Aunque los fondos de renta fija flexibles pueden ser muy variados, suelen compartir una serie de características. Por ejemplo, son capaces de invertir en todo el espectro de clases de activos de renta fija –desde deuda soberana hasta crédito high yield– y en una gran variedad de regiones. También pueden alterar su sensibilidad a los tipos de interés y a las TIR de la deuda –duración– en función de las previsiones económicas de sus gestores.
Algunos fondos pueden incluso emplear su exposición a las divisas como una herramienta adicional, mientras que otros pueden invertir parte de su patrimonio en renta variable si su gestor considera que las acciones resultan más atractivas.
Tener un enfoque flexible es particularmente útil, ya que distintas condiciones económicas pueden afectar a distintas partes del mercado de renta fija de distinta forma
Por ejemplo, la deuda soberana se ha considerado desde siempre menos arriesgada que el crédito, y tiende a mostrar mejor comportamiento durante fases económicas más difíciles. Dentro de la deuda corporativa, los bonos emitidos por compañías consolidadas y de calidad también tienden a mostrarse estables en tales momentos; en cambio, el crédito high yield suele destacarse en fases de fuerte crecimiento económico.
Un aspecto importante es que cada clase de activo del universo de renta fija global tiene niveles muy diferentes de sensibilidad a cambios en los tipos de interés. Los fondos de deuda flexibles pueden adoptar duraciones más largas o cortas que las del índice en distintas regiones, en función de la evolución esperada del precio del dinero en los mercados globales. Esto contrasta con fondos que invierten en un único país o clase de activos de deuda –como la soberana o el crédito–, que tienen una capacidad limitada para ajustar su duración (uno de los principales motores de rentabilidad para los fondos de renta fija).
Inflación: ¿una fuerza a tener en cuenta?
Tras muchos años en los que la principal preocupación de los inversores ha sido el posible impacto de la deflación, han surgido indicios en numerosos mercados desarrollados de que la inflación vuelve a ser un factor a tener en cuenta (ver gráfico). En tales circunstancias, los fondos de renta fija flexibles tienen varias herramientas a su alcance de las que no disponen otros fondos concentrados en segmentos concretos del mercado.
Por ejemplo, el gestor puede posicionar su fondo con una duración muy limitada, o invertir en áreas menos expuestas al riesgo de tipos de interés –como por ejemplo la deuda high yield– en función de dónde detecte valor. Históricamente, esta última clase de activos se ha visto mucho menos afectada por tipos crecientes que los bonos con grado de inversión o la deuda gubernamental, debido a sus cupones más altos y vencimientos más cortos.
En tiempos como el actual, elegir un fondo de renta fija con flexibilidad para moverse entre clases de activos y mercados en busca de las mejores oportunidades es más importante que nunca.