Cuando se trata del análisis de la longevidad, del logro de la mayor capacidad de sobrevida del ser humano, a la vez que se pondera el valor de la mayor capacidad de supervivencia, luego aparece como contrapunto, la necesidad de calidad de vida. Se trata de vivir más y vivir mejor, vivir bien, inmediatamente la mirada se dirige a los sistemas vigentes de seguridad social y más específico, a los sistemas previsionales.
Si trazamos un eje de tiempo, en un extremo tenemos el inicio de la actividad laboral y profesional de cada uno, como ya reiteradamente me referí en otras columnas de opinión, en dicho extremo es perentoria la necesidad de “alfabetización financiera” para que nuestras finanzas personales incorporen el valor del ahorro y de la previsión, dos pilares excluyentes son: seguros de retiro y seguros de vida.
Si continuamos el eje imaginario y vamos al otro extremo llegamos a la etapa que se definía como etapa pasiva, ya ingresado a pleno en régimen de ingresos jubilatorios y debiendo asumir también en plenitud las decisiones tomadas a lo largo de la etapa activa, respecto al beneficio de contar o no con coberturas complementarias, sea de un seguro de vida o de retiro, o ambos.
Ya nadie puede imaginar para los jóvenes de hoy una bucólica escena que los muestre a los 60 años, solamente disfrutando la vida…. A dicha edad quedaran años de productividad y actividad por delante, incluso para los adultos mayores de hoy, quedan años por delante que quizás sea menester ya asumirlos con plena capacidad de reinvención para generar medios y capacidad para nuevas actividades.
A lo largo del desarrollo de gestión de recursos humanos, fueron considerados diferentes instrumentos respecto al análisis de habilidades y capacidades personales. A saber y de modo muy sintético:
Coeficiente intelectual IQ – Una manera de medir capacidad de memoria, pensamiento analítico, capacidad para resolver problemas, habilidad en matemáticas.
Inteligencia emocional EQ – Refiere a aquellas habilidades interpersonales, de relacionamiento, de empatía, de escucha activa, de comunicación, de autorregulación y de resiliencia.
Desde hace ya algunos años y fuertemente acelerado por el cuadro de pandemia global y del desarrollo exponencial del ecosistema digital al que asistimos, se vuelve muy relevante el:
Coeficiente de adaptabilidad AQ – Es nuestra capacidad de cambiar, nuestra plasticidad para cambiar y permanecer en el cambio a pesar de un entorno de cambio rápido y frecuente. Quizás la consigna sea preguntarse, ¿qué tanto éxito tendrás en el tiempo? ello seguramente requerirá de flexibilidad/plasticidad, coraje, curiosidad, tolerancia a las dificultades.
En el libro de Carl Honoré, “La lentitud como método”, el autor refiere al thin-slicing como método o técnica para extraer toda la información necesaria a partir de una pequeña parte de la experiencia. Es una técnica basada en experiencia previa.
Para muchos de nuestros adultos mayores ya en etapa de ingresos pasivos, una disyuntiva puede ser: reclamar y afrontar.
Reclamar quizás mejoras de haberes, de acuerdo al tipo de régimen previsional por el que se accedió a la prestación jubilatoria. Siempre dependerá de la cuestión fiscal de cada Estado en particular. La otra vía es afrontar en base a la experiencia de vida que incluye lo profesional, como verdadera fortaleza para romper el sesgo de la pasividad.
El sistema de cuidados de adultos mayores necesita un abordaje estructural, ya que la pandemia evidenció y evidencia la necesidad de cobertura sólida y solidaria. Si cada vez el segmento etario de adultos mayores será el de mayor crecimiento y dominancia nos requerirá respuestas innovadoras y concretas en lo que respecta a sistema de cuidados.
De aquella imagen de los abuelos sentados en la plaza del pueblo, contando viejas historias y jugando al ludo, ya deberíamos intentar pasar a la imagen de los abuelos que además de la plaza, puedan estar frente a la pantalla de algún dispositivo aprendiendo e interactuando en medio de la creciente explosión de ecosistema digital.
Debería ser prioritario incorporar a nuestros adultos mayores de hoy a procesos de capacitación, de educación a distancia, de talleres de apoyo, para aprovechar el valor de la experiencia, incluso para proveerles herramientas de análisis de micro emprendimientos, que les permita generar ingresos por cuenta propia o en grupos y en acciones de cooperación grupales.
Nuestros adultos mayores requieren salir de cuadros de soledad, sumarlos a redes comunitarias y colaborativas, incorporarles propósito de vida, e insisto, rescatarles el valor de la experiencia como fortaleza.
En el mismo libro que párrafos precedentes mencionaba de Carl Honoré podemos leer: “si la tierra va a tener que albergar a ocho, nueve o diez mil millones de personas, necesitamos revolucionar nuestras maneras de vivir, trabajar, consumir… y pensar. Hacerlo posible será la mayor solución lenta posible”.
Para las nuevas generaciones es ya de fácil incorporación aquel enunciado que suele repetir el historiador Yuval Noah Harari, según el cual, se espera que necesitemos reinventarnos profesionalmente cada diez años, también la educación debe incorporar herramientas que permitan desarrollar el coeficiente AQ. Los jóvenes hoy requieren además educación financiera, para aprender el hábito del ahorro y las enormes virtudes de los seguros de retiro y de vida, como instrumentos insoslayables de protección y prevención.
Las organizaciones tienen un rol determinante incorporando como política de RSC (responsabilidad social corporativa), además de las cuestiones medioambientales, a la alfabetización financiera hacia dentro, a sus colaboradores y hacia fuera, en lo externo, con la comunidad de adultos mayores.
Vivimos varios cambios de paradigmas a la vez, uno de ellos quizás sea hacer del adulto mayor pasivo de ayer, un adulto mayor: “pasivo en actividad”, iniciando post 60 años nuevas formas de hacer, de tener actividad, de sumar ingresos y capacidad de gestión de su AQ. Y que no sólo sea reacción y hacerlo por necesidad…
“La acción que sigue a la deliberación debería ser rápida, pero la deliberación debería ser lenta” Aristóteles
Podemos y necesitamos deliberar en procura de nuevas maneras de hacer y de apoyar la etapa de retiro de las personas. Si pensamos que podemos trabajar durante 30 años, para luego vivir sin trabajar otros 30 años, al menos dicho financiamiento es complicado de sostener… Aportar ideas que seguramente sean provocadoras e innovadoras se necesitarán previa a la acción y desde luego a la corrección, si hiciera falta….
Ernesto R. Scardigno
Coaching en Finanzas Personales
Asesoramiento en protección familiar y ahorro para etapa de retiro
Productor Asesor de Seguros Matriculado SSN
ICF Membership
Miembro AAPAS
Magíster en Políticas Públicas