Compañías como Apple han estado esperando la reforma fiscal desde hace tiempo y ahora se han visto incentivadas a repatriar sus beneficios en el extranjero. Hasta la fecha, el tipo fiscal era del 35% para los casos en los que una compañía transfiriese beneficios. Con la reforma fiscal, este tipo cae hasta el 15,5% para el efectivo y el 8% para posiciones no monetarias.
Hay dos sectores que destacan en el sentido de que generan grandes cifras de beneficios en el extranjero que podrían encontrar un nuevo hogar: el sector tecnológico y el farmacéutico. Esperamos que otras compañías de estos sectores sigan los pasos de Apple y anuncien también la repatriación de sus beneficios. Entre las entidades con elevados niveles de efectivo acumulado en el exterior se incluyen Microsoft, Cisco, Oracle, Google o Amgen, por citar solo algunos ejemplos.
Con todo, desde el punto de vista de la inversión, lo que resulta más interesante es qué harán estas compañías con las grandes sumas de efectivo repatriado
Hay varios escenarios posibles. Desde la perspectiva de un tenedor de bonos, sería positivo que se empleara el dinero para pagar deuda. En cierto sentido, existe una posibilidad bastante realista de que las compañías hagan esto. Por otro lado, el dinero también podría destinarse a la recompra de acciones, aumentando el gasto de capital (es decir, inversiones en producción) o para operaciones de fusiones y adquisiciones.
Además, también podría dar lugar a niveles de emisiones de deuda corporativa sustancialmente más reducidos lo que apoyaría las primas de riesgo del crédito (las primas de riesgo deberían caer a medida que hay menos bonos disponibles para los inversores). Esto debería ser positivo para la deuda corporativa en dólares, pero también para los bonos corporativos en euros.
La repatriación de beneficios en el extranjero es solo un elemento de los diferentes puntos que integran la reforma fiscal. Otros elementos comprenden el efecto que podría desencadenarse derivado de un Impuesto de Sociedades menor, las nuevas normas de depreciación para elevados gastos de capital o la limitación de la deducción de intereses para las compañías.
En general, creemos que el efecto de todos los pilares de la reforma fiscal debería ser positivo para los inversores en bonos: es probable que se frene el crecimiento de la deuda dado que, con la reforma fiscal, se limitará el incentivo para invertir en deuda frente a renta variable.
Christian Hantel, gestor del fondo Vontobel Fund – Global Corporate Bond Mid Yield de Vontobel AM