Vivimos en un mundo digital en el que nuestro día a día se ha visto impactado por la revolución digital. Pongamos como ejemplo la reproducción de vídeo en streaming: ahora tenemos una amplia variedad de elecciones en televisión y a la carta siempre que queramos, y damos por hecho que plataformas de reproducción de vídeo como Netflix son capaces de adaptarse al ritmo de nuestras demandas como consumidores. Verdaderamente, la razón por la que líderes tecnológicos como Netflix se han convertido en una parte ubicua de nuestras vidas es su capacidad para innovar constantemente su oferta y mejorar la experiencia del usuario. Lo que les diferencia es la rapidez con la que pueden lanzar constantemente nuevos productos y funcionalidades, sin interrumpir su servicio.
Comparemos ahora este modelo con la forma de operar en el sector de la gestión de activos, donde a día de hoy las gestoras de fondos siguen necesitando semanas o incluso meses para desarrollar nuevos códigos con los que dar soporte al lanzamiento de un nuevo producto o cumplir con nuevas regulaciones. Mientras tanto, plataformas como Netflix consiguen hacerlo continuamente, al disponer de ingenieros que están desarrollando códigos cientos de veces al día, maximizando la agilidad y acelerando la innovación.
Una nueva era de innovación en la gestión
Al final, todo esto va de la gestión del cambio. Ahora estamos al comienzo de una nueva era de innovación en la gestión de activos que se verá impulsada de aquí en adelante por la transformación digital del sector gracias a la aparición de plataformas de tecnologías abiertas que permitirán un incremento masivo del ritmo de aplicación del cambio y la innovación. Es un proceso que ya está pasando en el mundo bancario, y revolucionará la manera en que se implementa la tecnología en la gestión de fondos.
La gestión de activos ha ido durante demasiado tiempo por detrás de otros servicios financieros, pero ahora está cambiando. En el centro de esta transformación digital está el movimiento de transición desde los antiguos sistemas tecnológicos propietarios, que requieren largos desarrollos y ciclos de actualizaciones, hacia una arquitectura moderna que permita metodologías más ágiles en las que se puedan desarrollar cambios continuamente, integrándolos y movilizándolos hacia las operaciones.
Los costes ascendentes de desarrollo y mantenimiento que generan los sistemas que han sido heredados por haber sido desarrollados in-house, junto con la necesidad de estar al día con las expectativas del consumidor, ya ha llevado a los bancos a demandar cada vez más soluciones innovadoras, flexibles y eficientes en costes. Ahora estamos a punto de ver una adopción mucho más extendida de este enfoque en la gestión de activos.
A este respecto, es clave la integración creciente de tecnologías en la nube, que permitirá a los administradores de fondos escalar rápidamente y con flexibilidad sus negocios, al tiempo que son capaces de transferir costes más bajos de tenencia, tiempos de respuesta más ajustados y un mejor acceso a datos. Los beneficios de volverse nativos de la nube son significativos, ya que se pueden ahorrar hasta diez veces más en infraestructura y generar respuestas cien veces más rápidas.
También se está acabando el tiempo de las migraciones complejas de TI, a medida que las gestoras de fondos van adoptando arquitecturas de microservicios, que construyen y entregan proyectos de TI como una serie de componentes pequeños e independientes. Cada componente tiene un propósito único y específico y encaja con otros componentes, como building blocks, para crear un proyecto mayor. Esto representa una transición desde las actualizaciones rígidas y monolíticas de TI a otras en las que los componentes individuales pueden ser reemplazados o actualizados individualmente, con lo que se consigue generar un ROI tangible en cada paso del proceso.
Otra tecnología clave para impulsar esta nueva fase de transformación digital es la adopción por parte de las gestoras de fondos de APIs (acrónico en inglés de interfaces de programación de aplicaciones), que sirven para conectar los servicios de la firma con un usuario externo o distribuidores terceros al permitirles el acceso controlado a datos. Uber es un buen ejemplo de uso de APIs: integra servicios de mapas y localizaciones de Google, junto con servicios de pago con tarjeta a través de APIs, y después usa más APIs para poder conectar a conductores y pasajeros. En el mundo de la banca, las APIs son tecnologías ya testadas, que han transformado la manera en la que compañías de este segmento proporcionan servicios a los clientes.
Adoptar APIs abiertas permitirá a la industria de gestión de activos conectar con un ecosistema más amplio de proveedores de tecnología financieros y no financieros y apalancar sus aplicaciones e innovaciones para crear nuevos productos y funcionalidades con los que acelerar el mercado. La compatibilidad está estandarizada, de manera que la colaboración con esta amplia comunidad de desarrolladores se puede hacer de forma más rápida, fácil y con menores riesgos.
La IA explicable es otra de las áreas que pueden revolucionar la gestión de activos, gracias a su capacidad para dar mayor transparencia y mejor entendimiento de las decisiones automatizadas de IA (Inteligencia Artificial) para automatizar procesos manuales y crear customer journeys sin interrupciones. Al mismo tiempo, la IA explicable reducirá el riesgo regulatorio, al proveer una ruta de auditoría clara a los reguladores.
Todos estos cambios en la tecnología moderna serán transformadores para la industria de gestión de activos. En el futuro próximo, las gestoras de fondos serán capaces de abandonar los tiempos rígidos de lanzamiento y ciclos lentos de producción para introducir múltiples cambios en respuesta a las peticiones de clientes sobre regulaciones en cuestión de horas, y para dar soporte al lanzamiento de nuevos productos en días, en vez de en semanas.
Esta transformación requería repensar con profundidad y perspectiva la forma en que las gestoras se apalancan en la tecnología. Hasta la actualidad, la atención se ha puesto principalmente en costes y eficiencias. Ahora, la pregunta clave que las gestoras necesitan empezar a hacerse es: “¿Cómo seré capaz de competir contra aquellos que sean capaces de generar la agilidad e innovación de un Netflix?”.
Tribuna de opinión de Sern Tham, Director de Producto de Temenos Multifonds.
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