Dejando atrás la decisión sobre el Brexit y los posibles escenarios macro que podemos ver a continuación, es hora de centrarse en el próximo evento de riesgo: las elecciones generales de EE.UU.
El contrato social se mantiene quebrado, no me cansaré de repetirlo. Las elecciones generales de EE.UU. se mantienen como el próximo evento de riesgo con Trump y Clinton a la carrera, lo que nos garantizará mucho entretenimiento. Clinton se encamina hacia una plataforma anti-negocio y el Sr. Trump está apostando por sacar un ticket anti-sistema.
Ninguna de estas dos plataformas sería buena para los mercados de valores de Wall Street, las grandes empresas farmacéuticas o el mercado de renta variable en general. Mi predicción es que, llegado noviembre, Trump obtendrá resultados mucho mejores que la actual diferencia de 10 puntos, como ocurrió con el lado “anti- europeo” en el referéndum sobre el Brexit.
Tengo el presentimiento de que Trump llegará a la Casa Blanca, pero también personalmente creo que estos dos candidatos son los peores que se han ofrecido al público de Estados Unidos en la historia. Trump será negativo para el dólar de EE.UU., de eso no tengo duda. Su famosa política exterior no sólo es un paso atrás, sino que además veremos a muchas compañías salir corriendo de América. Clinton, por su parte, será mala para los bancos y otros “capitalistas”. No hay que olvidar que ella ya trató de socavar a las empresas estadounidenses cuando Bill Clinton estaba en la Casa Blanca. Alguien que es antisistema es elegible en cualquier referéndum global.
No se trata de programas políticos específicos o visiones, sino de desbancar el status quo. Es triste, pero estamos en presencia de un nuevo mínimo en la derecha política, que creo que va a coincidir con un nuevo mínimo en la actividad económica, la inflación y el crecimiento en los próximos tres meses. Los mercados seguirán esta línea de tres a seis meses, lo que para mí significa que el mínimo se verá en el verano de 2017.
El voto a favor del Brexit será un catalizador para el cambio. En última instancia, dejar el régimen de “alargar y disimular” porque se necesitan nuevas ofertas. La mayor precipitación será política: toda una generación de políticos ahora perdida. Su proyecto de ganar tiempo, que sigue siendo inexplicable, y aplicando constantemente más deuda a cualquiera y cada uno de los problemas están tejiendo la posibilidad de cambio.
Llegado el verano de 2017, veremos un dólar mucho más débil (cambio euro-dólar en 1,35), un oro más alto, un mercado de valores que caerá un 20%-25% antes de recuperarse, y nuevos mínimos en los rendimientos de la deuda pública del G7.
Mi enfoque personal será una cartera clásica permanente basada en ponderar un mayor riesgo cuando el mercado está abajo y tomando beneficios cuando sube.
La ponderación de mi cartera desde abril de 2016:
- Infraponderar acciones (exposición normal 25% – ahora 10%)
- Sobreponderar renta fija (exposición normal 25% – ahora 40%)
- Sobreponderar materias primas (exposición normal 25% – ahora 30%)
- Infraponderar 20% en Real Estate y asset managers alternativos
Esto representa una desviación sustancial de mi cartera normal, dado que el 75% del tiempo mantengo una ponderación clásica de 4×25%. Mantendré esta exposición, pero voy a empezar de nuevo con un promedio de 25% de asignación de cada mes, desde aquí hacia el final del primer trimestre de 2017.
Mis apuestas para estar largo:
- Largos en África (primero a través de Sudáfrica, después otros países…)
- Largos en Reino Unido y Suiza en Europa
- Largos en Brasil/Argentina
Opinión de Steen Jakobsen, Saxo Bank