La respuesta de si, tras el desplome, hay que comprar o vender, no es fácil en un mercado así. Las bolsas del mundo están bajando principalmente debido a:
– Crecimiento de China y la devaluación de su divisa
– Poco crecimiento a nivel mundial y escasa inflación
– Subida de los tipos de interés en USA
– Bajada de los precios de las materias primas, en especial del petróleo
Aprovecho para resaltar algo que nos parece fundamental y es que el modelo de negocio de la economía China está agotado. China está inmersa en un proceso de cambio: debe dejar de ser una economía exportadora para convertirse en una economía que dependa cada vez más de su consumo interno y se convierta, como dijimos en nuestra última carta, en una economía de servicios. Eso no se hace de la noche a la mañana. Además, tiene un enorme impacto sobre el resto de economías mundiales, especialmente sobre la economía de USA y su divisa.
A corto plazo, no creemos que vayamos a vivir otra recesión económica mundial que vaya a afectar a las bolsas pero tampoco vemos crecimientos estables como nos gustaría.
El risk premium de las bolsas sigue alto. Vamos a seguir teniendo mucha volatilidad. Los bancos centrales seguro que volverán a intervenir en los mercados si el sentimiento sigue empeorando. Con lo cual, ni tanto ni tan poco. Ahora no podemos pensar que nada vale nada.
Todas las empresas tienen su precio justo y hay que aprovecharlo. Seguimos pensando que nuestro tema “low growth, low inflation” sigue vigente.
David Levy es director general de la EAFI DiverInvest.