En un mundo en el que los tipos de interés de todo el planeta suponen un mayor riesgo, la ineficiencia detectada en los mercados asiáticos de renta fija representa una oportunidad para el inversor flexible. Aunque los tipos de interés suben a ritmo lento en Estados Unidos y los principales bancos centrales de otras economías desarrolladas están poniendo fin a sus programas de compra de activos, los diferenciales de la deuda asiática siguen resultando atractivas. Asimismo, existen oportunidades que el inversor flexible puede explotar.
En contraste con el endurecimiento de la política monetaria estadounidense y el menor ritmo del programa de expansión cuantitativa en la Unión Europea, los bancos centrales asiáticos están manteniendo actualmente una política monetaria acomodaticia. Desde una perspectiva macroeconómica, este fenómeno está apuntalando los mercados asiáticos de deuda.
Frente a este entorno, la renta fija asiática ofrece posiblemente una serie de oportunidades interesantes en 2018. Entre estos temas, cabe mencionar los siguientes: la prima sobre el rendimiento de la renta fija asiática, la mejora de la salud empresarial, el progreso de los mercados frontera y la pujanza de las divisas de este continente.
Sin embargo, cobrará cierta relevancia mostrarse más selectivos en 2018 frente al año 2017. Los riesgos de inflación aumentan en todo el mundo con el encarecimiento de los alimentos y la energía. En el continente asiático, la inflación parece encontrarse en cotas manejables, pero incluso en este apartado los riesgos están aumentando. Esta situación se contrapone con la vivida en 2017, cuando los bancos centrales redujeron los tipos de interés con la mitigación de las presiones inflacionistas.
Asia
El auge en el consumo asiático, acompañado de la tecnología y la urbanización, constituyen buenos temas para el inversor de renta fija. En líneas generales, Asia está manteniendo una trayectoria marcada por el rápido desarrollo que está mejorando los niveles de vida y catapultando la riqueza de las familias. Por tanto, esto aumenta el poder adquisitivo y cambia las preferencias del consumidor. La inversión en bonos corporativos que participan en estos temas de peso puede reportar una rentabilidad atractiva para el inversor.
Este consumo supone como consecuencia una mejora de la calidad de vida, un aumento de las oportunidades de viaje y tiempo libre, un mayor volumen de compra en artículos de moda y complementos, mayor demanda de servicios financieros y el aumento en los niveles de préstamos al consumo. El sector tecnológico alberga los fabricantes de equipos físicos y de software, el comercio electrónico, la expansión a los ecosistemas digitales y la integración regional a través de las actividades económicas compartidas. Entre las características de la rápida urbanización que se está produciendo, se contempla la transición del carbón al gas, el afloramiento de un Silicon Valley en el área metropolitana de la bahía de Shenzhen y el surgimiento de los colosos regionales en el mercado inmobiliario.
Asimismo, existe una serie de medidas importantes de corte político que contribuirán a la definición de la trayectoria económica de Asia, lo que proporcionará una serie de oportunidades para los inversores de todo el planeta. En China, cabe mencionar la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda, el desapalancamiento de las empresas y la exportación de la sobrecapacidad. En el resto de zonas de esta región, las más destacadas son la recapitalización de la banca india y las oportunidades transfronterizas de las compañías del sudeste asiático en el marco de la Comunidad Económica ASEAN.
El año pasado, la deuda soberana asiática atrajo una serie de inversores de todo el mundo que buscaban el aumento de los rendimientos; sus valoraciones y los fundamentales subyacentes siguieron revistiendo atractivo en relación con los valores de renta fija de las economías centrales desarrolladas. En términos específicos, las perspectivas benignas de la inflación vienen a apuntalar la renta fija de larga duración, como es el caso de Indonesia.
En la actualidad, la deuda pública de los mercados frontera asiáticos ofrece una prima de rendimiento aún más elevada. Desde una perspectiva macroeconómica, estos mercados están integrados por economías que muestran unos fundamentales positivos como son los siguientes: el respeto de las directrices del FMI (Sri Lanka), el aprovechamiento del repunte en el precio de las commodities (Mongolia) y la atenuación del riesgo político (Pakistán).
La mejora de la salud corporativa asiática
En 2017, muchas compañías asiáticas publicaron unos notables los beneficios (fruto del buen crecimiento que experimentaron el año pasado ) y es probable que se vuelva a repetir este año. La sólida demanda interior, el aumento de los volúmenes de exportación (pese a las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos), el uso eficaz del comercio electrónico orientado al aumento de las ventas y la reducción de costes, así como el apoyo logístico prestado por el desarrollo de las infraestructuras son todos estos factores que están impulsando la rentabilidad. Las mejoras implantadas en el saneamiento de las compañías deberían verse favorecidas por otro desapalancamiento del balance de situación, lo que aumentaría la cobertura de los tipos de interés y los perfiles de liquidez.
Se puede argumentar que los diferenciales de los bonos asiáticos con calificación investment grade se seguirán contrayendo con respecto a los estadounidenses (pese a los niveles históricamente reducidos), especialmente con el debilitamiento de los fundamentales corporativos en Estados Unidos. El diferencial asiático por unidad de apalancamiento se sitúa en 146 puntos básicos, lo que es más atractivo que los bonos corporativos investment grade de los mercados desarrollados, que apenas ofrecen 40-50 puntos básicos, lo que es indicativo de un ratio riesgo-rentabilidad mucho más elevado. Los últimos ejercicios en la prolongación del vencimiento también han reducido los riesgos de refinanciación en un entorno marcado por unos tipos de interés al alza en Estados Unidos.
Los bonos corporativos de alto rendimiento asiáticos gozan en general de buena salud, aunque los fundamentales son mejores si se excluye el sector inmobiliario y los mineros, que aun así están mejorando gracias al mayor volumen de ventas contratadas en el inmobiliario, así como un encarecimiento de las commodities que va a apuntalar la minería. La tasa de impagos se sitúa en el 2% en contraste con la media de los mercados emergentes (2,4%), y el alto rendimiento asiático sigue revelándose relativamente barato al contar con un menor riesgo de duración en un contexto general.
Refuerzo de las divisas asiáticas
En Asia, la rentabilidad de las divisas seguirá perfilándose como un factor determinante de la rentabilidad de los mercados nacionales de renta fija. El año pasado, muchos bancos centrales regionales adoptaron una serie de políticas monetarias acomodaticias en respuesta a la escasa inflación; las divisas se revelaron sólidas frente a un dólar estadounidense vulnerable, con el refuerzo añadido de unos robustos balances externos. A buen seguro, esta situación revelará más matices en 2018. Es probable que los inversores se centren en los mercados de renta fija en moneda local de países que presenten unas perspectivas de baja inflación y unos mayores tipos reales de interés en relación con los homólogos en esta región, mientras que las cuantiosas reservas de divisas deberán favorecer la volatilidad cambiaria, además de un crecimiento económico sostenible impulsado por la estabilidad de los sistemas políticos.
En líneas generales, el rápido crecimiento del PIB en casi todos los países asiáticos va a incrementar las divisas. Tan solo Indonesia se está quedando ligeramente a la zaga según los datos del índice de gestores de compras.
Los inversores tienen que adoptar una actitud selectiva en todos los segmentos de los mercados asiáticos de renta fija, identificando aquellos sectores que deberían prosperar en el actual entorno macroeconómico. Bajo nuestro punto de vista, hay sectores que deben evitarse, como las telecomunicaciones en la India, donde la feroz competencia amenaza con reducir los márgenes. Los peligros geopolíticos también persisten, especialmente con el ruido de sables procedente de la península de Corea, y la amenaza de guerra comercial que se cierne entre China y Estados Unidos.
Sin embargo, la mayor presencia de inversores establecidos en el continente está reforzando los mercados asiáticos de renta fija. La suscripción a nuevas emisiones y el comportamiento del mercado secundario dependen mucho menos de las gestoras de activos europeas y estadounidenses que hace algunos años. Las sociedades gestoras de patrimonio en expansión y las aseguradoras regionales también son actores de envergadura. Las exigencias específicas de la cartera están aportando una mayor profundidad a los mercados.
Con el fin de invertir en Asia, la generación de una rentabilidad positiva y constante sobre la inversión precisa de flexibilidad y diversificación. Este planteamiento ofrecerá a los inversores la posibilidad de generar alfa en todo el ciclo económico.
Columna de Clifford Lau, director de renta fija asiática (Asia-Pacífico), en Columbia Threadneedle Investments