de la registrada en junio. La rotación que ha habido desde el día 10 desde grandes compañías hacia pequeñas es una de las mayores y más rápidas de la historia. Desde esa fecha, el Rusell-2000, que incluye las 2000 mayores compañías americanas después de las 1000 más grandes, ha superado al S&P-500 en 12 puntos porcentuales y al Nasdaq-100 en 17.
Sin embargo, si bien es cierto que los volúmenes bajan en verano, esto no se refleja en una mayor volatilidad histórica en estos meses. De hecho, julio, en media, ha sido el mes más tranquilo de los últimos 20 años, al menos en los mercados de volatilidad de renta variable; y agosto es un mes que podemos catalogar como “normal”.
¿Y entonces por qué relacionamos verano con volatilidad? Existe un sesgo conductual que podría explicarlo: el sesgo de representatividad consiste en estimar la probabilidad de que suceda un evento basándonos en información que tenemos almacenada en nuestra mente, sin tener en cuenta datos adicionales. Es el proceso mental que se encuentra detrás de los estereotipos y de las primeras impresiones. Y es que son muchas las crisis que se han originado o que han tomado profundidad durante esta época del año. A modo de ejemplo podemos citar la crisis subprime de 2007, la de Lehman de 2008 y la de la deuda soberana americana de 2011 (cuando S&P le rebajó el rating a AA+); y remontándonos más tiempo atrás, la crisis asiática de 1997 y la moratoria de pagos rusa con la quiebra del fondo LTCM en 1998. El dicho bursátil «sell in May and go away» tampoco ayuda, aunque en este caso el verano es un concepto más amplio. No obstante, la última gran crisis veraniega podríamos fecharla en 2015, propiciada por el derrumbe de la bolsa china; y de eso hace ya 9 años.
Por otro lado, si nos fijamos en las estadísticas de rentabilidad, julio ha sido durante estos últimos 20 años uno de los meses más jugosos para estar invertido en bolsa tanto en EE. UU. como en la zona euro. Sin embargo, agosto presenta más dudas: en EE.UU. es un mes positivo, pero algo por debajo de la media; y en la zona euro es el mes con resultados más negativos, con caídas en más de la mitad de las ocasiones. Si lo unimos a que septiembre es el peor mes del año a nivel global y que la segunda quincena de agosto suele ser peor que la primera, seguramente es una buena estrategia reducir exposición antes de vacaciones para que la vuelta al cole no nos pille por sorpresa. Eso sí, julio ha sido la excepción que confirma la regla y las estadísticas están para romperse.
Tribuna elaborada por Óscar del Diego Ereza, director Técnico y de Análisis en Ibercaja Gestión
Soplan vientos de cambio en el mundo de la inversión. Por un lado, la modificación de las directivas UCITS y AIFMD ya está en vigor y será aplicable en España a partir de la primera mitad de 2026. Trae varias novedades relevantes para la industria en ámbitos como la delegación de funciones, la gestión del riesgo de liquidez, la concesión de préstamos por FIA o los servicios de depositaría. Por su parte, la Retail Investment Strategy sigue avanzando en su procedimiento de aprobación. Este paquete de medidas tiene potencial para generar un profundo impacto en el sector por su ambiciosa revisión de cuestiones que afectan de manera estructural al negocio de distintas entidades financieras.
UCITS VI y AIFMD II
Entre las modificaciones más relevantes, reseñamos algunas que son comunes a ambas directivas:
Actividades adicionales a la gestión de fondos
A partir de ahora, y en aras de ampliar las fuentes de ingresos de las gestoras en ámbitos que les son cercanos, tanto los gestores de UCITS como los de vehículos alternativos (los denominados “GFIA”) podrán llevar a cabo actividades adicionales. Por un lado, podrán administrar índices de referencia, con la excepción de aquellos que se utilicen en los vehículos gestionados y, por otro, podrán realizar para terceros funciones que ya vienen desempeñando para los vehículos gestionados, como por ejemplo actividades relacionadas con los recursos humanos y las tecnologías de la información y servicios informáticos para la gestión de carteras y de riesgos.
Además, se faculta a las gestoras UCITS a prestar servicios de RTO, como ya lo hacían los GFIA, y a los GFIA a administrar créditos.
Dirección efectiva
Se exige que la dirección efectiva de las gestoras conste de un mínimo de dos personas físicas residentes en la UE y cuya dedicación sea a tiempo completo.
Delegación de funciones
Las reglas de delegación de funciones se extienden a todos los servicios que preste una gestora, incluyendo los accesorios, y se refuerza su régimen en cuestiones relativas al reporting sobre la delegación, la necesidad de justificar la estructura de delegación en razones objetivas y la cualificación de la entidad delegada.
Gestión de liquidez
Los vehículos de tipo abierto y los UCITS deberán disponer de al menos dos instrumentos de gestión de liquidez de un listado normativo, salvo que se trate de un vehículo que tenga la condición de fondo monetario, que podrá disponer de un solo instrumento. La norma propone, entre otros, mecanismos tales como la suspensión o el bloqueo del reembolso, la prórroga en los plazos de preaviso, comisiones, swing pricing o dual pricing, sin que puedan coincidir exclusivamente estos dos últimos y sin que sea apropiado para minoristas el recurso al reembolso en especie.
Asimismo, la norma también introduce algunas novedades aplicables exclusivamente a GFIA. Destaca especialmente un nuevo régimen de los vehículos que conceden préstamos, con requisitos de diversificación, limitaciones al apalancamiento, un listado de prestatarios no aptos en España en vista de que tanto las entidades de inversión colectiva de tipo cerrado de préstamos como las IICs de inversión libre tienen prohibido ya prestar o invertir en préstamos concedidos a personas físicas.
Entre las restantes modificaciones de AIFMD destaca la introducción de una excepción a la regla general según la cual el depositario de un FIA de la UE tiene que estar necesariamente establecido en el mismo estado miembro. La nueva excepción se prevé exclusivamente para aquellos casos en los que el mercado de depositaría del estado de origen del FIA sea pequeño y no haya oferta suficiente de tal servicio. Y ello siempre y cuando el depositario designado sea una entidad de crédito establecida en otro estado miembro y sujeto a una evaluación caso por caso por la autoridad nacional competente.
MiFID III
El paquete de medidas dirigido a promover la inversión minorista conocido como Retail Investment Strategy (RIS) va poco a poco dando pasos en su tramitación legislativa desde la publicación de la propuesta de la Comisión Europea a finales de mayo del año 2023.
Recientemente, el Parlamento Europeo ha adoptado las enmiendas a la propuesta original incluidas en el informe de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios (ECON), sirviendo este texto como base para la negociación interinstitucional entre el Parlamento, la Comisión y el Consejo que ahora se inicia.
A modo de Directiva ómnibus, la RIS modifica las Directivas MiFID II, UCITS y AIFMD, así como, en materia de seguros, Solvencia II y la Directiva de Distribución.
Respecto a MiFID II, se introducen algunas modificaciones con especial impacto en el sector, entre las que se encuentran las siguientes:
Incentivos
Si una iniciativa en la RIS ha dado lugar a controversia, esa es la relativa a los incentivos por su impacto en el modelo de remuneración de la distribución de ciertos productos. No obstante, lo que en principio pretendía ser una prohibición total parece que se va suavizando en el curso del procedimiento legislativo. La propuesta inicial de la Comisión pretendía prohibir todos los incentivos, con la única excepción de aquellos originados en el marco de un asesoramiento no independiente y sujetos al nuevo estándar de “actuar en el mejor interés del cliente”, frente al requisito actual de “mejorar la calidad del servicio”. Esto dejaba fuera los servicios de recepción y transmisión de órdenes y ejecución. La enmienda que propone el Parlamento elimina la prohibición relativa a estos dos últimos servicios de inversión, si bien parece que sujeto a requisitos.
Proceso de fijación de precios – value for money y benchmarks
Se refuerzan las normas en materia de gobernanza de productos, obligando a las entidades a adoptar un proceso de fijación de precios en la aprobación de determinados productos. El objetivo es garantizar que los costes y gastos asociados al producto están justificados y son proporcionados teniendo en cuenta las características del producto y en comparación con los benchmarks que publicarán la ESMA y la EIOPA, siguiendo así el principio de value for money. Además, se limita la comercialización de determinados productos que no superen dicho test.
Adicionalmente, destacan otras modificaciones en ámbitos como las evaluaciones de idoneidad o conveniencia, la información sobre costes y sobre la cartera de inversiones, la diversificación en el asesoramiento de inversiones, las comunicaciones comerciales y publicitarias y la solicitud de tratamiento como cliente profesional.
Artículo de Isabel Aguilar y Patricia González, abogadas en Uría Menéndez
Bankinter ha presentado su Informe de Estrategia Trimestral para el tercer trimestre de 2024, que abarca las posibles implicaciones de menores bajadas de tipos de interés, los efectos de los extraordinarios resultados corporativos y la estrategia de inversión propuesta según el panorama geopolítico esperado para los próximos tres meses.
Los analistas de Bankinter destacan cómo la cuestión clave es conseguir un balance equilibrado entre tipos de interés adecuados, crecimiento suficiente e inflación aceptable, maximizando el empleo. A pesar de las incertidumbres de la coyuntura actual y de sus dudas al respecto, el equilibrio entre estos cuatro factores parece satisfactorio, aunque no perfecto.
Lo importante, señalan, es la evolución razonablemente coordinada de estas cuatro variables clave. Bankinter destaca cómo la inflación se resiste, pero cede poco a poco, no hasta el deseado 2%, pero se debe aceptar un nuevo contexto de inflación algo superior de forma semiestructural (2,5% en Europa y 3,0%/3,5% en Estados Unidos), que será compatible con tipos de interés positivos en niveles razonables e inferiores a los actuales (ca. 3,50% y 4,00%/4,50%, respectivamente), y que permitirán crecimientos suficientes en Europa (+1,5%/+2%) y generosos para la economía americana (superiores a +2%), que, a su vez, darán continuidad al actual contexto de pleno empleo en las economías desarrolladas.
El banco señala cómo la nueva situación hacia la que se dirige la economía, compuesta por esta combinación, compensará: porque, con una inflación aceptable, los tipos de interés solo bajarían más ante un deterioro apreciable de crecimiento y empleo. Pero ese escenario alternativo sería peor, no compensaría el posible “canje” de situación. No compensaría tener tipos inferiores a cambio de problemas con el crecimiento y el empleo. Por eso defienden que tanto la situación como perspectivas son mejores de lo que parecen, particularmente en lo que se refiere al mercado.
En cuanto a los beneficios empresariales -cantidad y calidad-, estos determinan la evolución de las bolsas en el medio y largo plazo. El corto plazo suele responder al sentido de las noticias inesperadas, al “ruido” del día a día. Por eso, la política condiciona el corto plazo, pero no determinará la dirección del mercado. Lo realmente importante, el factor clave para las valoraciones, son los beneficios. Y éstos, en grandes números, estiman que se expandirán en 2024/25 en el rango +11%/+14% anual en Estados Unidos y +3%/+8% en Europa, destacando que la ventaja americana continúa siendo clara.
Bolsa americana frente a Europa
La estrategia de inversión de Bankinter continúa favoreciendo la bolsa americana frente a la europea. En consecuencia, estiman un potencial de revalorización aproximado del 23% para la bolsa americana y del 8% para la europea. Señalan que es importante tener en cuenta que, al llegar junio, las valoraciones estimadas «avanzan» un año, de modo que los potenciales se calculan para diciembre de 2025 en lugar de diciembre de 2024. Estos potenciales parecen coherentes con el avance acumulado estimado para el período 2024/25 en términos de beneficios empresariales. Además, se debe considerar la mejora de las valoraciones derivada de las bajadas de tipos de interés, aunque sean pocas y lentas.
Por tanto, destacan que el contexto continuará siendo pro-bolsas, pro-riesgos, sin tensiones especiales en las TIR de los bonos (excepto casos singulares como Francia, por la influencia de la política), con el petróleo tendiendo a abaratarse lentamente hacia el rango 80/70 dólares/barril. y el dólar más bien apreciado (1,04/1,06 euro/dólar) a medida que se confirme la recurrencia de un crecimiento (PIB) más sólido en Estados Unidos que en Europa, lo que hará más difíciles las bajadas de tipos por parte de la Fed.
Finalmente, los analistas de Bankinter apuntan a que la política y geoestrategia son factores exógenos distorsionadores, pero más previsibles que el trimestre anterior; destacan que probablemente su perfil de riesgo se haya reducido. Esto último puede parecer contraintuitivo considerando la situación política en Francia, la proximidad de las elecciones americanas y las dos guerras en curso. Pero los analistas destacan su preferencia por construir su estrategia de inversión en base a los desenlaces más probables y no a los más destructivos.
En el frente geoestratégico, los analistas apuntan a que ninguna de las dos guerras en curso (Ucrania e Israel) se cerrarán a corto plazo, pero es improbable que su impacto negativo aumente. Se convertirán en conflictos abiertos de intensidad media y de medio/largo plazo, aunque con ocasionales altibajos imprevisibles. Salvo improbables desenlaces destructivos, el mercado continuará conviviendo incómodamente con ellos y sobrevivirá dignamente a sus indeseables consecuencias.
Asterion Industrial Partners, firma independiente de gestión de inversiones centrada en infraestructuras en el mid-market europeo, ha anunciado el primer cierre de su tercer fondo. A pesar de las difíciles condiciones del mercado para la captación de fondos, hoy, menos de cinco meses después de su registro en la CNMV, el fondo Asterion Industrial Infra Fund III ha alcanzado compromisos por valor de 1.500 millones de euros, lo que supone el 50% de su objetivo, fijado en 3.200 millones de euros.
Al igual que en sus dos fondos anteriores, entre los inversores del Asterion Industrial Infra Fund III figuran fondos de pensiones, fondos soberanos, gestoras de activos y compañías de seguros de Europa, Norteamérica, Oriente Medio y Asia. En este primer cierre, además de una amplia participación de inversores de fondos anteriores, se han incorporado nuevos inversores institucionales globales que complementan así la base inversora. El equipo de Asterion, por su parte, también ha realizado un compromiso significativo en este primer cierre, manteniendo de esta manera una fuerte alineación de intereses con sus inversores.
Jesús Olmos, CEO y socio fundador de Asterion, ha declarado: “Estamos realmente encantados con el resultado del primer cierre del Fondo III y sobre todo enormemente agradecidos a nuestros inversores por su confianza y apoyo. Seguimos centrados y comprometidos con el cumplimiento de nuestra estrategia, al tiempo que consolidamos relaciones a largo plazo con nuestros inversores».
Con este nuevo vehículo de inversión, Asterion Industrial Partners reforzará su política de inversión aplicada ya en sus dos fondos anteriores, invirtiendo así en compañías del mid-market en los sectores de telecomunicaciones, energía, servicios públicos y movilidad dentro de sus mercados principales de Reino Unido, Francia, Italia, España y Portugal, además de estar abierto a realizar inversiones en Europa Occidental. Mediante una estrategia disciplinada para suscribir el riesgo de infraestructuras y aplicando un enfoque industrial a la creación de valor, Asterion continuará buscando oportunidades atractivas dentro de este espacio, también en asociación con inversores del Fondo con los que podrían cerrarse acuerdos de coinversión.
Al igual que su predecesor, este nuevo vehículo tendrá un fuerte enfoque en la sostenibilidad mediante la clasificación como un fondo del artículo 8, de acuerdo con la normativa europea SFDR. El fondo estará alineado con el propósito de Asterion de utilizar el poder transformador de la inversión para generar un impacto positivo en la sociedad, al tiempo que ofrece rendimientos atractivos a sus inversores. La descarbonización, la eficiencia energética, la transición energética, la reducción de la brecha digital en el entorno rural, la diversidad y la inclusión, la alineación de intereses y el éxito compartido son los aspectos clave de la sostenibilidad que constituyen un elemento fundamental de la estrategia de inversión de Asterion.
Seis años, dos fondos, dieciocho operaciones y un enfoque industrial
Asterion Industrial Partners, gestora española fundada en 2018 por Jesús Olmos, Winnie Wutte y Guido Mitrani, ha lanzado, levantado e invertido desde entonces dos fondos con una estrategia de inversión consistente. Tras este primer cierre de su Fondo III, Asterion mantendrá su enfoque industrial y se centrará en inversiones en infraestructuras en el mid-market europeo. En los seis años transcurridos desde su creación, el equipo ha crecido hasta contar con 56 profesionales, ha completado más de 18 transacciones y sigue consolidando un sólido historial que incluye operaciones ya desinvertidas con éxito como Proxiserve y Asterion Energies.
Con sede en Madrid y presencia en Londres y París, el modelo de inversión de Asterion destaca por su enfoque industrial, que ha demostrado ser una ventaja competitiva y un elemento diferenciador. Esta orientación es posible gracias a un equipo que incluye a 10 ‘operating partners’ cuya formación abarca experiencia industrial y operativa, así como un profundo conocimiento y experiencia sectorial.
“Nuestro enfoque industrial nos permite aspirar a mayores rendimientos sin asumir mayores riesgos mediante un planteamiento activo e industrializado en la originación, la ejecución y la gestión de activos. Nuestros conocimientos y experiencia industrial nos permiten identificar y acceder a oportunidades de inversión, ejecutar y negociar con mayor eficacia e implementar planes operativos con mayor éxito”, señala Winnie Wutte, socia fundadora de Asterion.
Inversión de Asterion en 2i Aeroporti
Asterion anunció la semana pasada la firma de la adquisición de una participación del 49% en 2i Aeroporti, la mayor plataforma aeroportuaria de Italia y quien gestiona las concesiones de ocho aeropuertos estratégicos, entre ellos los de Milán y Nápoles, con una cuota conjunta de aproximadamente el 40% del tráfico aéreo nacional de Italia.
Esta transacción supone una nueva oportunidad para asociarse con F2i, accionista en la compañía, que ha dirigido 2i Aeroporti de forma constante desde la creación de la plataforma, en 2010.
Guido Mitrani, socio fundador de Asterion, señala: «Estamos comprometidos con 2i Aeroporti y nos marcamos el objetivo de contribuir a su avance como primer operador aeroportuario en Italia, con un crecimiento sostenible que, en paralelo, mejore la conectividad del país. Nuestra estrategia incluye el fortalecimiento de los acuerdos con grupos de interés locales y el apoyo activo a los esfuerzos de la industria de la aviación hacia la descarbonización».
Con una presencia significativa en Italia, Asterion continúa aumentando sus operaciones en el país. Ésta representa su primera inversión en el sector aeroportuario y contribuye a ampliar su presencia en movilidad mediante la adquisición de una cartera estratégica de aeropuertos con altas barreras de entrada, concesiones de larga duración y regulaciones de apoyo. En línea con su estrategia ESG (factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo), Asterion tiene previsto centrarse en iniciativas de reducción de emisiones, facilitar la transición hacia combustibles de aviación más ecológicos y promover planes Net Zero para hacer más sostenible el transporte aéreo.
Tras la tormenta de ayer, parece que la calma ha vuelto durante la apertura de las bolsas. Los futuros del S&P 500 rebotaron en las operaciones nocturnas, al igual que lo hizo Nikkei 225 y los mercados de Asia-Pacífico. Según el análisis ya más pausado que hacen las gestoras internacionales, aunque no fue sorprendente, la corrección que ha sufrido el mercado ha resultado más brutal y concentrada en el tiempo de lo que se esperaba.
“Los mercados mundiales de renta variable, ya de por sí extremadamente volátiles desde mediados de julio, han experimentado una espectacular liquidación tras la publicación del dato de empleo en Estados Unidos, que ha despertado el temor a una posible recesión en ese país. Esta corrección se materializó en un rápido descuento en los precios de los recortes de los tipos de los fondos de la Reserva Federal, tanto en número como en magnitud, en una drástica caída de las yields de los bonos estadounidenses a largo plazo y un salto del cambio yen/USD de más del 13% en las tres últimas semanas”, resume Jean-Louis Nakamura, Head of Conviction Equities, boutique Vontobel.
En su opinión, parte de este movimiento de los precios es legítimo. “Las previsiones de crecimiento de los beneficios eran probablemente excesivas para 2025 y años posteriores y han tenido que adaptarse a partir de una base más realista. El hecho de que el dato de empleo se publicara después de la reunión de la Fed deja también a los mercados con el temor adicional de que no se produzca ningún rescate real de la política antes de septiembre. Sin embargo, adoptando una visión algo más a largo plazo, estos acontecimientos obligarán a la Fed a abandonar su duradera parálisis, mientras que la evolución de los tipos de interés a largo plazo ya proporciona un suelo a la magnitud de un desplome económico en Estados Unidos”, argumenta Nakamura.
Las correcciones duelen
Sobre si el mercado ha reaccionado de forma exagerada, Rob Almeida, Gestor de carteras y estratega de inversión de MFS Investment Management, recuerda que “el precio es lo que pagas y el valor es lo que obtienes”. En su opinión, el precio de los activos de riesgo era demasiado alto y el valor estaba por debajo de lo que la gente esperaba. “La volatilidad es el mercado ajustándose a suposiciones incorrectas, lo que nos lleva de vuelta a la pregunta anterior: las expectativas del mercado sobre los ingresos, creemos, eran demasiado altas. Aunque las ganancias o beneficios aún no han caído, los mercados lo descuentan antes de que suceda mediante evidencia tangencial, que es quizás lo que obtuvieron la semana pasada”, argumenta Almeida.
En este sentido, los análisis de las gestoras apuntan a ser prudentes e interpretan el episodio de ayer como una corrección. “El sentimiento reacciona a los precios y el reciente repunte de la volatilidad a corto plazo, unido a una fuerte caída, ha provocado un coro de llamadas a la recesión, pero nos parece un poco prematuro empezar a hablar de recesión. No cabe duda de que unos precios más bajos pueden tener un enorme efecto psicológico. Pero los inversores deben dar un paso atrás y analizar los fundamentos, que siguen siendo buenos”, afirma Jack Janasiewicz, estratega de carteras de Natixis IM Solutions.
Tal y como explica el experto de Natixis IM Solutions, los riesgos se han desplazado de la preocupación por la inflación a la debilidad del mercado laboral. “El riesgo para la inflación se ha inclinado hacia una ralentización de la inflación en lugar de una aceleración, mientras que el lado laboral de la ecuación corre el riesgo de que aumente la tasa de desempleo. En este contexto, se ha ampliado la brecha entre lo que los inversores quieren que haga la Reserva Federal de EE.UU. y lo que el FOMC ha estado comunicando.Los indicios apuntan a una ralentización de la economía. Pero desaceleración y lentitud son dos cosas muy distintas”, argumenta.
“Aunque agosto es un mes muy propicio para momentos de tensión como el actual, pensamos que los temores asociados a una recesión inminente son prematuros. Así, y aunque creemos que la economía transita hacia un escenario de menor dinamismo, indicadores recientes como el del mercado laboral estadounidense, casan más con un aterrizaje suave de la economía”, añaden los analistas de Banca March.
Hablamos de rescisión…
Como bien han indicado todos los análisis, esta gran volatilidad cabalga bajo los lomos del temor a que EE.UU. caiga en una recesión. “El temor a una recesión en EE.UU. vuelve a dominar la escena, al combinarse la rápida pérdida de impulso del mercado laboral con la escasa demanda de los consumidores en los resultados de las empresas. El mercado cree ahora que la Reserva Federal va por detrás de la curva y que recortará rápidamente en las próximas reuniones para evitar un aterrizaje brusco. Todo esto se ha reflejado en los mercados asiáticos, donde ayer comenzaron a deshacerse las operaciones de carry trade y predominaba el sentimiento de aversión al riesgo”, explica Michael Langham, economista de abrdn.
Sin embargo, Langham considera que el trasfondo macroeconómico no es tan nefasto como indican los mercados. “El fuerte crecimiento de la oferta de mano de obra en los últimos años ha contribuido a enfriar el mercado laboral y el número de despidos en EE.UU. sigue siendo bajo. En Asia, el repunte de las exportaciones tecnológicas y la todavía boyante demanda interna no deberían hacer saltar aún las alarmas a los responsables políticos”, argumenta. Así, su previsión es que la Fed empiece a relajar su política monetaria en septiembre, “lo que debería permitir recortar los ciclos en algunos países emergentes de Asia”. Además, “los posibles estímulos adicionales en China también podrían tener algunos efectos positivos, suavizando cualquier desaceleración en la región”, añade.
En este sentido, a la hora de hablar de los fundamentales, Ariel Bezalel y Harry Richards, gestores del fondo Jupiter Dynamic Bond de Jupiter AM, apunta dos tendencias relevantes: la desinflación sigue vigente en las cifras estadounidenses del segundo trimestre y Las perspectivas de atonía del mercado laboral también eliminan una posible espiral de salarios y precios. “Estados Unidos ha exhibido un fuerte crecimiento económico en los dos últimos años. Creemos que una desaceleración podría estar justificada en este momento y se perciben signos de debilidad en los dos pilares del ciclo pospandémico: el mercado laboral y el consumo”, explican estos dos gestores de Jupiter AM, poniendo el acento en la palabra “desaceleración”, lo que está lejos de hablar de una recesión.
Implicaciones para el inversor
Tras haber analizado qué estuvo detrás de este “lunes negro” y ver su repercusión, la pregunta que queda en el aire es qué supone todo esto para el inversor. En opinión de Gregor M. A. Hirt, Global Chief Investment Officer Multi Asset de Allianz GI, los inversores a largo plazo que actualmente están al margen probablemente querrán esperar varios días antes de aprovechar la oportunidad de reingresar, ya que las ventas forzadas podrían continuar con el aumento de la volatilidad.
En este contexto, Hirt se muestra prudente y considera que más que a un cambio fuerte en los fundamentos, los inversores deberán considerar ciertas implicaciones como, por ejemplo, que el dólar estadounidense podría debilitarse aún más si la Fed recorta un esperado 100 bps en 2024, lo cual es también un factor crítico para la deuda de mercados emergentes. “Con la corrección exagerada y una moneda apreciándose, creemos que es demasiado tarde para reducir las acciones japonesas. Más bien, la pregunta es si agregar al yen como refugio seguro, si una mayor apreciación de la moneda genera más volatilidad en el mercado”, argumenta.
Además añade que cualquier rally adicional en los rendimientos dependerá de las noticias económicas de EE.UU. a largo plazo. “Los rendimientos podrían subestimarse a corto plazo si la incertidumbre del mercado persiste debido a la reversión del mercado de acciones y al hecho de que muchos inversores aún tienen efectivo y bonos neutrales. En nuestra opinión, los empinadores de la curva deben mantenerse por el momento. En las acciones de EE.UU., favorecemos solo posiciones largas modestas en nuestras carteras fundamentales de múltiples activos y estaremos atentos a los próximos datos económicos del país y, por supuesto, al camino de las elecciones”, añade el experto de Allianz GI.
Según reconoce el responsable de Conviction Equities, si el desplome de los precios de los activos de riesgo se prolonga significativamente, no puede excluirse un recorte de emergencia por parte de la Fed. “En ese caso, el rebote de las acciones podría ser tan brutal como el reciente episodio de ventas masivas, y los sectores y mercados más apoyados por los motores seculares y/o la sensibilidad a los tipos de interés (tecnología, inteligencia artificial, EE.UU., Taiwán, India) serían los que progresarían más rápidamente”, concluye Nakamura.
Por último, Paolo Zanghieri, economista senior en Generali AM, parte del ecosistema de Generali Investments, apela a lo que la experiencia les ha enseñado: “El pánico es enemigo de las decisiones acertadas. Las condiciones fundamentales siguen siendo buenas por el momento y los mercados están reevaluando los posicionamientos elevados y el sentimiento de euforia técnica, lo que podría conducir a un mejor punto de entrada en el futuro”.
En este escenario, el equipo de estrategia de Banca March mantiene su posición infraponderada en renta variable considerando que la volatilidad seguirá elevada en el corto plazo y las correcciones se podrían puntualmente llegar a extender. “Sin embargo, vemos prematuro los temores a una recesión y consideramos que, a medio plazo, existen oportunidades. Tras las recientes caídas recomendamos esperar a señales de estabilización y estaremos preparados para sacar provecho de la situación si a lo largo de los próximos días se produce una sobrerreacción de los mercados”, concluyen desde Banca March.
El último informe de Bain & Company sobre fusiones y adquisiciones destaca un aumento del 24% en el valor total de las operaciones a nivel global durante el primer semestre de 2024, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este incremento se debe, en gran medida, a las operaciones en los sectores energético y tecnológico.
El estudio señala que el private equity y el venture capital parecen haber tocado fondo y están comenzando a mejorar. No obstante, los gestores aún no han logrado acelerar el ritmo debido al elevado coste de los préstamos, la lentitud en las salidas y los problemas para captar fondos. Por regiones, Europa, América, Oriente Medio y África siguen mostrando un aumento en la actividad comercial, mientras que Asia-Pacífico enfrenta otro año de retroceso.
A pesar de los altos tipos de interés, la inflación persistente y los riesgos geopolíticos, las empresas están mostrando una mayor versatilidad en los tipos de operaciones que eligen y en la forma en que se llevan a cabo. Estas estrategias de M&A no solo buscan la rentabilidad, sino también y expandirse a nuevos segmentos de clientes o mercados.
“Las empresas están reestructurando sus estrategias de M&A para adaptarse a las condiciones macroeconómicas cambiantes. La flexibilidad y la capacidad de innovar en el diseño de los acuerdos serán clave para capitalizar oportunidades en el mercado actual”, explica Cira Cuberes, socia de Bain & Company.
En el sector energético, las grandes operaciones representaron aproximadamente el 25% del valor total de las transacciones en los primeros cinco meses de 2024. El impulso logrado a finales de 2023 se mantuvo en 2024 gracias a importantes operaciones, como la oferta de Diamondback Energy por Endeavor y la adquisición de Marathon Oil por ConocoPhillips, valoradas en 26.000 y 23.000 millones de dólares, respectivamente.
El estudio remarca que el 90% de las operaciones del sector energético este año se han centrado principalmente en el petróleo y el gas, lo que refleja que tanto empresas como consumidores seguirán dependiendo de estos recursos durante mucho tiempo y la necesidad de las empresas energéticas de fortalecer sus posiciones en estos mercados.
Por su parte, el sector tecnológico ha experimentado una recuperación parcial y lenta. Bain & Company explica que, aunque el volumen de operaciones se ha ralentizado en comparación con años anteriores, el valor de las mismas casi se ha duplicado año tras año. Además, la consultora subraya el creciente interés en la inteligencia artificial generativa. Durante el primer trimestre de 2024, se realizaron 11 adquisiciones de empresas de este sector y se efectuaron 110 inversiones iniciales por un valor total de 7.500 millones de dólares.