El paso de un año a otro es una oportunidad para reflexionar sobre los 12 meses pasados y mirar hacia el futuro. Parece que hubiera sucedido hace mucho tiempo, pero a principios de 2016 las acciones y otros activos de mayor riesgo inicialmente se liquidaron. El S&P 500 cayó más del 10%, los precios del petróleo bajaron a menos de 30 dólares por barril y los diferenciales de la deuda high yield se ampliaron en casi 200 puntos básicos. Las explicaciones de las liquidaciones fueron los renovados temores de una ralentización de la economía china y la amenaza de más subidas de las tasas de la Reserva Federal.
En una cena a la que asistí con una docena de administradores de fondos de capital y de alta rentabilidad el 25 de enero de 2016, ninguno de los otros inversionistas quería predecir una rentabilidad positiva de las acciones en 2016. Sin embargo, a finales de 2016 había un sentimiento alcista generalizado, ya que los inversionistas empezaron a esperar mejoras continuadas de la economía estadounidense. Warren Buffett ha aconsejado desde hace mucho a los inversionistas sobre la mejor forma de responder a estas grandes variaciones del sentimiento del mercado: “Sean cautelosos cuando otros son ambiciosos y ambiciosos cuando otros son cautelosos”.
Vale la pena reflexionar sobre esta montaña rusa emocional de 2016 al contemplar el rango de posibles resultado del mercado de renta variable en 2017. Este rango de posibilidades parece más amplio de lo normal. No obstante, la mayoría de inversionistas no están condicionados para pensar en términos de escenarios. En particular, los mercados detestan la incertidumbre. Por eso, los cuentistas y quienes ven el futuro en bolas de cristal siempre encuentran una audiencia con sus promesas de predecir el futuro.
La historia que el mercado se contaba a sí mismo a finales de 2016 es que las políticas de Washington en relación con la tasa impositiva corporativa, las menores regulaciones y un gran presupuesto de gastos en la infraestructura conducirán a un crecimiento económico acelerado, así como a una mayor inflación y tasas de interés más altas. Partiendo de estas suposiciones, los inversionistas aceptaron gustosos las “historias” reflacionarias, incluyendo aquellas sobre bancos y acciones de empresas de materias primas.
En la encuesta de administradores de fondos Bank of America Merrill Lynch Fund Manager Survey de diciembre de 2016, el porcentaje de quienes contestaron que mantenían posiciones sobreponderadas en bancos globales alcanzó un máximo de 10 años. Además, en la encuesta Citi US Equity Strategy Investor Survey de diciembre de 2016, el sector financiero era el más popular.
Además de las encuestas de gestores de carteras, otra de nuestras maneras favoritas de medir el entusiasmo de los inversionistas profesionales por ciertos sectores es monitorear los niveles de asistencia a las conferencias de la industria.
En una conferencia anual de bancos de gran capitalización celebrada la primera semana de diciembre, se registró una asistencia de inversionistas un 20% superior a la del año anterior. En el caso de uno de los bancos más conocidos del país, el salón de conferencias principal estaba lleno de cientos de inversionistas, y en el salón auxiliar solo se podía estar de pie. ¡Y no se trata en estos casos de acciones no descubiertas todavía!
En cambio, las acciones de las compañías que no se perciben como beneficiarias del “trade reflacionario de Trump” han sido dejadas literalmente a un lado y pueden ser aprovechadas por los cazadores de gangas que llevan la contra. En una conferencia de la industria de las tecnologías de la información celebrada en noviembre del año pasado se registró una asistencia un 10% menor, si bien nuestros analistas de asistencia nos dicen que tuvieron la sensación de que fue un 30% menos.
Asimismo, el sector de atención de la salud ha asustado a muchos inversionistas desde mediados de 2015 debido a las preocupaciones relacionadas con la regulación de los precios de las medicinas que se extendieron por el sector. Tanto las tecnologías de la información como la atención de la salud ofrecen a quienes seleccionan las acciones activamente oportunidades para identificar compañías con perspectivas de crecimiento sobresalientes, altas rentabilidades sobre el capital sustentables y balances saludables. El entusiasmo temporal por otras partes del mercado brinda a quienes llevan la contraria un punto de entrada en estos excelentes negocios con valoraciones potencialmente atractivas.
Una parte de nuestra preocupación por el entusiasmo del mercado por las acciones reflacionarias es que solo se están enfatizando los escenarios macro positivos, mientras que los micro se están ignorando por completo.
Eddie Perkin es director de Inversión de Capital y líder del equipo ‘value’ de Eaton Vance Management.