Desde que la volatilidad hizo acto de presencia el pasado año, los mercados se han mantenido en un continuado periodo de incertidumbres y cambios, impulsados en muchos casos a golpe de titulares de noticias. No es fácil adaptarse a un entorno como el de 2018, en el que prácticamente todos los activos terminaron en terreno negativo por rentabilidad. O a la persistente continuidad de factores de inestabilidad en el tiempo, como la guerra comercial entre China y Estados Unidos o un Brexit que se alarga sin un desenlace cierto.
Consecuencia de esta inestabilidad e incertidumbre, y de los grandes retos a los que el mundo se enfrenta, el crecimiento económico se ha ralentizado y los principales bancos centrales se han visto empujados a retomar sus políticas monetarias expansivas. Con los tipos de interés a los actuales ultra-bajos niveles, resulta aún más complicado rentabilizar las inversiones sin asumir un cierto nivel de riesgo.
Para hacer frente a este escenario de mercado con cierto grado de éxito y protección, la diversificación y el control de riesgo son clave. Esta es la propuesta básica de la gestora Man Asset Management con su fondo Man AHL Targetrisk que al año obtiene una revalorización de 32,5% en su clase I en dólares, bastante superior a la media de la categoría VDOS de mixto flexible en que se encuadra, de 9,45%.
Es un fondo multiactivo, con exposición a una amplia gama de mercados, que se propone equilibrar el riesgo de los diferentes tipos de activo en diferentes etapas del ciclo económico, adaptándose a las condiciones cambiantes de mercado, en base a técnicas cuantitativas sistemáticas originalmente diseñadas por los programas de gestión alternativa de Man AHL.
Aunque el fondo no tiene gestores en el sentido tradicional, la gestora siempre se refiere a Russell Korgaonkar como su principal responsable. Tampoco hay decisiones de inversión discrecionales, ya que la estrategia es puramente sistemática. Cualquier cambio en la estrategia o en los mercados en los que opera requiere un análisis extenso y periodos de trading previos a su implementación.
Russell es director de estrategias de inversión en AHL. Tiene responsabilidad global sobre el negocio de Institutional Solutions, así como de las estrategias de Risk Premia. Russell se incorporó a Man en 2001 y desde entonces ha ocupado distintos cargos, pasando por análisis y gestión de carteras hasta su actual puesto, que ocupa desde 2017. Su figura ha sido clave en el diseño y construcción de la actual oferta de fondos de AHL. Russell es licenciado en Física por la Universidad de Oxford.
Man AHL Targetrisk es un fondo multiactivo gestionado de manera cuantitativa, que invierte en cuatro clases de activos para ofrecer una elevada diversificación: renta variable, crédito, renta fija de gobiernos y tipos de interés, e inflación. La cartera se construye en base a la premisa de que los retornos ajustados por riesgo de las clases de activo en que invierte han sido históricamente positivos y, sin embargo, muestran baja correlación entre sí. Por lo tanto, una cartera que invierta en ellos debería ofrecer retornos positivos y ser resistente a los movimientos del mercado. La distribución de activos se basa en maximizar la diversificación y ofrecer una elevada liquidez.
El fondo utiliza los sistemas cuantitativos desarrollados durante más de 30 años por AHL para analizar la volatilidad de cada clase de activo y posicionar la cartera en consecuencia. A cada tipo de activo se le otorga la misma asignación de riesgo. Al invertir a través de instrumentos muy líquidos, la exposición puede modificarse rápidamente en respuesta a las tres capas de riesgo del fondo.
Primero, la capa de Momentum, que busca proteger la cartera durante las etapas de mercado en que dominan las ventas. Puede reducir la exposición a determinados mercados hasta un 50%, de acuerdo con las señales de Momentum de AHL. Seguida por la capa de correcciones intradía, en la que el sistema busca detectar aumentos pronunciados de las correlaciones entre renta variable y renta fija. Su objetivo es reducir la exposición hasta un 50% con el propósito de proteger la cartera. Por último, la capa de volatilidad se utiliza para reaccionar más rápidamente a los eventos de mercado.
La combinación de las tres capas añade controles adicionales de riesgo ante caídas, mediante la reducción de la exposición en momentos de estrés de mercado, y la vuelta a los niveles normales cuando estos hayan pasado.
Este fondo no opera sobre posiciones individuales, sino sobre índices. A finales de julio, sus mayores ponderaciones corresponden a emisiones del Tesoro de EE.UU., FTSE 100, emisiones del gobierno de Reino Unido, el índice BBG Commodity ex-Agriculturals y el S&P 500. Debido a su naturaleza es difícil marcar las ponderaciones sectoriales. La asignación de riesgo a largo plazo por cada una de las clases de activo en que invierte es de 37,5% a renta variable, un 12,5% a crédito, un 25% a bonos y tipos de interés y un 25% a inflación.
La historia de rentabilidades del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría por este concepto, en el primer quintil, durante 2015, 2016, 2018 y 2019. A tres años, su dato de volatilidad es del 11,27%, registrando un 10,42% a un año. En este último periodo, su Sharpe es de 1,49 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 5,54%. La suscripción de la clase I en dólares de Man AHL Targetrisk requiere una aportación mínima inicial de 1.000.000 dólares (aproximadamente 904.260 euros) aplicando a sus partícipes una comisión fija del 0,75% y de depósito de hasta el 0,04%. El fondo tiene también disponible la clase D H en euros que puede suscribirse por una aportación inicial de 1.000 euros y que aplica una comisión fija del 1,50% y de depósito del 0,04%.
Al tratarse de un fondo sistemático, el exceso de rentabilidad con respecto al índice de referencia no depende de la figura del gestor y de su visión de mercado. El exceso de rentabilidad del fondo es puramente consecuencia de su mayor diversificación, que mejora la ratio de sharpe, junto con la mayor exposición al mercado, para ajustar la cartera de forma dinámica al objetivo de volatilidad. Esto explica que históricamente haya participado de las subidas del mercado y haya estado protegido en las caídas, que es precisamente lo que pretende obtener a largo plazo.
La sostenibilidad por rentabilidad del fondo a lo largo de su historia, respecto al riesgo incurrido medido por volatilidad, especialmente en los últimos tres años, lo hace merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.
Tribuna de Paula Mercado, de VDOS