Un análisis temático del entorno que nos rodea requiere una mente abierta frente a las innumerables posibilidades y el interminable abanico de alternativas que la información puede generar en cuanto a establecer patrones, además de dar paso a ideas y temas.
Desde mi punto de vista, esta forma de invertir no es en absoluto nueva. Desde principios de la década de 2000, he recorrido un largo camino y, mientras tanto, han surgido infinitas temáticas de inversión desde todos los ángulos sociales, económicos, demográficos o tecnológicos posibles, como la seguridad digital, la economía compartida, la generación millennial, etc.
Es por eso que examinamos nuestro entorno con el objetivo de encontrar similitudes entre el estudio de los datos que manejamos de manera independiente y los conceptos más centrales.
Cuando me preguntan cuáles son los aspectos más importantes del enfoque de Julius Baer, siempre he dicho que hay un par de conceptos que tener en mente. En primer lugar, nuestro equipo tiene experiencia en investigación e inversión y esto nos permitió tener una visión interdisciplinaria desde el principio. De hecho, nuestra firma fue una de los primeras en hacer un análisis temático en dicho momento. Además, creamos una herramienta patentada para clasificar industrias y empresas de acuerdo con nuestra filosofía.
Este enfoque comenzó como un ejercicio puramente basado en el análisis. Fuimos los primeros en identificar la ‘Ruta de la Seda’, los medicamentos huérfanos para enfermedades raras, la salud digital y educación, entre otros, como tendencias clave a nivel mundial. Comenzamos a publicar nuestros hallazgos en folios en blanco para después presentarlos a nuestros clientes en nuestros informes Next Generation.
De repente, notamos que los trabajos de análisis con una gran investigación de fondo generan muchas reacciones excelentes por parte de los clientes. Tanto es así que cada vez había más personas que comenzaron a decirnos “vale, leí vuestro informe, pero ¿cómo puedo invertir en esa temática?» fue entonces cuando el equipo de inversión se hizo cargo. Primero diseñamos varios productos pasivos para diferentes temas. Algunos de ellos recibieron premios por parte de la industria.
Finalmente, agrupamos varios temas independientes en lo que consideramos ‘cinco megatendencias globales fundamentales’. Por ejemplo, tendencias macroeconómicas, geopolíticas y tecnológicas que estaban cambiando profundamente nuestro mundo y creando un nuevo futuro a un ritmo sin precedentes. Acto seguido lanzamos estrategias activamente gestionadas centradas en dicho enfoque multitemático.
Estos cinco temas clave de crecimiento estructural que identificamos y en los que elegimos invertir son Asia emergente, disrupción digital, transición energética, alimentación en el mundo y estilos de vida cambiantes.
Sin embargo, cabría preguntarse por qué decidí centrarme en esto. La respuesta es simple. Para nosotros, todo se reduce a números. En los últimos diez años, la clase media en Asia se ha triplicado de 500 millones a alrededor de 1.500 millones y se espera que avance hasta más de 3.000 en 2030. Lo que eso significa es que, en una década, más o menos, Asia tendrá la clase media más dinámica del mundo en términos de consumo.
Buscando oportunidades
Por tanto, necesitamos traducir estas tendencias en oportunidades de inversión. Ese es el siguiente paso. Siguiendo este esquema, piensa en viajes, en cosméticos, en belleza y bienestar, y en las nuevas tendencias de consumo en cualquier área que contribuya a la movilidad social ascendente. Más en concreto, en compañías que prevén estas dinámicas y desarrollan bienes y servicios en el segmento de consumo premium.
Además, la digitalización es un área clave, con grandes oportunidades y riesgos. Los consumidores se benefician del cambio constante, pero las posibilidades de fracaso son reales. Muchas empresas van y vienen, creando grandes expectativas y luego se diluyen como un azucarillo. Puedes ganarlo o perderlo todo.
Por ejemplo, no invertimos en robótica en este momento, porque pensamos que está afectada por las perspectivas negativas de crecimiento de la industria automotriz. Lo que esto quiere decir es que el sector es actualmente demasiado caro. Pero nos gusta la computación en la nube, que se espera que crezca hasta más de 600.000 millones de dólares en 2023.
En resumen, analizamos constantemente cada cambio en el espectro de la inversión, a fin de conectarlos con el panorama general y tener en cuenta tanto las ventajas como las desventajas que representan. Una de las compañías de pagos digitales que incluimos en nuestra cartera fue comprada inmediatamente después por un líder de la industria, y no hace falta decir que esto nos ayudó a tener rentabilidades más altas.
Aquí es donde nuestros clientes se benefician de tener un enfoque de ‘abajo-arriba’ y de ‘arriba-abajo’, combinado con un estilo de inversión de alta convicción.
Tribuna de Jiazhi Chen Seiler, responsable del equipo de Next Generation de Julius Baer.