Después de 15 años trabajando en la industria de AM en Latinoamérica, el gerente regional para América Latina, Luis Martín del Campo, en Temenos Multifonds, líder global en soluciones para Operación de Inversiones, reconoce abiertamente que la gestión de activos en la región tiene aún un largo camino por recorrer. Y es que la industria del AM comenzó muchos años antes en países más desarrollados. “Latinoamérica está una década atrás de Asia y quizás dos décadas atrás de Europa y Norteamérica”, asevera Martín del Campo, reconociendo lo provocador de su argumento, que contrasta con el optimismo habitual que suele haber sobre la región.
Apenas a finales de 2019, un reporte publicado por PWC, citado por el mismo Martín del Campo, estimaba que los AUM en América Latina podrían duplicarse hacia 2025, desde sus niveles de 2018, para rebasar la marca de los 5 billones de USD. La realidad ha sido diferente. Según el más reciente informe Global Asset Management 2021 de Boston Consulting Group (BCG), América Latina fue la región más rezagada de todo el mundo, con un crecimiento en AUM de apenas 9% entre 2019 y 2020, detrás de regiones emergentes como África y Oriente Medio, e incluso detrás de regiones más maduras como Norteamérica, que lograron tasas de crecimiento en torno al 12%, en el mismo periodo.
En contraste, la economía latinoamericana está en franca recuperación. Según S&P Global, el crecimiento promedio en las seis economías más grandes de América Latina será de 5.9% en 2021, luego de una contracción del 6.9% en 2020. Además, en su revisión semestral de las administradoras de fondos de pensiones mexicanas, la agencia crediticia Moody’s indicó que el incremento de los activos bajo gestión superó con creces la tasa de crecimiento anual compuesto de 12% exhibida por el sistema durante los últimos cinco años, por lo que debemos reconocer los claroscuros que presentan una industria y una región tan diversas como la gestión de activos en América Latina.
Transformación Operativa
Respaldándose en los citados informes de PWC y BCG, principalmente, Martín del Campo señala que la transformación operativa desempeñará un papel clave al facilitar la aparición y consolidación de nuevos Asset Classes en el mercado y dictará quiénes serán los líderes de la industria en los próximos años, o incluso, quiénes sobrevivirán y quiénes no. “Latinoamérica puede tener ciertas ventajas, si es que capitaliza en esta oportunidad de intensificar su transformación operativa y de converger aceleradamente hacia Europa, Norteamérica y Asia”.
De acuerdo a Martín del Campo, los mayores AM que solemos ver en Latinoamérica forman parte de algún grupo financiero local o internacional. “Lo que había permitido que no fuera necesario para éstos hacer más eficientes sus procesos operativos, toda vez que se apalancaban de los largos brazos de distribución y reconocimiento de marca de sus matrices”. Sin embargo, afirma que los AM latinoamericanos deben aprender del modelo europeo si desean subsistir. “Hay muchos procesos que en Latinoamérica todavía se hacen de forma manual, muchos datos que tienen que ser validados por el ojo humano y procesos que tienen que ser capturados por manos humanas”, sostiene.
Según el experto, este es el panorama operativo de Latinoamérica, y es algo que había resultado suficiente, pero que, dadas las nuevas presiones regulatorias, la sofisticación del inversionista, la competencia internacional, y la compresión de los márgenes de utilidad en la industria, es necesario cambiar. Martín del Campo señala que, en 2020, mientras la industria global creció tanto en términos de AUM como de ingresos absolutos, los márgenes operativos han permanecido estancados alrededor de 1/3 de los ingresos netos, ¡aun cuando la industria logró una reducción en sus costos operativos! “¿Cómo se explica esta aparente paradoja? La única explicación que se me ocurre, es que las comisiones por gestión, como proporción de los AUM, están cayendo a una velocidad mayor a la que la industria está logrando reducir sus costos operativos. ¡Es literalmente una presa que está siendo perseguida por un depredador más veloz! la única salida es dejar de correr y cambiar de estrategia. La industria de AM latinoamericana está en una encrucijada en la que tiene que abrazar la transformación operativa. No sólo para mantenerse rentable, sino para poder moverse hacia el futuro, y sobrevivir”, remarca Martín del Campo.
Estar preparado
¿Y qué es moverse hacia el futuro? Ofrecer al inversionista Asset Classes más lucrativas para el AM y a la vez más rentables para el inversionista: Activos Alternativos como Private Equity, Real Estate, Private Debt y Hedge Funds, o estrategias pasivas, como ETFs. En palabras de Martín del Campo “Hoy por hoy, la industria global de AM cuenta con $103 billones de dólares en activos bajo gestión, de los cuales, ya el 15% son alternativos, y se estima que su participación ascenderá a 16% para 2025. Aunque este aumento suene modesto, lo más relevante es que, con sólo el 15% de participación en la masa de AUM globales, los activos alternativos representaron en 2020, el 42% de los ingresos globales de la industria. Y lo que es aún más importante: se espera que esta proporción llegue, en 2025, al 46%. ¡Casi la mitad de los ingresos, siendo sólo el 16% de los AUM! Esto demuestra el poder estratégico de esta clase de activos: es el camino amarillo para los AM que quieran moverse hacia el futuro. Pero es un camino estrecho, y hay que ser de los primeros en tomarlo con decisión para recibir sus beneficios”, afirma.
“Seguramente habrá Asset Managers que me contraargumenten que las estrategias Centrales Activas (Active Core) como fondos de acciones de alta capitalización (large-cap equity), fondos de deuda local, o de mercado de dinero (money market), han crecido igual o más que los alternativos, o incluso que estrategias Especializadas tan relevantes para América Latina como acciones o deuda de mercados emergentes, sobrepasaron en 2020 su ritmo de crecimiento histórico, en términos de AUM. Mi respuesta para ellos: ¡Cierto! Y cierto también que estas estrategias –Centrales Activas y Especializadas– representan, en su conjunto, la mitad de esos $103 billones de dólares en activos bajo gestión globales. Desafortunadamente, la rentabilidad para ellos de estas estrategias está estancada y, de acuerdo con BCG, se espera que sean las estrategias más rezagadas de todas, tanto en crecimiento de AUM como de ingresos por gestión, a medida que los inversionistas les dan la espalda, para favorecer estrategias Pasivas o Activos Alternativos”, señala el experto.
Para ilustrar este último punto, Martín del Campo resalta que las estrategias pasivas, que son mucho más costo-eficientes de operar, y más asequibles para el inversionista. “Han pasado de representar el 9% de los productos de inversión en 2003, al 21% en 2020, medidos en AUM, hasta tener una proyección esperada del 25% en 2025”, explica el experto.
Además agrega que dicha tendencia es en parte resultado de dos factores: la competencia natural en una industria cada vez más abierta y globalizada, por un lado, y los esfuerzos de los reguladores por fomentar un mercado cada vez más transparente y un inversionista cada vez mejor informado, esto sí prácticamente sin excepción en cada uno de los mayores mercados de Latinoamérica.
Como ejemplo del primero de estos factores, Martín del Campo cita la presencia cada vez más activa y profunda de AM extranjeros entre los inversionistas institucionales más representativos de la región: los fondos de pensiones obligatorios, es decir las AFOREs y AFPs.
Desde diciembre de 2019, justo en la edición no. 21 de Funds Society aparece un reportaje interesantísimo sobre la entrada de gestoras internacionales a participar de la asignación de activos de las AFOREs en México, ahora vía vehículos más ágiles como los fondos mutuos, situación que se viene profundizando en otros mercados importantes como Chile desde hace ya más tiempo, y que abre avenidas importantes hacia el mercado menudista, “todo lo cual es muy positivo y muy bienvenido”, acota el experto. Como ejemplo del segundo factor, Martin del campo señala directrices regulatorias como el Decreto Ordinario 1242 del año 2013, del Ministerio de Finanzas colombiano; la Norma General 365 de mayo 2014, de la SVS (ahora Comisión del Mercado Financiero), regulador en Chile; la Ley de Fondos de Inversión, promulgada en México en junio de 2014; y la instrucción 555 de diciembre 2014, de la CVM, regulador en Brasil.
En resumen, hay presiones por todos lados. De un lado, la regulación está empoderando al inversionista, para que cada vez haya más transparencia; del otro, el crecimiento de estrategias más atractivas como las Alternativas y Pasivas; y la entrada de nuevos participantes en la industria, hacen que el inversionista tenga cada vez más información y más opciones, lo que lo hace cada vez más sofisticado y más exigente, “todo lo cual –una vez más– es muy positivo para la industria, pero a la vez representa un desafío para los AM que no estén ya muy avanzados en un proceso de adaptación”.
¿Y cómo van los AM en Latinoamérica en este proceso de adaptación?
Martín del Campo comenta que ha hablado con algunos que le confirman que están viendo crecer de manera exponencial la demanda de Activos Alternativos en su base de clientes, tanto institucionales como individuos, lo que ha supuesto una tremenda presión en su modelo operativo actual.
“Antes, cuando eran un par de fondos de Private Equity, para algunas docenas de clientes, manejar 20 o 30 llamadas de capital al mes, se podía hacer con procesos manuales, rellenando hojas de cálculo, enviando correos, o formatos en papel, etc. Pero, cuando ya hay docenas de fondos y centenas de clientes, es prácticamente imposible seguir manejando esta clase de activos con los procesos y herramientas tradicionales. Puedes tener un gran riesgo operativo, como generar quebrantos para un cliente por falta de consistencia en los datos; ya me ha tocado ver a AMs que han tenido que pagar millones de dólares para resarcir pérdidas a sus inversionistas, generadas por error”, sostiene.
¿La estrategia para sortear esto? Según Martín del Campo, el AM debe saber posicionarse con inteligencia y arrojo, y ser un pez más robusto, para capturar más clientes y más activos bajo gestión. “Se debe entender muy bien las estructuras de costos y de rentabilidad, entender muy bien cuáles son los productos, las Asset Clases que hoy están generando una mayor rentabilidad e intentar ir hacía esas clases”, explica. “Quienes no lo logren, serán absorbidos por esos peces más robustos, en un proceso de consolidación y racionalización que es tan común ver en industrias sometidas a un rápido proceso de disrupción y adaptación, provocado por tendencias fortísimas, como tendencias tecnológicas, demográficas o regulatorias”, detalla.
ETF Latinoamericanos y activos alternativos
Como se mencionaba anteriormente, la industria Latinoamericana debería moverse hacia una mayor inversión en Activos Alternativos y Pasivos, y Martín del Campo asegura que hay algo de movimiento en ese sentido, ya hay algo de crecimiento de ETF en Latinoamérica, que es un buen paso, pero se podría hacer más al respecto.
“Son pocos los AM con los que he hablado en Latinoamérica que están trabajando activamente en crear ETF propios. Muchos de ellos pueden distribuir ETF de un tercero, donde este tercero normalmente es extranjero. No hay realmente una industria de ETF latinoamericana y debería existir. En Colombia e incluso El Caribe, veo algunos esfuerzos de creación de ETF latinoamericanos y en México también. Esto no es fácil, se necesita saber cómo hacerlo y una infraestructura tecnológica adecuada, porque la carga operativa de gestionar un ETF es pesada”, indica.
Respecto a los activos alternativos, Martín del Campo detalla que su adopción ha sido lenta, en parte porque el mismo público inversionista no ha estado tan abierto sobre todo del lado menudista, porque no conocen mucho aún esta clase de activos. En ese sentido, señala que hace falta también mucha labor de educación y promoción de parte de los AM hacia el inversionista individual.
¿Y qué nos queda para el futuro? El experto ve una convergencia con Asia y Europa, pero a su propio ritmo. “En Latinoamérica podemos hacer un salto cuántico en algunos temas como la educación del inversionista y el ofrecimiento de activos alternativos a través de alianzas estratégicas con especialistas en cada una de las sub-Asset Classes alternativas. Acá veo que podemos tener ciertas ventajas, si capitalizamos. Es decir, que Latinoamérica acelere su transformación operativa y apalanque sus fortalezas y diferenciadores y converge”, menciona.
“No se trata de hacer un cambio radical en la estructura y la esencia de todos y cada uno de los AM en Latinoamérica, para convertirse todos en managers Alternativos y/o Pasivos, cada uno de ellos tiene su esencia, su diferenciador, y su lugar bien ganado dentro del espectro de posicionamiento por estrategia, tamaño, o nicho, por ejemplo; y cada uno de ellos agrega valor desde su posición al ecosistema y a la industria”, señala
Lo que Martín del Campo propone es adaptar sus modelos operativos para que, desde su muy bien ganado lugar en el mercado, puedan ofrecer a sus clientes estrategias más rentables para ambas partes, sin perder su esencia y diferenciadores, a través de uno de los 3 modelos que sobrevivirán, según BCG “…pero esos te los cuento en una siguiente entrevista”, concluye sonriente Martín del Campo.