El tamaño de una compañía puede jugar un rol importante en el tipo de perfil de rentabilidad/riesgo que se puede esperar que genere una acción a lo largo del tiempo. Las compañías de pequeña y mediana capitalización han exhibido históricamente características convincentes en relación con sus competidoras de mayor tamaño que ha hecho que siempre haya que tenerlas en consideración, pero actualmente puede ser un momento particularmente interesante para centrarse en esta clase de activo. Las valoraciones de las pequeñas y medianas capitalizadas están en mínimos de una década en comparación con las grandes capitalizadas, y creemos que los inversores deberían considerar esto como una oportunidad para posicionarse para el largo plazo.
A pesar de contar con un largo historial de rentabilidades superiores a las grandes capitalizadas, las valoraciones de las pequeñas y medianas capitalizadas han sufrido un recorte notable en relación con las grandes en los últimos años. Las valoraciones de las small y mid caps empezaron a diverger en 2018 y posteriormente vimos mayores descuentos al inicio de 2021. Entre las fuerzas motrices detrás de de este creciente descuento durante este periodo se incluyen el envejecimiento del mercado alcista previo, que fue de récord, la creciente concentración en mega caps dentro de los mercados bursátiles, y las diferentes composiciones por sector de los índices de grandes y pequeñas y medianas capitalizadas estadounidenses.
Más recientemente, el endurecimiento de la política monetaria, los temores a una recesión y el mercado bajista técnico de las acciones estadounidenses han tenido un impacto excesivo sobre las cotizaciones de las compañías de menor tamaño. Sin embargo, los inversores deberían considerar el cambio en el entorno monetario y la agitación de los mercados como una oportunidad para construir una posición para capturar crecimiento en el largo plazo.
En términos de PER estimado, las valoraciones de las small y mid caps están en mínimos de 20 años respecto a las large caps. Si se junta este descuento extremo por valoración con la llegada eventual de días mejores en términos del contexto macro, creemos que las pequeñas y medianas capitalizadas pueden demostrar que recompensarán a los inversores pacientes.
El premio Nobel de Economía Eugen Fama publicó junto con Ken French un estudio seminal que analizaba los retornos de las acciones entre 1926 y 1992 y que descubrió que, en el largo plazo, las pequeñas y medianas capitalizadas batían en rentabilidad a las grandes de manera consistente en dicho periodo. El gráfico adjunto, que mide el porcentaje del tiempo que small y mid caps batieron a las large caps en los últimos 20 años, demuestra que esta tendencia a obtener un rendimiento superior persiste hoy en día. Analizando periodos móviles mensuales de diez años, las pequeñas y medianas han batido a las grandes durante el 70% del tiempo desde enero del 2000. Aunque la rentabilidad pasada no predice rentabilidades futuras, estos datos proporcionan una base histórica favorable para evaluar el historial de las acciones de pequeña y mediana capitalización.
Aunque puede que la rentabilidad de las pequeñas y medianas capitalizadas sea impresionante, es importante destacar que existen riesgos adicionales que acompañan a estos rendimientos. Las compañías de menor tamaño están sujetas inherentemente a un mayor riesgo que las de mayor tamaño, porque tienden a presentar modelos de negocio menos diversificados, un acceso limitado al capital y un endeudamiento superior, entre otros factores. Estas características pueden llevar a un rendimiento peor en periodos de incertidumbre económica.
Desde una perspectiva de valor total del mercado, las grandes capitalizadas suponen la mayoría de los 51 billones de dólares en los que está valorada la bolsa estadounidense. Sin embargo, visto en términos de número de acciones, la cantidad de pequeñas y medianas empresas empequeñecen a las grandes. Si analizamos el índice Morningstar US Market, que representa la cobertura del 97% de capitalizadas de la bolsa de EE.UU., las pequeñas y medianas suponen el 85% de todos los valores. Hay cinco veces más pequeñas y medianas que grandes capitalizadas. Para los inversores, esto significa que hay un número de oportunidades significativamente mayor en términos de número de valores potencialmente ganadores que están por identificar.
Además, en el segmento de grandes capitalizadas, la información disponible y su absorción se ha vuelto altamente eficiente, pero tal no es el caso cuando se desciende en la escala de capitalización. Esto se debe, en parte, a los menores niveles de cobertura por analistas. De media, una acción de pequeña o mediana capitalización tiene en torno a ocho analistas que la cubren y escriben sobre ella o la recomiendan, y en torno a una quinta parte de esas compañías no tienen a más de tres analistas que las cubran. La historia es bastante diferente para las grandes, donde un valor del S&P 500 tiene de media a unos 22 analistas siguiéndola. Esta falta de cobertura por parte de casas de análisis da como resultado una dispersion potencialmente mayor entre las cotizaciones y el valor intrínseco que puede recompensar a los inversores.
Sin embargo, por ambas razones – un universo grande y baja cobertura de análisis- los inversores que estén buscando una asignación a pequeñas y medianas empresas deberían buscar una estrategia que haga más que simplemente proporcionar una exposición generalizada al mercado. Creemos que un acercamiento centrado que identifique de forma selective compañías al considerar cuáles son sus ventajas competitivas, así como sus valoraciones puede ser una mejor opción.
Construido en torno a la demostrada filosofía de inversión “moat” de Morningstar y al análisis de valores, el VanEck Morningstar SMID Moat ETF (SMOT) proporciona exposición a compañías de pequeña y mediana capitalización con ventajas competitivas sostenibles y valoraciones atractivas.
Tribuna de opinión de Coulter Regal, Associate ETF Product Manager de Van Eck.