Agosto fue un mes difícil para la deuda subordinada financiera, particularmente en los países emergentes e Italia. Sin embargo, si analizamos las consecuencias de la crisis turca y la italiana en los fundamentales de los bancos, vemos que el impacto es menos importante de lo que parece.
Por un lado, su exposición al mercado turco, en nuestra opinión, no pone en peligro su perfil crediticio. De hecho, creemos que si el valor de sus filiales turcas se redujera a cero, los ratios de capital de los bancos se mantendrían firmes en relación con los requisitos europeos exigidos.
Con respecto a Italia, los bancos y las compañías de seguros poseen en sus balances deuda pública local, lo que los vincula financieramente con el rendimiento de la deuda. La volatilidad de la deuda pública italiana no es realmente un problema para los bancos si excluimos la reestructuración de estos últimos. De hecho, una parte importante de la deuda pública no se valora. La solvencia de los bancos italianos, como UniCredit e Intesa Sanpaolo, podría, en nuestra opinión, absorber las pérdidas de la volatilidad de los bonos BTP, sin que esto ponga en juego el cumplimiento de los requisitos reglamentarios del BCE o los pagos de cupones en CoCos Tier 1 adicional.
Además del debilitamiento del sector debido a los eventos macroeconómicos y políticos, una serie de fondos importantes en esta clase de activos han sufrido salidas durante los últimos seis meses, presionando automáticamente las ventas, particularmente en CoCos y Legacy Tier 1. Estas salidas alcanzaron su punto álgido durante el verano, un periodo en que la liquidez siempre es menor.
Esto fortalece nuestra convicción de que el posicionamiento en la parte líquida del segmento, junto con la diversificación del sector (bancos, aseguradoras y emisores no financieros), es esencial.
Menor riesgo bancario
Desde la perspectiva del riesgo, la tendencia actual es buena, pues el riesgo bancario está reduciéndose considerablemente.
La solvencia de los bancos sigue siendo sólida con respecto a los requisitos reglamentarios y la disminución de los créditos pendientes de cobro en los balances, es positiva para la calidad crediticia de los bancos periféricos. De hecho, observamos una fuerte caída en los NPLs (Non-Performing Loans) en el segundo trimestre de los bancos españoles e italianos, con una aceleración en las ventas de parte de sus carteras de créditos pendientes de cobro.
Rentabilidad atractiva
En comparación con otros segmentos de activos crediticios, la deuda subordinada sigue siendo atractiva.
La ampliación de los diferenciales ha sido mayor con la deuda subordinada que con el high yield, y la deuda subordinada de bancos y aseguradoras ahora presenta significativos descuentos, con emisores con calificaciones más altas.
De hecho, la liquidez ha vuelto a este segmento: el apetito de los inversores por los CoCos se ha reflejado en las emisiones recientes de Rabobank, Credit Suisse y Bankia, que en gran medida fueron sobre suscritas. El buen desempeño del mercado refleja la confianza del mercado en esta clase de activos.
Por último, en un contexto en el que no se esperan subidas de tipos por parte del BCE hasta octubre del año que viene, esta clase de activos sigue siendo una solución con potencial. Así, tras la reciente revisión de los precios, podemos esperar un retorno en euros de alrededor del 4%, que puede ser de interés para los inversores que buscan obtener rendimientos.
Tribuna de Paul Gurzal, jefe de crédito de La Française AM.