Por supuesto. Vivimos en un mundo con forma de reloj de arena. Arriba quienes sean conscientes del cambio, estén preparados y sean proactivos. Abajo, los reactivos y quienes queden anclados en el pasado. Estos últimos son las compañías zombies – aún siguen vivas, pero están muertas-. La aceleración tecnológica no es lineal, es exponencial.
El problema que tenemos es que cuando imaginamos el futuro lo hacemos también desde nuestra mente lineal y solemos tirar de disco duro, es decir nos apoyamos en los patrones del pasado para tomar futuras decisiones. Esto ya no sirve, el mundo ha cambiado.
La forma en la que hemos gestionado los sistemas, las compañías, la sociedad nos ha llevado a la creación colectiva de unos resultados que nadie desea, por ello se requiere un cambio. Cambio desde un sistema que se preocupa por el bienestar de uno mismo, a un sistema que se preocupa por el bienestar de todos, incluido uno mismo, y en este sentido, la tecnología es nuestro gran aliado.
Debemos ser los promotores del cambio y para ello debemos dejar de reaccionar contra los patrones del pasado, debemos cambiar el interior desde el que operamos, dejar de ir al pasado e inclinarnos hacía el futuro. Nos enfrentamos a unos entornos rápidamente cambiantes que cada vez exigen más que nos reinventemos.
Existe una ruptura total entre espacio y tiempo, vivimos en un entorno líquido que nos obliga a activar el estado de beta permanente. Hemos pasado de la época del hardware al software. Con todo esto lo que quiero es enfatizar no solo la importancia de invertir en tecnología, algo básico hoy en día, sino de que existan en las empresas personas conscientes de este cambio, que lideren desde un nuevo modo de interpretar la realidad.
Esto hace los sistemas híper agiles y permite que se puedan reducir las comisiones con el ahorro que obtenemos gracias a la tecnología (primer hito). La cuenta de resultados por supuesto que será positiva ya que el impacto que la tecnología tiene en las organizaciones teniendo a las personas adecuadas, conscientes de esta nueva realidad, es exponencial.
Permite el acceso a un mundo sin barreras, global, social, hiperconectado y en constante movimiento y sin duda alguna el tener la capacidad de ver la foto completa con la tecnología como mejor aliado, hará que los resultados sean brillantes, no solo con los beneficios que obtenemos sino con la capacidad de ir un paso más allá. Adelantarnos. Entonces, la magia sucede.
Más con menos
El acceso generalizado, y permanente, a internet ha cambiado el mundo. Si en sus inicios internet parecía más confinado al intercambio de información estática, hoy estaríamos hablando del medio que hace posible las herramientas y tecnologías que nos permiten comunicarnos, crear, compartir y consumir contenido. Es el medio que permite que diferentes tecnologías y herramientas puedan comunicarse entre sí de una forma eficiente y simple. Este aspecto, el de la comunicación eficiente, se ha visto favorecido además por el desarrollo de estándares a distintos niveles.
En el esfuerzo por entender los vectores determinantes de la situación actual no se puede dejar de lado la interrelación simbiótica, y determinante, que el software libre ha tenido en el desarrollo de internet y que ha derivado en el rico y vibrante ecosistema actual. La consecuencia es que hoy es mucho más fácil que nunca crear soluciones tecnológicas a las necesidades tanto internas como de los clientes y proveedores. Lo realmente disruptivo es que ahora la distancia entre una idea y su implementación nunca ha sido tan accesible.
¿Tiene algo que ver todo esto con la gestión independiente en España? No hace falta hablar de millennials ni, siquiera, de fintech o roboadvisors. El punto de vista expuesto da por hecho que el mundo está cambiando, y muy rápidamente, y que la velocidad de adaptación a este cambio es un factor relevante y deseable desde un punto de vista empresarial.
En ese sentido las gestoras independientes somos las startups de la gestión, compartimos esa cercanía con el cliente y la actitud para responder con rapidez a los cambios y oportunidades. La eficiencia, el hacer más con menos, está dentro de nuestro ADN y además, justo ahora que los clientes cada vez exigen más servicios asociados, la tecnología se ha puesto de nuestra parte.