Un euro y ¿se acabó? la larga historia del Popular. Porque para pasar de ser de lo mejor de la banca a la absoluta ruina para los accionistas, solo ha hecho falta una gestión entre penosa y lamentable. Los accionistas lo han perdido todo, así como los tenedores de la deuda de peor calidad, que no los de la mejor ni los depositantes.
Con la absorción por parte del Santander, en España podemos dar por finalizado el período en el que los contribuyentes nos hacíamos cargo de compensar los excesos y errores del sector bancario. Claro que para ello los accionistas lo han perdido todo, así como los tenedores de la deuda de peor calidad, que no los de la mejor ni los depositantes, todos los que se salvan de la quema para que la banca española siga soltando lastre. Bueno, están los que pierden y los 7.000 millones que va a emitir Santader para tapar el agujero.
Los últimos días han servido para que el sector bancario europeo haya proseguido con la consolidación/limpia de entidades que tienen que desaparecer. Cuestión de las fuerzas de la evolución. Sin embargo, a diferencia de lo que ha ocurrido aquí, aún quedan vestigios de la “antigua” Europa, la que utiliza el dinero público (el que alguno de por ahí dice que no es de nadie) para salvar al Monte dei Paschi de turno. Pero quedémonos con lo bueno.
Esta situación sirve sin duda para restarle presión a uno de los puntos negros de Europa a un día de que el Reino Unido vote entre “brexit sí o sí” frente a “brexit debería”. También a un día de que el exdirector del FBI declare y pueda poner en entredicho la figura de Trump. Y a un día también de que el BCE pueda enfriar los ánimo de los que quieren tapering ya.
Y es que la evolución económica de Europa no varía salvo en lo que respecta a la inflación, la cual está perdiendo todo el empuje de los costes energéticos. A cambio, el índice Sentix sobre confianza de los inversores de la zona euro seguía rompiendo ayer nuevos máximos de diez años mientras las ventas minoristas, también de todo el bloque, suman crecimiento mes tras mes, es decir, más y todavía bueno.