En los últimos meses, el renovado compromiso de los bancos centrales, los exitosos resultados de las elecciones celebradas en Francia, los Países Bajos y Estados Unidos, junto con el nuevo paquete de financiación y los objetivos revisados para Grecia han dado lugar a un fuerte aumento del apetito por el riesgo. La demanda por bonos corporativos y, en particular de alto rendimiento, por parte de los inversores se ha incrementado de manera sustancial, ya que esta clase de activo ofrece la oportunidad de obtener elevados ingresos recurrentes y positiva apreciación del capital. El número relativamente bajo de nuevas emisiones ha contribuido a alimentar el repunte en los precios de bonos.
A medida que nos adentramos en 2013, el contexto para los mercados high yield es favorable, dada la fuerte demanda de mayores ingresos por los inversores, su relativamente buen nivel de efectivo y el inventario limitado de los bancos de inversión. Se espera que el número de nuevas emisiones aumente considerablemente a principios del año, lo que debería favorecer la liquidez, aunque es probable que se mantenga un importante nivel de exceso de suscripciones. Dado el crecimiento mundial positivo y las buenas condiciones de financiación, esperamos que las tasas de impago se mantengan por debajo de la media en 2013. Aunque hasta ahora la calidad de las operaciones ha sido buena en Europa, somos conscientes de que esta situación podría cambiar si las condiciones siguen siendo favorables y compañías con un posicionamiento más débil intentan sacar partido del fácil acceso a la financiación. Se trata de una tendencia que seguiremos vigilando de cerca en el futuro, con especial atención tanto a los fundamentales como al valor relativo de las empresas.