El 2023 ha marcado un año de significativas transformaciones en el sector cripto, destacando por la resiliencia y continua evolución, tras retos como el colapso del exchange FTX. Todo el sector se ha volcado en implementar estrictas medidas de compliance y regulatorias, enfocadas a restaurar la confianza de los usuarios y la industria en general.
La comunidad ha mostrado una fortaleza y adaptabilidad notables, enfrentando desafíos como las acciones legales contra figuras prominentes y adaptándose a un entorno regulatorio más estructurado con iniciativas como la MiCA. Estos avances no solo refuerzan la confianza de los inversores, sino que también preparan el terreno para una mayor adopción de las criptomonedas.
El creciente interés de inversores institucionales y el impulso hacia la tokenización de activos del mundo real son claros indicativos de un sector en expansión. Las monedas estables, por su parte, han demostrado ser una solución eficaz en economías inestables, evidenciando el valor práctico de las criptomonedas.
El precio de bitcoin en 2024, el año del halving
A medida que se acerca el ‘halving’ de Bitcoin alrededor del 12 de abril de 2024, la especulación sobre el precio futuro irá en aumento, probablemente impulsada por la aprobación anticipada de ETFs de bitcoin y la atracción de inversores institucionales. Nuestros indicadores en CommonSense sugieren una perspectiva positiva para bitcoin, aunque con potencial de alta volatilidad. Predecimos que para el 31 de diciembre de 2024 el precio de bitcoin no será menor de 35.000 ni superior a 378.000 dólares.
Temporada de Alt Coins
El año 2023 ha sido el año de bitcoin, donde alcanzó un rendimiento del 150%, por encima de la mayoría de los activos digitales de mayor capitalización, con pocas excepciones como Solana o Avalanche. Durante el año 2024, esperamos un cambio en el sentimiento donde los inversores comiencen a volcarse hacia activos de mayor riesgo.
Bitcoin representa más de la mitad del rendimiento total del mercado, posicionándolo como el claro ganador ajustado al riesgo de 2023. Tomando como referencia un índice que excluye los activos de mayor capitalización (BTC y ETH), podemos observar que el rendimiento total ha sido del 65%. A pesar de ser un muy buena performance, este queda eclipsada por el increíble rendimiento de bitcoin por encima del 150% anual.
Por otro lado, podemos observar que los períodos en los que bitcoin supera al conjunto de monedas alternativas duran aproximadamente dos años.
Creemos que nos estamos acercando lentamente al final de la temporada de bitcoin, y tanto 2024 como 2025 se perfilan para ser una ‘Temporada de Alt Coin’, por lo que comienza a tener sentido cambiar lentamente las carteras hacia apuestas más arriesgadas.
El ETF de ethereum
Tras la anticipada aprobación del ETF de bitcoin, ethereum está preparado para ser el siguiente candidato para un ETF debido a su sustancial interés institucional y rol fundamental en el espacio blockchain.
El trabajo regulatorio establecido por un ETF de bitcoin probablemente impulsará la confianza del mercado y allanará el camino para el ETF de ethereum, reflejando la maduración del mercado de criptomonedas y el significativo potencial y uso extendido de ethereum.
Post-ETF de BTC, la especulación podría desplazarse hacia ethereum, beneficiándose de posibles conversaciones sobre ETFs y las presiones de venta de bitcoin. La naturaleza deflacionaria de ethereum y la rotación especulativa desde otros ecosistemas podrían realzar su valor. Un rebote en el valor de ethereum podría revitalizar sus proyectos en el ecosistema, aprovechando su posición como líder de mercado e innovador.
En esencia, mientras bitcoin se prepara para desarrollos cruciales, ethereum podría pronto encontrar un resurgimiento en interés y valor, impulsado por cambios en el mercado y su modelo económico único.
Tokenización de activos reales
Desde finales de 2022, hemos comenzado a observar un auge en la tokenización, que se ha fortalecido durante 2023. La tecnología blockchain es ideal para la transferencia de valor, por lo que creemos que a lo largo de 2024 comenzaremos a ver ejemplos cada vez más frecuentes de activos tokenizados. Esto traerá una nueva forma de componer carteras y facilitará la diversificación en diferentes clases de activos subyacentes.
Un ejemplo principal de la tokenización de activos reales son los bonos del Tesoro de EE.UU. Protocolos como Ondo Finance y Backed Finance permiten el acceso a este activo estrella, considerado la tasa libre de riesgo, con un rendimiento anual promedio del 5% en 2023. Combinan la accesibilidad y la composabilidad de los contratos inteligentes de ethereum con los retornos ‘libres de riesgo’ de los T- Bills.
La capitalización total de tales productos todavía está por debajo de los 750 millones, indicando que estamos en las primeras etapas de una tendencia.
Una vez más, los activos digitales han demostrado resiliencia y están comenzando gradualmente a establecerse como excelentes diversificadores en carteras más tradicionales. En una comparación de dos carteras —una con la composición clásica de 60% en acciones/40% en bonos versus una cartera con 10% en bitcoin— la última ha duplicado el retorno, mejorado el retorno ajustado al riesgo (Ratio de Sharpe) en un 100%, y reducido la correlación de la cartera en 10 puntos.
En los últimos cuatro años, agregar un 10% de cripto a una cartera tradicional ha demostrado excelentes retornos ajustados al riesgo. Creemos que este factor, junto con el lanzamiento del ETF de bitcoin, puede llevar a muchos inversores tradicionales a volcarse finalmente hacia los activos digitales en 2024.
Tribuna de Eduardo Forte, CEO y cofundador de CommonSense.