El panorama de inversión en deuda de los mercados emergentes ha cambiado drásticamente desde el lanzamiento del índice JPMorgan EMBI Global a principios de los años 90, que supuso la necesidad de adoptar un enfoque diferente. A medida que esta clase de activos ha madurado, ciertos elementos que hicieron más simple la inversión en deuda de los mercados emergentes en el pasado se han ido desgastando, al mismo tiempo que han surgido nuevas oportunidades.
Hace varios años, un grupo de profesionales de la industria innovaron creando un enfoque más convincente para esta clase de activos, que ahora se llama comúnmente ‘enfoque mixto’ o ‘multi-sector’ en deuda de los mercados emergentes. Definido de forma simple, éste es el enfoque de inversión que usa múltiples segmentos, como deuda soberana en moneda fuerte, en moneda local, deuda corporativa en moneda fuerte, y divisas.
Para Schroders, existen cuatro factores que han marcado la evolución de la deuda de los mercados emergentes y que definen el panorama actual de este activo:
El EMBI Global no es plenamente representativo de todo el conjunto de oportunidades: en los últimos años, las emisiones en moneda local y las emisiones de deuda corporativa en moneda fuerte han crecido sustancialmente, tanto es así que estos subsegmentos ya no son triviales y en realidad representan dos tercios del total de esta clase de activos. De hecho, la actual combinación de subsegmentos en la deuda de los mercados emergentes es el siguiente:
- Deuda soberana en moneda fuerte: 33%
- Deuda soberana en moneda local: 30%
- Deuda corporativa en moneda fuerte: 37%
Las divisas de los emergentes cotizan en niveles anteriores a el superciclo de las materias primas: dada la actual corrección de las emisiones en deuda local, que comenzó con el “taper tantrum” a principios de 2013, las divisas de los mercados emergentes han retrocedido, de media, más del 40% en el momento de escribir este artículo, según fuentes de Bloomberg. Este reciente movimiento ha eliminado por completo la totalidad de la apreciación registrada en el súper ciclo de materias primas que se inició a finales de los 90.
Esto no quiere decir que se hayan evaporado las oportunidades de este subsegmento, ni mucho menos. Por el contrario, ya no se puede invertir a ciegas en moneda local y esperar ganancias automáticas dada la habitual apreciación de las divisas. En nuestra opinión, este subsegmento de deuda debe ser analizado entendiendo que los tipos de interés locales y las monedas locales pueden ir por caminos distintos. Además, es un axioma de este subsegmento que las divisas pueden permanecer infravaloradas durante largos períodos de tiempo. Las recuperaciones en forma de V son raras en este segmento. Entendiendo que las divisas cuentan con un catalizador asociado a su estatus de infravaloración hace que sea más necesario un enfoque más matizado.
Existe una creciente conciencia de que los sub-componentes de la deuda de los mercados emergentes poseen características diferentes: cada sub-segmento de la deuda de los mercados emergentes ofrece promesas, pero también limitaciones. Las perspectivas de rentabilidad total asociadas a las emisiones de deuda soberana en moneda fuerte pueden evolucionar bien cuando los valores del Tesoro de Estados Unidos están repuntando. La emisión de deuda corporativa de los mercados emergentes no sólo son las menos líquidas de esta clase de activos, sino que también tienen una correlación relativamente alta con la deuda soberana en moneda fuerte.
Por lo tanto, creemos que cualquier asignación a emisiones corporativas debería ser añadida a la parte de deuda soberana en moneda fuerte o se expondría el portafolio a que se solapen parte de los riesgos y se anule el beneficio de la diversificación. Aún así, hay algunas empresas internacionales que están ofreciendo rendimientos atractivos en este momento.
Por último, como los acontecimientos de los últimos 36 meses han demostrado, el segmento de deuda en moneda local puede ser bastante volátil e históricamente ha exhibido la desviación estándar más alta. Y a pesar de esta volatilidad, las emisiones en moneda local son muy líquidas, porque cuentan con una base amplia de inversores domésticos.
Los subsegmentos de la deuda de los mercados emergentes se mueven dentro y fuera de los ciclos: por tanto ningún segmento contará con el favor del mercado todo el tiempo. Creemos que estos ciclos son repetibles e identificables, y ofrecen al inversor una oportunidad continuada de exceso de retorno. Si se usan adecuadamente, creemos que el inversor puede capturar la beta de esta clase de activos, y sumas las oportunidades alfa seleccionadas, mientras que se resta importancia a las limitaciones de cada segmento.
En cierto modo, el paso hacia el enfoque mixto o el multisector en las inversiones de deuda de los mercados emergentes era inevitable. Para empezar, prácticamente todos los demás segmentos de renta fija se ha desarrollado de una manera similar. Por otra parte, la evolución de los mercados de capitales pone de manifiesto que la deuda de los mercados emergentes necesita ahora un enfoque diferente del que hemos estado trabajando durante los últimos 20 años. Como prueba, hemos visto a los dos principales consultores y a bases de datos muy respetadas designar explícitamente segmentos de deuda de los mercados emergentes en sus universos de gestión.
Aún así, esperamos grandes reticencias de los gestores tradicionales de deuda de los mercados emergentes. Después de todo, las grandes firmas especialistas en este activo han construido sus franquicias en un modelo basado en el índice EMBI Global. Es muy difícil volver a cambiar más de 20.000 millones en torno a un nuevo concepto. Por otra parte, hay que imaginar el desafío al que se enfrentan estos gestores a la hora de transmitir esto a sus clientes.
¿Cómo se puede convencer a los clientes de que abandonen su enfoque basado en el EMBI Global por una mayor mezcla después de haberles vendido el índice como primera opción?
Creemos que un enfoque mixto también ayuda al cliente a entender que la verdadera habilidad reside en invertir en la deuda de los mercados emergentes. Cuando una estrategia se basa en el valor relativo en lugar de en la «diversificación arbitraria» o las tendencias seculares fácilmente identificables, es más difícil invertir con el rebaño y todavía lo hacen así. Un enfoque mixto verdaderamente exitoso requiere tener una amplia capacidad de inversión en los mercados emergentes para identificar valor entre la deuda soberana, la moneda local, los sub-sectores corporativos y de divisa.
Para el inversor, creemos que la aparición de un enfoque mixto de la deuda de los mercados emergentes refleja las realidades actuales de esta clase de activos, y proporciona un marco que creemos que puede ayudar a optimizar rentabilidad ajustada al riesgo de la deuda de los mercados emergentes de cara al futuro.
John Mensack es product specialist en renta variable income del nuevo fondo de deuda de los mercados emergentes de Schroders.
Para más información visite la página www.schroders.com/americas o escriba un email a Gonzalo.Binello@shroders.com.