El análisis de lo que va a suceder en el mercado después de la aprobación de los ETFs del bitcoin, por parte de la SEC, tiene dos vertientes distintas. Por un lado su influencia en el mercado de activos digitales y, por otro, el impacto en el mercado tradicional.
Respecto al mercado de activos digitales, éste ha respondido en el primer momento con subidas en el ether paradójicamente y una reacción más tímida en el bitcoin. Es una demostración de que la noticia está más que descontada. Pero, más allá de este impacto en el corto plazo, lo que acabamos viendo a medio y largo plazo son las consecuencias reales de esa noticia. Respecto a esto último lo que cabe esperar es un aumento de la demanda del bitcoin, veremos a cuánto asciende. Esto último acabará siendo un factor importante y ya hay instituciones que lo cifran en 10.000 millones de dólares, sólo en el primer año de cotización de estos productos. Mi impresión es que esta cifra se puede quedar muy corta dependiendo de la evolución del mercado de los criptoactivos.
Respecto al mercado tradicional, tenemos dos lecturas: la primera hace referencia a la aparición de un nuevo tipo de activo, que en principio puede ser un agente de descorrelación de carteras, y puede ser que produzca una fuga de liquidez de otros activos.
La segunda se refiere a que esa fuga de liquidez puede encauzarse en un activo regulado y transaccionado en el sistema tradicional, el ETF, por lo que las entidades ahora tienen alternativas para no perder ese cliente que busca este tipo de inversión.
La autorización de estos ETFs lleva al bitcoin a jugar en la Champions de los mercados financieros, poniéndolo al alcance de todos los públicos, superando el obstáculo del conocimiento tecnológico para invertir en él y gestionarlo. Es un hecho que disminuye de forma muy importante la fricción en el proceso de inversión, algo que puede ser decisivo para el inversor novel, o temporal, aquel no quiere preocuparse por la tecnología.
El impacto en el inversor minorista está claro, pero no olvidemos tampoco lo que supone esto para la inversión institucional. La inversión mayorista en estos activos recibe lo que yo creo que es el espaldarazo definitivo para que se consolide.
Hasta ahora, este tipo de inversor tenía dos barreras claras para adquirir este tipo de producto: regulatoria, las propias normas y regulaciones de mercados hacían imposible tener este tipo de activos en las carteras; tecnológica, pues para posibilitar la adquisición y custodia de criptoactivos, había que realizar una serie de modificaciones tecnológicas en los sistemas de gestión de estas compañías, modificaciones bastante profundas y que afectaban a todo el proceso transaccional relacionado con estos activos (compra, custodia, liquidación…)
Estas dos barreras caen en el momento que invertir en el bitcoin se convierte en algo tan sencillo como tener títulos de ETFs en las carteras, con el correspondiente respaldo regulatorio.
Otro aspecto interesante a comentar es la afectación a otras gestoras, y en este caso seguro que podemos encontrar paralelismos con otros productos. Está claro que, una vez regulados, toda gestora o comercializadora que tenga un público afín a este nivel de riesgo, e incluso ya tenga productos de estas características, buscará incorporar ETFs de este tipo. Nadie querrá perder la oportunidad de captar clientes nuevos y capacidad para retener clientes que pretendan invertir en este activo.
Y esto nos abre un interesante debate: la SEC, según su propio comunicado, ha aprobado un lote de ETFs con la idea de fomentar la competencia desde el primer momento, haciendo la lectura correcta de que los primeros momentos van a ser clave.
Y esto fomentará algo que ya estamos empezando a ver, que es una guerra de comisiones, no sólo entre los agentes que tienen ETFs comercializables en este momento, sino en el resto de puntos de compra venta de estos activos. Veremos qué impacto tiene esto en las plataformas de compraventa de estos activos, de cara a la captación de nuevos clientes. Está claro que veremos una armonización progresiva de las comisiones por operativa en el bitcoin, especial mención en este aspecto merece el caso de Grayscale, con un producto Trust que contaba con unas comisiones muy superiores a los ETFs tradicionales y que tendrá que adaptar su modelo de negocio a la nueva situación.
¿Cómo accedemos a estos ETFs desde España?
A día de hoy, la forma de acceder a los ETFs en el suelo español es acudir al agente financiero y comprobar si esos ETFs están en cartera. Teniendo en cuenta las gestoras de algunos de ellos, con clara vocación internacional (BlackRock, Invesco, Fidelity…) estoy convencido que el listado de estos productos no tardará en estar presente en sus agentes y comercializadores en España, por lo que la disponibilidad debería ser prácticamente inmediata.
Una vez más entra en juego la competencia y, si como comercializador no cuentas con este vehículo, pero la competencia dispone de ello, podrías tener una fuga de clientes.
Tribuna de Albert Salvany, socio fundador de Funding Fast.