En 2007 y 2008, las diversas materias primas estaban muy correlacionadas. Sin embargo últimamente vemos como se ha producido una significativa descorrelación entre commodities individuales, produciendo retornos polarizados. Como ejemplo, desde principios de año hasta el 31 de mayo el índice DJUBS Commodity del maíz generaba retornos superiores al 33% mientras el gas natural subía por encima del 20%. Para el mismo periodo, el trigo subía apenas por encima del 1%, el aluminio caía más del 10% y la plata más del 20%.
La descorrelación entre materias primas ha generado oportunidades para realizar operaciones de valor relativo en el portafolio y hemos sido capaces de explotar esta estrategia en metales, energía y cereales. Esto es particularmente cierto para estrategias de valor relativo entre maíz y trigo, y entre petróleo Brent y WTI, o entre Gasolina US y Gas Natural US .
La recuperación en EE.UU. es un arma de doble filo para las commodities, puesto que conlleva dos efectos opuestos
Pero ¿qué está provocando esta descorrelación? Creemos que los inversionistas inicialmente invertían en base a la teoría del súper ciclo de las materias primas, tanto para tomar posiciones en la historia de crecimiento en China como para cubrirse contra la inflación. Esta teoría del súper ciclo se apoyaba en la premisa de que la industrialización de China resultaría en un periodo prolongado de crecimiento económico sostenido que conllevaría una mayor demanda de materias primas llevando su precio al alza.
Sin embargo, durante los últimos meses cada vez hay mayor consenso sobre la desaceleración de China y su giro hacia inversiones más enfocadas a promover el consumo doméstico que a mejorar infraestructuras e inmovilizados. Este cambio probablemente tendrá un impacto significativo en los precios de las materias primas, en especial en los metales. Como consecuencia, algunos inversores han dado por muerto al súper clico de las commodities y están enfocando su atención a factores específicos para cada clase de materia prima, como las diversas dinámicas de oferta y demanda en cada mercado individual.
Otro asunto importante es el grado de mejora del entorno macroeconómico en EE.UU. La recuperación en EE.UU. es un arma de doble filo para las commodities, puesto que conlleva dos efectos opuestos. Por una parte, una economía estadounidense más fuerte debería generar mayor demanda de materias primas. Por otro lado, también tiende a resultar en una aprecación del dólar, y a medio plazo, existe una correlación bastante importante entre dólar fuerte y debilidad en los precios de las materias primas, puesto que la gran mayoría cotizan en dólares.
Nuestro posicionamiento
Estamos positivos en el sector energético en general, y en la energía basada en el petróleo en particular, ya que la demanda estructural continúa creciendo, en particular en los mercados emergentes. Adicionalmente, el mercado del petróleo está menos afectado por una desaceleración en el crecimiento chino o por un cambio en la estrategia de crecimiento del país. También pensamos que el impacto de la mejora del crecimiento económico de EE.UU. es positivo para el petróleo, debido a que EE.UU. sigue siendo el mayor consumidor de petróleo del mundo y una mejora de su mercado laboral tendrá un impacto positivo sobr la demanda de petróleo y de gasolina. Un fortalecimiento del dólar es menos relevante en este sector, ya que las tendencias en los precios de la energía suelen estar menos correlacionadas con el dólar que las de los precios de los metales.
Llevamos infraponderados en metales básicos por algún tiempo. El giro en China de la inversión en bienes de capital a bienes de consumo va a tener un efecto en el precio de estos metales, como el cobre, metal para el que China supone el mayor mercado desde hace algunos años. La potencial fortaleza del dólar también tiene un efecto pernicioso para el precio de los metales por su alta correlación negativa con el billete verde. Además, la inversión que hemos visto por parte de los hedge funds está fundamentada en una visión bajista del dólar, y a medida que el dólar se fortalezca, deberíamos ver como se van liquidando algunas de estas posiciones.
Algunos inversores han dado por muerto al súper clico de las commodities y están enfocando su atención a factores específicos para cada clase de materia prima
Perspectivas
Creemos que la reciente volatilidad en el sector de las materias primas abre excitantes oportunidades para posicionar nuestros portafolios de commodities de forma ventajosa para la segunda mitad de 2013. Seguimos estando positivos con el sector petrolero, especialmente en los productos derivados del petróleo. El riesgo geopolítico en Siria y Oriente Medio en general es claramente un factor clave. Este riesgo ha sido infravalorado en los últimos meses simplemente porque los inversionistas están prestando más atención a China y EE.UU. – según avanza el año el mercado podría verse sacudido por malas noticias. En el sector de los metales, nos mantenemos levemente negativos, ya que las perspectivas dependen de la naturaleza cambiante del crecimiento chino.
Somos firmes creyentes en las ventajas de la inversión activa frente a la pasiva, a la hora de acceder a oportunidades en los mercados de commodities. Combinamos el uso de estrategias de posicionamiento en la curva de futuros, una herramienta muy popular de invertir en el mercado de commodities, con las estrategias de valor relativo entre materias prias para ampliar o reducir el riesgo según sea conveniente. Según baja la correlación entre materias primas del mismo activo, nuestras estrategias de valor relativo deberían continuar otorgando buenas oportunidades.
Columna de opinión de Nicolas Robin, co-gestor del fondo Threadneedle (Lux) Enhanced Commodities Fund.