Ya hemos dejado atrás el primer aniversario de la sorprendente (y agorera) votación del Brexit y estamos ya a solo unos pocos meses del primer aniversario de la elección de Donald Trump. Se temió que estos dos acontecimientos llevasen a un rechazo general de la política del ‘statu quo’, marcando el comienzo de una especie de ‘New Deal’ actual en Europa y Estados Unidos. La realidad es bastante diferente.
En el Reino Unido los principales promotores del Brexit están comenzando a aceptar poco a poco que muchas, si no la totalidad de sus promesas eran inalcanzables. Algunos están ahora intentando hallar la manera de contárselo a los que han engañado. Se hablará largo y tendido de «largos procesos de transición» en los próximos meses a medida que la realidad se va haciendo patente. En Estados Unidos también hay cada vez más dudas sobre cuánto del «brillante» plan económico del presidente Trump se puede poner en práctica.
Pragmatismo europeo
La relevancia de estos factores yace en la comparación. Mientras que muchos se han centrado en los titulares sobre Trump y el Brexit, en un segundo plano el progreso en Europa ha sido cuestión de “plus ça change, plus c’est la même chose”, lo que significa algo así como «nada cambia en realidad». El crecimiento económico ha seguido recuperándose en Europa, sin contar el Reino Unido, y ha comenzado el debate sobre si el Banco Central Europeo (BCE) puede empezar a poner fin a su programa de expansión cuantitativa.
Con los inversores posicionándose para el fin de la política monetaria «ultraexpansiva» en Europa, la rentabilidad de los bonos del Estado alemanes a 10 años han aumentado más del 0,5%, un cambio notable desde finales de 2016, cuando brevemente entraron en terreno negativo. Mientras que algunos podrían ver esto como una amenaza para los mercados de renta variable, de forma más realista podría indicar una tendencia de mejora en las economías europeas, quizás incluso apuntando a un regreso a cierta apariencia de normalidad. Esta mejora ha comenzado a llegar también a los beneficios corporativos, uno de los factores detrás de la evolución positiva en los mercados de renta variable en lo que va de año.
Evitar la trampa de la euforia
Aunque los inversores han comenzado a notar con razón la mejora en Europa hay, sin embargo, unos cuantos nubarrones en el horizonte. En primer lugar, sigue sin estar nada claro si los estímulos para las economías europeas son tan sólidos como prevén los mercados. Los resultados del segundo trimestre recibieron una acogida dispar. Atlas Copco, una de las mejores empresas de ingeniería del mundo, informó de un fuerte crecimiento, pero no lo suficiente como para estar a la altura de unas expectativas agresivas. Esta ha sido la tónica con unas cuantas empresas, quizás un valioso recordatorio de que los resultados trimestrales no son necesariamente tan útiles para empresas que no se gestionan en base a los resultados de tres meses.
En segundo lugar, el Reino Unido y EE. UU., dos de los países que podría decirse que tienen las situaciones políticas más incómodas, posiblemente también han estado usando la devaluación como herramienta para mitigar la debilidad de los fundamentales económicos subyacentes. La debilidad del dólar estadounidense frente al euro en los últimos seis meses también ha significado que los beneficios en dólares estadounidenses han pasado de ser un estímulo a ser un obstáculo, un cambio de 180 grados, tal y como muestra el Gráfico (con una caída del valor del dólar estadounidense frente al euro del 11,9% en los seis meses hasta el 1 de agosto de 2017). Esto ha reducido el valor de los beneficios obtenidos por las empresas europeas que operan en Estados Unidos.
Estímulos gemelos para los bancos europeos
En lo que respecta a los resultados recientes, los beneficios de los nombres de «crecimiento fiable» han estado en general a la altura de las expectativas, pero a menudo esto no ha sido suficiente en aquellos casos en los que las valoraciones son elevadas; al mercado le siguen gustando los nombres de «recuperación rápida».
Un área del mercado que podría estar en una situación positiva durante algo más de tiempo son los financieros. Las economías más fuertes están reduciendo el nivel de reservas para impagos y, tal y como vimos en EE. UU., los inversores están dispuestos a comprar asumiendo que unos tipos de interés más altos deberían ser positivos para los márgenes de interés netos. Conjuntamente estos factores han contribuido a un rendimiento ligeramente mejor de los bancos en 2017. Pero el nerviosismo sobre si el crecimiento podría decaer demasiado rápido está suavizando el entusiasmo en el sector.
Los próximos meses podrían ayudar a aclarar las respuestas a algunas preguntas que rodean a la renta variable europea. Está por ver si los mercados seguirán su, ahora, familiar montaña rusa o si los inversores comenzarán a mirar más allá de lo que algunos podrían percibir como «interferencias» a corto plazo.
TimStevenson es director de renta variable europea de Janus Henderson Investors.