Parece claro que el informe de empleo publicado el Día de la Marmota sirvió, a los que vigilan los datos de cerca, como recordatorio del ciclo del tiempo de la epónima película de 1992. El informe de enero del Departamento de Estadísticas laborales de los EE.UU., publicado el 2 de febrero, era muy parecido al anterior y a muchos otros antes de éste, un testimonio del camino consistente de mejora en el mercado laboral americano.
Los datos de enero mostraban que el empleo generado estaba dentro del objetivo para el mes con un aumento de nóminas no agrícolas de 200.000, sólo un poco más alto que la media de los últimos 12 meses. Como la generación de empleo ha continuado excediendo la cantidad necesaria para mantener la tasa de paro estable, deberíamos esperar que se publique muy pronto una caída de la misma a niveles por debajo del 4%.
No hubo «distorsiones» industriales notables en enero, así que el número de nóminas se puede considerar bastante «limpio». Y como el empleo sólo necesita subir en 80.000 por mes para absorber nuevos entrantes en la fuerza laboral, la pauta reciente de generación de empleo es consistente con una caída en la tasa de paro en el medio plazo.
Crecimiento salarial
La principal preocupación de los mercados sobre las cifras de empleo de enero no fue tanto el número de empleos nuevos generado sino la pauta de crecimiento salarial y las implicaciones que eso tiene para la inflación. Las ganancias medias por hora trabajada (Average hourly earnings o AHE por sus siglas en inglés) subieron un 0,3% en el mes, mientras que el dato de diciembre de 2017 se revisó del 0,3% al 0,4%. Eso hizo que el incremento de AHE se fuera al 2,9% interanual, un 0,3% por encima de la media de los últimos tres años.
Aunque la cifra general de AHE causó intranquilidad en los mercados financieros, fuertes caídas en las bolsas americanas y una subida de la rentabilidad de los bonos del Tesoro, una mirada más detenida a los datos de compensación de los trabajadores sugiere que las preocupaciones de los inversores podrían ser exageradas.
Eventos no recurrentes
Es decir, el incremento para obreros y trabajadores no supervisores de enero fue sólo de un 0,1%, implicando que buena parte del 0,3% de incremento para todos los trabajadores, fue en forma de bonuses y otros pagos puntuales. Como estos son acontecimientos no recurrentes, no son, a nuestra manera de ver, inflacionistas. De hecho, el 0,1% de incremento mensual para los obreros en el mes de Enero elevó la tasa de aumento interanual al 2,4%, justo en línea con la media de los últimos tres años.
Por lo demás, la caída del número medio de horas trabajadas a la semana desde 34,5 en diciembre 2017 a 34,3 en enero, significa que el incremento en las ganancias nominales por hora fue más que compensado por la caída en las horas trabajadas, llevando probablemente a una caída en los salarios nominales agregados y la renta salarial de enero.
En resumen, las implicaciones para la renta del informe de empleo de enero, son en realidad negativas para el gasto del consumidor en el corto plazo, y no implican una mayor presión en los costes laborales.
Giulio Martini es socio y director de Asignación Estratégica de Activos de Lord Abbett.