El riesgo político casi siempre ocupa un lugar destacado en la lista de preocupaciones de los inversores en deuda de mercados emergentes, debido a que los países en los que invierten son propensos a inestabilidad, disturbios e incluso revoluciones.
Recientemente, sin embargo, las turbulencias en la política de varias economías emergentes clave ha sido algo de lo que alegrarse, en lugar de preocuparse, porque ha sido el resultado de los votantes demandando una gestión económica mejor.
La tendencia complementa un cambio en otros factores que antes considerábamos bajistas para la deuda de los mercados emergentes, y ahora se han convertido en alcistas, ayudando a que esta clase de activos haya generado algunos de los mejores rendimientos de 2016. Estos factores son el crecimiento económico, donde las perspectivas para los países emergentes en comparación con las economías desarrolladas han mejorado; los precios de las materias primas, que se han recuperado con fuerza; la economía y los mercados financieros de China, que se han estabilizado; y las perspectivas de política monetaria en Estados Unidos, donde ahora se espera que los tipos permanezcan en niveles bajos durante más tiempo.
Estos son los cuatro mercados emergentes que sufrieron tanto de asuntos fuera de su control, pero que ahora están en el proceso de hacer frente.
Brasil
En los últimos tiempos, el escándalo de corrupción conocido como ‘Lava-Jato’ entró en erupción, destapando un esquema de sobornos en la empresa petrolera estatal, Petrobras. Aunque Rousseff no está implicada directamente, muchos de sus miembros del partido si, incluyendo a Luiz Inácio Lula da Silva, miembro fundador del Partido de los Trabajadores.
En última instancia, la crisis económica y la ira pública contra la presunta corrupción generalizada socavaron la popularidad de Rousseff y descarrilaron su gobierno. Se vio obligada a abandonar su cargo este año y ha sido reemplazada por su ex vicepresidente, Michel Temer, que ha nombrado importantes figuras –bien vistas por los los inversores– para dirigir el Ministerio de Finanzas y el Banco Central.
No está claro si Temer conseguirá llevar a cabo todos sus planes para sacar a Brasil del atolladero, pero los inversores son optimistas.
Argentina
Mauricio Macri ganó las elecciones con una base pro-empresarial que incluía promesas de reducir los subsidios y los impuestos a la exportación, y normalizar las estadísticas económicas. También ayudó a Argentina poner fin a una disputa con los acreedores ‘holdout’. Estas medidas permitieron a Argentina para volver al mercado de bonos a principios de este año con una venta de deuda 16.500 millones de dólares, una señal de la renovada confianza de los inversores.
Venezuela
La crisis social y económica empeoró después de la muerte de Hugo Chávez en 2013, debido a que su sucesor, Nicolás Maduro, continuó con las políticas del ex presidente, pero sin su carisma, en un momento en el que los precios del petróleo se desplomaron en los mercados internacionales. Este año, un gran número de venezolanos han presionado a las autoridades para permitir un referendo que fuerce a Maduro a dejar el cargo- un proceso que hasta ahora ha sido obstaculizado por el consejo electoral, muy influenciado por el gobierno.
Si bien el panorama sigue siendo muy incierto, está claro que los militares van a ser clave en cómo evolucione la situación, dado su control sobre muchas áreas de la economía.
Sudáfrica
Conforme el poder pasó de Nelson Mandela, a Thabo Mbeki, a Kgalema Motlanthe y más recientemente a Jacob Zuma, las políticas económicas se han ido deteriorando, mientras que problemas graves como el alto desempleo persisten. Esto se hizo más problemático tras la desaceleración del crecimiento de China y la caída de los precios de las materias primas, especialmente debido a que el gobierno hizo poco por cambiar el rumbo.
Durante la presidencia de Zuma han surgido una serie de escándalos de corrupción, y un intento malogrado de reemplazar al ministro de Finanzas altamente respetado de Sudáfrica, Nhlanhla Nene, por un político poco conocido. Este último movimiento minó la confianza de los inversores en el país, lo que provocó un ataque de tensión en el mercado que sólo se disipó cuando Pravin Gordhan, ex ministro de Finanzas, recuperó su cargo.
En Sudáfrica el electorado también ha expresado recientemente su descontento con la gestión económica del gobierno: en las elecciones locales de agosto, el partido gobernante, el African National Congress, sufrió su peor resultado electoral desde que llegó al poder en 1994.
Perspectivas favorables
Es evidente que algunos de estos países están más cerca que otros de lograr el tipo de gestión económica que sus electores exigen. Sin duda habrá otros momentos de drama, pero lo importante es que, aunque el proceso es ruidoso y desordenado, la democracia está en marcha. Y muestra que estos países se están moviendo en la dirección correcta, aunque sea de manera irregular.
De cara al futuro, esperamos que el clamor por las reformas en los mercados emergentes respalde esta clase de activos, junto con la mejora en las perspectivas de crecimiento, el rebote en los precios de las materias primas, la estabilidad en las perspectivas de China y que la Reserva Federal de Estados Unidos siga siendo acomodaticia.
En este contexto, esperamos que el atractivo de la deuda de los mercados emergentes crezca a medida que más inversores busquen fuentes de retorno atractivas, especialmente a la luz de la rentabilidad negativa que ofrecen la oferta de deuda pública de los mercados desarrollados.
John Peta es director de Deuda de Mercados Emergentes de Old Mutual Global Investors.