Detrás del fenómeno de la democratización de los mercados privados, subyacen tres factores principales: los cambios normativos, las dinámicas de la oferta y, por supuesto, también de la demanda.
El impulso que viene desde el flanco de la regulación está determinado por la revisión del régimen de los Fondos de Inversión a Largo Plazo Europeos (ELTIF), que constituye un paso realmente interesante. En concreto, permite la entrada de nuevos gestores en el mercado, que hasta ahora no habían podido ofrecer acceso a clientes de banca privada o clientes minoristas.
Por otro lado, también amplía el abanico de las posibilidades de elección para los clientes de las firmas que ya ofrecen dichos servicios. Esperamos que el nuevo régimen ELTIF favorezca tanto a los gestores de fondos como a los inversores. En nuestra opinión, es algo muy beneficioso.
Este entorno está incentivando a firmas como UBS a crear unidades dedicadas a los intermediarios que prestan servicios de asesoramiento a clientes particulares profesionales o minoristas, lo que ha derivado en un aumento de nuestra comprensión de sus necesidades a la hora de invertir en mercados privados. Es decir, no se trata de abrir al mercado minorista soluciones existentes que fueron diseñadas para inversores institucionales.
El entorno exige adaptar las estrategias a los inversores particulares, ofreciéndoles posibilidades como requisitos de inversión mínima más bajos y estructuras de capital totalmente desembolsado, formatos semilíquidos y abiertos, en lugar de fondos cerrados que operan con un modelo de capital comprometido y llamadas de capital/distribuciones. En la actualidad, en el mercado están surgiendo muchas más estrategias diseñadas específicamente para mitigar algunos aspectos de la inversión en mercados privados que solían desalentar a este grupo de inversores.
En tercer lugar, otro factor que impulsa la democratización de los mercados privados es el aumento de la demanda por parte de los propios inversores privados. Cada vez son mayores las asignaciones a activos privados como resultado del asesoramiento de los CIOs y los family offices; de hecho, existe un cierto temor a perderse este tipo de inversión en un momento en el que los mercados privados se están popularizando y están recibiendo una gran cobertura por parte de los principales medios de comunicación.
Dado que la liquidez es esencial para los inversores minoristas, creemos que los fondos de secundarios de private equity deben de convertirse en parte esencial de cualquier modelo de asignación de activos que incluya private equity.
Qué clase de activos tienen más sentido para los inversores privados
Desde UBS AM Real Estate & Private Markets (REPM) creemos que los inversores particulares interesados en los mercados privados desean que se les compense por los bajos niveles de liquidez mediante una rentabilidad atractiva. De ahí que se inclinen por estrategias de mayor rentabilidad, como el private equity. Además, el mercado secundario se convierte en una opción válida si se analizan las cualidades que permiten a estos inversores mitigar muchas de sus incertidumbres, como el efecto de la curva J y la diversificación.
Así pues, teniendo en cuenta toda la gama de clases de activos accesibles en los mercados privados (el private equity, real estate, infraestructuras y la deuda privada), desde el punto de vista de la duración y la rentabilidad del sector, el private equity resulta muy interesante. Sin embargo, algunos de los puntos de entrada siguen estando poco consolidados, sobre todo las soluciones semilíquidas.
Por ello, es importante concienciar a los inversores finales de que, aunque una estrategia se denomine ‘semilíquida’, existe la posibilidad de que la cartera subyacente no produzca suficiente liquidez para atender las solicitudes de reembolso. La menor duración es lo que permite la entrada en escena de los fondos de secundarios. Fuera del private equity, el real estate es probablemente la clase de activos que mejor puede ofrecer una exposición diversificada en un formato semilíquido. Sin embargo, ya conocemos los últimos acontecimientos: algunos fondos están aplicando restricciones a los flujos de salida, y cada vez está más claro que los inversores esperaban más liquidez de la que realmente hay disponible.
Como conclusión, los inversores no pueden ignorar los activos privados porque, entre otras cosas, el universo de las empresas públicas se está reduciendo. Pueden perderse importantes sectores y parámetros de diversificación.
Tribuna de Ignacio Resusta, especialista de inversiones para mercados privados de UBS AM Iberia