Acaba de comenzar el mes de mayo y se nos viene a la cabeza una frase utilizada a menudo en el sector financiero: “Sell in May and go away” (“vende en mayo y márchate”). Da a entender que los mercados financieros suelen tener un mejor comportamiento en el periodo comprendido desde el mes de noviembre a finales de abril que en el periodo de mayo a finales de octubre.
Existen varias versiones del origen de la frase, pero la más extendida se remonta al siglo XVIII en Inglaterra, concretamente en el distrito financiero de Londres. En aquella época se tomó como costumbre recomendar a los inversores y a la alta sociedad inglesa que vendieran sus acciones en mayo y se relajaran disfrutando de los meses de verano fuera de la ciudad. Originalmente la frase completa era “Sell in May and go away, come back on St. Leger’s Day,” (“vende en mayo y márchate, y vuelve el día de San Leger”). Se refería a la importante carrera de caballos que se celebraba en Londres a mediados de septiembre. Con el paso del tiempo, y su popularización en el siglo XX en Estados Unidos, la frase se recortó.
Para comprobar si el significado de la expresión tiene veracidad hemos analizado ambos periodos del S&P 500, principal índice bursátil estadounidense, desde 1928. En estos 95 años, en 64 ocasiones se ha comportado mejor el índice en el periodo de noviembre a finales de abril que el periodo de mayo a finales de octubre. Considerando el índice europeo Euro Stoxx 50 desde su inicio, también se demuestra que el 65% de los años lo hace mejor el periodo comprendido de noviembre a finales de abril.
Si un inversor hubiese invertido 1.000 dólares en 1928 en el S&P 500, exclusivamente en el periodo de noviembre a finales de abril todos los años (como sugiere la frase), hubiera logrado una rentabilidad anualizada aproximada del 4,40% y alcanzado una valoración actual de su inversión de 59.259 dólares. Si otro inversor hubiese realizado lo contrario, estar invertido solo los meses comprendidos desde mayo a finales de octubre, su rentabilidad anualizada aproximada seria del 1,34%, con una valoración actual de su inversión de 3.583 dólares.
De esta manera, los datos históricos dan cierta veracidad a esta expresión popular, aunque no existe ninguna explicación definitiva de las causas que lo originan. Las principales hipótesis van encaminadas a que la operativa de compra y venta se reduce en el mercado bursátil en los meses de verano.
Por último, vamos a considerar a un tercer inversor que decide mantener su inversión de 1.000 dólares desde 1928 a la actualidad, sin vender su posición momentáneamente en ningún periodo. Gracias a la capitalización compuesta, su inversión inicial se habría multiplicado hasta la cifra aproximada de 211.113 dólares.
Este análisis es otro buen ejemplo para destacar la estrategia de renta variable de comprar y mantener. En el corto plazo es difícil predecir los movimientos del mercado bursátil, pero en el largo plazo, los datos demuestran que se generan rentabilidades positivas importantes (al menos en el mercado estadounidense). La mayoría de los inversores más influyentes como Benjamin Graham o Warren Buffett, defienden esta idea. Buffett posee una conocida frase sobre este tema: “Nuestro periodo de espera favorito es para siempre”.
Tribuna elaborada por Borja Fernández de Vega, asesor patrimonial en Portocolom AV