Un año después del referéndum del Brexit, la situación está lejos de aclararse. Después de un trimestre entusiasta, la actitud ha cambiado al otro lado del canal. El impulso económico es ahora menor y existe una duda real sobre lo que el Reino Unido espera de Brexit.
En lo personal, destaco tres cuestiones importantes
- Estrategia: ¿Qué quieren los británicos para el futuro?
- Impacto inicial en la actividad económica
- Le esperan tiempos difíciles al pueblo británico en los próximos años
¿Cuál es la estrategia?
Es la cuestión principal después de un año. La primera fase después del referéndum fue muy política. Había necesidad de convocar a todo británico que defendiera la bandera del gobierno y el proceso del Brexit: la estrategia de Theresa May. Temporalmente, convenció a la gente porque a mediados del año pasado la economía iba bien. El impacto de Brexit en el crecimiento era positivo en ese momento. Estabamos entonces en un periodo que planteaba un Brexit duro. Los lazos con la UE debían romperse definitivamente. Con el apoyo de Trump, esta estrategia se percibió como sostenible y así Reino Unido podría gestionar la situación por si mismo.
Pero el entusiasmo ha decaído después de la activación del artículo 50 el pasado 29 de marzo. Todos han empezado a darse cuenta del impacto real de lo que implica un divorcio de la UE. Además, tras las elecciones generales del 8 de junio, el gobierno ya no tiene mayoría y el resultado de las elecciones demuestra que había una tendencia revertir el proceso de Brexit de uno duro a uno moderado.
La gente percibe cada vez más que Reino Unido era realmente parte de la cadena de valor de Europa y que existen riesgos en distanciarse. Este fue el tema que recientemente planteó Airbus. La firma Europea no estaba segura de que fuera eficiente conservar sus fábricas en Reino Unido después del Brexit.
El último punto de esta cuestión es la credibilidad de Theresa May. En otras palabras, ya no sabemos qué desean los británicos para su futuro. La decisión que tomarán tendrá un impacto a largo plazo en la sociedad y la economía, y en la posición de Reino Unido en el mundo. Pero la percepción actual es que no se sabe lo que quieren.
El impacto
Después del referéndum, la divisa y las tasas de interés a la baja han impulsado el crecimiento. Fue un periodo que se burló de los economistas. Sus proyecciones negativas se percibieron como erróneas, pero progresivamente, y desde principios del 2017, la situación ha cambiado. La tendencia de los precios inmobiliarios ha cambiado y ya no suben, hay riesgos para la Inversión Extranjera Directa y la tasa de inflación es actualmente de casi el 3%. Dichos elementos se reflejan el impacto de la incertidumbre y en el riesgo de perder el acceso al mercado común. La cuestión es también la ventaja comparativa que pudiera tener hoy Reino Unido.
En conclusión, con el cambio de estrategia, la percepción de la economía y su desempeño ha cambiado.
Desde el referéndum de junio, no vemos ninguna transformación en la economía que pudiera cambiar su desempeño a largo plazo. No ha podido generar una ventaja comparativa que permita a la gente pensar que Reino Unido ganará con el Brexit.
Al contrario, percibimos ahora que el país espera una actitud moderada de la UE para limitar el impacto negativo de Brexit, que ya se empieza a sentir. Pero desde Natixis no imaginamos tal actitud de la UE y las desventajas continuarán surgiendo a la vez que se conforma un nuevo marco de acción. La UE no quiere sentar un precedente y mantendrá una línea dura a costa de la economía de Reino Unido.
Philippe Waechter es economista jefe de Natixis Global Asset Management.