Con la algarabía de la Copa del Mundo 2014 aún en nuestros oídos, nos parece el momento oportuno para realizar una comparativa de los resultados de algunas selecciones latinoamericanas con las perspectivas para sus respectivos mercados bursátiles.
Comenzamos con Brasil, el anfitrión. En vísperas de la celebración del Mundial de fútbol, existían muchas dudas sobre la capacidad del país para albergar un acontecimiento de semejante envergadura y abundaban los titulares sobre fallos en las infraestructuras y retrasos en la construcción de los estadios. En cambio, el país mostraba gran esperanza y expectación ante la posibilidad de confirmar su superioridad futbolística ganando en casa ante el resto del mundo. Pero sucedió todo lo contrario. El país fue elogiado por la buena gestión del campeonato, pero la humillación sufrida por su selección nacional a manos de los alemanes puso de manifiesto que Brasil ya no es la maestra del fútbol mundial que fue en su momento. De forma similar, la economía, que una vez fue considerada como una de las más dinámicas del mundo, se ha estancado.
Buena parte de la culpa del resultado de esta selección ha recaído en el seleccionador, que se vio obligado a dimitir, y muchos apuntan a la presidenta Dilma Rousseff como la culpable de la debilidad económica y esperan que reciba una tarjeta roja en las elecciones presidenciales que tendrán lugar en octubre. El descenso de la popularidad de la presidenta en las encuestas en los últimos meses ha coincidido con un repunte en el parqué brasileño, ya que los inversores apoyan a ambos candidatos. De hecho, tal es el amor de los brasileños por el jogo bonito que muchos creen que el fracaso de la selección tendrá consecuencias directas en la intención de voto favorable a Rousseff. Aunque es inútil intentar predecir el resultado final, la presión sobre el actual Gobierno crece notablemente y, por lo tanto, sea cual fuere el resultado, parece inevitable que se produzca un cambio hacia políticas más favorables para los mercados. Teniendo en cuenta el mal comportamiento de la economía de Brasil durante los últimos cuatro años, este cambio daría un impulso adicional al reciente repunte del país.
La selección mexicana se clasificó a duras penas para el campeonato y, aunque fueron eliminados en octavos de final, rindieron como un equipo que va por el buen camino. Por su parte, la economía del país también se enfrentó a dificultades el año pasado, ya que el cambio de Gobierno provocó un recorte del gasto público y aumentos de impuestos que contuvieron el consumo. Durante la segunda mitad del año, el crecimiento debería acelerarse y, en vista de los notables avances realizados por el presidente Enrique Peña Nieto en la implementación de diversas reformas de gran calado, las perspectivas a largo plazo para la economía y el mercado de acciones del país también van en la dirección correcta.
Una de las grandes sorpresas de este Mundial fue Colombia. Los cafeteros se metieron a muchos espectadores en el bolsillo con su apasionado juego y, en paralelo, existen muchos motivos por los que estar fascinados con el mercado bursátil colombiano. El actual presidente salió victorioso de nuevo de las recientes elecciones presidenciales, confiriéndole un nuevo mandato para continuar su búsqueda de un acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC. La relajación de los temores sobre la seguridad y una mayor integración en la economía mundial ya se han traducido en una aceleración del crecimiento en este país, el tercero más poblado de la región. La inversión en infraestructuras servirá de impulso adicional para el crecimiento y podría convertir al mercado de renta variable colombiano en la gran sorpresa de Latinoamérica.
En cuanto a otros países, la selección chilena superó las expectativas y tuvieron una pésima fortuna al no eliminar a Brasil. No obstante, con la reforma presupuestaria impulsada por el nuevo gobierno, las perspectivas a corto plazo para las acciones chilenas suponen todo un reto. La economía de Uruguay ha registrado un buen comportamiento, pero se trata de un mercado periférico en el que los inversores encuentran pocos activos a los que hincar el diente. Costa Rica demostró buena forma en el terreno de juego, lo que nos recuerda que los países de Centroamérica, a pesar de su reducido tamaño, presentan oportunidades de crecimiento para muchas empresas latinoamericanas.
Por último, la selección argentina se quedó a las puertas de la codiciada copa, pero resultó ser el mejor equipo latinoamericano. Del mismo modo, el mercado bursátil del país ha sido el que ha registrado el mejor comportamiento de la región este año y, con la posibilidad de un cambio político en 2015 y la aplicación de medidas para solucionar el conflicto con los acreedores de su deuda pública, los inversores se están replanteando el potencial a largo plazo del país de Maradona. Impulsado por unas valoraciones baratas, es probable que el repunte del mercado bursátil continúe. Sin embargo, advertimos que la situación económica es exactamente igual a la de Messi.
A fin de cuentas, aunque las selecciones de fútbol de la región obtuvieron diferentes resultados en la Copa del Mundo, las perspectivas para sus mercados de renta variable han mejorado de manera notable. El cambio político en Brasil, la aceleración económica en México y Colombia, el impacto más positivo de lo esperado de la retirada de la política de estímulos de la Reserva Federal estadounidense y unas valoraciones atractivas nos hacen pensar que los inversores deberán cuidarse de no estar en fuera de juego en lo que a acciones latinoamericanas respecta.
Artículo de opinión de Nicholas Cowley, director de Inversiones de Mercados Emergentes Internacionales en Henderson Global Investors