Con el índice S&P 500 entregando su peor rentabilidad del mes de diciembre desde 1931 y con los diferenciales del crédito ampliándose a sus promedios en el largo plazo, el miedo a una posible recesión en 2019 ha aumentado. Pero ¿están estos miedos justificados?
Algunas métricas basadas en el mercado han señalado silenciosamente un incremento en el riesgo de recesión, y unos de los más populares ha sido el aplanamiento de la curva de interés en Estados Unidos. Mientras que no es un indicador perfecto, -y algunos de los vigilantes del mercado deberían ser cautelosos en el caso de las señales positivas, como lo sucedido a finales de 1960- el poder predictivo de la curva de interés ha sido históricamente bastante alto. Entonces, ¿cómo deberían pensar los inversores?
Me gusta pensarlo en dos vertientes.
- 1. ¿Tendría una recesión alguna repercusión para los mercados financieros?
Las caídas de los mercados y las recesiones han coincidido más a menudo que no, como observamos en 1982, 2001 y 2008. Así que la respuesta es sí. Sin embargo, este no siempre ha sido el caso.
La salud de la economía -o la falta de ella, por lo tanto- y el sentimiento inversor son dos cuestiones diferentes. Mientras que la economía se compone de muchos elementos diferentes, los mercados financieros reflejan las expectativas de los inversores sobre los beneficios y los flujos de caja. Mientras que uno puede estar fuertemente influenciado por el otro, en MFS hemos observado periodos en los que una caída en el mercado y una recesión se han excluido mutuamente, como en 1990 (un mercado no bajista recesivo) o en 1987 (un mercado bajista no recesivo).
- 2. Este ciclo económico ha sido diferente a otros en muchos aspectos
Como apuntó recientemente Erik Weisman, economista jefe de MFS, “en términos de los factores tradicionales de una recesión, la mayoría no son muy evidentes hoy en día. No acabamos de terminar una guerra, no hay una choque negativo en la oferta (como las crisis del petróleo de 1973 y 1979); y la Reserva Federal de Estados Unidos no está agresivamente intentando contener una elevada inflación (como la Fed presidida por Volker a principios de 1980). Fuera del apalancamiento corporativo, los excesos macroeconómicos en la economía estadounidense son difícil de identificar”.
Algo que diferencia a este ciclo ha sido el auge de las plataformas de internet. Han proporcionado una nueva forma para que las empresas y los consumidores optimicen sus operaciones comerciales y la vida cotidiana. Han fomentado la “desmaterialización”. En otras palabras, el mundo está haciendo más con menos capital, y eso ha sido desinflacionario.
Por ejemplo, la computación en la nube permite a las empresas interactuar mejor con los clientes de una manera más rentable y productiva. La tecnología de la infraestructura de internet ha permitido a las empresas gestionar mejor sus inventarios y desplegar el capital de una forma más eficiente. De forma similar, los consumidores también se han desmaterializado. Las plataformas de internet permiten a las personas alquilar lo que antes poseían, evitando grandes desembolsos en categorías como vivienda y transporte.
No solo en Estados Unidos, pero también en Alemania y Reino Unido, los consumidores asignan más de la mitad de sus gastos a experiencias o bienes intangibles en lugar de bienes físicos. Se están viendo tendencias similares en mercados emergentes como India y Colombia. El resultado ha sido una disminución en la volatilidad de la demanda real, lo que explica en parte porque el ciclo de negocio ha sido tan corto en crecimiento, largo en duración y con menos excesos en comparación con los datos históricos.
En conclusión, por lo general, en MFS no estamos preocupados por una recesión en 2019. Para mí, el mercado de bonos del Tesoro, que se ha recuperado en los últimos meses, está señalando una mayor posible preocupación por un posible error en la política potencial de la Reserva Federal en lugar de un sobrecalentamiento de la economía. Sin embargo, tal y como escribí en enero, hemos aumentado nuestra preocupación sobre la complacencia del mercado sobre la sostenibilidad de los márgenes y el apalancamiento financiero. Por lo que, si bien estamos menos preocupados por los riesgos de una recesión, creemos que los inversores deberían ser más cuidadosos sobre cómo asignan el riesgo de su cartera en la actualidad, en comparación con la última década.
Columna de Robert M. Almeida, estratega global de inversiones de MFS Investment Management.