Las expectativas del mercado en materia climática han ido sofisticándose en los últimos años. Ya no es suficiente con comunicar o anunciar compromisos, sino que se vuelve imperativo establecer una hoja de ruta detallada que asegure un plan de transición adecuado, unas métricas consensuadas y unos objetivos bien fundamentados que permitan ganarse la confianza de los accionistas y el liderazgo en el mercado.
Según un estudio de KPMG, en España únicamente el 14% de las 125 compañías del mercado continuo se han comprometido a alcanzar cero emisiones netas. De hecho, tan solo siete de ellas tienen un plan de transición público. No obstante, conviene resaltar como algunas de estas compañías ya sometieron su plan de transición a voto consultivo en sus juntas de accionistas, un paso significativo en el compromiso con el clima y la gestión de la empresa en dicho plan.
En líneas generales, podemos decir que mientras las expectativas del mercado en la materia son claras y su incumplimiento puede acarrear claros riesgos para las compañías, existe actualmente una carencia de estrategias definidas a largo plazo, así como de una mejor capacitación del consejo para que puedan definir y supervisar la consecución de los objetivos.
De un análisis interno llevado a cabo sobre las juntas de accionistas de cotizadas en Europa en 2021 hemos identificado, repartidas entre 32 compañías de diferentes sectores como Oil&Gas, Mining, Infraestructure, Utilities o Banking, un total de 54 propuestas relacionadas con el clima sometidas a voto que aportan notables conclusiones. De ellas, el 55% fueron emitidas por las compañías (contando con un apoyo generalizado en el voto final si bien lleno de advertencias en el feedback proporcionado) y el resto, responden a solicitudes de accionistas, algunas de las cuales han alcanzado el respaldo de hasta el 30% de los votos de la junta. De dicho análisis se observó un comportamiento de voto conservador por parte de los asesores de voto (en inglés proxy advisors) y los inversores institucionales, siendo los europeos más críticos que los americanos.
En particular, los mayores inversores mundiales (americanos todos) como Blackrock, Vanguard, FIL, State Street, Capital y JPMorgan votaron de forma más conservadora en algunos casos contradiciendo incluso la recomendación recibida de sus proxy advisors. Sin duda, este comportamiento irá evolucionando poco a poco como reflejo de las nuevas políticas de voto definidas, por parte tanto de los inversores como de los proxy advisors, ante estas propuestas, ya generalmente conocidas en el mercado internacional como Say on Climate.
Fruto de lo anterior así como por el objetivo común por alcanzar los acuerdos de París, es de esperar que, mientras el mercado va aumentando sus expectativas, las compañías adopten una cultura proactiva conscientes de su papel y responsabilidad en la transición climática y para ello implementen las acciones que permitan alinear su plan de transición y potencial liderazgo en materia de clima.
Tribuna de Borja Miranda Johansson, Head of M&A and Activism para Europa de Morrow Sodali