Los mercados han sido demasiado optimistas sobre las posibilidades de que se produzcan nuevas subidas de tipos de interés este año. Durante los últimos tres meses, el mercado de futuros ha descontado solamente una ocasión de cada cinco de que haya una segunda subida de tipos en junio. En respuesta, la Reserva Federal parece haber intensificado su retórica para cambiar esas expectativas. Las actas de la reunión de abril dejaron muy claro que la mayoría de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) cree oportuno elevar los tipos de interés otra vez de nuevo en junio.
Lo que podría cambiar esto ligeramente es el referéndum de Reino Unido, «Brexit», sobre su pertenencia a la Unión Europea sólo una semana después de la reunión del FOMC que tendrá lugar mañana. Aunque las probabilidades de una subida de tipos en junio se han mantenido constantes, la probabilidad de que haya un cambio en julio se ha disparado por encima del 50% desde finales de mayo, lo que sugiere que el mercado está empezando a hacer más caso a la Fed.
Esto no quiere decir que sea ahora probable que vayamos a ver una reacción típica del mercado a un ciclo de subidas de tipos de la Fed. El uso de los tipos de interés a futuro como orientación –en forma de «diagrama de puntos» con las previsiones de la política de tipos de los miembros del FOMC– ha dado a la Fed un segundo grupo de tipos de interés para manipular, una opción política que no existía en el pasado. Cuando el comité elevó los tipos reales en diciembre, también recortó los tipos de interés futuros mediante la reducción del número de aumentos de los tipos esperados en 50 puntos básicos. El mercado reaccionó de igual forma; el dólar cayó y las bolsas subieron.
Esperamos que la Fed eleve los tipos de interés reales en junio o julio, dependiendo del riesgo de un ‘Brexit’. Pero también esperamos que la Fed recorte las tasas de nuevo en la segunda mitad del año. En este momento, el gráfico de puntos todavía señala cuatro aumentos de tipos en 2017 y cinco en 2018. Así que hay un montón de espacio para recortar los tipos de interés a futuros para compensar la volatilidad macro o, potencialmente, un excesivo endurecimiento de las condiciones financieras.
Los movimientos del mercado han sido positivos
Las bolsas estadounidenses continuaron presionando al alza en mayo a pesar de la creciente convicción de que la Fed endurecerá la política monetaria en el verano, y de que persiste el riesgo de Brexit. El flujo de noticias económicas de Estados Unidos podría no ser todavía convincentemente alcista. Sin embargo, la imagen que está emergiendo en estos dos primeros meses del segundo trimestre respalda nuestra tesis de que se va a producir una reaceleración del crecimiento después de un largo periodo de seis meses con una tendencia de crecimiento del PIB muy por debajo de la media de la anterior de recuperación, situada en 2,1%. El índice S&P 500 ganó cerca de un 2%, impulsado por los sectores de la energía, materiales y el financiero. La rentabilidad de los bonos fue esencialmente plana. El índice Barclays Aggregate se mantuvo sin cambios durante el mes, aunque en lo que va de año, todavía está por delante del S&P 500.
La rentabilidad del bono de referencia a 10 años operaron estables. Sin embargo, los rendimientos de los bonos con vencimientos más cortos aumentaron notablemente, lo que refleja la posibilidad de una nueva subida de tipos de la Fed. El precio del barril de petróleo West Texas Intermediate continuó subiendo, aunque a una velocidad mucho más lenta en comparación con la de abril y marzo.
La economía está bien, ¿no?
Las bolsas de Estados Unidos parecen cautelosamente optimistas sobre las perspectivas, y el flujo de noticias económicas está comenzando a inclinarse en esa dirección. Sin embargo, no podemos eliminar los signos de interrogación. La estacionalidad ha jugado un papel importante en los últimos años, dando lugar a un crecimiento más lento.
La pregunta que surge de las encuestas a empresarios y consumidores es : Si las perspectivas económicas se ven bien, entonces ¿por qué son más consistentes con un crecimiento económico lento? La media de los dos principales índices de confianza del consumidor de Estados Unidos revocó la repentina caída de abril, pero esto no es señal de una mejora material sobre los seis meses anteriores. La media de los dos principales índices PMI mejoró marginalmente, pero su cifra de 51 está solo ligeramente por encima del umbral que entre la expansión y la contracción del sector. La actividad empresarial débil fue en parte el resultado de una caída en los beneficios del año pasado. Los beneficios reportados cayeron más del 3%, la primera caída en siete años.
La economía está en camino de registrar una reaceleración del crecimiento en el segundo trimestre, algo que ha estado en nuestras previsiones desde hace un tiempo. Sin embargo, también hay una pregunta en esto: ¿Puede ese ritmo más fuerte mantenerse en la segunda mitad de este año? La actividad empresarial de Estados Unidos necesita recuperarse de forma más convincente para que la tendencia de crecimiento sea más fuerte. Sí, la actividad inmobiliaria se está recuperando de nuevo, pero el sector es demasiado pequeño para marcar una diferencia significativa. Los PMI muestran poca evidencia de un rebote del crecimiento mundial, por lo que el comercio seguirá siendo un viento en contra. El aumento de la inflación podría ser el siguiente problema si los salarios e ingresos no mantienen el ritmo. Ya hemos visto un notable desaceleración en el crecimiento de la renta real disponible en abril. La Fed debería tener cuidado con lo que desea.
El panorama se está calentando para el verano
Ahora que ya hemos atravesado las malas noticias del trimestre de invierno, el crecimiento del PIB de Estados Unidos está listo para recuperarse de nuevo. Nuestro pronóstico de una media de 3% entre abril y diciembre está muy por encima del 2,3% de consenso de los economistas encuestados por Bloomberg. La inflación en Estados Unidos ha subido y es probable que se mantenga la tendencia entre el 1% y el 1,5% durante gran parte del resto del año. Tradicionalmente, el aumento de los tipos de interés también hace subir la rentabilidad de los bonos. Sin embargo, vemos una dicotomía entre el aumento de los tipos reales y el tirón de los rendimientos extremadamente bajos de la deuda pública en la zona euro y Japón. Esto significa que es probable que los rendimientos del Tesoro a 10 años permanezcan en rango entre el 1,75% y el 2,25% para el resto del año.
Markus Schomer, CFA, es economista jefe de PineBridge Investments.