El año 2014 coincide con el 450 aniversario del nacimiento de Shakespeare. En una de sus primeras comedias, Trabajos de amor perdidos, el poeta escribía que la belleza se mide por el ojo que la juzga, un comentario que parece muy apropiado para la situación actual de los mercados: nos encontramos en un punto del ciclo económico y de mercado en el que las percepciones y los puntos de partida son muy importantes.
En primer lugar, la renta variable estadounidense ha alcanzado su máximo histórico y prácticamente ha triplicado su valor desde el mínimo registrado en marzo de 2009 después de la crisis. Tras la excelente rentabilidad lograda en 2013, muchos inversores están recogiendo beneficios y buscando motivos para vender. En estas circunstancias, debemos preguntarnos si las noticias económicas positivas son «buenas» o, en realidad, son «malas», puesto que auguran un endurecimiento de las políticas monetarias. Las condiciones económicas están lejos de ser homogéneas en todo el mundo y, con todas las intervenciones que han protagonizado los bancos centrales (como, por ejemplo, en Estados Unidos), las que actualmente se están produciendo (Japón) y las que están por ocurrir (zona del euro), parece que se está gestando de manera natural cierta desconfianza hacia la actual tendencia alcista de los mercados bursátiles. Y, lo que es más importante, la volatilidad de los mercados se encuentra en niveles muy bajos y está «espantando» a los inversores. Por lo tanto, la actual situación de la economía mundial resulta interesante —incluso desconcertante— y añade más presión sobre los mercados internacionales.
Lo bueno es malo…
Tras la ralentización del primer trimestre de la economía de Estados Unidos, provocada por las condiciones meteorológicas, los datos económicos actuales apuntan a una rápida recuperación de la economía subyacente del país norteamericano. Sin duda, no vemos ningún motivo que pudiera disminuir el deseo de los responsables políticos estadounidenses de empezar el proceso de normalización de los tipos de interés, una vez haya finalizado el programa de relajación cuantitativa. El panorama es aún más complicado en Europa continental, donde los índices de gestores de compras son generalmente positivos, aunque su dinamismo empieza a debilitarse. Además, en un momento en el que el valor del euro se sitúa por encima del nivel que el Banco Central Europeo considera óptimo y en el que la inflación se encuentra en niveles bajos, la amenaza de políticas monetarias no convencionales resulta intrigante y podría ser muy favorable, ahora que la Reserva Federal estadounidense empieza a retirar sus estímulos. Sin embargo, ¿es realmente una buena noticia la tibia situación económica de Europa porque se traduce en estímulos monetarios? ¿O acaso resulta profundamente preocupante el hecho de que, a pesar de los importantes descensos en la producción, la demanda siga siendo tan débil? Para aquellos inversores que aplican análisis ascendentes a valores individuales, encontrar acciones infravaloradas muy particulares nunca fue tan importante.
…y lo malo es bueno
Si creen que el equilibrio entre la política y el crecimiento en Occidente está logrado con precisión, deberían fijarse en Oriente, especialmente en China y Japón. Este último parece haber capeado bien el aumento de los impuestos al consumo del mes de abril, tan bien que, de hecho, parece improbable que a corto plazo se apliquen nuevos estímulos monetarios en forma de programa de relajación cuantitativa. Durante los últimos tres meses, los inversores han pasado de concebir esto como una mala noticia, a verlo como algo positivo.
En un momento en que el primer ministro japonés, Shinzo Abe, está ultimando los detalles de su tercera parte del programa de estímulos económicos, y que el fondo de pensiones más grande del mundo, el fondo del gobierno japonés (Government Pension Investment Fund) está aumentando sus posiciones en renta variable, las perspectivas de la economía japonesa se encuentran en una trayectoria de mejora.
No obstante, las posibilidades de que esto se produzca y de que una ralentización acusada de la economía china provoque la desestabilización de la economía mundial, siguen suponiendo un importante riesgo. Los estímulos específicos parecen estar repercutiendo de forma positiva en la economía china, pero subsiste la preocupación sobre la abundancia de desafíos estructurales de mayor calado y la acentuación de los riesgos.
Infinitamente ricos
Por supuesto, mientras tanto, las empresas están empezando a utilizar su efectivo. Aunque el tan esperado giro en el ciclo de inversión en inmovilizado sigue luchando por tomar impulso, las empresas se muestran más reticentes a construir que a comprar. Ante el incremento del nivel de efectivo en los balances de las empresas y los bajos costes de financiación, la actividad empresarial se disparó durante el segundo trimestre. Esto se ha reflejado en diversos sectores y, muy a menudo, en empresas estadounidenses que tratan de utilizar el efectivo del que disponen en sus filiales en el extranjero o, directamente, de cambiar su jurisdicción fiscal subyacente, lo cual contribuye a optimizar la eficiencia de sus estructuras de capital. Teniendo en cuenta que, por lo general, los inversores acogen de buen modo estas inversiones —el precio de las acciones de las empresas compradoras suele aumentar—, que el coste de financiación sigue siendo bajo y que las condiciones económicas continúan siendo satisfactorias, esperamos que se produzca un aumento de este tipo de operaciones en la segunda mitad de 2014.
En este artículo, Matthew Beesley, director de renta variable mundial de Henderson, recapitula brevemente los acontecimientos de 2014 y desvela sus perspectivas para los mercados de cara a la segunda mitad del año