El BCE sigue su camino y se aleja del mantra “los tipos serían suficientemente restrictivos”
| Por Beatriz Zúñiga | 0 Comentarios
Tanto la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) como el el Banco Central Europeo (BCE) cumplieron con las expectativas del mercado y con los análisis de las gestora, en sus respectivas reuniones de política monetaria. En opinión de Matt Morgan, jefe de Renta Fija de Jupiter AM, el hecho de que el BCE haya recortado tipos horas después de que la Fed los mantuviera sin cambios es una clara muestra de la divergencia global en política monetaria.
“Esta divergencia está justificada por las diferencias en las perspectivas de crecimiento, pero la creciente disparidad en los tipos de interés, combinada con el fuerte apetito de los inversores por las empresas estadounidenses, pone de manifiesto la excesiva dependencia de la economía global respecto a EE.UU. Las perspectivas de crecimiento siguen siendo débiles en Alemania, Francia y el Reino Unido, y los desafíos políticos hacen difícil prever una recuperación en Europa a corto plazo”, argumenta Morgan.
Para Miguel Ángel Rico, director de inversiones de Creand AM, esta divergencia responder que la FED se puede permitir el lujo de mantener los tipos sin cambios, puesto que la tasa de paro se ha estabilizado en niveles bajos, el crecimiento económico sigue sólido y la inflación ha caído (aunque siga por encima del 2%), el BCE ha tenido que bajar tipos nuevamente.
“Lagarde ha reconocido que la economía europea seguirá siendo frágil en el corto plazo, y que los riesgos para las perspectivas económicas siguen inclinándose a la baja, debido a la posibilidad de que aumenten las tensiones comerciales a escala mundial. De este modo, el BCE ha rebajado los tipos en 0,25% y por lo tanto se produce una divergencia respecto al “no” movimiento de ayer de la FED. Además, Powell dejó claro que, en el escenario central de la FED, la inflación debería seguir cayendo, algo que inevitablemente nos muestra que están pensando en que los tipos de interés puedan continuar bajando”, explica Rico.
Por su parte, Carlos del Campo, del equipo de Inversiones de Diaphanum, pone el foco en el mercado y apunta que, tras la pausa de la Fed y la decisión del BCE, la reacción de bolsas y bonos fue positiva, “aunque también estuvo influida por la publicación del PIB del cuarto trimestre en EE.UU., que reflejó la persistente fortaleza de la demanda interna, con el consumo creciendo a su mayor ritmo desde finales de 2021”.
El viraje del BCE
Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) ha dado un ligero viraje. Según el análisis que hacen los expertos, la institución monetaria se alejó de su antiguo mantra de que los tipos serían suficientemente restrictivos.”Se trata de un reconocimiento de que el débil contexto de crecimiento ayudará a alcanzar pronto su objetivo de inflación”, destaca Mahmood Pradhan, Head of Global Macro Economics de Amundi Investment Institute.
Según recuerda Konstantin Veit, gestor de cartera de PIMCO, desde diciembre, el BCE ya no pretende aplicar una política suficientemente restrictiva, sino más bien una política adecuada. “Aunque hoy no ha facilitado cifras, la presidenta Lagarde mencionó la semana pasada en Davos una horquilla de tipos neutrales del 1,75%-2,25%. El actual precio terminal de los tipos, en torno al 2%, coincide en líneas generales con nuestras estimaciones de un tipo de interés neutral para la zona del euro, y representa esencialmente un escenario de aterrizaje suave. Dada la incertidumbre en torno a la banda de tipos neutrales y la inflación interna aún demasiado elevada, es probable que los tipos de interés oficiales sigan descendiendo hacia la neutralidad de forma gradual”, explica sobre la idea de llegar a los “tipos neutrales”.
¿Y ahora qué?
Sobre qué esperar ahora, Ulrike Kastens, economista senior para Europa de DWS, considera que el BCE sigue centrándose en las próximas proyecciones de marzo y en dos lecturas más importantes de la inflación en enero y febrero. “Dado el alto nivel de incertidumbre política, el BCE sigue dependiendo de los datos y decide reunión por reunión. No obstante, el organismo ha abierto hoy un poco más la puerta a nuevas bajadas de tipos. De cara al futuro, es probable que el tema de la ‘atonía económica’ desempeñe un papel aún más importante”, matiza Kastens.
Las gestoras coinciden en que la incertidumbre es demasiado alta para que el banco central pueda comprometerse previamente con una trayectoria de tipos, especialmente ante los posibles aranceles de Trump. Por eso, en opinión de Nicolas Forest, CIO de Candriam, la próxima reunión del BCE en marzo será más relevante, ya que habrá más datos disponibles, incluidas proyecciones trimestrales. “Con el coste del crédito aún elevado y las débiles perspectivas económicas en Europa, seguimos esperando tres recortes de tipos por parte del BCE este año, lo que daría como resultado un tipo terminal del 2%, en línea con las expectativas del mercado. Creemos que el BCE debería centrarse en el crecimiento más que en el riesgo residual de inflación, a diferencia de la Reserva Federal”, sostiene Forest.
“De cara al futuro, anticipamos que el BCE mantenga su ritmo actual de recortes de tipos hasta alcanzar la tasa neutral de alrededor del 2%, seguido de un enfoque más gradual con recortes en reuniones alternas. Nuestra visión sigue siendo más dovish que los precios actuales del mercado, ya que esperamos que los continuos vientos en contra del crecimiento empujen la tasa terminal al 1,5% para fin de año, notablemente debido a las persistentes preocupaciones sobre las tensiones comerciales globales. También esperamos ver desarrollos en el frente arancelario en las próximas semanas. Este será un factor crítico en la política del BCE en el futuro”, añade Salman Ahmed, responsable global de macro y asignación estratégica de activos en Fidelity International.
Para el experto de Jupiter AM, este contexto tiene una clara implicación para el inversor: “Con los activos de riesgo cotizando a valoraciones elevadas y los diferenciales de crédito en niveles ajustados, los inversores deben ser cautelosos ante un posible aumento de la volatilidad, especialmente si la elevada demanda de dólares sigue impulsada por unos tipos de interés altos en EE.UU. y un mejor desempeño de los activos estadounidenses. En este contexto, los bonos soberanos globales parecen una opción atractiva como cobertura frente a un posible deterioro del panorama económico mundial”.