El debate sobre la educación financiera vive uno de sus momentos más intensos. Cada año surgen más iniciativas en torno a este tema de reflexión y los actores financieros lo saben. Tomar conciencia por el ahorro ya no es una responsabilidad individual, es un deber de instituciones públicas y privadas para crear un sistema económico sostenible.
Proyectos existentes hay muchos, pero los que destacan son aquellos que apuestan por la práctica más que por la teoría. Más que crear conciencia en torno a la educación financiera, lo verdaderamente importante es crear interés por la misma. Las finanzas son un universo complejo, algo técnico y poco llamativo para el gran público, algo fría y quizás aburrida. Abrir las puertas y por supuesto derribarlas es el primer paso para generar interés. El objetivo consiste en atraer a todo tipo de públicos, más allá de los que tienen pasión por las finanzas. Crear educación a través de la experiencia, y eso, en otros términos, es lo que hace el trading social.
La idea es que la gente se enamore de los mercados de capitales. Por ello, la inversión social debe ser considerada como una nueva modalidad de inversión dentro del sistema financiero, y no hay duda de que ayudará a mejorar la cultura financiera de los inversores de a pie, al aumentar la transparencia y permitir compartir sin frenos la información.
La industria de la inversión se enfrenta al desafío de esforzarse más por atraer a los consumidores. Durante demasiado tiempo, la inversión ha sido considerada como una forma de preservar la riqueza y/o algo que era demasiado complicado y poco accesible para el ciudadano de a pie. Se trata de ir más allá de la teoría, se trata de poner en práctica la educación financiera a través de la alimentación del interés financiero, un interés que tal vez no se vea a simple vista pero que esta ahí y se despierta con las herramientas correctas.
Algunos creen que las inversiones son solo para brokers sentados al frente de 10 monitores. Otros asumen que solo para un sector exclusivo de la sociedad, una óptica poco interesante y alejada de la realidad. La forma social de invertir permite ir alejándonos de estos “preconceptos”. Estamos en un momento de cambios profundos, donde la tecnología impera y condiciona a la economía.
Nuestros estudios demuestran que el futuro de la economía será tokenizado, por ello debemos empujar la educación financiera más que nunca. Las evoluciones llevan tiempo, y la falta de educación es un problema básico para entrar en el mercado de criptomonedas, por ejemplo.
Debemos asentar por ello una correcta actuación de toda la población en el sistema presente, para que el futuro funcione correctamente. Encontrar la forma de ayudar a la sociedad a tener acceso a los mercados de forma sencilla y transparente, y auto educarnos intercambiando conocimiento.
Tali Salomon, directora general de eToro para España y Latam