Después del golpe sufrido este verano, los precios del petróleo han vuelto a subir a unos 50 dólares por barril. Mi recomendación, en vista de la volatilidad del precio del petróleo, es aguantar. Las buenas noticias son que ya hemos pasado por esto antes. Las malas noticias… que ya hemos pasado por esto antes.
Creo que, finalmente, el mercado del petróleo se corregirá por sí solo. La demanda prevista está en alza y, según mi punto de vista, dado que pocas empresas petroleras pueden obtener ganancias razonables con los precios del petróleo a los niveles actuales o inferiores, la producción y los inventarios tendrán que descender gradualmente.
Varias empresas han recortado gastos y asesoramiento ante las llamadas de atención del segundo trimestre, y se orientan a mantener los gastos dentro del flujo de efectivo en 2018, teniendo en cuenta el entorno más suave de los precios de la materia prima. Aunque los recortes a corto plazo se concentran en el capital no productivo (o sea, proyectos a largo plazo), creo que las empresas reducirán gastos de explotación en 2018 si los precios caen a menos de 50 dólares por barril.
Me parece que los recortes en los gastos son un acontecimiento positivo por dos razones. En primer lugar, las empresas están demostrando que tienen la flexibilidad para ajustar gastos a corto plazo en un entorno de precios del petróleo más bajos. En segundo lugar, los recortes suponen menos proyectos de explotación nuevos, lo que podría generar un vacío importante en la producción en 2019 y 2020, cuando empiecen a decaer las explotaciones submarinas actuales y otros proyectos convencionales.
¿Qué ocurrirá si los precios del petróleo se mantienen bajos durante más tiempo?
Según mi opinión, el mayor el riesgo es que el acuerdo de recortes de suministro de la OPEP se viniera abajo sin que hubiera una recuperación suficiente de los niveles de inventario, lo cual podría inundar el mercado con un exceso de suministro que mantendría los precios bajos. Si los precios del petróleo no se recuperan, muchas empresas podrían afrontar carencias de flujo de efectivo disponible en la segunda mitad del año.
Bajo circunstancias normales, las empresas podrían endeudarse o emitir acciones para obtener efectivo, pero la rentabilidad ha sido relativamente alta, mientras que los precios de las acciones en el comercio de energía han estado cayendo, de modo que los inversores que sufrieron pérdidas en recesiones anteriores han abandonado el sector. Es probable que pocos inversores se arriesguen a financiar proyectos que parecen poco rentables sólo por razones de crecimiento, por lo que las empresas tendrán que replantearse sus estrategias y planes comerciales. Algunas empresas esperan atraer inversores generando rendimiento patrimonial a través de la preservación del capital. ¿Puede tener éxito esta estrategia si se mantienen los precios bajos durante más tiempo? Es un tema que estoy siguiendo muy de cerca.
Así, pues, ¿qué están haciendo los inversores en este momento?
Por ahora, los inversores de capital parecen estar esperando que los precios del petróleo desciendan a 40 dólares por barril o incluso a 30 dólares antes de regresar al mercado. Algunos especulan que el actual estancamiento podría presagiar una recuperación más lenta dado que los inversores a largo plazo se mantendrán a la espera hasta que vean precios de saldo.
Ryan McGrail, analista sénior de crédito de Loomis Sayles (afiliada a Natixis Global AM).