El resultado del referéndum de Reino Unido a favor de abandonar la UE fue toda una sorpresa y no habíamos asumido un posicionamiento tan defensivo como nos hubiera gustado. De hecho, nuestras posiciones clave largas en constructoras y aseguradoras del país se vieron afectadas. Las posiciones en corto nos permitieron contrarrestar algunos de los movimientos, al igual que las posiciones clave largas en nuestros “productores de dividendos”, que funcionaron bien gracias al desplome de la libra.
A corto plazo, esperamos que la volatilidad siga alta y la correlación entre activos se mantenga baja. Esto debería seguir brindando oportunidades para la sección de operaciones tácticas del Henderson Gartmore United Kingdom Absolute Return Fund, que supone aproximadamente dos tercios de su valor liquidativo.
Estamos operando con niveles muy elevados de flujos de noticias políticas y macroeconómicas diarias, por lo que básicamente estamos en modo de “combate cuerpo a cuerpo” en este momento, en términos de nuestra selección de valores, e intentamos sacar el máximo partido de la extremada volatilidad en el precio de las acciones.
Esta es una situación a la que estamos bastante acostumbrados, que históricamente ha sido un terreno fértil para nuestra cartera táctica, y que nos ha permitido proporcionar un flujo continuo de rentabilidad para los inversores. Es más, ya estamos comenzando a vislumbrar una mayor claridad en lo que respecta al entorno económico subyacente y estamos desarrollando un programa para nuestra estrategia de medio a largo plazo tanto en términos de nuestra cartera clave como de la táctica.
El marco de la cartera táctica se centra actualmente en las áreas siguientes:
Implicaciones para las divisas: la debilidad de la libra esterlina ha elevado las previsiones de beneficios para las empresas exportadoras que cotizan en Londres, aunque también ha incrementado la presión en los márgenes para las importadoras. Todo ello ha marcado claras diferencias entre el índice FTSE 100, que hace especial hincapié en los ingresos procedentes del extranjero, y el FTSE 250, más centrado en el mercado nacional.
Seguimos buscando indicios de deterioro en los datos macroeconómicos estadounidenses y/o de cualquier intento por parte del Banco Central Europeo de incrementar el alcance de la flexibilización de su política monetaria. Esto podría provocar cambios en la situación de la libra esterlina frente al dólar o al euro, así como en la dirección de los precios de algunos títulos (y de nuestro posicionamiento) desde que se conoció el resultado del referéndum.Implicaciones para la curva de tipos: la caída de rentabilidad de los bonos ha hecho que aumente la demanda de títulos semejantes a los bonos con capacidad demostrada para incrementar sus dividendos, y el resultado del Brexit no ha hecho sino acelerar esta tendencia.
La cartera táctica ha seguido reflejando movimientos graduales en los mercados de bonos del Tesoro, gilts y de bonos europeos mediante operaciones con estos valores similares a los bonos y la disposición a realizar operaciones en corto con acciones bancarias en respuesta a cualquier aplanamiento de la curva de tipos. Aunque en este momento no sea una opinión muy popular, cualquier indicio de que se estén produciendo presiones inflacionarias a medio plazo en Reino Unido como resultado de la debilidad de la libra (o de cualquier programa de estímulo fiscal) pudiera provocar un cambio de tendencia, un pronunciamiento de la curva de tipos y, por consiguiente, ciertas oportunidades en el extremo largo del sector financiero.
Implicaciones económicas para Reino Unido: el mercado ha actuado rápidamente para descontar una recesión en los sectores más expuestos a la economía doméstica derivada de un menor consumo privado y corporativo resultantes del incierto panorama económico y político creado por el voto sobre el Brexit. Si este es el resultado (todavía es demasiado pronto para estar seguros), consideramos que la presión se dejará sentir en términos de menores ingresos y beneficios más que en los balances generales.
Esto elimina la posibilidad de que se produzca el mismo tipo de crisis crediticia/de capital que observamos en 2008 y facilita la labor de establecer objetivos de precios a la baja sin tener que preocuparnos del riesgo de recapitalizaciones y de emisiones de derechos. Estos objetivos podrán actuar entonces como señal para cerrar las posiciones en corto o como posibles niveles de compra de posiciones largas una vez descontada en su totalidad la recesión.
Luke Newman es gestor de inversiones de renta variable europea de Henderson.